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Hacia un pensamiento pedagógico desde la perspectiva de-colonial

Enviado por Oscar Cuesta


Partes: 1, 2
Monografía destacada
  1. Resumen
  2. Consideraciones iníciales
  3. Hacia un pensamiento pedagógico propio desde la perspectiva de-colonial
  4. A propósito de un currículo de-colonial
  5. Referencias

Resumen

El presente escrito reflexiona sobre el pensamiento pedagógico propio en América Latina desde la perspectiva de-colonial de algunos autores suramericanos. En una primera parte explora sucintamente las bases de dicha perspectiva, especialmente centrando la crítica en la modernidad europea que ha perpetuado una notable hegemonía; posteriormente, recupera la propuesta de la educación intercultural como un aporte a la constitución de un pensamiento educativo propiamente latinoamericano; y finalmente, trae a colación algunas consideraciones sobre el currículo bajo la mirada de la de-colonialidad.

Palabras Clave: Modernidad, colonialidad, de-colonialidad, pensamiento pedagógico, interculturalidad y currículo.

Abstract:

The present paper reflects on the pedagogic thought proper to Latin America from the de-colonial perspective of some South American authors. Initiating, it explores closely the bases of this perspective, specially centering the critic in the modernization of Europe that has perpetuated a notable hegemony; subsequently, recuperates the proposal of intercultural education as a contribution to the constitution of a properly Latin-American educational thought; and finally, brings to coalition some considerations about the curriculum under the sight of the de-coloniality.

Key words:

Modernity, colonial, of – colonial, pedagogic thought, intercultural and curriculum.

Consideraciones iníciales

En los libros enciclopédicos y escolares de historia se muestra con gran pompa y detalle la historia europea y norteamericana de los últimos siglos, haciendo hincapié en los avances científicos, las teorías sociales y los pensadores que alimentaron los principios e ideales de la ilustración, la revolución francesa, la independencia norteamericana y la revolución industrial.

En una notable desigualdad, hablando en términos cualitativos y cuantitativos, la historia de los nativos americanos, de su violenta conquista y explotación, del trato abyecto a los africanos raptados de sus tierras y esclavizados por varias generaciones, es tratada en menos páginas e ilustrada con pocos retratos.

El trato conspicuo y benévolo a la modernidad europea[1]en los libros de historia no es gratuito; así como tampoco es gratuito que la sabiduría y cosmovisión de los pueblos americanos y afro-descendientes sea explicado de manera anecdótica y curiosa, restándole toda validez filosófica y epistemológica. La historia contada así, evidentemente, educa a los niños y jóvenes con una perspectiva deliberadamente dependiente del modelo europeo y, por si fuera poco, motivando una silenciosa vergüenza sobre su pasado ancestral.

Varios pensadores latinoamericanos desde la década del sesenta se han preguntado por esta inequitativa forma de contar la historia y de enseñarla (por nombrar algunos: Eduardo Galeano, Orlando Fals Borda, Enrique Dussel, Darcy Riveiro).

En el último tiempo, esa preocupación va más allá y los intelectuales e investigadores han hecho notorios esfuerzos para revalidar la producción de conocimiento propio de los pueblos latinoamericanos, criticando la hegemonía europea y norteamericana y sus principios de absolutos de verdad y protocolos científicos para alcanzarla (algunos autores de esta perspectiva son: Enrique Dussel, Aníbal Quijano, Arturo Escobar, Walter Mignolo, Edgar Lender, Santiago Castro-Gómez, Catherine Walsh, Cristian Rojas).

En ese sentido, los nuevos enfoques que indagan sobre la modernidad, la colonialidad y de-colonialidad, buscan una reflexión constante sobre la realidad cultural y política latinoamericana, que incluye el conocimiento subalternizado de los grupos explotados y oprimidos. Así mismo, esta nueva mirada "debe ser entendido como una manera diferente del pensamiento, en contravía de las grandes narrativas modernistas –la cristiandad, el liberalismo y el marxismo—, localizando su propio cuestionamiento en los bordes mismos de los sistemas de pensamiento e investigaciones hacia la posibilidad de modos de pensamiento no-eurocéntricos" (Escobar, 2003, p. 54).

Para continuar, es pertinente decir que la modernidad establece un orden que, según Escobar (2003), está basado en la razón, el individuo, el conocimiento experto y los mecanismos administrativos ligados al Estado, de allí que una reflexión y revisión crítica de dicha hegemonía tenga que cruzar por estos linderos, que tienen sus cimientos en el supuesto que el mundo puede ser conocido y la naturaleza controlada[2]

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