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Los homosexuales también van al cielo

Enviado por Omar Ortiz Esparza


Partes: 1, 2

    1. Los Homosexuales también van al Cielo
    2. Babilonia
    3. Religión de Babilonia
    4. Código Hammurabi
    5. Mandamientos Antes de Moisés
    6. Mandamientos de Moisés
    7. Mandamiento de Isaías y de Jesucristo
    8. Los Doce Mandamientos sugeridos por Apóstol de Paz
    9. Trinidad Divina

    Tanto heterosexuales, bisexuales y homosexuales tienen necesidad de una religión que le ayude a evolucionar espiritualmente; es irracional afirmar que los humanos homosexuales no pueden lograrlo. Un homosexual, hombre o mujer, es también un humano con igual derecho a buscar y a encontrar a su Dios interior, dentro o fuera de una organización religiosa elegida libremente.

    Un padre y una madre terrenal deben amar a todos sus hijos, independientemente de sus preferencias sexuales; tal como yo creo que el Dios Universal de todas las religiones nos ama a todos por igual.

    Cuando la sagrada Biblia y otros libros sagrados hablan en contra de la promiscuidad, de la obscenidad y de la prostitución debe entenderse que la censura aplica por igual a heterosexuales y a homosexuales.

    Según se desprende de muchos versículos de varios Libros Sagrados (La Torá, Nuevo Testamento y Corán por ejemplo), nosotros primeros fuimos ángeles y después humanos. Y todos sabemos que los ángeles como seres espirituales, inmateriales e incorpóreos no tienen órganos sexuales; luego el pecado original jamás pudo ser por deseos y preferencias sexuales. Si somos a imagen y semejanza de nuestro Dios interior, si fuimos ángeles sin órganos sexuales, y el Dios Universal no tiene sexo, entonces creo que no existe censura por las preferencias sexuales.

    La sinagoga que esté libre de un rabino homosexual; la parroquia católica que éste libre de una sacerdote homosexual; la mezquita que esté libre de un sheik homosexual; y el templo que esté libre de un pastor, ministro o monje homosexual que tire la primera piedra.

    Me parece terriblemente injusto que un humano, hombre o mujer, que ha nacido con proporciones de hormonas que lo hacen homosexual, sufra el rechazo de una sociedad hipócrita, de doble moral, de espíritu reaccionario y además lea en cualquier Libro Sagrado su condenación irremediable por el simple hecho de haber nacido con preferencias sexuales por seres de su mismo sexo.

    El hecho de que las escrituras sagradas de todas las religiones fueron escritas muchos siglos atrás, para reglamentar la convivencia de humanos de cultura antiquísima, está indicando que se hace necesario actualizarlas para el humano actual.

    Consciente de esta realidad histórica he escrito Filosofía, religión y ciencia – Una solución integral a la crisis mundial, que puede leerse gratis escribiendo su título completo en Google. En dicho trabajo no sólo propongo una nueva concepción teológica, filosófica y científica, sino que también propongo la conciliación de todas las religiones del mundo unificando sus doctrinas en un solo Libro Sagrado Universal.

    ¿A qué madre o padre de familia cuya hija o hijo prefiere las relaciones homosexuales, no le gustaría leer en el LIBRO SAGRADO UNIVERSAL propuesto, el siguiente capítulo, con once (11) versículos? ¿A qué adolescente, hombre o mujer, no le gustaría saber que la vida sexual activa sana y libre, no es pecado?

    Mis queridos humanos vean con los ojos de la mente abierta, mi propuesta para el nuevo LIBRO SAGRADO UNIVERSAL:

    LOS HOMOSEXUALES TAMBIÉN VAN AL CIELO

    1. El que vive a Dios en su interior en nada le afecta sus preferencias sexuales si éstas son dentro de relaciones amorosas, fieles y respetuosas. La gracia y la misericordia son, sin distinción, para los leales al Dios Universal presente en cada humano, y a las enseñanzas actualizadas de todos sus profetas y para quienes pidan con devoción al Espíritu Santo el esclarecimiento de la razón.
    2. La diferencia de preferencia sexual no hace ni mejor ni peor a ningún hijo de Dios. Lo importante y aceptable es responder a los deseos sexuales de manera libre, espontánea y por sobre todo en una relación consentida, complaciente y emocionalmente satisfactoria.
    3. En el final de los tiempos todos serán contados entre los hijos de Dios y tendrán su herencia acorde con sus obras. Los que juzgaron a sus hermanas y hermanos por sus preferencias sexuales se dirán arrepentidos: ¡Éste o aquella fue objeto de nuestras bromas y rechazo! ¡Qué necios fuimos, su vida nos parecía una locura, su muerte nos pareció el fracaso final! ¡Y véanlos ahora entre los hijos de Dios! ¡Cómo nos equivocamos lejos de la verdad! ¡La luz de la justicia no nos iluminó! ¡No fuimos capaces de ver que la promiscuidad y el libertinaje eran motivo de censura para todos por igual!
    4. Dichoso también el homosexual, hombre o mujer, que no ha obrado la maldad con sus manos ni ha concebido malos pensamientos contra su Dios interior, porque le será otorgado un deseable puesto en el reino de los cielos.
    5. Honra a tu padre y a tu madre en los hogares heterosexuales, a tus padres y a tus madres en los hogares de homosexuales, para que seas feliz y encarnes en muchas vidas con amor.
    6. El que transita por los caminos señalados por su Dios interior, sin importar sus preferencias sexuales, también va al cielo.
    7. Nuestro Dios interior censura y rechaza a los asesinos homo fóbicos tanto de mujeres lesbianas como de hombres gays.
    8. Nuestro Dios interior censura y rechaza a los violadores sexuales y a los corruptores de menores de edad.
    9. Nuestro Dios interior da absoluta libertad a la intimidad, al disfrute sexual, sin prejuicios, sin inhibiciones, sin falsos conceptos dentro de una vida sexual activa sana y libre.
    10. Nuestro Dios interior aprueba cualquier conducta sexual que no atente contra su propia integridad física y emocional y la de los demás.
    11. Nuestro Dios Universal os declara Marido y Mujer en las uniones heterosexuales, Esposa y Mujer en las uniones lésbicas, Marido y esposo en las uniones gays, hasta que os dure el amor, en matrimonio o en unión libre.
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