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Avances en la producción y sostenibilidad de los pastos y forrajes para la producción de leche en el trópico


Partes: 1, 2

    1. Crecimiento, desarrollo, rendimiento y aprovechamiento de los pastos
    2. Los pastos y forrajes en la producción de leche
    3. Clon de King grass Cuba CT-115
    4. Bancos de proteína
    5. Biopedestales
    6. La caña de azúcar

    Introducción

    Los animales domésticos que hoy ocupan la mayor proporción de las poblaciones pecuarias de América, llegaron en las naves de los españoles desde el segundo viaje de Cristóbal Colón, hace cinco siglos, a las islas del Caribe y de ahí fueron trasladadas al continente, a través de las distintas expediciones de conquista (Pinzón, 1984).

    La ganadería se inició en América aprovechando los ecosistemas de sabanas naturales presentes en varias regiones del Caribe, la Orinoquia y la Pampa argentina. Poco a poco avanzaría, acompañando los desmontes de los bosques de los ecosistemas secos y húmedos, así como las laderas de las montañas y los altiplanos. Con el tiempo estos animales de pastoreo fueron determinantes para consolidar el modelo político y económico de control del territorio a través de la propiedad privada, que luego pasó de las colonias ibéricas a las repúblicas y perdura hasta nuestros días de diferentes maneras (Murgueitio, 2003).

    El aporte principal de la ganadería está relacionado con sus producciones de alto valor biológico, la carne y la leche. La FAO (1996), señala que mundialmente los productos pecuarios, como la leche, han sufrido una disminución significativa, no sobrepasando los 550 millones de toneladas a partir del año 1995.

    La producción media de kg de leche/vaca en América Latina y el Caribe es de 1188, en América del Norte 6775 kg, Europa 4540 kg y Oceanía 3728 kg, lo que evidencia la reserva productiva que tiene la región.

    La producción ganadera debe proyectarse en correspondencia con el contexto internacional, sustentarse sobre una máxima eficiencia productiva, inofensiva al medio ambiente y es una opción técnicamente viable ya que no hay ningún aspecto de los sistemas de producción de proteína animal que comprometa recursos que no puedan solucionarse (Steinfeld, 1997) y ajustar la producción a las demandas de la sociedad (Libertad, García, 1999).

    En América Latina se ha reorientado en varios países, hacia la autosostenibilidad, para alcanzar la autosuficiencia alimentaria en las unidades pecuarias, a partir de los recursos propios o que se generen a nivel territorial reduciendo así las necesidades de recursos ajenos a la unidad, como es el caso de Cuba. (Rena, Pérez, 1996).

    En el año 2003 la producción de leche alcanzó en América Latina 61.721.799 ton, (FAOSTAD, 2004), existiendo en la actualidad problemas por resolver relacionados con el crecimiento de la masa, el comportamiento productivo y reproductivo, el suministro de pastos y forrajes de calidad para dar solución a las necesidades de alimentación, el manejo de los animales y la comercialización. (Arteaga, Chongo y Valdés, 1982; Morales, 1996; Ruiz, 1996)

    Valorando la difícil situación que presenta la ganadería en la región con respecto a la masa y disponibilidad de pastos y forrajes, se hace un estudio de la información actualizada acerca de algunas variantes sostenibles que ayudan a resolver en alguna medida la insuficiencia que existe en la alimentación de la masa vacuna en el trópico, determinado fundamentalmente por el déficit energético de las dietas, por lo que se abordan en la monografía, aspectos novedosos y experiencias relacionadas con el crecimiento, desarrollo, rendimiento y aprovechamiento de los pastos y forrajes, el clon de King grass Cuba CT – 115, los bancos de proteína, los biopedestales y la caña de azúcar y su incidencia en la producción de leche.

    Producción sostenible de pastos y forrajes para la producción de leche.

    1.-Crecimiento, desarrollo, rendimiento y aprovechamiento de los pastos.

