Eutanasia: sentir de los médicos colombianos que trabajan con pacientes terminales
Enviado por Henry Ramírez-Hoffmann, M.D.
Publicación original: Colombia Médica, 1999; 30: 102-106 – ISSN 1657-9534, Reproducción autorizada por: Corporación Editora Médica del Valle, Universidad del Valle, Cali, Colombia |
RESUMEN
El presente estudio pretende conocer el concepto con relación a la eutanasia de los médicos colombianos que trabajan con pacientes terminales de cáncer y síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Por trabajar con personas en estado terminal de la enfermedad, este tipo de profesionales se ve enfrentado a diario con la muerte de sus pacientes y con la solicitud de eutanasia por parte de estos o de sus familiares. Trata además de ver qué tan frecuente es la solicitud de eutanasia en Colombia y qué reacción desata en el médico su solicitud. Esta investigación se realizó en 1997 en Colombia a través de encuestas de opinión efectuadas en junio durante el VII Congreso Nacional de Dolor en Cartagena, Colombia, y durante el III Simposio Nacional sobre Dolor Agudo, Crónico y Atención de Pacientes con Cáncer Terminal en Cali en septiembre y a través de encuestas enviadas por correo aéreo a todas las ciudades capitales. Se encontró que la mayoría de los médicos que trabajan con pacientes terminales son anestesiólogos, que 50% de los profesionales ha recibido al menos una vez la solicitud de eutanasia y que la solicitud se hace generalmente por parte del paciente con o sin consentimiento de sus familiares; 40% de los médicos está dispuesto a realizar la eutanasia si el paciente se lo solicita y está sufriendo; 83% de los encuestados eran católicos; de estos, 8% aceptó haber realizado la eutanasia activa mientras que 30%, la eutanasia pasiva. Entre las ciudades de Bogotá, Cali, Medellín y Cartagena se concentró 74% de los encuestados. Bogotá se caracterizó por ser la más conservadora en cuanto a la realización de eutanasia por parte de sus médicos y en cuanto a la solicitud de eutanasia por parte de sus pacientes.
Palabras claves: Eutanasia activa. Criptanasia. Eutanasia pasiva. Suicidio asistido. Paciente terminal.
Etimológicamente la palabra eutanasia viene del griego eu (bien) y thanatos (muerte) y significa buena muerte, muerte apacible, sin sufrimiento1; trae implícito el hecho de que se toma una conducta con el fin de lograr la muerte para evitar que continúe el sufrimiento, por piedad, sin intereses mezquinos o económicos.
La Asociación Médica Mundial la define como "el acto deliberado de dar fin a la vida de un paciente, ya sea por su propio requerimiento o a petición de sus familiares"2. También se define como toda actuación cuyo objetivo es causar la muerte a un ser humano para evitarle sufrimientos, bien a petición de éste, bien por considerar que su vida carece de la calidad mínima para que merezca el calificativo de digna; el objetivo buscado debe ser la muerte3.
Existen dos grandes tendencias: la de los defensores, que consideran la eutanasia como un fin digno para los enfermos terminales que sufren grandes y largas agonías. Parten de la consideración de que se debe poner fin a los sufrimientos atroces, especialmente cuando la muerte es inevitable, toda vez que pese a aceptar que la vida puede girar a través de una concepción teocéntrica, consideran que la vida es patrimonio exclusivo de cada individuo y que puede disponer de ella; se erige como un derecho del hombre. No se presenta la eutanasia como una eliminación de la vida sino como una ayuda al bien morir; parte de la consideración de que el hombre tiene derecho a una muerte digna.
Si bien es cierto que se acepta la existencia de un ser superior, creador de todos los seres, no es menos que fundamentan en la fe una ayuda eficaz para resistir e incluso superar el miedo a la muerte1. Los opositores afirman que la eutanasia no pasa de ser una salida fácil, cobarde y peligrosa ante una situación de sufrimiento. La consideran como una falta grave del deber de respetar la vida humana. Desde la perspectiva judeocristiana es un pecado grave contra el quinto mandamiento. Es un homicidio si se realiza sin consentimiento del paciente y homicidio-suicidio si se lleva a cabo a petición del paciente.
Uno de los principios fundamentales de la ley natural y cristiana, es que el hombre no es señor y propietario sino administrador del propio cuerpo y de la propia existencia4. Se critica la ideología de la calidad de vida al partir de la consideración de que en muchos casos todo lo esencial de la calidad de vida se reduce a la comodidad, a un aumento de la cantidad, y a estimar que los contenidos de una calidad de vida son superiores a la vida misma: una vida de escasa calidad no merece ser vivida. Agregan los opositores a la eutanasia que la medida de esa calidad es meramente hedonista y utilitarista5,6.
La calidad de vida es materia de discusión en cualquier sociedad a la que pertenece el sujeto, esto es, dada la constitución biológica o psiconeural de los seres humanos puede variar justamente con el tipo de comunidad o momento histórico que pone de presente el móvil altruista para defender o no la eutanasia7,8. Los indicadores sociales de la calidad de la vida son cambiantes en la sociedad contemporánea; por ejemplo, pueden servir para ella, pero no para otras anteriores o posteriores.
El pronunciamiento de la Corte Constitucional expresado a través de la sentencia T del 20 de mayo de 1997, sirvió de marco a la realización de este trabajo. Realmente el diseño del instrumento para la recolección de información se realizó con anterioridad, pero la información se comenzó a recolectar unos días después. Dicho pronunciamiento no significa dar vía libre a la eutanasia en Colombia; es la revisión de la pena lo que se definió en el fondo; la sentencia lo que hizo fue aprobar la no-sanción penal al médico que ayude a morir un enfermo terminal declarado incurable que hubiese dado su consentimiento1. Es difícil saber si las respuestas hubieran sido diferentes antes del pronunciamiento de la corte; de todos modos la encuesta se mantuvo inmodificable.
Se ha especulado mucho, principalmente durante los últimos meses, con relación al pronunciamiento de la corte constitucional sobre la despenalización de la eutanasia en Colombia. Se comenta que los legisladores no tuvieron en cuenta los criterios de los médicos ni de los pacientes antes de aprobar las leyes que los involucran y afectan en forma directa o indirecta.
Este trabajo pretende recoger de manera directa, la forma de pensar y de actuar de los médicos colombianos (MDCS) que trabajan con pacientes terminales (PT) de cáncer y SIDA, y de una forma indirecta el pensar y el sentir de los pacientes y de sus familiares.
Página siguiente |