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Las invasiones inglesas al Río de la Plata (1806-1807) (página 2)

Enviado por Diego �lvarez


Partes: 1, 2

  1. Popham y Miranda: Adversidades Ideológicas

En 1803, Popham y Miranda no se rendían, y presentaron al Secretario de Guerra, Charles Yorke, un memorándum secreto que proponía una expedición a Sudamérica, y cuyos blancos principales serian Buenos Aires y Caracas. En este plan se resalta con claridad las diferentes posiciones respecto al objetivo principal de este proyecto: Miranda apoyaba esta expedición con el único fin de alcanzar la independencia de la Corona Española, dando libertad comercial al Virreinato y así favorecer al gobierno inglés, mientras que para Popham, el fin era esencialmente comercial, sin importar qué medidas políticas se implementarían en el momento en que tomara el poder de las colonias.

En 1804, cuando Pitt vuelve a asumir el poder como primer ministro, se reúne con Popham, Miranda y Dundas (luego llamado Lord Melville) para discutir la posibilidad de enviar una expedición libertadora a Sudamérica, especialmente, a Buenos Aires y Caracas, y concluyen en que nada beneficiaría tanto los intereses comerciales ingleses como transformar aquellas colonias en estados independientes.

Querría hacer notar, su Señoría, que el escrito en cuestión demuestra que dadas ciertas circunstancias, existe la perspectiva de una emancipación general en Sudamérica, y que el gran órgano de acción en este emprendimiento es el general Miranda, que ahora está en Londres. El Río de la Plata es uno de los puntos propuestos para el ataque, y fue considerado más una posición militar que una de negociación absoluta, aunque se dependerá mucho del efecto que un resultado exitoso en otros sitios podría tener a este respecto. Si en consecuencia una empresa tal, que presenta tantas ventajas generales para el Reino, ha sido tan debatida por diferentes gabinetes, tengo motivos para concluir que nunca ha existido ninguna objeción insuperable ni al principio ni a la realización de la medida. De todos modos, sé que se ha dudado mucho de la conveniencia de una adquisición territorial extranjera, tomada simplemente como conquista, pero eso se aplicaba a situaciones sin recursos comerciales, y que estaban excesivamente remotas para permitir la inspección o el intercambio con la madre patria.

Nota: Esta carta presenta algunas inexactitudes, ya que el general Miranda, en aquel entonces, se hallaba en Caracas, promoviendo la emancipación venezolana. Además, Popham afirma que no sería conveniente tomar al Río de la Plata como una conquista, sino como una liberación, hecho que, una vez ocupada Buenos Aires, no toma para nada en cuenta.

A partir de este ejemplo, podemos hacer hincapié en lo que aseguraba H. S. Ferns, el cual señalaba que Sir Home nunca pudo resolver, durante la expedición, la contradicción entre conquista y liberación.

El proyecto se pone en marcha, pero la amenaza de ese entonces del ejército napoleónico contra las Islas Británicas hicieron que los proyectos de Miranda y Popham fueran postergados.

Ante este nuevo fracaso, ambos resuelven dividirse para buscar otros medios por el cual poder llevar a cabo su proyecto emancipador.

Expedición de Popham a Buenos Aires: "El Tesoro Prometido"

Popham, quien ya había perdido todas las esperanzas, al enterarse de lo débil e indefensa que se encontraba el Cabo Buena Esperanza, y para persuadir a Pitt, en 1805 le presenta un memorándum donde pone de manifiesto las ventajas de tomar posesión del Cabo. Éste, reconociendo el hecho, aprueba su proyecto, otorgándole el permiso de embarcarse en la expedición, sin siquiera sospechar que era sólo una excusa para que Popham pudiera acercarse a su verdadera meta: el Río de la Plata.

El 4 de marzo de 1806 supe de la derrota del ejército prusiano en Austerlitz, y que Bonaparte estaba en posesión de Viena. Esta Honorable Corte no podrá dejar de percibir que las causas que contribuían a suspender cualquier expedición a Sudamérica, como cuestión política, y a cambiar mi destino original a un ataque al Cabo, quedaban excluidas.

Una vez tomado el Cabo, y con las tropas de Beresford alistadas, el 14 de Abril, se dirige a Buenos Aires, a pesar de que su idea original era primero tomar Montevideo. Este cambio de destino se debió, según el historiador Fortescue, a que el botín sería más importante allí que en Montevideo.

Un articulo de Clarín, avalado por el historiador Klaus Gallo, de prestigio internacional en el ámbito de la investigación histórica, apunta que el desembarco inglés habría sido, originalmente, por el interés personal de Popham en adquirir el tesoro de la ciudad, dado que había contraído una deuda con el norteamericano William Pio White, el mismo que le pasó los datos de lo indefensa que se encontraba Buenos Aires.

De este modo, les prometió a los jefes de milicias una "comisión" de aquel botín con la condición de prestarles hombres para dicha expedición, como fue el caso de Sir Baird quien, según el Morning Chronicle, solo accedió a proporcionarle hombres a Popham para su empresa cuando se aseguró que recibiría dos quintas partes de aquel botín.