    En el mundo existen dos grandes sistemas productivos de leche. El primero se basa en la utilización de concentrados (piensos) y se desarrolla en países como Israel, EEUU, Canadá, Holanda y Francia. El otro sistema utiliza los pastos para la alimentación del ganado exclusivamente, y se desarrolla fundamentalmente en Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Uruguay y países tropicales (Montilla, 1995)

    Soto (1999) define como pasto a la planta (gramínea o leguminosa) que tiene un crecimiento rastrero o en forma de macolla y que, entre un corte y otro, ya sea por el diente del animal o por la segadora es capaz de almacenar reservas en sus raíces para garantizar el rebrote, además de ser resistente al pisoteo; en este último caso, las leguminosas no cumplen con este requisito, pero se consideran pasto igualmente, solo que otro tipo de pasto. En tal sentido se debe aclarar que cuando el animal consume la planta directamente en el cuartón se le llama pasto aun cuando la planta sea forrajera o arbustiva.

    La alimentación del bovino a base de pastos, constituye el sistema productivo más económico y el que en un futuro más o menos cercano se impondrá. En países como los Estados Unidos de América, en donde la producción ha estado fundamentada en el uso masivo de granos, se manifiesta en la actualidad la tendencia a la adopción del pastoreo como sistema de alimentación del ganado lechero (Holden et al, 1994).

    Se considera, según Tejos (1995) y Domínguez et al. (2000), que el mayor por ciento de las áreas de pastos está compuesta por especies de pastos naturales (gramíneas y leguminosas), en muchos casos autóctonos, conformados también por especies arbustivas y arbóreas que constituyen el mayor porcentaje de la dieta.

    El pasto debe caracterizarse por su capacidad invasiva y su predominio en el pastizal, su resistencia al pisoteo y grado de adaptación a suelos poco fértiles. Valdés y Delgado (1990) señalan que en los pastizales cubanos predomina el Pasto Estrella (Cynodon nlemfleuensis) y La Guinea (Panicum maximun), pastos de gran poder invasivo, que han sido mejorados en las estaciones experimentales de pastos y forrajes desde el punto de vista genético, geográfico, de suelo y de práctica de manejo.

    Rendimiento

    Kg MS/há

    y = 4714.8 – 1402.6x + 589.3×2 – 49.2×3 (estrella lluvia)

    y = 2711.9 – 397.3x + 161.6×2 – 11.6×3 (estrella seca)

    y = Rendimiento

    x = semanas

    R2 = 0.97***

    Curva de crecimiento del pasto estrella (Cynodon nlemfuensis). (Lazo y Torres inédito), citado por Crespo, (1999)

    Las variedades de este género pueden llegar a producir rendimientos cercanos a 20 t MS ha-1 durante los primeros años de establecidas cuando se aplican insumos de fertilizante y regadío, aunque con un manejo en el cual se amplíen los días de crecimiento o intervalos entre cortes, los rendimientos pueden alcanzar entre 25-28 t MS ha-1. Estos altos valores de rendimiento anual contrastan con rendimientos del orden de 8-12 t MS ha-1 año-1 solamente en áreas de secano y sin fertilización (Serrano et al.1980)

    El género Panicum pertenece a la tribu Panicea, la cual agrupa el mayor número de especies. Cuenta con un considerable número de variedades entre las que resaltan: Likoni, Makueni, Común SIH 127, Común australiana, Murumbú, Gramalote, Azul rizomatosa, Gigante (azul y verde), Tanganika y Colonial. No obstante, las más extendidas en la producción son la Común y la Likoni. Las principales especies del género empleadas para la alimentación del ganado son P. Maximum, P. Coloratum y P. maximum (guinea) siendo la gramínea que ofrece mayor número de variedades cultivadas en países tropicales (Crespo, 1999)

    Las especies del género Panicum son las que, aparte de los Pennisetum, poseen un mayor potencial de rendimiento, debido a que las mismas presentan un sistema fotosintético de una gran efectividad. Por lo común, con suficiente humedad en el suelo y aplicación de nitrógeno, sus rendimientos anuales suelen ser superiores a 20 t MS ha-1 más aún, con alta dosis de N (hasta 800 kg MS ha-1 año-1 y edades de rebrotes largas), esta especie ha producido más de 45 t MS ha-1 año-1 en Puerto Rico. En condiciones de secano y sin fertilización puede producir hasta 12 t MS ha-1 año-1, pero con la aplicación de fertilizante y bajo irrigación su rendimiento puede alcanzar hasta 26 t MS ha-1 (Crespo, 1999 y Padilla y Cino, 2003)

    Variación del rendimiento de Panicum maximum Jacq. vc común a través del año (Crespo, 1999)

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