Desde la gestación y en los tres primeros años de vida, la desnutrición crónica y la anemia afectan de manera irreversible la capacidad física, intelectual, emocional y social de los niños, y generan un mayor riesgo de enfermar por infecciones (diarreica y respiratoria) y de muerte. Este deterioro reduce su capacidad de aprendizaje en la etapa escolar y limita sus posibilidades de acceder a otros niveles de educación. En el largo plazo, se convierte en un adulto con limitadas capacidades físicas e intelectuales para insertarse en la vida laboral. Un niño desnutrido hoy, tiene altas probabilidades de ser un adulto pobre mañana.
3.4. Comprometerse hoy, a una inversión sostenida.
El Estado, la comunidad internacional y la sociedad civil vienen desarrollando esfuerzos nacionales y regionales en este sentido, sin embargo la desnutrición es multicausal y requiere una respuesta articulada y multisectorial, que aborde el problema no sólo desde la distribución de alimentos a través de programas de asistencia alimentaria. La Iniciativa propone implementar estrategias integrales que enfrenten todas las causas de la desnutrición, por un lado la atención de la salud, el acceso al agua segura y saneamiento básico, y a la educación. Por otro lado, mejorar la calidad de la inversión social.
a. A nivel del gobierno nacional:
Implementar políticas que garanticen la seguridad alimentaria de la población más vulnerable.
Implementar políticas agresivas de generación de ingresos familiares para los más pobres, reduciendo la inequidad y la exclusión.
Optimizar e incrementar el presupuesto público asignado a salud y educación.
Diseñar sistemas efectivos de monitoreo de los resultados nutricionales de los programas sociales
b. A nivel del gobierno regional y municipal:
Optimizar los recursos económicos, del FONCOMUN, del Canon y de otras fuentes, para mejorar la calidad de los servicios de salud, ampliar la cobertura de agua y saneamiento.
Impulsar proyectos de desarrollo económico en las regiones más pobres del país.
Priorizar estos recursos hacia las familias más pobres y vulnerables.
Mejorar la focalización de los programas de asistencia alimentaria.
Fortalecer la participación de la población en las decisiones del uso de los recursos del Estado.
Promover la coordinación intersectorial y entre todos los actores presentes en su territorio para impulsar respuestas integrales de seguridad alimentaria
Conclusiones
La desnutrición limita el potencial intelectual del país y atenta contra el derecho fundamental de la salud y de la vida. Es el resultado de múltiples factores: enfermedades infecciosas frecuentes, prácticas inadecuadas de alimentación e higiene, ambiente insalubre, consumo insuficiente de alimentos nutritivos, entre otras. Todas ellas asociadas generalmente a la pobreza de la familia, su bajo nivel educativo, a la escasa inversión social, a la falta de priorización en los grupos más vulnerables y, al uso ineficiente de los recursos del Estado. La desnutrición crónica no es sólo un problema de salud, es un indicador de desarrollo del país.
Este deterioro de la nutrición reduce la capacidad de aprendizaje en la etapa escolar y limita sus posibilidades de acceder a otros niveles de educación. En el largo plazo, se convierte en un adulto con limitadas capacidades físicas e intelectuales para insertarse en la vida laboral. En el Perú, la pobreza sigue afectando alrededor del 50% de la población y la desnutrición crónica sigue el mismo patrón geográfico. Entre los pobres extremos, el 35% de los niños está desnutrido frente a un 13% entre los no pobres.
Se disminuyó las cifras de desnutrición crónica infantil en el Perú, pero 425 mil quedaron desnutridos. La sierra presentó el mayor porcentaje de desnutrición crónica con 27,6% donde la situación de pobreza es marcada.
Existe organizaciones internacionales y nacionales como: FAO, PMA, FIDA, ADRA, CARE Perú, CÁRITAS del Perú, PRISMA, COFOPRI, Construyendo Perú, FITEL, FONCODES, JUNTOS, OINFE, Programa Integral de Nutrición, Wawa Wasi, PRONAMA, entre otros que realiza la labor de intervención y sensibilización en las familias a fin de promover prácticas adecuadas en salud, alimentación, nutrición e higiene, que vienen aportando a disminuir las tasas de pobreza y desnutrición crónica Infantil en las zonas más pobres del país.
Los datos de las cifras de disminución de desnutrición crónica no son fidedignos del todo, existe mucho sesgo, lo confirmo por la experiencia que tuve al observar de cerca del manejo en la recopilación de datos, evaluación antropométrica de los niños que los responsables de las distintas instituciones que "dice" viene mejorando la situación de vida, donde los datos son manipulados con el fin de justificar su trabajo y presupuesto invertido, y por falta de entes reguladores que garanticen la eficiencia y eficacia de dichos organismos en el logro de sus metas y objetivos a favor de los más pobres y principalmente de la desnutrición crónica.
El gobierno y toda entidad que trabaje para combatir este problema debería centrar su labor en la prevención y promoción, a la vez una buena distribución económica que permita mejorar la canasta básica familiar, que muchos hogares no llegan a cubrir ni siquiera al 25%. Evitar el asistencialismo y fortalecer dando sostenibilidad de la propia generación de recursos con asistencia técnica intensiva, que garantice la mejora de la calidad de vida de las familias más vulnerables y necesitadas.
Que los compromisos, las políticas no queden en palabras y escrituras, y sean cambiadas cuando aún no se ejecutaron y menos logrado algo que giran en un círculo vicioso, perjudicando y dejando al olvido aquél grupo de humano que no tiene la culpa de haber nacido en la pobreza y opresión.
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Autor:
Elizabeth Herrera Quispe
Cinthya Alvarez Cuba
UNIVERSIDAD ANDINA NESTOR CACERES VELAZQUEZ
ESCUELA DE POSTGRADO
Maestría en salud publica
DOCENTE: Dra. ELIZABETH VARGAS ONOFRE
SEMESTRE: I I – 1
JULIACA; 23 AGOSTO DE 2012
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