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Análisis de "Cien Años de Panamericanismo" de Trinidad Chianelli (página 2)

Enviado por Nabih Yussef Samsón


Partes: 1, 2

Argentina estaba gobernada por el Grupo de Oficiales Unidos (GOU), militares de marcado nacionalismo antiyankee y con simpatías germanófilas. Al mismo tiempo, el país mantenía en el territorio a muchas firmas de los países del Eje y un significativo comercio con los mismos, independientemente de su estancamiento tras la guerra. Cordell Hull se apresuró a presionar al país políticamente hasta llegar a su aislamiento internacional (americano), pero no pudo ahogarla económicamente, ya que, como bien señalaba Sumner Welles, apartado del Departamento de Estado y desde los periódicos en EEUU, la economía Argentina dependía más de Gran Bretaña y no así del país del norte. No obstante, frente al aislamiento internacional del país y frente a la inminente caída de Alemania, la Argentina finalmente abandonaría su actitud neutralista el 27 de octubre de 1944, salvando su imagen internacional y a la espera de ser nuevamente partícipe involucrada en el juego internacional, por lo menos americano (puesto que en la Conferencia de Chapultepec no sería invitada a concurrir).

4° Conferencia Extraordinaria "de Chapultepec" – Ciudad de México (1945)

En el Palacio de Chapultepec se celebra la Conferencia convocada por México para tratar problemas relativos a la guerra y la paz, en momentos donde la 2° Guerra Mundial casi llegaba a su fin. Argentina no participa porque se encontraba aislada políticamente de las conferencias dada su posición no alineada entre los Aliados y el Eje. Si bien Argentina ya había roto relaciones diplomáticas con el Eje, ésta no le había declarado la guerra, ganándose el visto malo de EEUU.

En esta conferencia se recomendó un organismo permanente de defensa y control de armamentos (que daría paso posterior al TIAR), al tiempo que se proscribió la conquista territorial y se defendió el derecho a votar de las mujeres americanas.

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Un documento muy importante que se firma aquí es el Acta de Chapultepec, un pacto de solidaridad recíproca entre los Estados americanos, ya no sólo contra agresiones extracontinentales, sino incluyendo también la posibilidad de atacar a países americanos agresores. Este documento impulsado por el sector conservador de Washington nuevamente impondría la Doctrina Monroe a América Latina. Los delegados posteriormente convendrían en que si la Argentina suscribía al Acta de Chapultepec y declaraba la guerra al Eje podría reincorporarse a la Unión Panamericana. Así, el presidente de facto Edelmiro Farrell le declara la guerra al Eje el 27 de marzo de 1945, firmando el Acta y poniéndose a disposición de la Unión Panamericana. Esto le permitiría al país salir del fuerte aislacionismo político y boicot económico en el que se encontraba para participar ese mismo año de la Conferencia de San Francisco donde se crearía Naciones Unidas y reintegrarse al sistema internacional, obviamente ante la mirada disconforme de los norteamericanos.

Ya para 1946, el presidente constitucional Juan Domingo Perón envía al Congreso el Acta de Chapultepec y el Acuerdo de San Francisco para su consiguiente ratificación. A pesar de estas muestras de colaboración, EEUU se empecinó en que Argentina cumpliese a raja tabla sus compromisos internacionales. El Departamento de Estado norteamericano presionaría al país para que cumpliese las resoluciones XVIII y XIX del Acta. Y así, en 1947 Perón deportaría a espías alemanes e incautaría en bloque los bienes japoneses y alemanes del país, dando un cierre a un ciclo muy tenso entre las relaciones argentino-norteamericanas, desde el inicio de sus tensiones en la Conferencia de Río de 1942.

5° Conferencia Extraordinaria "de Petrópolis" – Río de Janeiro (1945)

Argentina participa de esta conferencia de cancilleres con una delegación conformada por: el canciller Juan Atilio Bramuglia, Enrique V. Corominas, Pascual La Rosa, Roberto Ares, Oscar Ivanissevich y Nicolás Accame.

En esta conferencia se firma el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) o mejor conocido como el Tratado de Río, cual contemplaba dos posibilidades de conflicto:

  • 1. Un ataque armado contra una Estado americano sería considerado un ataque a todos los Estados de América y obligaba a tomar medidas acordadas por el Órgano de Consulta del Sistema Americano.

  • 2. Una agresión que no fuera ataque armado o efectuado fuera de la zona de seguridad.

