En el claro del patio Juan Francisco el brujo, Amaro y Feliciano hablaban. Después de un rato, desde los pasillos, se oyeron carreras y voces. Luego se define una risa y gritos, estos eran provenientes de Candelaria, Rosa y Peregrina, las cuales llevaron un susto en el pozo, decían que oyeron un suspiro, que no provenía de ninguna de ellas, al momento empezó una música de arpas y violines. Luego de contarlo, Juan Francisco el brujo sentencia que eso fue el encanto. A partir de esta sentencia se crea una discusión del encanto, la cual pasa a ser de brujas, espectros y demás. Luego de un rato llega José Jesús con Pedrito y a partir de allí luego de saludos y conversas todos se fueron yendo hasta quedar solo José Jesús y Juan Francisco el brujo (compadres) los cuales luego de un minuto se fueron caminando por el pasillo, pero en eso un hombre va saliendo del cafetal y se detiene a orillas de este y cuando los ve, se adentra de nuevo al cafetal.
Pág.13-21
Capítulo II
En este capítulo se presenta un solo personaje humano, Amaro el cual se despierta en su yunta, por el esplendor del claro de la luna, en ese momento es de noche todavía y faltaba mucho para amanecer, luego se dirigió al barbecho donde había dejado la tarde anterior sus bueyes. Al a cercarse al lugar solo diviso un bulto que era Romero, el buey sardo. Camino buscando en todas direcciones, el otro buey, Galán (el buey lebruno). El buey Galán, se había escapado como infinitas veces en busca de su antiguo compañero. Amaro cuando lo consigue al lado del otro buey se da cuenta de que destrozó las flores, cuando se acercaba a él, se le corría el buey, al cual llego agarrar la cuerda que le colgaba y lo llevo de vuelta, pero antes de uncir sus bueyes para emprender el trabajo, volvió a la yunta para su desayuno, y en eso, se dio cuenta de guamo que había florecido en ese tiempo.
Pág.21-25
Capítulo III
No lejos del pozo del encanto, Amaro y Pedrito iban y venían por la misma besana con sus yuntas Amaro estaba pendiente de Peregrina, la cual se hallaba atareada en sus labores. Mientras, Peregrina se encontraba pensativa por la llegada de Bruno. Estaba dispuesta a llegar a un acuerdo con el debido a sus ideas y venidas y todo esto sin tener que perjudicar a los demás. Su paradero no era fijo debido a sus huidas evitando las patrullas.
Capítulo IV
Bruno y peregrina estudiaban juntos, motivo por el cual las chiquilladas eran compartidas. Recorrían callejones, riachuelos y se marchaban urgidos por la llovizna o la niebla en la frescura del amanecer, rumbo a su escuela. La experiencia de Úrsula hacia intuir la llegada de Bruno al hogar. A tanto llego su reputación de malo y travieso que cualquier travesura era atribuida a él aunque no fuera. Su entretenimiento favorito el de perseguir y cazar luciérnagas y cocuyos, para luego sujetarlos a las cintas del sombrero de Peregrina, aunque no de buen gusto, disfrutaban y escandalizaban con sus risas y chillidos, candor que iluminaba las noches.
Capítulo V
Con el pasar de los días la familiaridad se fue reanudando de tal manera que Bruno se aventuro a asistir a las fugaces veladas del repartimiento. Con la muerte de Úrsula esto se hizo más cotidiano. Junto a peregrina los recuerdos infantiles afloraron y a la vez fue notable para Bruno notar en no tan buenas cualidades que eran tributo ahora de Peregrina. En el corazón de Bruno ya empezaban a sentirse los pálpitos acelerados que perturban y hacen de él un sufrimiento y desaparece por un tiempo para luego retornar y enfrentar su realidad. Enfermo y loco declara su ferviente amor pero con la gran satisfacción de ser correspondido.
