La ciudad como ente cultural en el poema "Fidelia" de Juan Clemente Zena
Enviado por Aylen R. Cuba Rodriguez
"…oye con la claridad de los sones de su flautilla de niño". José Lezama Lima.
Resumen
El presente trabajo realiza un acercamiento cultural al poema "Fidelia" de Juan Clemente Zenea y Fornaris, y los espacios que se trabajan en el mismo, siendo su autor, el más alto poeta elegiaco que ha tenido Cuba, el de vida más accidentada, el de fin mas triste, el representante neto del espíritu exquisito de aquella época de Bayamo que culminó con el estallido de "La Damajagua". Aquel espíritu hondo, emotivo, romántico que interpretó José Joaquín Palma en la dulzura y Céspedes en la rebeldía, tenía en Juan Clemente Zenea, un representante integro y fidedigno. El trabajo se realizó a través de métodos como análisis –síntesis, histórico – lógico, biográfico y fenomenología, siendo la técnica empleada la entrevista en profundidad.
Introducción
Cuando se evocó, en 2010, el 139 aniversario de la muerte de Juan Clemente Zenea, autores bayameses se cuestionaron el lamentable olvido al que había sido sometida una de las figuras más austeras y fieles que ha engendrado nuestra heroica ciudad.
Juan Clemente Zenea y Fornaris (1832 – 1871), escritor cubano y bayamés, es uno de los pilares de la poesía romántica de nuestra isla. Se le reconoce por haber ejercido gran influencia en los poetas de su época y por marcar una nueva línea en la poesía hispanoamericana al retomar el Romanticismo en su lírica. Fue una de las figuras más controvertidas y polémicas de la literatura y la historia de nuestro país. Fiel al canon de los líricos circunscriptos a esta etapa de las letras, su vida estuvo plagada de hechos que de una manera u otra impactaron en su creación y en la actitud ante los acontecimientos que lo rodearon. El de mayor trascendencia, quizás, resultó la acusación que lo tachó como doble traidor, dejándolo desprotegido ante sus coetáneos y las generaciones siguientes. Para Arsenio Rosales[1]el estereotipo de "poeta mártir" está altamente relacionado con el colonialismo y la firma intención de desacreditar a un patriota no sólo con la muerte deshonrosa, sino con la pérdida de lo que espiritualmente lo unía a su generación.
Aurelio Mitjans consideraba, cuando hablaba sobre su personalidad, que la vehemencia con la que el bayamés manifestaba sus pasiones, hacían de él "un alma sensible, exaltada, [que se agitaba] fuertemente lo mismo cuando [solicitaba] el júbilo que cuando lo [abrumaba] el infortunio.[2]" Es Zenea una de las figuras de obligada referencia dentro de la segunda generación romántica de Cuba, en la cual prevalece la idea de la muerte ya fuera como vivencia o como posibilidad presentida: es un fuerte latido que agudizará su sentir en el poema "Fidelia", objeto de estudio de esta investigación. A Bayamo le debe el poeta su formación y raíces. Aunque no viviera en ella durante muchos años de su vida madura, no se puede negar la influencia ejercida por el contexto donde se formó. De la familia materna de Celestina Fornaris y Luque, emparentada con Carlos Manuel de Céspedes y de su tío José, el poeta siboneyista, le llegan las vibraciones poéticas y patrióticas. Con el padre, Rafael Zenea y Luz, cubano de ascendencia española que fuera militar al servicio de la colonia y músico, se iniciaría en la música: "su primer complejo formativo"[3] al decir de José Lezama Lima. Sin embargo, es poca la frecuencia con la que aparece la ciudad dentro de sus versos. Podría ser esto fruto de la tradición romántica que busca en la naturaleza el refugio necesario para el alma, o que los temas que desarrolla en su poesía no lo posibilitan. No obstante, en las breves menciones que hace de la ciudad esta cobra un significado importante.
El romance "Fidelia" aparece por primera vez publicada en 1860 en la colección del poeta, titulado "Cantos de la tarde". Se lo dedicó a Adah Menken, actriz, bailarina y poetisa estadounidense, fallecida a los 32 años de edad, con quien sostuvo cálidos amores. Al ser esta su obra lírica más reconocida y donde surge la ciudad con intencionalidad poética, nuestra investigación propone como Problema: ¿Cómo aparece reflejada la ciudad como espacio literario en el poema "Fidelia" de Juan Clemente Zenea? Objetivo: Valorar, a través del análisis del poema "Fidelia" de Juan Clemente Zenea, la ciudad como espacio literario.
Idea a defender: La ciudad como espacio literario apenas aparece entre los espacios trabajados por Juan Clemente Zenea en su poema "Fidelia".
A la obra de Juan Clemente Zenea debemos acercarnos siempre desde su tiempo y circunstancias, como un hombre que tuvo virtudes y deficiencias, temores y grandes momentos de valor. La historia de nuestra literatura no puede permitirse desterrarlo de sus páginas; el silencio ha de romperse. "Fidelia" es no solo su obra más renombrada, sino que muestra al hombre apasionado y conmovedor que fue. Y como tal lo vería nuestro preclaro Héroe Nacional quien le dedicaría versos conmovidos en su poema titulado "Zenea":
¡Y este poema del perdón profundo!