  • Todo caso quedaría supeditado a una reunión de ministros de relaciones exteriores convocados por el Órgano de Consulta y según decisión adoptada por dos tercios de los Estados signatarios. Se pierde aquí también el voto unánime, y por ende el veto si una nación no adhería. Las decisiones tomadas deberían ser adoptadas por todos los Estados, aunque ningún Estado estaría obligado a emplear sus Fuerzas Armadas sin su consentimiento. La zona de seguridad quedaría delimitada en específicas coordenadas y grados de latitud alrededor de todo el continente (art.4).

Es menester señalar que en lo que respecta a las bases militares, la delegación norteamericana quiso incluir dentro del esquema de seguridad a sus territorios por todo el mundo. La Argentina y México se opondrían a tal medida prosperando sólo la defensa continental. A propósito de esta cuestión, Argentina pediría que se incluyeran las Malvinas y sus pretensiones antárticas sobre el paragua de seguridad interamericano.

EEUU bregó porque se aceptara en Petrópolis una Organización Militar permanente "manejada" por los grandes del continente: Argentina, México, Brasil y EEUU. Argentina se opuso a ello y postergó su tratativa para la 9° Conferencia a llevarse a cabo en Bogotá. Nuestra delegación, en cambio, se encontraba más interesada en un plan económico para América Latina dada la caída del comercio como resultado de la 2° Guerra Mundial. Sin embargo, los EEUU manifestarían que la Conferencia de Petrópolis debía resolver asuntos de defensa y que se debía dejar los asuntos económicos para Bogotá. De esto podemos desprender que mientras Argentina quería relegar lo político-defensivo para la próxima conferencia, EEUU quería hacer lo propio en su sentido inverso. La desconexiones entre ambas delegaciones eran obvias, y su imposibilidad de trabajar en conjunto, evidentes.

El canciller Bramuglia aprovechó la reunión en Río para defender la posición Argentina en el sistema internacional, lo que pasó a denominarse la "tercera posición", en la defensa de la paz, el desarme y el exterminio de extremismos entre capitalistas y comunistas. Este mensaje fue interpretado para muchos como un antecedente de lo que después serían el grupo de los No Alineados (neutralismo). Siguiendo la línea de la tercera posición, más tarde Perón sería el encargado de continuar con las relaciones diplomáticas pero por vía bilateral y no por medio del multilateralismo, en donde el peso de los EEUU era mucho más fuerte.

9° Conferencia Panamericana – Bogotá (1948)

La Conferencia de Chapultepec preveía las bases militares e institucionales del TIAR; la 9° Conferencia Panamericana debía tratar la estructura jurídica de la Unión Panamericana, según lo establecido en la Resolución IX de la conferencia dada en México. Así los delegados se aprestaron a reunirse en la ciudad de Bogotá, capital del Estado de Colombia. Pero los sucesos del bogotazo[7]interrumpirían la Conferencia Panamericana hasta su posterior reanudación poco tiempo después.

Nuestra delegación fue presidida nuevamente por el canciller Juan A. Bramuglia e integrada por Enrique V. Corominas, Pascual La Rosa, Pedro J. Vignale, Orlando D. Maroglio (presidente del BCRA), Roberto A. Ares (director del departamento económico de Cancillería), entre otros.

Las órdenes de Perón eran claras:

  • 1. La Carta Orgánica del sistema interamericano debía ser estructurada de manera tal de que no se pudiera presuponer a ella un súper Estado.

  • 2. La Carta debía contener normas de carácter jurídico, debiendo eliminarse las políticas y militares. Además, el Consejo Directivo no debería tener atribuciones políticas.

Coherente a la tradición argentina en relaciones exteriores, de evitar la formación de superorganismos con atribuciones políticas, el peronismo se dispuso a evitar en Bogotá la violación de su soberanía política y su autodeterminación como país independiente. A su vez, se mostró en contra de la denominación "Pacto Constitutivo del Sistema Americano", ya que la palabra "constitutivo" suponía crear un organismo nuevo, cuando se había ido a Bogotá a consolidar un pacto. El nombre de organización se impondría, llevando en adelante el nombre de: Organización de Estados Americanos (OEA).

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Argentina habría conseguido hacer caer la idea de un Consejo de Defensa Militar dentro de la OEA, por cuanto violentaba la soberanía de los Estados partes. Toda reforma debía incluirse como protocolo anexo al TIAR, tratado ya existente. La Junta Americana de Defensa quedó como estaba gracias al apoyo de México a la Argentina.