Capítulo VI
Después de la declaración de Bruno y el inicio de este romance las noches en el campo comenzaron hacer algo escalofriantes, llenas de fantasmas y otras apariciones. Fue a Garzón a quien el susto casi mato al ver alzarse la imagen de la muerte que lo miraba, con sus huecos ojos. Al mayor de los blancos, Ramón fue sorprendido por una especie de gigante negro que fumaba una pipa y se acrecentaba, fumando y sonriendo así como la suave y dulce melodía de arpas y violines que rompía a sonar en el fondo del pozo. El viejo gañan, Juan Francisco, el brujo buscaba un conjuro eficaz contra el encanto del pozo, mientras se disputaba la valentía Garzón, entre tanto se fueron añadiendo hipótesis sobre los nuevos acontecimientos que podrían ocurrir, cosa que fue cierta como el rapto de las gallinas por los rabopelados. El tema del robo de las gallinas fue atribuido a Higinio, que en la oscuridad se hacía como una noche dentro de una noche. Se atribuyeron nuevos rumores sobre fantasmas a modo de primavera y de ilusión para las almas abatidas por la tristeza y la penuria en caseríos y pueblos debido a los acontecimientos ocurridos por José Félix ribas y el libertador. Entre tanto los buscadores de tesoros convinieron en encontrarse, puntuales y cautelosos una noche al pie del matapalo y en plena faena, musiu Pedro observo de una horqueta de árbol, como surgió y se elevo una blanca figura fantasmal corriendo despavoridos, dejando la noche llena de incertidumbres al no saber los campesinos el motivo de los aull
Capítulo VII
Capítulo VIII
Las ovejas y las Rosas
Égloga de verano
Música barbará
Tiempo
En la novela Peregrina o el Pozo Encantado presentan un tiempo lineal (es el tiempo en donde las acciones se presentan de manera secuencial) en donde podemos verlo con el siguiente ejemplo:
Ya algo entrado el día, hacia arriba y no lejos del pozo del encanto, en los barbechos ribereños, Amaro y Pedrito iban y venían por la misma besana con sus yuntas. Como a la venida marchaba delante, Amaro a la vuelta quedaba detrás, y entonces, a hurto del compañero, no dejaba de ver hacia aquella parte del cequión en donde se hallaba lavando Peregrina.
Pág.25#
Formas expresivas
Narración;
Mientras los hombres platicaban de brujas, las muchachas disimulan su desazón lanzando risitas ahogadas, pellizcándose entre sí y apretándose una con otras en el sardinel de la puerta.
Pág. 18#
Descripción;
Juan Francisco, es un viejo gañan a quien los mozos de la comarca en dos leguas a la redonda respetan, porque, además del arte mágico en que lo creen tan versado, que llegan a sospecharle de brujo, posee a la perfección el arte noble de amansar, hasta hacer dóciles como una seda con alma, a los más recios y voluntarios novillos. Aunque los amos todavía le consultan, acaban de ponerle fuera de servicio, entre otras razones por lo viejo. Era cenceño, de ojos vivos y nariz episcopal, tiene siempre en la comisura izquierda de los labios un rictus irónico.
Pag.13 #
Dialogo;
-Recogía yo la ropa y estaba está ayudando a peregrina a subirse la tinaja…
-Estaba yo ayudando a Peregrina a alzarse la tinaja, cuando sonó un suspiro, o algo así como un suspiro, y todas nos vimos las caras a ver cuál de nosotras era. Y no era ninguna. Hay mismo rompió a sonar una música, ¡pero una música! Lo mismito que si fueran muchas arpas y violines que estuvieran sonando dentro del pozo.
-Eso es: lo mismo que si dentro del pozo hubiera una música de arpas y violines.
-¡Jun.!- Pág.16 #
Posición del narrador
En la novela venezolana "Peregrina o el Pozo Encantado", se presenta un narrador Testigo (se vale de la tercera persona, que narra lo que ve y oye, pero no sabe lo que piensan y sienten los personajes).
Después de saludarlo de lejos, Amaro llamo a Bruno. Este al reconocer al hermano, se inmuto, pero, en cuanto hiso la mención de bajar gritando al mismo tiempo "haya voy", se sentido como más ligero y a un alegre.
Pág.94
Recursos literarios
Hipérbole:
¿Te gusto la novela?
En mí noble criterio de esta novela, puedo decir que por su drama tan trillado, su excesiva especificación de hechos, y el poco suspenso en el contenido de la novela, aparte de la escasa petición de análisis lógico y enseñanzas transmitidas al lector, me ha llevado a dar el veredicto de que no me atrajo la atención de leerlo ni seguirlo leyendo en el transcurso de la misma, y por lo tanto puedo decir que no me dio gusto leerlo.
