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El burlador de Sevilla o Convidado de Piedra (Análisis)


    El burlador de Sevilla o Convidado de Piedra (Análisis)

    En el siguiente ensayo, se le hará un estudio profundo a la obra "El Burlador de Sevilla o Convidado de Piedra" desde su argumento hasta la implementación de sutiles sátiras sociales de la época. El objetivo es dar una guía para aportar un punto de vista específico acerca de la literatura Barroco-renacentista. En relación a su relevancia, esto nos suministraría una ventana a la situación socioeconómica del pasado y una perspectiva a los orígenes de ciertos arquetipos populares en la cultura contemporánea.

    El Burlador de Sevilla es una obra teatral escrita por Tirso de Molina. "Siglo de oro" es debido a los avances que hubo por los movimientos renacentistas y Barroco, creando y evolucionando la cultura Española de la época. Se caracterizó por la nueva estructura poética (Romances, poesía italianista y versos castellanos entre otros) y temas de desengaño, ironía y pesimismo (forman parte del Barroco). Muchos historiadores consideran que el "siglo" concluyo con la muerte de Pedro Calderón de la Barca.

    En relación a la obra, esta se desarrolla en la España imperial, cuando los reyes católicos controlaban un amplio territorio de Europa (entre ellas, zonas que el día de hoy se conoce como partes de Italia). El burlador de Sevilla relata la historia del noble Don Juan Tenorio, hijo del consejero de un rey Español y promiscuo galán. Vemos sus "burlas" (engañar mujeres por placer sexual) van deshonrando mujeres de múltiples clases sociales, sean nobles o plebeyas, hasta el punto de llegar a los oídos del rey para que sea ajusticiado de alguna manera, cosa que no pueden hacer debido a su estatuto de nobleza (Solo la "Ira de Dios" podía castigar a la nobleza). Ej.

    ISABELA: Duque Octavio, por aquí. Podrás salir más seguro.

    JUAN: Duquesa, de nuevo os juro de cumplir el dulce sí.

    ISABELA: Mi gloria, ¿serán verdades 5 promesas y ofrecimientos, regalos y cumplimientos, voluntades y amistades?

    (Más adelante, luego de que se da cuenta del engaño)

    ISABELA: ¡Ah de palacio!

    JUAN: Detente. Dame, duquesa, la mano.

    ISABELA: No me detengas, villano. ¡Ah del rey! ¡Soldados, gente!…

    En la obra se tocan varios temas como lo son la intervención divina, la impunidad del estatus social alto ante la ley común y la idea de que los pecados se pueden perdonar de forma inmediata antes de la defunción (demostrado en la obra como: "Que largo me lo fiais").

    Ej.

    JUAN: ¿Por dónde tengo de entrar?

    TISBEA: Ven, y te diré por dónde.

    JUAN: Gloria al alma, mi bien, dais.

    TISBEA: Esa voluntad te obligue, y si no, Dios te castigue.

    JUAN: ¡Qué largo me lo fiais!

    Algo icónico del "Burlador de Sevilla" es la implementación de la ironía dramática, por ejemplo, el caso de Tisbea, una joven pescadora la cual se enorgullece de mantenerse virgen a pesar de los muchos pretendientes que tiene a su alrededor. Desde su introducción, el lector puede darse cuenta de algo en relación al orgullo del personaje. En efecto, más adelante se encuentra con Don Juan, este último utiliza sus encantos y logra "gozarse" a Tisbea para luego robarle dos yeguas y abandonarla, deshonrándola.

    Ej.

    Tisbea: "…desprecio soy, encanto, a sus suspiros sorda, a sus ruegos terrible, a sus promesas roca. Anfriso, a quien el cielo, con mano poderosa, prodigó un cuerpo y alma dotado en gracias todas, medido en las palabras, liberal en las obras, sufrido en los desdenes, modesto en las congojas, mis pajizos umbrales, que heladas noches ronda, a pesar de los tiempos las mañanas remoza, pues con los ramos verdes, que de los olmos corta, cubiertos amanecen de flores sin lisonjas."

    (Don Juan procede a gozársela y abandonarla, dejándola despechada y deshonrada.)

    El Burlador de Sevilla se divide en 3 actos, cada uno con sus burlas y tramas especiales. Se podría decir que cada acto inicia con Don Juan y su acompañante escapando de las consecuencias de su última aventura (Primer acto, Don Juan corre del Palacio, segundo acto naufraga y corre del pueblo pescador y así sucesivamente).