Ante un proyecto presentado por Brasil, EEUU y Chile, para desarraigar de América Latina el comunismo, Bramuglia exigió que se atacaran las causas antes que los efectos, defendiendo la tercera posición en nuestra política exterior. Allí, Bramuglia sostuvo que el mejor sistema es el Democrático, y sobre todo, una Democracia planificada, en donde el Estado está al servicio del hombre en pro de la libertad y el orden.

Posteriormente nuestro país fijó su posición respecto a sus legítimos títulos sobre Malvinas. Para finalizar la conferencia firmando 6 documentos importantes:

  • 1. La Carta de la OEA.

  • 2. El Tratado Americano de Soluciones Pacíficas.

  • 3. El llamado "Pacto de Bogotá" (convenio económico).

  • 4. La Convención Interamericana sobre concesiones de Derechos Políticos a la Mujer.

  • 5. La Convención Interamericana sobre concesiones de Derechos Civiles a la Mujer.

  • 6. Acta final de la 9° Conferencia Panamericana que incluía en él una resolución sobre la preservación de la Democracia en América.

Conclusión

Efectivamente existió una política argentina de relaciones exteriores que estuvo por encima de todo partidismo. Conservadores, radicales y justicialistas defendieron principios comunes:

  • Autodeterminación de los pueblos.

  • Defensa de la Soberanía.

  • Igualdad de los Estados.

  • Principio de No Intervención.

  • Doctrina Drago.

  • Doctrina Calvo.[8]

  • Arbitraje Obligatorio[9]

  • Defensa de la Paz.

  • Antiarmamentismo.

  • Neutralidad.

  • Evitar la formación de un supraorganismo americano.

  • Desaparición o reducción de barreras aduaneras al comercio.

  • Unidad económica americana manifestada a través del bilateralismo.

  • Solidaridad Continental.

  • Defensa de la Democracia.

  • Defensa de nuestros Títulos sobre Malvinas e Islas del Atlántico Sud y Antártida.

  • Oposición a la existencia de un Derecho Internacional Americano (Doctrina Monroe).

  • Oposición del lema "América para los americanos" por "América para la humanidad".

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Autor:

Nabih Yussef

[1] Gran Bretaña fue invitada como observadora para empujar a Chile y a la Argentina a participar de la Conferencia, pues, era su principal socio comercial y su país referente.

[2] Como Holanda aún no reconocía a los salientes Estados americanos envió a un delegado que actuó como observador a título personal.

[3] Bolivia no llegó a tiempo al Congreso porque el Mariscal Sucre dejaba su mandato y la administración siguiente no mostró interés en apurar la designación de los delegados bolivianos para el Congreso. Por su parte, EEUU los envió tarde, debido a que los senadores del sur de EEUU (esclavistas contrarios a Bolívar), habían frenado los fondos necesarios para financiar el viaje de los dos delegados norteamericanos. Y, para colmo de males, una vez conseguido los fondos, uno de los dos delegados moriría en el viaje de fiebre amarilla.

[4] CHIANELLI, Trinidad Delia, 1989, Op. Cit., Pág. 9.

[5] Exministro de Quintana y Luis Sáenz Peña y tatarabuelo del jefe de gabinete porteño Horacio Rodríguez Larreta, perteneciente al partido Propuesta Republicana (PRO).

[6] Firmado el 10 de diciembre de 1898, dio término a la Guerra hispano-estadounidense. En él, España abandona sus demandas sobre Cuba, que declara su independencia; y Filipinas, Guam y Puerto Rico serían oficialmente cedidas a los EEUU por 20 millones de dólares, convirtiéndose el gran país del norte en un Estado colonizador de hecho.

[7] Se llamó “Bogotazo” al período de violencia urbana extrema que se vivió en la capital colombiana tras el polémico asesinato del líder político de la oposición Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948.

[8] La Doctrina Calvo (por su autor Carlos Calvo), establecía que los ciudadanos que vivan en un país extranjero debían realizar sus demandas y reclamaciones en las jurisdicciones de los tribunales locales del propio país, evitando así recurrir a sus Estados de origen a fin de evitar presiones diplomáticas o intervenciones armadas de Estados de mayor poder. La Doctrina Drago, sería desde este punto de vista, una doctrina más específica pero con el mismo espíritu jurídico que ésta aquí expuesta y que tendría mejor acogida en la comunidad internacional.

[9] Si bien en la 1° Conferencia Panamericana en Washington los conservadores se habían manifestado en contra del Arbitraje Obligatorio, por considerarlo nocivo a la Soberanía Nacional, en la 2° Conferencia Panamericana en Ciudad de México, Argentina se mostró a favor de la efectividad del Arbitraje Obligatorio a fin de dar mayor valor a su política exterior de Defensa de la Paz.

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