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El Valor del Bolívar y el Imperio del Dólar

Enviado por Jorge Osorio


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    Para el próximo 1º de enero del 2008, entra en vigencia la nueva denominación valorífica de nuestra moneda nacional: "El bolívar Fuerte", que no es más que el mismo bolívar, pero consolidado, ganando así su precio frente al nada seguro y devaluado dólar estadounidense. Como se sabe todas las transacciones comerciales y bancarias serán expresadas en Bs. F los primeros seis meses de transición cambiaria, para después expresarlos simplemente en Bs. Sólo es cuestión de tiempo para adaptarse al nuevo valor recuperado de nuestro signo monetario, según las estimaciones de los expertos económicos del Banco Central de Venezuela. Sin embargo nunca faltan los comentarios negativos y capciosos de tendencia neocolonial y dependiente que buscan la mejor manera de que el valor del bolívar siga manteniéndose por debajo del dólar, trastocando su auténtico valor.

    Ahora usted, mi estimado lector, se preguntará ¿cómo es eso de que el bolívar se recupera? Aunque usted no lo crea o le parezca contradictorio, apreciado lector, nuestra divisa monetaria siempre ha sido fuerte…¡Sí!… desde que Venezuela se proclamó República Independiente. Entonces nuevamente usted se preguntará ¿por qué sucedió esto si el bolívar siempre ha estado devaluado? Durante la primera década del S. XIX, (más específicamente el 19 de abril de 1810), cuando el mantuanaje criollo decide cortar con los nexos con la corona, cambiando la denominación de Capitanía General de Venezuela del Reino de España por República de Venezuela, hubo un temor generalizado entre las personas de la época ante una posible escasez de oro y plata, requeridas para la acuñación de monedas (llamadas en ese entonces "macuquinas"), el gobierno de la I República determinó la creación del "papel moneda", es decir, los primeros billetes, como una innovación para facilitar las transacciones comerciales y financieras de la recién independizada República de Venezuela. Como bien se sabe, el papel moneda se venía empleando en otros imperios, como el de la China de la dinastía Tang desde el siglo IX d. c., marcando una pauta en la historia económica de ese país, que estaba acostumbrado a las monedas en metales preciosos. La innovación estriba en que el Estado respaldaba esos papeles pintados con su equivalente en reservas de oro y plata, obteniendo así su valor y aceptado por el comercio. Esta innovación de respaldar los billetes con reservas en metales preciosos (patrón oro y plata) fue adoptada por todas las economías del mundo, que dio paso a la creación de los "cheques al portador". De hecho su usted observa un billete venezolano, podrá notar que existe una inscripción que dice "pagaderos al portador en las oficinas del banco", lo que significa, nada más y nada menos, su equivalente en oro que tiene el Banco Central de Venezuela.

    Para el mes de agosto de 1811, el gobierno venezolano autoriza la impresión de los primeros billetes que circularían en nuestro país. Estaban elaborados con un papel moneda rústico con denominaciones de ½, 1, 2, 4, 8 y 16 j (pesos), que tuvieron una existencia fugaz; pues, al perderse la I República de la "patria boba" la circulación de éstos primogénitos billetes fueron sacados de circulación por la desconfianza que causaban esos papeles sin el respaldo del patrón oro-plata. Fue la primera devaluación monetaria en Venezuela, hecho que motivó a Simón Bolívar a comentar que "la emisión de papeles sin otro respaldo que la fuerza de ser gobierno, fue una de las causas de la caída de la Primera República". A un año de esa pérdida, después de una fulgurante y victoriosa campaña militar denominada La Admirable, Bolívar entra triunfante en la ciudad de Caracas el 07-08-1813 para instaurar la II República. Allí el Libertador ordenó la apertura de la "Casa de la Moneda", para acuñar la "macuquina de plata". Y más tarde, cuando se perdió por segunda vez la República. los españoles reconquistaron a Venezuela al mando del general Pablo Morillo, en donde se reordenó la acuñación de una nueva moneda denominada la "morillera". Como vemos, estos vaivenes de valores cambiarios de la moneda en tan cortos períodos de tiempo llevaron al país a una espantosa recesión económica con resultados más desastrosos producto de la violencia generalizada con su consecuente estado de inseguridades, provenientes de la guerra desatada para ese momento. Las propiedades perdieron su valor, hubo una expansión de desconfianza porque nadie quería invertir, y la fuga de capitales en metálico desangró las finanzas del país. Luego, el desbarajuste se agudizó más por la existencia de dos gobiernos que funcionaban de manera paralela en el país: el de la corona española en la Capitanía General de Venezuela y el republicano de Simón Bolívar en Angostura. Allí el Libertador ordenó un edicto fechado el 18-06-1818 que contemplaba lo siguiente: …"La República de Venezuela sólo reconocerá el valor monetario de las denominadas: cordón de oro y plata, la macuquina del antiguo régimen español y la macuquina acuñada en Caracas en la segunda época de la República"… Esta anarquía monetaria originó muchas falsificaciones de monedas en Venezuela, y para controlarlo, el Libertador le ordenó al Gral. José Tadeo Monagas castigar a los falsificadores. Más adelanta, a raíz de la victoria militar de la Batalla de Carabobo el 24-06-1821, en donde se consolida la III República de Venezuela, Bolívar unificó el régimen monetario, al fijar un solo "peso de plata", por la Ley de la Moneda de Venezuela; y, a partir de ese momento Venezuela se perfila como la codicia del mundo, ya que nuestro signo monetario se fortaleció de tal modo que sacó de circulación a las monedas extranjeras.

