"Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios", (Levítico 20:7)
Al analizar el ultimo pasaje bíblico, nos damos cuenta que la santidad del alma, nos hace personas integras llenas de la gracia divina para obrar en todo tiempo en amor y justicia. Sin embargo, esta condición no se da por imponernos cargas morales, sino por un proceso de renovación que fluye y nos hace ser cada día a imagen y semejanza de Dios. (Génesis 1:26)
Debe quedar claro que en el hombre no cabe hablar de eso que suele llamarse impulso moral o impulso religioso, interpretándolo de manera idéntica a cuando decimos que los seres humanos están determinados por los instintos básicos. Nunca el hombre se ve impulsado a una conducta moral; en cada caso concreto decide actuar moralmente. Y el individuo no actúa así para satisfacer un impulso moral y tener una buena consciencia; lo hace por amor de una causa con la que se identifica, o por la persona que ama, o por la gloria de Dios. Si obra para tranquilizar su conciencia será un fariseo y dejará de ser una persona verdaderamente moral. Creo que hasta los mismos santos no se preocupan de otra cosa que no sea servir, amar y hacer la voluntad de su Dios, y dudo siquiera de que piensen en ser santos. Si así fuera serían perfeccionistas, dogmáticos, y demasiados exigentes consigo mismo.[3] Por lo tanto, si buscamos por nuestras propias fuerzas el cambio o la transformación caeríamos en una religión cargada de frustración y cargas difíciles de sobrellevar. Por esa misma razón, Jesús tiene que mostrarnos su verdad, y que esta misma se encargué de hacernos libres de todo aquello que a nivel interno hace que actuemos con perversidad contra nosotros mismos y la humanidad en general.
La restauración, hace parte de un proceso donde permitimos que Dios examine nuestra vida, para modificar todo aquello que cause algún tipo de patrón de pensamiento y conducta negativo. Porque escrito esta: "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno", (Salmo 139: 23-24).
La falta de objetividad, conocimiento y sabiduría hace que por lo general cometamos errores, que creen problemas donde no los había.
Una situación similar le aconteció, a la nación de Israel hace miles de años, hecho que hace que Jehová los amoneste y les diga: "Tu camino y tus obras te hicieron esto; esta es tu maldad, por lo cual amargura penetrara hasta tu corazón", (Jeremías 4: 18). Por consiguiente, si queremos un mejor futuro, debemos andar de acuerdo a la voluntad divina y no seguir dejando que nuestra alma siga dominada por la rebeldía, ignorancia, orgullo, y desobediencia.
Es importante entender, que la frustración existencial viene cuando hay vacíos internos y un desconocimiento de lo que somos, y de lo que venimos hacer en la tierra.
Búsqueda del ser
RENACER ESPIRITUAL
Renacer, es nacer espiritualmente y dejar que la esencia de nuestro ser sea controlada por la divinidad de Dios (2 Corintios 5:17). Por consiguiente, en esta condición Tu "SER" es superior y perfecto. En este momento y siempre ha sido perfecto. Es bello. Es amor, inteligencia, sabiduría, dicha. Esa es la verdad. Es tu Verdad, la mía, la de todos los seres humanos, ahora mismo.
La inmundicia que deja el pecado, la iniquidad y el mundo no pueden seguir estancando la esencia de nuestro ser.
Para alcanzar la perfección divina y santidad tenemos que entender ¿Quién somos? Por lo tanto, debemos permitirle a Dios arrancar de nuestras vidas todo velo o ceguera espiritual que no deja comprender el llamado por el cual fuimos creados.
Porque escrito esta: . "Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación", (1Tesalonicenses 4:7).
Dios no nos llamó para que sigamos viviendo en miseria, en rencores, en pobreza espiritual y material. Por el contrario, estamos en este mundo para ser parte de un llamamiento celestial (propósito) que nos invita a la regeneración espiritual, a la libertad interior y a una calidad de vida excelente.
A través de la dirección, guía, ayuda y unción del Espíritu Santo nuestro ser puede descubrir su perfección divina, proyección de vida y sentido de existencialidad.
Ser hijos de Dios implica creer, aceptar el evangelio, y ser sellados por el Espíritu como propiedad de Él. (Efesios 1:13; Romanos 8:14)
Sencillamente, el evangelio no es una religión, es entender la verdad por la cual el redentor vino a morir y resucitar. Es comprender, que Él ganó la victoria sobre el mal para que ningún hombre que lo siga tenga que seguir controlado por el pecado y la iniquidad. (Colosenses 2: 14-15)
La maldad que causa el pecado no simplemente es cometer los actos más brutales sobre la tierra, es también dejar que nuestro interior se llene de frustración, de rencores, de miedos, de envidia, amargura, tristeza, desesperación, hipocresía, vanidad, orgullo, etc.
