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La supervisión en trabajo social. Reflexiones para quienes ejercen supervisión de campo


Partes: 1, 2

    1. Palabras previas
    2. Papel de la supervisora en Trabajo Social
    3. Aspecto pedagógico de la supervisión
    4. Aspecto administrativo de la  supervisión
    5. Características del supervisor(a) en Trabajo Social
    6. Conclusiones
    7. Bibliografía

    1.   PALABRAS PREVIAS

    El tema de la supervisión en trabajo social, si bien es reconocido como inherente a la formación profesional desde el nivel académico, continua siendo un campo no muy explorado a nivel de quienes ejercen esta función.

    Como docentes de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos queremos con este documento brindar elementos de reflexión a quienes vienen ejerciendo el importante papel de supervisor (a) de prácticas preprofesionales en los diversos espacios desde donde se ejerce el trabajo social.

    Mucha de la formación que como profesionales recibimos no se circunscribe únicamente al conocimiento teórico adquirido en las aulas universitarias sino en nuestros trabajos de campo, más conocido como prácticas preprofesionales.

    El tipo y calidad  de orientación recibida en las prácticas de parte de las(os) supervisoras(es) de campo marca  la acción profesional futura.

    Es menester  enfatizar que la separación que existe entre la Universidad y los espacios donde se ejerce la acción profesional, es la misma distancia que hay entre la teoría y la práctica, asumiendo que una se nutre de la otra y se retroalimentan. Por lo tanto, no se trata de priorizar una sobre la otra sino de darle a cada una su exacto papel en la formación profesional de las(os) estudiantes.

    No pretendemos tener la última palabra en materia de supervisión  en Trabajo Social  porque como acción de aprendizaje orientado hacia personas está en permanente construcción. Consideramos que se trata  de una tarea fundamentalmente educativa y como tal, inmersa en un proceso dinámico de enseñanzas compartidas y aprendizajes significativos mutuos.

     El acercamiento que hacemos, a través de este documento, con las supervisoras de campo, denominadas también supervisoras institucionales, o supervisoras directas, intenta demostrar el interés que tenemos por vincular en este proceso a todas(os) las(os) profesionales que con responsabilidad cumplen esta importante y trascendente función de acompañar la tarea de formar nuevas profesionales.

    Deseamos compartir con ustedes, queridas(os) colegas, las dudas, dificultades y experiencias que encontramos en esta función. Conocer sus propuestas y sugerencias. Nuestro objetivo es y seguirá siendo trabajar por una formación de profesionales, creativos(as), innovadores, responsables en la construcción de un país democrático, solidario, inclusivo que respete los derechos humanos de todos y todas.

    2. PAPEL DE LA SUPERVISIÓN EN TRABAJO SOCIAL

    Algunas personas suponen que el hecho de supervisar significa ejercer algún poder, convertirse en vigilante de tareas y personas, imponer tareas verticalmente, es todo lo contrario. Acerquémonos un poco a la supervisión y conozcamos en qué consiste.

    La supervisión en trabajo social es un proceso educativo cuando se centra en la formación profesional del Trabajador(a) Social y es un proceso administrativo cuando su foco de atención es el ejercicio profesional del Trabajo Social.

    Es un proceso  que orienta  la acción de manera coherente – en contraposición al espontaneísmo- y  la reflexión científica de su praxis social.

     La función educativa de la supervisión ocurre  tanto dentro del aula como dentro  del centro de práctica donde realiza la acción profesional. De ahí la importancia de  vincular los objetivos de la formación profesional que se imparte en la universidad con los objetivos de los campos de acción profesional donde participan las los profesionales de trabajo social y donde participarán las(os) estudiantes.  En este sentido, como señala Nidia Morera y Carmen M. Castillo "quien supervisa es corresponsable del proceso de aprendizaje y del proceso de atención de los problemas y necesidades sociales, sean éstas individuales o colectivas."[1]

    La  supervisión debe estimular la reflexión, la iniciativa, la creatividad, facilitar espacios para suscitar la discusión de problemas. Preparar a las supervisadas para vincular sus conocimientos intelectuales con una comprensión profunda de la realidad y de sus actores.

    La supervisión comprende dos aspectos sumamente importantes: el aspecto pedagógico y el aspecto administrativo, que interrelacionados nos permiten entender a  la supervisión como un proceso educativo.

    3.   ASPECTO PEDAGÓGICO DE LA SUPERVISIÓN

    Siendo la supervisión una tarea de enseñar y aprender a descubrir, así como de dar una intención clara de las acciones, se trata de realizar un adiestramiento permanente en el campo teórico como en el técnico instrumental, integrándolos ambos.

    En esta actividad se perfecciona el manejo de técnicas e instrumentos de investigación, de planificación y de ejecución dentro de un marco teórico referencial que guía la acción.

    Como acción educativa, la supervisión supone partes involucradas en el proceso de enseñanza – aprendizaje, en un intercambio dialogante. En este sentido el Supervisor desarrolla una actitud pedagógica, su comportamiento como tal puede ser aprendido, en consecuencia factible de ser transferido a otras personas, lo que no niega que existan algunos factores personales que hacen más o menos efectivo a un supervisor.

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