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El "mal de las vacas locas". Un tema de bioética en los nuevos escenarios

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    Artículo reproducido con la autorización de los editores de Acta Bioethica, 2001, vol.7, no.2, p.225-232. ISSN 0717 5906, publicación semestral destinada preferentemente a profesionales de las distintas representaciones de la Organización Panamericana de la Salud, OPS/OMS y a otros especialistas de diversas profesiones, en todo el mundo, interesados en el diálogo bioético. –

    http://www.uchile.cl/bioetica/

    Resumen: La encefalopatía espongiforme bovina ("mal de las vacas locas"), se produce en un momento y en un contexto que permiten resaltar los éxitos y fracasos de la biotecnología. En el marco de la globalización ha quedado de manifiesto la necesidad de establecer límites para la tecnociencia que en materia de logros aparecía como ilimitada. Se ha puesto en la balanza la rentabilidad de la industria cárnica versus la salud pública. El mal de las vacas locas constituye un traspié que no fue previsto, porque no era previsible en la perfectibilidad del sistema, lo que ha dejado al descubierto una fisura que, por ahora, es contextual. El contagio de las vacas a las personas es una campana de alarma, una advertencia que debe ser escuchada. La crisis esta recién en su etapa inicial.

    Palabras clave: Síndrome de Creutzfeld-Jacob, biotecnología, Ética, Bioética, tecnociencia

    Abstract: Bovine Spongiform Encephalopathy ("mad cow disease") appears in a moment and in a context that highlights the achievements and failures of biotechnology. The reality of globalization evidences the need to set limits to a technoscience viewed as unlimited because of its breakthroughs. Livestock industry profitability versus public health have been placed on the balance. Mad cow disease is an unforeseen stumble, since it was something unexpected in a system considered as perfect. This fact has disclosed a fissure that is contextual for the moment. Human contagion is a red alert, a warning sign that must be taken into account. Crisis is just in its initial stage.

    Keywords: Creutzfeldt-Jakob Syndrome, biotechnology, ethics, bioethics, technoscience

    Resumo: A encefalopatia espongiforme bovina (mal da vaca louca) ocorre em momento e contexto que permitem ressaltar êxitos e fracassos da biotecnologia. O marco da globalização tornou clara a necessidade de estabelecer limites para a tecnociência que por seus feitos mostrava-se ilimitada. Colocou-se na balança a rentabilidade da indústria da carne versus a saúde pública. O mal das vacas loucas constitui um deslize imprevisto, já que não era esperado considerando-se a perfeição do sistema e expos assim uma fissura que mostra-se contextual. O contágio de seres humanos é um alerta, uma advertência que deve ser considerada. A crise está apenas em sua etapa inicial.

    Palavras chaves: Síndrome de Creutzfeld-Jacob, biotecnologia, Ética, Bioética, tecnociência

    Introducción

    El "mal de las vacas locas" es el apelativo periodístico aplicado a la "encefalopatía espongiforme bovina", como se termina conociendo en el mundo entero. Esto debido al dramático aspecto que presentan las vacas al perder todo control sobre sus movimientos un poco antes de morir. Las imágenes de la televisión, con gran elocuencia audiovisual, mostraron urbe et orbe esta situación que no habría tenido mayor importancia si no hubiese estado vinculada a un problema de salud que afecta a los humanos: el "Sindrome de Creutzfeldt-Jacob" atípico o encefalopatía espongiforme humana, enfermedad contagiada a las personas por las vacas.

    Al aparecer esta enfermedad en Europa, más concretamente en Inglaterra, rápidamente se convierte en noticia de primera plana en todo el mundo, gracias a la televisión que permitió a millones de personas observar escenas donde estos animales tirados en el suelo, entre incontenibles convulsiones, morían lentamente.

    Una vez conocido el llamado "mal de las vacas locas", tuvo repercusiones en tan diversos ámbitos como el científico, económico, político, bioético, entre otros. En el científico corroboró en los hechos, lo que el Dr. Carleton Gajdusek había demostrado de manera experimental, es decir, el salto de la barrera interespecífica considerada infranqueable, que lo condujo en 1976 al Premio Nobel de Fisiología y Medicina. En efecto, Gajdusek había inyectado tejido de un cerebro humano infectado con kuru en un chimpancé logrando transmitirle la enfermedad. Además, apareció en la escena un nuevo y desconocido agente patológico descubierto y demostrado por el Dr. Stanley B. Prusiner, también Premio Nobel por estas investigaciones, las que condujeron a la proteína del prion bautizada PrP (proteína resistente a proteasa) responsable de la destrucción del sistema nervioso central en el proceso de desarrollo de las encefalopatías espongiformes.

    En lo económico significó poner en la balanza la rentabilidad de la industria cárnica británica, cuya masa ganadera es la más grande e importante de Europa, versus la salud pública severamente amenazada por esta nueva enfermedad, susceptible de expansión por todo el planeta. En lo político permitió aportar un factor más para la estrepitosa caída del Primer Ministro John Mayor, situación que puso fin a la extensa etapa tory heredada de la Sra Thatcher, dejando a su sucesor, el laborista Tony Blair, un espinudo problema por resolver. Pero, además, fue una gran campana de alarma, al advertir sobre las fisuras del sistema neo-liberal en el dominio agroalimentario. En el ámbito de la bioética sirvió para mostrar de manera fehaciente el menoscabo de premisas tan importantes para la disciplina como: la bioseguridad y biorresponsabilidad que deben garantizar la salud pública de la comunidad social. Si tenemos presente que la seguridad, en el dominio en que funcione, procura advertir, neutralizar o eliminar riesgos y peligros que puedan dañarnos, no debemos ignorar la necesidad y existencia de ciertos límites a los cuales atenerse en esta operatividad del conocimiento tan característica de la tecnociencia. Pero, además, mostró una señal de cómo en los nuevos escenarios, producto de la globalización, aquellos eventos que trasciendan su esfera propia y escapen al control y la a manipulación desde los hilos del poder, serán conocidos en los más diversos rincones del planeta que, en los nuevos escenarios, se ha convertido, como muy bien lo rebautizó Marshall McLuhan, en una Aldea Global.

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