Secad de vuestras lágrimas la fuente
¡Aquel a quien fue estrecha sepultura
la extensión limitada de la tierra,
El infinito espacio, el cielo inmenso
En su gigante corazón encierra![4]
Análisis de los resultados. El espacio en la poesía "Fidelia" de Juan Clemente Zenea. La idea persistente de la muerte, las nostalgias y un hondo repliegue depresivo, impregnan los poemas iniciales de Zenea en 1849. Afortunadamente para su desarrollo ulterior y necesaria maduración, se inició en el periodismo el 8 de junio de 1850. Ello, además de permitirle medios de vida y la consiguiente independencia, lo prepara para enfrentar las arduas luchas existenciales, emocionales y políticas que deberá emprender y desarrollar a lo largo de su vida, que fue breve e intensa.
Tradicionalmente se ha considerado que entre los más originales aportes de Zenea a la lírica cubana estuvieron la poesía vagarosa del bosque, los acentos elegíacos, los tonos crepusculares, sus visiones idílicas, alegóricas o impresionistas de la mujer, su intensa captación de los interiores en contraste con su apertura a la intemperie marina solitaria y sus ocasionales momentos premartianos y precasalianos.
"Fidelia" es un poema elegíaco. Canta un dolor: el de amar. Aparece por primera vez publicada en 1860 en la colección del poeta titulada "Cantos de la tarde". Recuerda los juramentos de amor cruzados por el sujeto lírico con una joven en medio del bosque, entre las palmas, aguas y nubes. Han transcurrido 10 años y rememora que su amada ha muerto. El joven se entregó a bailes y fiesta creyendo que su amor había acabado, pero siempre guardó el recuerdo de aquella tarde serena, el recuerdo de los días felices, el contraste entre el ayer y el hoy. Entre el ayer alborozado, y el hoy triste, melancólico. El joven, que nos recuerda al apasionado Zenea, no tuvo esta protección, viajó y a su retorno conoció de la muerte de Fidelia. Hay ternura en la expresión del dolor, delicadeza, desolación interior, predominio de los tonos suaves, de gran delicadeza y sencillez. En fin, es el canto del remordimiento de un hombre que ama a una joven, la abandona y luego al volver se encuentra con que ella está muerta. El romance "Fidelia" se lo dedicó a Adah Menken, actriz, bailarina y poetisa estadounidense, fallecida a los 32 años de edad, con quien sostuvo cálidos amores. En "Fidelia" el espacio resulta una caja de resonancia de los estados anímicos del sujeto lírico y está profundamente relacionado con el Romanticismo como movimiento y sus características. Como lugar solo se describe a profundidad el campo, haciéndose énfasis en aquellos elementos que no solo identifican a la patria y a sus paisajes, como la palma y las montañas, sino que alude también un elemento representativo de nuestra ciudad: el río. Sin querer afirmar que en este poema se trate del Cauto, tan alabado y cantado por los poetas siboneyistas, es indiscutible que el paisaje es cubano y resulta un recuerdo tan vívido como doloroso para el poeta, que no le queda al sujeto lírico más que ser eco de sus añoranzas y miserias.
Desde el tiempo del recuerdo, momento que puede confluir con la conformación de un espacio utópico donde se le puedan añadir aún mayores dosis de tristeza a ese ayer idealizado, se narrará esta historia de amores y desencuentros, marcado espacialmente por el contraste entre la ciudad y el campo. Es este último espacio con el que el poeta se siente mayormente identificado. Allí los jóvenes amantes irán a conocerse, a confiarse sus penas y amores, a "amar por vez primera". Es descrito como un paraje idílico, con la misma plasticidad de un cuadro y con el movimiento que le son otorgados a los distintos elementos de la naturaleza para crear atmósferas idílicas, donde todo confluye con armonía, lo cual hace más intenso el momento romántico.
[….]
Estábamos en un bosque
sentados sobre una piedra,
mirando a orillas de un río
cómo temblaban las hierbas.
[…]
Dentro de la historia adquiere singular importancia lo efímero de la vida, de las circunstancias y de la naturaleza, todo dado a través de un encadenamiento de acciones matizadas por verbos que marcan el finalizar de la vida y por sustantivos que de por sí son perecederos como la música o el perfume.
[…]
Tomamos ¡ay! por testigos.
de esta entrevista suprema,
unas aguas que se agotan.
y unas plantas que se secan;
nubes que pasan fugaces,
auras que rápidas vuelan,
la música de las hojas,
y el perfume de las selvas.
[…]
La naturaleza es también artífice premonitorio del destino. De todo lo que no se percataron entonces, reaparece ahora con mayor fuerza:
[ …]
no vimos que en torno nuestro
se doblegaban enfermas,
sobre los débiles tallos,
las flores amarillentas;
[…]
Sin embargo, a pesar de todo lo efímera que resulta esa naturaleza, la seguridad que le infunde a la eternidad de su amor reside en que va a permanecer ahí, constante, al igual que su pena. A pesar que es efímera esa misma naturaleza tiene el poder de regenerarse, de re crearse y brotar completamente nueva, como una visión esperanzadora de sanar:
[…]
gime el ave sobre un sauce,
perezosa y soñolienta;
se respira un fresco ambiente,
huele el campo a flores nuevas;
las campanas de la tarde
saludan a las tinieblas,
y en los brazos del reposo
se tiende naturaleza…!
