Rusia antes de las incursiones vikingas
Al oeste de los montes Urales se extiende una amplia llanura, que en nuestros tiempos forma la porción europea de Rusia. Estos parajes rusos, privados de grandes alturas, se ven surcados por numerosos ríos, que como en el caso del Volga, atraviesan toda la región anteriormente citada.
Durante la era precristiana la zona norte de la Rusia europea era desconocida para las civilizaciones de aquel entonces. Su vegetación se caracterizaba por estar repleta de bosques, en los cuales habitaban una serie de tribus nómadas, que pasaron a la historia con el nombre colectivo de eslavos. Por otro lado, la zona sur de la Rusia europea se transfiguraba en un centro multifacético de intercambio cultural y étnico.
En el contexto de los pueblos nórdicos, es importante destacar los hechos que acaecieron en las zonas septentrionales de la actual Rusia europea, debido a que este fue el principal punto de acción de las tribus escandinavos.
Los eslavos se encontraban distribuidos en tres ejes principales de la región norte de la Rusia europea, una hacia la zona occidental, otra hacia el sector sur y, por último, una hacia la zona oriental. Cuando estas tribus comenzaron a expandirse producto de diversas migraciones, se ramificaron dando origen a diversas etnias. El desarrollo sistemático de cada uno de los tres ejes se produjo de la siguiente manera:
- Tribus Occidentales: moravos, polacos, checos y eslovacos
- Tribus Meridionales: serbios, croatas, eslovenos y búlgaros
- Tribus Orientales: modernos rusos, ucranianos y bielorrusos.
Los eslavos orientales se convirtieron en famosos comerciantes, y los ríos y vías fluviales extendidas por todo el territorio, desde los montes Valdái, facilitaron el establecimiento de centros comerciales, en especial las ciudades de Kiev, al sur, y Nóvgorod, al norte. La región de los montes Valdái, al noroeste de Rusia, es el punto más alto de la meseta oriental europea y nacimiento de muchos de sus ríos; la facilidad para portear en esta región, favoreció el transporte de artículos desde el Báltico hasta el mar Negro y además se convirtió en el punto de partida de la expansión y de los movimientos migratorios de los eslavos orientales. El control de esta estratégica región fue un elemento importante en el dominio de Europa oriental.
Contacto entre vikingos y eslavos.
Actualmente es sabido que el gran auge comercial de los eslavos orientales fue producto del intercambio cultural con pueblos escandinavos, más específicamente vikingos suecos, que se establecieron en la costa rusa del báltico y surcaron la amplia llanura a través de sus innumerables ríos.
Los vikingos suecos que se establecieron el la región septentrional de la llanura fueron llamados por los eslavos como "Varegos", que significa comerciantes, del mismo modo, los eslavos también los llamaron "Russ", de donde se cree que vendría el nombre de Rusia. El significado de "Russ" es aun un debate e el cual se enfrentan dos teorías, una se refiere a que el significado del nombre se refiere a una tribu alanica del sur, mientras que la otra se refiere a que es el nombre finlandés para designar a los vikingos suecos.
A pesar de que el contacto interracial entre suecos y eslavos produjo grandes avances en el comercio, no fue así en la organización de las tribus, las cuales aún se caracterizaban por poseer un carácter tribal.
Establecimiento de los primeros estados eslavo-nórdicos: El Principado de Novgord y el Principado de Kiev.
Según cuenta la primera crónica rusa, los desordenes tribales del año 862 provocaron que un príncipe nórdico llamado Rurik o Ryurik fuera llamado para gobernar la ciudad de Nóvgorod. Del mismo modo, la crónica continúa nombrando a otros dos personajes varegos, Dir y Askold, quienes organizaron y gobernaron la ciudad de Kiev, esto sucedió también en el siglo noveno, pero no ha sido posible establecer una fecha exacta.
El príncipe Rurik, gobernador de Nóvgorod, fundó la primera dinastía rusa y expandió la influencia de la ciudad por todo el noreste y noroeste del área norte de la Rusia europea.
Gracias a la entrada en escena de estos tres personajes de origen nórdico se logró una unidad racial entre varegos y eslavos, dando origen al tronco histórico de las nacionalidades que poblarían el este europeo, y que se vanagloria de su glorioso pasado, donde gracias a la obra de los normandos o vikingos, se logró la primera unidad en el este del antiguo continente, producto de la creación de un solo estado. Dicha obra transcurre de la siguiente manera cronológica:
Rurik muere hacia el año 870, y dado que su hijo Ígor era un niño, Oleg, pariente del fallecido príncipe, ejerció la regencia hasta el año 912. El príncipe regente, de carácter codicioso, ordena el asesinato de los gobernantes de Kiev en el año 882, dándose origen al primer estado ruso unificado, el cual se extendía desde el mar Báltico hasta el mar Negro. El sometimiento de reiteradas sublevaciones internas y de pueblos vecinos le dio a este estado, con capital en Kiev, una frontera común con el imperio Bizantino.