Conoce la verdad
FUNDAMENTO DE VIDA
"Así que si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres" (Evangelio de San Juan: 8, 36).
Si sabemos que el AMOR es toda la ley, podríamos empezar por preguntarnos:
¿Amamos realmente?
El Cristianismo nunca se puso en práctica, pasaron 2000 años y aún no sabemos amarnos los unos a los otros. Aún no sabemos amarnos y respetarnos a nosotros mismos, por lo que no podemos dar lo que no tenemos, a los demás.
Ejemplo: Amar a alguien significa dar a ese alguien todo lo que se pueda, sin esperar nada a cambio, permitirle crecer en libertad y a la vez crecer uno mismo.
Es hora de tener en cuenta la Regla de Oro:
"No le hagas a otro lo que no te gustaría que te hicieran a ti"
Cuando decimos en el Padre Nuestro: Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden; en realidad estamos pidiendo que se haga con nosotros lo mismo que nosotros hacemos, que se nos de, de acuerdo a lo que damos. Dicho de otra manera, estamos reconociendo la necesidad de dar, para recibir.
Ámate con respeto: "No permitas que te hagan lo que tu, no le harías a otro"
Si basáramos nuestras acciones, pensamientos y sentimientos en esto, fundaríamos el mundo de amor que tanto anhelamos.
Para las razas primitivas un rayo o la erupción de un volcán eran manifestaciones espirituales ya que se desconocían las leyes físicas de la naturaleza, y aun así todo es espiritual, ya que mucho tienen que ver los pensamientos divinos manifestándose en toda la creación.
Todo está unido y relacionado, todo es uno. "materia y espíritu, son solo uno"
El ser humano establece diferencias en lo que para el AMOR es una sola cosa. Es nuestra ignorancia la que separa, la que divide. Ya que el amor se manifiesta de una forma sobrenatural.
Observa a la naturaleza, nunca se repite; no hay dos hojas, en un mismo árbol, que sean iguales. Quiere decir que todo es diferente, nada es igual a nada.
Todos somos hijos de Dios, todos somos perfectos en su esencia. Sin embargo, lograr ese estado implica trascender y purificarnos en cuerpo, alma y espíritu.
Las personas pueden cambiar, y con cada paso van evolucionando y creciendo no sólo en la parte espiritual sino en todos los aspectos de su vida.
Recuerda que hace 2000 años Cristo Jesús dijo: "Nadie va al Padre, si no es por mí." Por lo que el camino evolutivo, implica dejar que el poder que levanto y resucitó a Cristo de la muerte se manifieste en nosotros y nos guíe, a través del Espíritu Santo.
Si Dios mora en nosotros evidentemente nuestra vida debe cambiar y dar un giro de 180 grados; El hecho de que Dios habite en nosotros, es una decisión que indudablemente nos inundara del poder divino para actuar en amor, en santidad, de acuerdo a la imagen del Dios que nos creo. Es cierto, que por ello somos perfectos.
Esa transformación se da en la medida que permitimos que Dios, se incorpore en nuestra manera de pensar, actuar, sentir, vivir. Al punto, de ya no ser los mismos hombres sometidos a una naturaleza superficial, sino por el contrario SER NUEVAS CRIATURAS Y por lo tanto nuevas personas. Un individuo que evoluciona y madura conforme a la imagen y semejanza de Dios.[4] (Génesis 1:26; 2 Corintios 5:17)
Logramos un ser superior cuando nuestro yo esta controlado y trasformado por la presencia del Padre celestial, y esto se logra por medio del Espíritu Santo.[5] Pero, no puedes manifestarlo si en ti hay egoísmo, o si tienes ataques de cólera, o si eres avaro, o si… … Debes adquirir conocimientos y efectuar las correcciones.
Recordemos, que el cambio no esta basado en nuestras fuerzas, si no en el poder divino de Dios. Sólo de esta manera podemos vencer nuestros propios temores, las angustias que nos aquejan y los enemigos internos o externos. (Salmo 27:1-2; Salmo 34:4-7).
BIBLIOGRAFIA
Su dirección Web: http://www.actiweb.es/prosperidadivina/
Autor:
Mónica Patricia Ezenarro
[1] www.formarse.com.ar
[2] http://www.portalplanetasedna.com.ar/descargas.htm
[3] VICTOR E. FRANKL. El hombre en busca de sentido. Editorial Herder S.A. Barcelona. Duodécima edición. 1991. Pgs 102-103.
[4] MÓNICA PATRICIA E. Espiritualidad pura. Santander, Colombia. 2006. Pg 10.
[5] MÓNICA PATRICIA E. Espiritualidad pura. Santander, Colombia. 2006. Pg 14.
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