Conclusión
A la literatura "Peregrina o el Pozo Encantado", en el trabajo anterior mente leído se puede observar que se le a echo un análisis literario donde se le a extraído, clasificado y dado características, luego de su previa lectura; los personajes, ambientes, acciones, tiempo, formas expresivas, posición del narrador, recursos literarios y mi criterio sobre la atracción que tuve sobre la novela (si me gusto o no), el cual tuvo mucha importancia para mi persona, porque puse en practica mi capacidad de redacción, de comprensión y lectura, aparte de los conocimientos adoptados dentro del aula, expuestos por la profesora Libia Giménez, en donde atraves de un análisis literario, demostré mis conocimientos sobre el tema.
Biografía del autor
Manuel Díaz Rodríguez nació en una hacienda cercana a Chacao, Municipio del Estado Miranda el 28 de febrero de 1871. Era hijo de Juan Díaz Chávez y Dolores Rodríguez, ambos progenitores procedentes de las Islas Canarias. La instrucción primaria la cursó el joven Díaz Rodríguez en su casa. Después entró en el Colegio Sucre, entonces bajo la dirección del doctor Jesús María Sifontes. En 1886 se graduó de bachiller. Posteriormente ingresó en la Universidad Central, donde se graduó de médico en 1891.
En la Universidad Central, Díaz Rodríguez conoció al doctor Adolfo Ernesto, uno de los renovadores del pensamiento científico venezolano.
Una vez graduado de médico, Díaz Rodríguez quiso completar sus estudios en Europa y así viajó por Francia, Italia, el Oriente, etc. En 1894 el médico regresó a su patria. Pero en 1895 volvió a Francia. En París publicó entonces su primer libro: Sensaciones de Viajes, editado por Garnier. El año siguiente regresó a Caracas, donde fija su residencia hasta 1899, año en que contrae matrimonio con una hija del escritor Eduardo Calcaño: Graciela. Ese mismo año el escritor emprende de nuevo viaje a París. Allí permanece hasta 1901. Para entonces es autor de Confidencias de Psiquis (1897), De Mis Romerías (1898), Cuentos de Color (1899), Ídolos Rotos (1901). La profesión de médico había sido opacada por su gran vocación de escritor.
En 1902 murió el padre de Díaz Rodríguez y entonces el escritor tuvo que trasladarse a la hacienda paterna, a instancias de su madre, para hacerse cargo de la dirección de aquel patrimonio.
Siete años pasa de esta manera en el campo. En 1909, a la caída del régimen político de Cipriano Castro, el escritor sale de su retiro rural. Se pone al frente de la dirección de un periódico: «El Progresista». Allí hace sus primeras armas de político junto con otros renombrados escritores, como Rufino Blanco Fombona, Pedro Manuel Arcaya, César Zumeta, etc. De los cuales se separó bien pronto.
En 1909 entra Díaz Rodríguez a servir en los destinos públicos; es nombrado vicerrector de la Universidad Central de Venezuela. Al año siguiente es designado representante de Venezuela en la Conferencia Panamericana que se llevó a cabo en Buenos Aires. En 1911 fue investido con el cargo de Director de Educación Superior y de Bellas Artes en el Ministerio de Instrucción Pública. Tres años después fue elevado a Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela. En 1915 fue elegido Senador por el Estado Bolívar. En 1916, Ministro de Fomento. Dos años más tarde vuelve a los estrados del Congreso como representante del Estado Bolívar. En 1919 es nombrado Ministro Plenipotenciario en Italia. En este último destino Díaz Rodríguez permaneció tres años. De regreso a Venezuela, en 1925 es nombrado Presidente del Estado Nueva Esparta, y al año siguiente pasa a desempeñar la Presidencia del Estado Sucre.
Minado por una terrible enfermedad en la garganta, Díaz Rodríguez buscó los recursos de la ciencia en Nueva York por el año de 1927. Pero a los tres meses de haber llegado allí, falleció el día 24 de agosto.
Autor:
Carlos Guevara
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