Relaciones Kiev-Bizancio. Conversión al cristianismo
Los primeros contactos fueron razón de reiterados enfrentamientos entre ambas naciones, pero en el año 911 se concreta un tratado comercial y se establecen relaciones pacificas y de cooperación mutua entre bizantinos y rusos. Este tratado es el primer acontecimiento comprobado de la historia rusa, y produjo un contacto comercial y cultural que ha llevado a citar que Rusia: "Es un estado forjado por varegos y civilizado por bizantinos". Producto del intercambio cultural de ambos pueblos, es posible citar que, por ejemplo, el escudo de armas utilizado por Rusia hasta nuestros tiempos es el mismo utilizado por los emperadores bizantinos, y estos, a su vez, poseían una guardia personal que era reclutada entre los ejércitos varegos, por lo que se le conoció como "Guardia Varega".
Ígor asumió el poder en el 912 y en el 945 fue sucedido en el trono por su viuda Olga, quien se convirtió al cristianismo en el 955.
En el 964 Olga abdicó en favor de su hijo Svyátoslav, el primer príncipe descendiente de Rurik con nombre eslavo. Al contrario de los otros príncipes, su gobierno lo dirigió mayoritariamente desde Kiev, lo que favoreció que esta ciudad alcanzara una situación privilegiada con respecto a otras ciudades rusas; Svyátoslav, que era un gran estratega, se propuso afianzar aún más la posición de Rusia en el sur. Dirigió sus tropas contra los jázaros del sureste, contra los búlgaros y contra los belicosos pechenegos, tribu de las estepas ubicada a orillas del mar Negro. Svyátoslav levantó un gran imperio y bajo su reinado prosperaron tanto el comercio como los distintos gremios de artesanos.
El imperio se dividió entre los tres hijos del príncipe, lo que provocó conflictos dinásticos que vieron su fin en el 980, cuando Vladimiro I, el menor de los tres hijos —más tarde conocido por el nombre de Vladimiro el Grande o San Vladimiro— pasó a ser el único heredero del trono.
El acontecimiento más relevante de su reinado fue su propia conversión al cristianismo bizantino en el 988, y la institución de este credo como la religión oficial del pueblo ruso, por lo que obligo a todos sus súbditos a recibir el bautismo en masa. Tras repudiar a sus numerosas esposas paganas, se casó con Ana, hija del emperador bizantino Basilio II Bulgaróctonos. Desde sus comienzos, la confesión ortodoxa rusa, se distinguió de la bizantina; los oficios religiosos se celebraban en eslavo, lo que permitió a la nueva Iglesia conseguir una relativa autonomía; aunque continuaba estando bajo la autoridad canónica del patriarca de Constantinopla, era el príncipe de Kiev quien ejercía de hecho la jerarquía suprema.
Tanto las iglesias como los monasterios, que eran conocidos como labras, se erigieron siguiendo el estilo arquitectónico de Bizancio, y la cultura bizantina fue muy influyente en áreas como la arquitectura, la música y el arte.
Tras la muerte de Vladimiro en el 1015, sus dominios quedaron divididos entre sus hijos, lo que provocó disensiones internas. El primogénito de Vladimiro, Svyatopolk el Maldito (reinado 1015-1019), ostentó el poder supremo y para asegurar esta posición asesinó a sus hermanos Boris y Gleb. No obstante fue más tarde depuesto por su hermano Yaroslav el Sabio, príncipe de Nóvgorod. Yaroslav consiguió reunir el imperio de su abuelo Svyátoslav hacia 1036. Con él, el estado de Kiev alcanzó su máximo esplendor; asimismo, Yaroslav convirtió la ciudad en capital oficial, erigiendo suntuosos edificios entre los que destaca la catedral de Santa Sofía; también se abrieron escuelas y el gran duque hizo revisar la primera compilación legislativa rusa, el Russkaya Pravda ‘la verdad rusa’. Para consolidar la posición de sus herederos, Yaroslav ideó un sistema de precedencia, que establecía la jerarquización de los distintos principados, desde el más pequeño hasta Kiev, el más poderoso; cuando murió el gran duque, los vasallos que estaban bajo su mando se trasladaron a los principados más importantes, lo que provocó el fin del reino de Kiev.
Aunque el modelo de precedencia fue puesto en práctica desde el principio, la muerte de Yaroslav señaló el declive de Kiev. Sus hijos compartieron el imperio y cada príncipe intentó dividir sus tierras entre sus propios hijos. Rusia se convirtió entonces, en un grupo de pequeños estados casi siempre enfrentados. El nieto de Yaroslav, Vladimiro II Monómaco, fue el último que intentó unificar el país, pero su muerte en 1125 desbarató sus esfuerzos por conseguir esta unión y la fragmentación del reino fue inevitable.