    Pero aquí hay un detalle muy interesante. Al crearse el Gobierno de la Gran Colombia, en donde El Libertador Simón Bolívar gobernaba esa gran nación suramericana, la moneda de plata bolivariana, contaba para su fabricación con toda la plata del Potosí y las minas de oro de Guayana. El Libertador se podía dar el lujo de emitir billetes con el respaldo del "Patrón Oro y Plata", dando origen a la aparición de una nueva moneda sólida, fuerte, canjeables por cualquier dinero extranjero del mundo, cuya denominación nace a la par de la gloria del Libertador:"el Bolívar". Con semejante respaldo, esta moneda surge como la más sólida del planeta. Nuestro Padre de la Patria, en su concepción macroeconómica, trabaja por la justa distribución de la riqueza, como la única regla para disminuir la miseria, rompiendo con todos los esquemas tradicionales de producción controlada por grupos de poder económicos, al incentivar la inserción del sector trabajador al sistema de micro-finanzas, para generar una dinámica económica de oferta y demanda, basados (no en el consumo desmedido semejante a lo nos lo quiere imponer la tesis neoliberal), en la productividad, la independencia económica, el incentivo a las exportaciones, el control de las importaciones y un sistema monetario sustentado en la inmensas reservas en metales preciosos. Y para fortalecer más aún el signo monetario, el Libertador, mediante un decreto promulgado en Quito el 24-10-1829, reglamenta que "las minas de cualquier clase corresponden a la República", incorporando así al "Patrón Oro y Plata" las inmensas riquezas del país. Bajo esa dinámica económica de identidad nacional, gira instrucciones al Gral. José Antonio Páez para reabrir la "Casa de la Moneda" que adoptará el "Bolívar" como moneda nacional. Ya para 1827 aparecieron las primeras monedas acuñadas en oro con la efigie de Simón Bolívar en Bolivia. Sin embargo, a pesar de lo que parecía el inicio de un progresivo desarrollo económico, esto se vio truncado. Las potencias extranjeras como Inglaterra, dueña y señora de los mares del mundo de esa época y la naciente nación con aspiraciones imperialistas como lo es los Estados Unidos de norteamérica comenzaron a conspirar en contra de ese progreso económico. El plan bolivariano colocaba en jaque sus nada alentadoras economías, que habían sufrido muchos embates después de las guerras napoleónicas y sus consecuentes tratados provenientes del Congreso de Viena, en donde la "Pérfida Albión" (Inglaterra) resultó ser la más favorecida. Cuando la crisis parecía estar superada, llega inesperadamente el 17 de diciembre de 1830, cuando ocurre la desaparición física del Libertador y con ella se entierra la III República y su gran obra: La Gran Colombia, la prosperidad económica de Venezuela y el Sistema Monetario Bolivariano. Para 1832 la "Casa de la Moneda de París", en reconocimiento a este personaje egregio de Venezuela, emitió una medalla de bronce con su rostro y la leyenda: "Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiaban de mi desprendimiento". Y esto que quede claro ante tanto argumento estúpido y alevoso y traicionero de algunos historiadores y cronistas lacayos lame-suelas del imperio del dólar que incita al desprecio hacia al Padre de la Patria porque "tenía avaros intereses personales"…¡Pero esta breve historia no termina aquí!…

    Cuando el Gral. José Antonio Páez, denominado "León de Payara" que resultó no más que un "gatito criollito del patio trasero del imperio yanqui" y "Rey de los Araguatos" como se le llamó más tarde, principal instigador de la contra-revolución bolivariana amparado en una ilegítima Asamblea Constituyente, cuyo movimiento separatista llevaba el nombre de "La Cosiata" (que significa "la cosita"), es nombrado Presidente de la República de Venezuela el 13 de enero de 1830; y acto seguido elimina de un solo plumazo todos los decretos del Libertador, y establece en Venezuela un sistema capitalista pro-yanqui: se graban monedas con su rostro y ordena retornar al régimen monetario español, prohibiendo la acuñación de monedas en el territorio nacional, para que las mismas sean adquiridas en el exterior, y con ellos lograr la devaluación del "Bolívar" como unidad monetaria; mientras que el dólar estadounidense (moneda que había sido prohibida desde 1784 desde sus primeras acuñaciones en Filadelfia), llega a nuestro país para constituirse en una "innovación" en nuestro sistema monetario. Desde aquí comienza la fuga de capitales por infame preferencia por el dólar esa "moneda de barro". Esto trajo como consecuencia la inserción de diversas monedas de muchos países con valores variables que generaron muchas confusiones de tipo cambiario, y con ello trajo como resultado la escasez de circulante metálico, deprimiendo cada vez más la economía nacional. Sin embargo, a pesar de su animadversión hacia Bolívar, Páez fue contenido por el ideal bolivariano que reclamaba al héroe nacional y termina por aceptar la repatriación de los restos mortales del libertador, y para el 29-03-1842, el Congreso ordena la acuñación de monedas en Londres con las siguientes especificaciones: Art. 1.- "Habrá en Venezuela una moneda de cobre y cuño nacional denominada centavo, que representa la centésima parte de un peso fuerte (0,01 cts.j ), y llevará el emblema del libertador con la inscripción de República de Venezuela". Con la circulación de centavos venezolanos, se derogó el decreto para la importación de centavos de dólar estadounidenses autorizados por Páez.

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