Pudiera decirse que la razón de este libro gira alrededor del conflicto buscando en su Excelencia El Amor el equilibrio que nos debe merecer las diferencias entre seres inteligentes y equilibrados.
Nadie por supuesto soporta por mucho tiempo un conflicto, y cuando éste se hace crónico, las consecuencias suelen ser muy traumáticas, diría irreversible. Cuando tal acontecimiento se presenta es conveniente buscar urgente ayuda profesional que medie para encontrar soluciones concertadas o rompimiento definitivo, pero en buenos términos.
El conflicto es al hombre como las arenas al mar, siempre lo llevará consigo y medirá fuerzas con él en cruentas batallas. Pero, el hombre cada día es más razonable, sabe que la única manera de sacarse los conflictos de encima es haciéndoles frente sin arrogancia, pero también sin temor. Temer enfrentar el conflicto es una rendición frente al problema, dejándonos en malas condiciones para atajar el trance.
Sin embargo podemos preguntarnos ¿Le es posible al hombre evitar el conflicto, esto es, no dejarlo aparecer?
Cuando el conflicto se desarrolla hacia y desde otros, pareciera que estamos frente a lo inevitable; ello no obstante, puede detenerse a tiempo. Ya dijimos que el conflicto nace con el hombre y permanece en él de manera latente, por lo que parece inevitable su aparición, lo que nos deja en situación de tener que esperar el conflicto para solucionarlo.
Prepararnos, si es que tenemos tiempo para enfrentarlo, nos deja en situación de ventaja, no para ser preeminentes o ventajistas, sino para usar esa ventaja como muro de contención del conflicto y así evitarlo o disminuirlo.
La perdida de control frente al conflicto nos acarrea serios tropiezos y difíciles caminos por donde transitar; por lo que siempre debemos considerar la no tenencia de la verdad absoluta, lo que nos ayuda a ser razonables y rendir banderas cuando éstas no son del todo justas, sino que se amoldan a nuestros intereses. No cabe la menor duda que nuestros intereses son de valor propio, pero debemos preguntarnos si ellos no pueden en un momento determinado violentar los interese de los demás. Somos muy aferrados a que nuestro punto de vista es el valedero, ello, sin embargo deja duda, pues con toda seguridad no siempre tendremos la razón.
La espiritualidad y el amor
La paz y la armonía en la pareja, así como en la familia toda, posee innegable fundamento en el amor y en la identificación con una espiritualidad -que no con una filosofía o una religiosidad- que tapiza la relación con la finura y suavidad de la seda.
No voy a repetir los contratiempos lógicos y normales de las relaciones humanas porque ya los hemos visto con detenimiento y por considerarlos, además, parte integrante de la persona humana y su entorno social. Quiero fijar mi atención en la singularidad del hombre en su peregrinar espiritual que le hace "algo" más que simple materia.
La incuestionable dimensión espiritual del ser humano es lo que le permite la valoración de sí y de su semejante. Si le diera, el hombre, la espalda a la espiritualidad muy pronto estaría sumergido en el salvajismo y su perfil nada se distinguiría de las bestias. Por lo que podemos afirmar la doble condición del hombre que lo conduce a una perfectibilidad espiritual y a un desarrollo material que llamamos evolucionismo.
La espiritualidad, sin embargo, se identifica con una diversidad de corrientes filosóficas y religiosas que se vinculan a tendencias de pensamientos o prácticas místicas. No obstante, la espiritualidad le viene dada al hombre por ser depositario de un alma inmortal no necesariamente unida a ninguna de las expresiones señaladas, pero que sí juega dentro del hombre con una condición especial que lo hace sensitivo frente a sí como ente espiritual.
Partiendo de lo afirmado el ser humano se convoca entre sí a esa expresión que llamamos amor, que lo califica como un ser superior de todo lo existente. Por tal motivo el hombre no puede desvincularse del amor, muy a pesar de las tentativas de convertirlo en un ser indiferente frente a esa noble condición humana.
Sabidas y conocidas tendencias materialistas han intentado señalar a la persona, al ser, su mente y a la esencia humana, como un conjunto de carne y hueso sin vinculación espiritual. Lo difícil para los practicantes del materialismo es entender cómo en una materia llamada cuerpo, pueda tener cabida la espiritualidad sin llegar a ser materia también.