    Ej.

    Final del primer acto:

    JUAN: No quiero daros disculpa, que la habré de dar siniestra, mi sangre es, señor, la vuestra; sacadla, y pague la culpa. A esos pies estoy rendido, y ésta es mi espada, señor.

    PEDRO: Álzate, y muestra valor, que esa humildad me ha vencido. ¿Atreveráste a bajar por ese balcón?

    JUAN: Sí atrevo, que alas en tu favor llevo.

    PEDRO: Pues yo te quiero ayudar. Vete a Sicilia o Milán, donde vivas encubierto.

    JUAN: Luego me iré.

    PEDRO: ¿Cierto?

    JUAN: Cierto

    La presencia de monólogos es también común en el libro, el más reconocible es el de Tisbea, en el cual reflexiona acerca de su independencia y fuerza de voluntad al lograr mantenerse virgen por tanto tiempo. Esto crea una forma de conocer con más detalle al personaje y da base a una situación cómica/irónica donde su ego y orgullos van a desplomarse debido a las acciones de Don Juan.

    Ejemplo:

    TISBEA: Yo, de cuantas el mar, pies de jazmín y rosas, en sus riberas besa, con fugitivas olas, sola de amor exenta, como en ventura sola, tirana me reservo de sus prisiones locas. Aquí donde el sol pisa soñolientas las ondas, alegrando zafiros las que espantaba sombras, por la menuda arena, unas veces aljófar, y átomos otras veces del sol, que así le adora, oyendo de las aves las quejas amorosas, y los combates dulces del agua entre las rocas, ya con la sutil caña, que el débil peso dobla del tierno pececillo, que el mar salado azota, o ya con la atarraya, que en sus moradas hondas prende en cuantos habitan aposentos de conchas, seguramente tengo que en libertad se goza el alma, que amor áspid no le ofende ponzoña. En pequeñuelo esquife, ya en compañía de otras, tal vez al mar le peino la cabeza espumosa. Y cuando más perdidas querellas de amor forman, como de todo río envidia soy de todas. Dichosa yo mil veces, Amor, pues me perdonas, si ya por ser humilde no desprecias mi choza. Obeliscos de paja mi edificio coronan, nidos, si no a cigüeñas, a tortolillas locas. Mi honor conservo en pajas como fruta sabrosa, vidrio guardado en ellas para que no se rompa. De cuantos pescadores con fuego Tarragona de piratas defiende en la argentada costa, desprecio soy, encanto, a sus suspiros sorda, a sus ruegos terribles, a sus promesas roca. Anfriso, a quien el cielo, con mano poderosa, prodigó un cuerpo y alma dotado en gracias todas, medido en las palabras, liberal en las obras, sufrido en los desdenes, modesto en las congojas, mis pajizos umbrales, que heladas noches ronda, a pesar de los tiempos las mañanas remoza, pues con los ramos verdes, que de los olmos corta, cubiertos amanecen de flores sin lisonjas. Ya con vigüelas dulces, y sutiles zampoñas, músicas me consagra, y todo no le importa, porque en tirano imperio vivo de amor señora, que halla gusto en sus penas, y en sus infiernos gloria.

    Todas por él se mueren, y yo, todas las horas, le mato con desdenes, de amor condición propia; querer donde aborrecen, despreciar donde adoran, que si le alegran muere, y vive si le oprobian. En tan alegre día, segura de lisonjas, mis juveniles años amor no los malogra; que en edad tan florida, Amor, no es suerte poca, no ver, tratando en redes, las tuyas amorosas.

    Pero, necio discurso, que mi ejercicio estorbas, en él no me diviertas en cosa que no importa. Quiero entregar la caña al viento, y a la boca de los peces el cebo. ¡Pero al agua se arrojan dos hombres de una nave, antes que el mar la sorba, que sobre el agua viene, y en un escollo aborda! Como hermoso pavón hacen las velas ola, adonde los pilotos todos los ojos pongan. Las olas va escarbando, y ya su orgullo y pompa casi la desvanece, agua un costado toma. Hundióse, y dejó al viento la gavia, que la escoja para morada suya, que un loco en gavias mora.

    Un hombre al otro aguarda, que dice que se ahoga. ¡Gallarda cortesía, en los hombros le toma! Anquises le hace Eneas si el mar está hecho Troya. Ya nadando, las aguas con valentía corta, y en la playa no veo quien lo ampare y socorra. Daré voces. ¡Tirso, Anfriso, Alfredo, hola! Pescadores me miran, plega a Dios que me oigan, más milagrosamente ya tierra los dos toman, sin aliento el que nada, con vida el que le estorba.