El virrey Sobremonte, al enterarse del desembarco de las tropas en Quilmes, huye cobardemente con los caudales de la ciudad hacia Córdoba, pero es alcanzado en Luján, debiendo entregar el tesoro a los ingleses.

Beresford adopta una política conciliatoria en busca de apoyo popular, concediendo generosas condiciones y devolviendo las embarcaciones de cabotaje a sus propietarios. Aún así, resulta inflexible en cuanto a la entrega de los caudales públicos y exige y obtiene la devolución del tesoro que Sobremonte había pretendido salvar, que es embarcado a Inglaterra en la fragata Narcissus, para luego ser presentado en forma de desfile.

…los nativos consideraron que el objetivo principal de esta expedición era contribuir a su independencia; los negros esperaban su total liberación; y si el General Beresford se hubiera sentido autorizado, o justificado, en confirmar estas proposiciones, no se habrían tomado medidas para desposeerlo de su conquista.

Nota: En esta carta acusa a Beresford como el causante del cambio de postura frente a su plan emancipador, ya que, al parecer, los dos no se llevaban muy bien, y las decisiones e intenciones originales de Popham no recaían sobre Beresford, comandante de tropas, quien no reconocía su autoridad. Acá es cuando queda en duda quien era el que comandaba la expedición en sí.

Expedición de Miranda a Caracas: Un horizonte frustrado

Miranda, ya completamente desilusionado ante el fracaso de sus insistentes reclamos a Pitt, decide abandonar Inglaterra y dirigirse a EEUU, donde confía en que recibiría ayuda para continuar con sus planes emancipadores.

Al parecer, el gobierno inglés aprobó su empresa, pero sin brindarle apoyo financiero, aunque secretamente, por intermedio de Vansitard, le proveía fondos.

La situación que se creó entre Estados Unidos y España, al borde de una guerra, favoreció a Miranda, quien fue invitado a cenar con el presidente Jefferson en Nueva York, donde le aseguró que su gobierno no se opondría a su expedición emancipadora, aunque desmintió esta afirmación cuando el gobierno español se enteró de su participación.

El 2 de febrero de 1806, a bordo del Leandro, barco que había fletado con los fondos ingleses y de varios comerciantes de EEUU, parte rumbo a Venezuela.

Luego de desembarcar en varias islas de Centroamérica para reclutar más hombres, se dirigió a Puerto de Coro, y se apoderó del pueblo.

Al abandonar el puerto el 13 de Agosto, pasó a Trinidad, donde, luego de una larga espera, el gobierno inglés no resuelve nada favorable para él y su empresa y, de este modo, retornan a Londres, dando por finalizada la fracasada primera travesía por la independencia venezolana.

Ojalá Sir Home Popham hubiera mostrado (cuando dijo haber ido a promover y ejecutar los planes que habían sido concertados previamente conmigo por Lord Melville, Mr. Pitt, Mr. Addington, etc.) que no se trataba de entrar al país como amos y confiscadores, sino por el contrario como aliados y auxiliares de su independencia, y como promotores de los beneficios comerciales que se estipularían con el gobierno de Gran Bretaña, además de una considerable suma de dinero, como recompensa al ejército y marina que cooperaran en esta empresa humana y benévola. Es posible que tales hayan sido los planes del General Beresford y de Sir Home Popham, pero ciertamente nunca fueron los de los ministros ingleses que he mencionado, o los míos.

Rivalidad producida entre Popham y Miranda luego de la Conquista

Una vez tomada Buenos Aires por las tropas inglesas, Home Popham escribe a su amigo Miranda, quien se encontraba en ese entonces en Trinidad:

Mi querido General: Aquí estamos en posesión de Buenos Aires, el mejor país del mundo, y por lo que veo de la disposición de sus habitantes, no dudo de que si los ministros accedieran a las propuestas de V. y le mandaran aquí, su situación sería tan buena en este lado como en el otro; trate, mi amigo, de venir… me gustan los sudamericanos prodigiosamente. Dios bendiga a usted, mi querido General. Créame siempre suyo. Sir Home Popham.

Respuesta: … Jamás he creído que se pudiera establecer nada sólido en ese país, ni mucho menos sostenerse largo tiempo entre los habitantes, sin declarar su independencia absoluta.

En efecto, ¿Cómo quiere Vd. Que 18 millones de habitantes, establecidos sobre el continente más vasto y más inexpugnable de la tierra, situado a distancia de cuatro a seis mil millas de Europa… sean conquistados y subyugados hoy por un puñado de gente que viene a mandarlos como amos? No, mi querido amigo; la cosa no es natural, ni practicable, ni posible…

Nota: En aquel entonces, Miranda se hallaba a la larga espera de gestiones sobre auxilios británicos. En su respuesta, muestra su desprecio frente a la política adoptada por Popham en Buenos Aires, y advierte que el pueblo no toleraría aquel accionar y humillación por la conquista.

