- Resumen ejecutivo
- Focalizarse en habilidades y conductas
- Las relaciones entre los integrantes
- Enfocar y resolver
- El líder de equipo y sus destrezas en el camino
- Ambiente: claridad, confianza y compromiso
- Fuente
Resumen ejecutivo
La mayor parte del trabajo en una empresa moderna se hace mediante equipos de trabajo. Los líderes exitosos deben entonces proveer el ambiente, la estructura y las habilidades que les permitan a esos equipos prosperar.
Después de investigar unos 6.000 equipos – algunos exitosos y otros no – los autores
recolectaron y analizaron sus experiencias para determinar las condiciones y características que les ayudaban o frenaban en el logro de sus objetivos. Más allá de las consideraciones teóricas sobre el trabajo en equipo, LaFasto y Larson proveen consejos y herramientas prácticas que le servirán como guía para el éxito en el trabajo colaborativo.
Focalizarse en habilidades y conductas
Todo equipo de trabajo se distingue en dos aspectos fundamentales:
1. Una meta u objetivo común.
2. Colaboración mutua para alcanzar dicha meta u objetivo.
Midiendo determinados atributos específicos de los individuos, se puede predecir si el equipo de trabajo alcanzará sus metas. Dicha afirmación se basa en un estudio que alcanzó a 15.000 miembros de los más diversos equipos laborales.
Los atributos individuales a los que hace referencia, son:
– Experiencia
– Habilidades para la solución de problemas
– Apertura
– Apoyo
– Orientación a la acción
– Estilo personal.
Una de las principales cualidades que los miembros de un equipo valoran inicialmente en los demás, es la experiencia, sobre todo cuando de líderes del equipo se trata. Sin embargo, a medida que el equipo se conforma y desarrolla, se valoran más otros aspectos, como la capacidad de resolución de problemas, ya que mantiene al equipo enfocado en su meta.
Apertura, orientación a la acción, apoyo y estilos personales de los integrantes son otros de los factores que inciden en que un equipo se mantenga o se desvíe de su objetivo. La formación y el conocimiento, poco tienen que ver en general con posibles desvíos; de ahí la importancia de los primeros.
Las mejores habilidades se desarrollan cuando el ambiente de trabajo es propicio para ello; es decir, cuando se promueve la libertad de expresión de ideas, el surgimiento de opiniones divergentes, el respeto por las intervenciones de los demás y la apertura ante posibles discusiones en busca de soluciones conjuntas.
De no ser propicio el ambiente para el crecimiento de un equipo de trabajo, se afectan la planificación, los roles y el desempeño del conjunto. En casos extremos, se presentan
disfuncionalidades que distraen notoriamente la energía de la meta principal, con resultados negativos de alto costo.
Apertura y apoyo son fundamentales en la construcción de interacciones adecuadas entre los miembros de los equipos de trabajo; bases para un buen clima laboral. Esto significa la
posibilidad de desarrollar un genuino deseo y voluntad de ayudar a que otros triunfen, poniendo el bienestar del equipo por encima de cualquier agenda personal.
La orientación a la acción es otro atributo especialmente relevante hoy día, porque implica asumir roles de liderazgo cuando las situaciones así lo requieren, independientemente de la posición que ocupa el individuo en la organización. Si los equipos no cuentan con la orientación a la acción en sus integrantes, corren el riesgo de tornarse indefensos o
atrincherados (lo que produce inercia), o divididos (lo que impide el logro de metas).
El estilo personal de los integrantes de un equipo es igualmente crítico. Se debe atender el grado de compatibilidades y evitar que se impongan tendencias negativas. Así como el
optimismo y la confianza se transmiten y multiplican, lo mismo ocurre con el cinismo y las quejas recurrente. De ahí la necesidad de adoptar estrategias previsoras.
La investigación indica que las actitudes individuales, los estilos personales y las formas de interacción tienen un impacto directo en el desempeño y resultados de los equipos. Las
variables a evaluar son complejas, considerando las particularidades humanas; no obstante, más allá de las diferencias, es posible lograr que los equipos desarrollen visiones en común, y sean más colaboradores y productivos. Esa debe ser una meta clave de cualquier empresa.
Las relaciones entre los integrantes
Relaciones interpersonales inadecuadas es sinónimo de incapacidad para el cumplimiento de metas productivas y eventualmente, disfuncionalidad.
Por el contrario, las buenas relaciones interpersonales entre los miembros de un equipo, con orientación al logro, ayudan a la eficiencia.
El Modelo de Conexión se basa precisamente en:
1. El reconocimiento de que una relación implica un proceso "con" alguien, en vez de hecho "a" alguien.
2. La orientación a construir una relación proactiva, en vez de una guía retrospectiva.
Es decir, un enfoque constructivo, en el que se intenta comprender y apreciar los puntos de vista de los demás, asumiendo el compromiso de emprender mejoras conjuntas.
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