    Ahora, analicemos el personaje principal (Don Juan) a profundidad. Como es descrito, es un hombre de alto estatus social y de muy buena apariencia, además de portar una lengua de plata, capas de engañar para su beneficio personal a cualquier mujer que se encuentre, también es lo suficientemente astuto para aprovecharse de ciertas oportunidades únicas (La burla de la amada de Mota). En resumen, Don Juan es el perfecto ejemplo de un "Burlador". A diferencia del "Pícaro" el burlado comete actos considerados "inmorales" por la sociedad para su beneficio personal, más que para su supervivencia. En cierto sentido, el burlador puede ser considerado un "protagonista" ya que es el foco de la historia pero un "antagonista" debido a su forma de actuar y malas intenciones, causando daños a los demás personajes.

    Ej.

    CATALINON: Extremada es su beldad.

    JUAN: Escucha aparte.

    CATALINON: Ya escucho.

    JUAN: Si te pregunta quién soy, di que no sabes.

    CATALINON: ¿A mí quieres advertirme aquí lo que he de hacer?

    JUAN: Muerto voy por la hermosa pescadora. Esta noche he de gozarla.

    CATALINON: ¿De qué suerte?

    JUAN: Ven y calla.

    CORIDON: Anfriso, dentro de un hora los pescadores prevén que canten y bailen.

    ANFRISO: Vamos, y esta noche nos hagamos rajas, y palos también.

    JUAN: Muerto soy.

    TISBEA: ¿Cómo, si andáis?

    JUAN: Ando en pena, como veis.

    TISBEA: Mucho habláis.

    JUAN: Mucho encendéis.

    TISBEA: Plega a Dios que no mintáis.

    En la obra, el lector se puede dar cuenta de ciertos "actos" que pueden ser efectuados por los personajes. Estos expresan pensamientos o acciones que solo el que las ejecuta y la audiencia sabe que son, mientras que los demás personajes se encuentran sin idea de lo que está ocurriendo.

    Ej.

    JUAN: Casaos, si es tan extremada.

    MOTA: El rey la tiene casada y no se sabe con quién.

    JUAN: ¿No os favorece?

    MOTA: Y me escribe.

    CATALINON: (Aparte.) (No prosigas, que te engaña el gran burlador de España).

    JUAN: Quien tan satisfecho vive de su amor, ¿desdichas teme? Sacadla, solicitadla, escribidla, y engañadla, y el mundo se abrase y queme.

    El autor ha tomado su tiempo para expresar, ya sea con metáforas o de manera directa, un ambiente en donde los personajes se relacionan y la obra se desarrolla. Puede variar desde un humilde pueblo pescador, hasta una ciudad repleta de pecado y vicio o un castillo majestuoso donde la nobleza vive y se exhibe.

    Ej.

    MOTA: Este verano se escapó del mal francés por un río de sudores, y está tan tierna y reciente que anteayer me arrojó un diente envuelto entre muchas flores.

    JUAN: ¿Julia, la del Candilejo?

    MOTA: Ya con sus afeites lucha.

    JUAN: ¿Véndese siempre por trucha?

    MOTA: Ya se da por abadejo.

    JUAN: ¿El barrio de Cantarranas tiene buena población?

    MOTA: Ranas las más de ellas son.

    JUAN: ¿Y viven las dos hermanas?

    MOTA: Y la mona de Tolú de su madre Celestina, que les enseña doctrina.

    JUAN: ¡Oh, vieja de Belcebú! ¿Cómo la mayor está?

    MOTA: Blanca, y sin blanca ninguna. Tiene un santo a quien ayuna.

    JUAN: ¿Agora en vigilias da?

    A los personajes en el Burlador de Sevilla usualmente se les da una pequeña vista a su psicología y personalidad con las "exposiciones" las cuales consisten en un segmento del texto donde el personaje muestra sus cualidades, sean positivas como la honestidad o negativas como la intolerancia entre otros ejemplos.

    Ej.

    JUAN: ¿Qué sepulcro es éste?

    CATALINON: Aquí con Gonzalo está enterrado.

    JUAN: Éste es a quien muerte di. Gran sepulcro le han labrado.

    CATALINON: Ordenólo el rey ansí. ¿Cómo dice este letrero?

