Para introducir el presente trabajo investigativo, es importante resaltar las características del rococó propiamente español que tuvo exiguos contactos con el rococó francés y el alemán; sin embargo, en Valencia la arquitectura de esta tendencia fue llevada a cabo por el Alemán Conrad Rudolf.[1]
La palabra rococó era utilizada por los ebanistas franceses de la segunda mitad del siglo XVIII para referirse a las formas sinuosas y recargadas de los muebles Luis XV. En este sentido, el rococó es una forma estilística. Cuando se nota la presencia de molduras en las cenefas, las maderas labradas y repujadas para colocarles la hojilla de oro entonces pueden encontrarse formas decorativas, pues su proceso de creación es otro distinto.
También pueden notarse algunos elementos formales de esta manifestación artística en entablamento que sostienen escudos anagramas de María.
Otro ejemplo en arquitectura es el de Hipólito Rovira, Tomás Vicente Tosca y es en las construcciones de Antonio Gilbert que se muestra un rococó más exacerbado o pronunciado, de formas estilísticas más elegantes y mesuradas en el palacio de la Virreina de Barcelona construido a partir de 1772 por Carlos Grau y la obra más representativa de Narciso Tomé la Catedral de Toledo ejecutada entre 1729 y 1732. De este modo, hay ejemplos del rococó en Brasil, específicamente en Minas Gerais, en Lisboa y en Oporto. En las fachadas usualmente se reiteran en la decoración volutas y cónsolas.
Las puertas de madera de las iglesias de Oporto son decoradas en bronce en 1732-1748 por el italiano Nicoló Mazzani(2)
El espíritu del rococó se ajusta a las condiciones del trópico. La Iglesia de San Francisco en Ouro Preto, atribuida su decoración en la fachada de Aleijandinho; se sabe de los trabajos de flores y ángeles esculpidos en bronce sobre piedra. Es empleado en portales y dentro de púlpitos, lavabo y otras superficies ornamentadas.
El rococó tiene sus inicios en Alemania con características diferenciadas del que se dio en Italia, Francia e Inglaterra, en los países buscaban formas [1]estilísticas propias del neoclasicismo, inspirado en el arte antiguo. Se establece en Latinoamérica un repensar del término Barroco dado el uso de tipologías arquitectónicas por la unicidad de las formas. Es de hacer notar la presencia del barroco como idea dominante en la estética francesa (3). Pero puede decirse que no se confunde con el realismo emergente en la mayoría de losa pintores flamencos (4).
Una de las características formuladas por el barroco occidental es la internacionalización donde cada pueblo europeo inventa formas estilísticas particulares y el nacionalismo del siglo siguiente confinaba a los artistas dentro del círculo cultural del país respectivo por ejemplo: Delacroix fue un pintor eminentemente francés, parisino; mientras que Rubens trabajó en Italia, Francia, España e Inglaterra y fue ante todo un pintor europeo.
Es importante resaltar el intercambio de influencias que los receptores recibieron creando a su vez formas estilísticas propias y las características nacionales quedaron absorbidas por el nuevo entorno (5).
En lo referente al rococó pueden observarse como los muebles y cónsolas adosadas a la pared (6) se adaptaban a las formas propias, sinuosas, vivaces y a la ornamentación grutesca del estilo rococó. Antecede al barroco español y, en general, al europeo la obra de José Churiguerra (1655-1725) caracterizada por la monumentalidad en la construcción y el diseño de los retablos como el de San Esteban para la Iglesia de Salamanca (7).
Esta es una de las razones por las cuales considero debe repensarse el término y no sólo estudiarlo en América Latina como un "hecho aislado" y maldenominarlo churrigueresco, aun cuando se trate del apellido del autor que pudiese tomarse como algo loable. Profundizar es una opción.
Algunas de las formas decorativas utilizadas y como formas estilísticas basamentales: las columnas salomónicas, son las hojas de parra y las hojas de acanto. Este estilo es el que influyó con más propiedad en Latinoamérica, sobre todo en México, a su vez aunado al estilo plateresco de Salamanca. Es decir, en cuanto a formas estilísticas se han tomado las más locales (provenientes de España), mientras las formas decorativas son más bien, caracterizadas por la cadencia.
España se mantuvo al tanto de los ritmos asimétricos del rococó por emplear en los palacios reales el influjo extranjero. Asimismo hubo un arte cortesano relacionado con el italiano y el francés, importado por Felipe V después del Tratado de Utrech en 1713. El estilo rococó es mayormente utilizado en tiempos de Carlos III (8).
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