Pero como el valor fundamental de esta obra, y el de su autor, estriba en la excelencia del amor como una expresión corpórea y espiritual, para nada me voy a detener, más allá de lo explicado, sobre tales tendencias.
El amor y la espiritualidad van unidas al hombre y su expresión es una condición que lo distingue, siendo que sin la participación del espíritu es imposible la vida misma. ¿Cómo sentirse amado, en consecuencia, más allá de la unión carnal si no sentimos que ese acto está vinculado a los sentimientos y al amor? De nuevo se plantea aquí el sexo sin amor, que si bien cumple una función fisiológica no se puede llamar amor a tal unión. Repito lo dicho: expreso, ante este hecho innegable en su existencia, mi respeto, pero ello no significa un reconocimiento a que tal práctica sea la ideal para complacencia del cuerpo y el espíritu.
Por otra parte, amamos a los seres humanos de manera integral, no sólo a sus cuerpos que son representativos de cada cual; ya que cuando han desaparecido de manera física amamos su memoria y su recuerdo. Ello nos dice categóricamente que la espiritualidad como signo filial es una verdad inobjetable que nos permite ser causalidad y efecto, así como presencia perdurable.
En lo personal, me permito esta libertad con anuencia de ustedes, considero que la espiritualidad es lo que conduce los invisibles hilos de la vida hacia la gran dimensión humana. La inteligencia, por ejemplo, es espiritual ya que sólo los seres dotados de espíritu la poseen y pueden cultivarla. De allí, de la inteligencia, nace toda expresión humana traducida en arte y cultura, dos universos donde el amor juega papel fundamental."El arte es quizá, al mismo tiempo, la expresión más sensible y sensual del espíritu humano…" (Arnold Hauser, en la Historia Social de la Literatura y del Arte)
El arte en ninguna de sus formas puede ser mediatizada y, es un hecho histórico, que tal pretensión ha fracasado rotundamente. Nada que nazca del espíritu puede llevársele por caminos de una determinada ideología.
A lo que me refiero es que compelidamente el arte no puede ponerse al servicio de una causa, sin que el arte sufra la mutilación de su fuerza espiritualista que la crea. Y cuando se da esta posibilidad, se observa que la creación artística se hace menuda, sin grandeza, recibida y rechazada, aceptada o cuestionada. El arte es un idioma universal que no debe conocer sino la crítica dirigida a su integridad artística, no a su motivación ideológica. Sin embargo, esto no quiere decir que el artista por su propia convicción no se oriente hacia y al servicio de una "causa" determinada. En ese caso el arte es definitivamente abreviado en su razón y contenido, perdiendo la universalidad que le debe caracterizar.
El amor y la espiritualidad van indefectiblemente unidos, siendo que ambos poseen en sí mismos la fuerza y razón de la existencia humana.
Tips para el crecimiento humano
Concluyendo quiero dejar para ustedes algunos pensamientos que nos ayuden a conquistar un puesto privilegiado en la vida.
Ama y descubre la vida
Entrégate sin temor; pero si te pesa regrésate
Apuesta a ganar, perder es más fácil
Nunca digas que no a priori
Cuando amas es justo recibir amor, así que no pienses nunca que amas sólo por recibir recompensa
Dile a tu pareja: Hagámosle juntos
Ejercítate de cuerpo y alma, son medicinas para la salud integral
Caminar es suficiente ejercicio para un cuerpo sano
Orar te procura paz, máximo modo de vivir
No dejes nunca de escuchar a los niños; su sabiduría es incalculable
Ante ese mal carácter pregúntate: ¿Soy un ganador?
Podemos ser serios, pero ello no es sinónimo de mal carácter
Sonríe, procúrate el gusto de ese económico mensaje gestual
Si somos capaces de amar, con seguridad podemos perdonar
Frente a una dificultad tenemos dos caminos: Evadirla o enfrentarla
Sé en ti, como otros lo son en ellos
Fin
20/07/2004 07:54 p.m.
Autor:
Theodoro Corona
[1] "Familia (ciencias sociales)," Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000.
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