[…]
La ciudad que dibuja Zenea en esta elegía se contrapone totalmente a esa naturaleza romántica a la que describe con detalles. La ciudad es catalogada, nunca descrita. De ella interesa el centro de la vida, de la alegría; aunque se entrona lo superficial y voluble:
[…]
Después, en tropel alegre,
vinieron bailes y fiestas,
y ella expuso a un mundo vano
su hermosura y su modestia.
La lisonja que seduce,
y el engaño que envenena,
[…]
Al contrario de la naturaleza que a pesar de ser abierta, ofrece más bien abrigo y refugio; la ciudad aparece como un constante "afuera" que oprime, como exponerse al otro que daña y mancilla:
[…]
que en un estrado, una noche,
al grato son de la orquesta,
yo no sé por qué motivo
se enlutaron mis ideas;
sentí un dolor misterioso,
[…]
También aparece el exilio como manera de olvidar, una manera de establecer la ruptura entre razón y corazón en esos centros culturales que potenciaron el intelecto en el neoclasicismo.
[…]
¡Con estos temores vagos
partí a lejanas riberas,
y allá bañé mis memorias
con una lágrima acerba.
[…]
Y aparece un tercer espacio, celestial, etéreo, intachable que está poblado de aquellas figuras mitológicas que protegerán la pureza, la candidez y la virginidad no solo de la joven, sino del amor que se profesan.
[…]
No consultamos entonces
nuestra suerte venidera,
y en alas de la esperanza
lanzamos finas promesas;
[…]
La otredad de la muerte, de lo desconocido y pesimista del destino al decir:
[…]
Mas… lo pasado fue gloria,
pero el presente, Fidelia,
el presente es un martirio,
¡yo estoy triste y tú estás muerta!.
Conclusiones
Juan Clemente Zenea es el poeta que muestra la más fina captación de nuevos recursos para una nueva expresión. Es ese poeta que vislumbra algo de lo que va a nacer en poesía, siendo la que nos ha dejado de lo más perdurable, donde lo cubano y lo universal logran una unidad muy resistente e interesante. En su obra existen tres espacios definidos: como primer espacio la naturaleza, en la cual hace verdadero énfasis; como segundo la ciudad, que no aparece descrita, más bien caracterizada y en la que apenas enfatiza, dando una contraposición entre la naturaleza que es vista como refugio y la ciudad como causa de los males; y como tercer espacio lo celestial, donde se pueden apreciar figuras mitológicas. Es Juan Clemente sin dudas, "El poeta por excelencia del romanticismo cubano".
Bibliografía
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Zenea, Juan Clemente. Poesía, La Habana, Editorial Letras cubanas, 1989.
Anexo
Guía de la entrevista en profundidad: Entrevista a la MSc. Michel Álvarez Amargós.
Fecha: 12 de septiembre del 2014.
Lugar: Universidad de Granma. Hora: 10.00 a.m.
Objeto: Juan Clemente Zenea.
Objetivo: Profundizar sobre las particularidades e influencias en la obra poética de Juan Clemente Zenea.
Tópico: Particularidades e influencias en la obra poética de Juan Clemente Zenea.
Temáticas:
1- La poesía en el siglo XIX.
2- Obra poética de Juan Clemente Zenea
3- Juan Clemente Zenea y el Romanticismo como movimiento literario.
4- La ciudad dentro de la obra de Juan Clemente Zenea.
5- Poema Fidelia de Juan Clemente Zenea.
- [1] Arsenio Rosales: Juan Clemente Zenea: peregrinaje y evocación de su memoria, en revista Ventana Sur, p. 33 – 36.
- [2] Ibid., p. 35.
- [3] José Lezama Lima: Fragmentos irradiadores, p. 10.
- [4] Arsenio Rosales: Op. cit., p. 33 – 34.
Anexo
Al comienzo del Paseo de Martí o El Prado de La Habana en la década de los años 1920 por gestiones de la hija del poeta, Piedad Zenea de Bobadilla, fue erigido el Monumento a Juan Clemente Zenea. La figura del poeta es de bronce de medidas naturales, el cual se presenta sentado meditando al extremo de una peña representada por un gran bloque de mármol blanco. En la parte inferior de la peña se destaca una figura desnuda de mujer con una lira en el brazo izquierdo, la cual simboliza la inspiración romántica del poeta. En la parte posterior del bloque de mármol aparecen grabados los versos escritos por él "A una golondrina". También en Bayamo, su ciudad natal, una de las calles principales lleva su nombre, y al final de la misma se encuentra ubicado una estatua en monumento al ilustre poeta.
La ciudad como ente cultural en el poema "Fidelia" de Juan Clemente Zena.
Autor:
Lic. Aylén Rosa Cuba Rodríguez
Bayamo
Curso 2014-2015.