Otros estados cuestionaron la supremacía de Kiev, especialmente Galitzia y Volínia al oeste, Suzdal en la parte centro y superior de la cuenca del Volga, Chemigov y Nóvgorod-Severskiy en la cuenca del Desna, Polatsk que controlaba las cuencas del Daugava y del Bereziná, Smolensk que ocupaba la parte superior de la cuenca del Daugava y el Dniéper, y Nóvgorod el mayor de los estados, que abarcaba las tierras limítrofes con el golfo de Finlandia, el lago Peipus (receptor de las aguas del Volga), el mar Blanco y el río Dvina septentrional. El declive de Kiev se debió en parte a la pérdida del comercio tras el saqueo de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada en el 1204, y a la consiguiente migración del pueblo de Kiev hacia el norte.
Nóvgorod se convirtió en un próspero estado comercial que llegó a alcanzar una posición dominante y en el siglo XIII fue sede de una de las principales factorías de la Hansa Teutónica. Kiev también perdió su importancia como el mayor centro cultural de la nación, siendo reemplazado por las ciudades de Suzdal, Vladímir y finalmente Moscú (fundada alrededor del 1147). Rusia se convirtió en un mosaico de ciudades-estado, unidas por una lengua, religión, tradiciones y costumbres comunes, pero gobernadas por miembros de las múltiples casas de los rurik que normalmente estaban en guerra. Las dificultades estuvieron también agravadas por conflictos fronterizos.
Al oeste los caballeros teutónicos, los lituanos y los polacos invadían los territorios rusos, y al sur se daban constantes incursiones por parte de los nómadas polovtzy —una de éstas correrías inspiró el poema épico ruso La canción del fantasma de Igor—.
Invasiones de las estepas y fin de los estados nórdico-eslavos.
A principio del siglo XIII, invasiones procedentes del este amenazaron la integridad de Rusia. En 1223 el ejército mongol de Gengis Kan inició sus incursiones por el sureste. El pueblo polovtzy llegó en ayuda de los príncipes rusos a pesar de su tradicional rivalidad. En 1223, en la batalla del río Kalka (hoy Kalmius), la coalición ruso-polovtzy fue derrotada. No obstante, tras su victoria, los mongoles se retiraron de igual forma que llegaron, regresando a Asia.
En 1237 Batu Kan nieto de Gengis Kan, dirigió nuevamente a los mongoles a Rusia oriental. En su marcha hacia el norte, asaltaron y destruyeron la mayoría de las ciudades más importantes de la región de Vladímir-Suzdal. Las campañas de los mongoles estuvieron dificultadas por los bosques y pantanos del sur de Nóvgorod por lo que Batu Kan se vio obligado a cambiar la marcha de su ejército. En 1240, asoló la parte suroriental destruyendo Kiev tras una dura contienda. Los tártaros saquearon Polonia y Hungría, continuando hacia el este, hasta Moravia.
En 1242, Batu Kan estableció su capital en Sarai, en el curso bajo del Volga (hoy el actual Volgogrado) y fundó el kanato conocido como la Horda de Oro, que fue prácticamente independiente del Imperio mongol. Además de los estragos ocurridos en Rusia, la invasión mongola fue determinante en el desarrollo de su historia.
El control tártaro destruyó los elementos de autogobierno establecidos en asambleas representativas que se instauraron en algunas ciudades rusas, lo que supuso un alto en el progreso económico y cultural, provocando el estancamiento del país durante dos siglos y su retraso respecto a otros países de Europa occidental.
El gobierno, las leyes y las costumbres tártaras acabaron con las tradiciones rusas; la región de Kiev quedó prácticamente despoblada a causa de las masacres y del desplazamiento de la población hacia el oeste, en su intento por escapar del avance mongol.
Con el avance mongol también se produjo un quiebre en la antigua unidad racial entre varegos y eslavos, lo que dio origen a tres grupos principales:
- Bielorrusos o "Rusos Blancos": estuvieron culturalmente influidos por los polacos y lituanos;
- Pequeños Rusos o "Malorrusos": formado por la población eslava procedente de la región de Kiev y áreas vecinas. La región del antiguo reino de Kiev, influida por la lengua y costumbres extranjeras que se impusieron como forma de vida sobre la tradición de los antiguos rus, pasó a llamarse Ucrania.
- "Grandes Rusos": Los habitantes del norte de Rusia se convirtieron en el grupo principal de los eslavos rusos, y sufrieron la influencia determinante de las distintas ramas de los pueblos ugrofineses.
Autor:
Mattia Casali Guidugli
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