Proyecto de Miranda para una tercera expedición

Ante las fracasadas expediciones contra Buenos Aires llevadas a cabo entre 1806 y 1807, ninguna de ellas pensadas en emancipar las colonias, sino conquistar, y, vuelto el gobierno ingles a ser tory, fueron aliento suficiente para que Miranda retornase a sus antiguos proyectos.

El 10 de enero de 1808 entrega a Castlereagh (quien desempeñaba la cartera de Guerra y Colonias) su memorándum, en el cual propone que Gran Bretaña fundase cuatro gobiernos independientes en América: México, Venezuela, Perú y el Río de la Plata.

El proyecto se pone en marcha en Londres, pero un episodio nuevamente inesperado azota a la expedición: España le pide protección a Gran Bretaña de la Francia napoleónica, para lo cual firman un pacto contra el enemigo, que significaría la completa frustración de los planes de Miranda, quien disgustado pero sin bajar los brazos, continúa haciendo campaña por la emancipación sudamericana.

En estos acontecimientos he tenido la doble satisfacción de ver que mis anteriores advertencias a este gobierno, en cuanto al impracticable proyecto de conquistar o subyugar nuestra América, no sólo fueron bien fundadas, sino que, repeliendo Vuestras Señorías con heroico esfuerzo, tan odiosa tentativa, ofrecieron, al mismo tiempo, paz y amistad al enemigo bajo la honrosa condición de una sólida y libre independencia. Hecho tan glorioso como memorable en los anales del Nuevo Mundo; y monumento inmortal para el pueblo y magistrados de la Ciudad de Buenos Aires.

CONCLUSIÓN

Lejos de que esta conclusión resulte "concluyente" (ya que, como sabemos, los móviles que llevaron a las invasiones son muy variados, y las opiniones más aún), creo que, en realidad, los intereses que llevaron a crear la idea de invadir Buenos Aires, como los que la hicieron realidad, y por supuesto los que se defendieron de las mismas, no obedecieron a intereses de Estado, ya sea para agrandar sus arcas, su territorio, su influencia en el mundo, ampliar su mercado, etc., sino que fueron una suma de muchos intereses personales, polarizados en las personas de Popham y Miranda.

Las ideas de Popham, aunque en un primer momento compartieron con Miranda la posibilidad firme de una independencia de las colonias americanas, en la práctica se convierte en un acto de saqueo y de interés meramente económico.

En cambio, las ideas de Miranda estaban fuertemente embuídas del espíritu independentista de las colonias hispanoamericanas, considerando una traición los actos llevados a cabo por Popham y Beresford, que fue aceptado por el gobierno inglés, constituyendo un acto de saqueo, contrario a los ideales que habían "soñado" juntamente con Miranda, mostrando la verdadera cara del colonialismo inglés.

A partir de la era del 12 de Agosto de 1806 (…) empezaron a conocer su propia importancia y su poder, como pueblo, y aunque tengan poco motivo para regocijarse por el triunfo sobre nada más que un regimiento efectivo, no obstante, el resultado les infundió una confianza general en sí mismos, un nuevo espíritu caballeresco entre todos y una conciencia de que eran no solamente iguales en valentía, sino superiores en número a esas legiones más regulares, con que habían cooperado y por las cuales hasta aquí habían sido mantenidos en sujeción tan largo tiempo.(…) Se debe un tributo a tal mérito, no sólo por reconocimiento directo, sino como modelo para imitación universal.

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA

  • Álzaga, E.W., "Fuga del General Beresford", Buenos Aires, Emecé, 1965.
  • Fortescue, J.W., "A History of the British Army", Londres, 1899-1930.
  • Ferns, H. S., "Great Bretain and Argentine in the Nineteenth Century", Oxford, 1960.
  • Figueira, Ricardo R., "Buenos Aires, colonia Inglesa", Revista "Documentos de Polémica" Nº2, 1972.
  • Gallo, Klaus, "De la Invasión al Reconocimiento. Gran Bretaña y el Río de la Plata, 1806-1826", Buenos Aires, A-Z Editora, 1994.
  • Gallo, Klaus, "Las invasiones Inglesas", 1era Edición, Buenos Aires, Eudeba, 2004.
  • Gillespie, Alexander, "Buenos Aires y el Interior", Buenos Aires, Hyspamérica, 1986.
  • Popham, Sir Home, "A full and correct report on the trial of Sir Home Popham", Londres, 1807.
  • Pueyrredón, Carlos A., "El General Miranda, precursor, apóstol y mártir de la emancipación hispano-americana",1era Edición, Buenos Aires, Emecé, 1943.
  • Roberts, Carlos, "Las invasiones Inglesas al Río de la Plata (1806-1807)", 1era Edición, Buenos Aires, Emecé, 2000.
  • Downes, Patricio, "Invasiones Inglesas: la codicia de un comerciante, el motor de la llegada británica", Diario "Clarín", 25 de Junio de 2006.
  • "The Morning Chronicle", 22 de Julio de 1806

 

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Diego Alvarez

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