    JUAN: "Aquí aguarda del Señor el más leal caballero la venganza de un traidor." Del mote reírme quiero. Y, ¿habéisos vos de vengar, buen viejo, barbas de piedra?

    El drama también implementa el uso del Leitmotiv usualmente con propósito de burla o irónico. Cuando algo se repite mucho, ha de esperarse que algún propósito tiene en la historia, en el caso de la frase: "Que tan largo me lo fiais" Don Juan daba por certera su vida y que podría arrepentirse de sus pecados en un futuro, pero quiso la justicia divina que no se le concediera ese deseo, condenándolo al infierno.

    Otro ejemplo:

    JUAN: Necio, lo mismo hizo Eneas con la reina de Cartago.

    CATALINON: Los que fingís y engañáis las mujeres de esa suerte, lo pagaréis en la muerte.

    JUAN: ¡Qué largo me lo fiáis! Catalinón con razón te llaman.

    El convidado de piedra también emplea el uso de anagnórisis, esto significa que el personaje de la obra se ha dado cuenta de alguna manera, de cómo es en realidad. Es decir, un evento o acción le hace ver lo que es en verdad. Esto tendrá dos resultados, el primero (y más común) de la personalidad y actitud del personaje cambian en camino a la redención o se mantienen como estaba hasta ahora, pero con conocimiento de lo que sus acciones provocan.

    Ej.

    CATALINON: ¡Válgame Dios! ¿Qué es aquesto? Toda la capilla se arde, y con el muerto he quedado, para que le vele y guarde

    Arrastrando como pueda, iré a avisar a su padre, san Jorge, san Agnus Dei, sacadme en paz a la calle.

    En obras literarias o mediáticas (películas, televisión) al público usualmente se le trata de aliar contra un "antagonista" al hacer que este último haga cosas consideradas "inmorales" por la sociedad, causando una sensación de desprecio y de que necesita ser castigado, ya sea por la justicia, suerte u otros personajes de la historia. El Burlador de Sevilla tiene el hecho único de que nos hace sentirnos repugnados del personaje principal, y a la vuelta de cada página esperamos ver si es castigado por sus acciones. Cuando ocurre, en el público sucede la "Catarsis" o la sensación de alivio y felicidad al ver al mal vencido.

    Ej.

    JUAN: ¿Eso dices? ¿Yo temor? ¡Que me abraso! No me abrases con tu fuego.

    GONZALO: Aquéste es poco para el fuego que buscaste. Las maravillas de Dios son, don Juan, investigables, y así quiere que tus culpas a manos de un muerto pagues, y así pagas de esta suerte las doncellas que burlaste. Ésta es justicia de Dios, quien tal hace, que tal pague.

    JUAN: Que me abraso, no me aprietes, con la daga he de matarte, mas, ¡ay, que me canso en vano de tirar golpes al aire! A tu hija no ofendí, que vio mis engaños antes.

    GONZALO: No importa, que ya pusiste tu intento.

    JUAN: Deja que llame quien me confiese y absuelva.

    GONZALO: No hay lugar, ya acuerdas tarde.

    JUAN: ¡Que me quemo! ¡Que me abraso! Muerto soy

    La trama del Burlador de Sevilla alcanza su punto de ebullición cuando las mujeres burladas (y sus acompañantes) van y piden justicia al rey acerca de una persona "distinta" que los burlo. Cuando mencionan sus situaciones, se dan cuenta de que es el mismo señor, hijo de Don Diego Tenorio pero aun así piden que se le ajusticie. Mientras tanto, Don Juan se encuentra cenando con Don Gonzalo en la capilla, donde es enfrentado por sus pecados y termina siendo arrastrado al infierno. Catalinon sale con vida y le reporta al rey la situación. Este último declara que como ya no hay culpable, las mujeres han recuperado su honor y se pueden casar con sus respectivas parejas.

    Como es una obra teatral, el propósito de esta es ser reproducida por actores. Para poder enfatizar las emociones que el autor quiere expresar, este se encarga de proporcionar ciertas guías de como el actor debe reaccionar o eventos especiales que ocurren durante una escena especifica.

    Ej.

    Cae muerto don JUAN.

    Salen dos enlutados con sillas.

    Vanse todos. Salen don JUAN y CATALINÓN

    Vase el REY y don DIEGO, y salen GASENO y AMINTA

    Similar a la expresión dramática está el "aparte", pero esta se enfoca en el dialogo de los personajes, es decir, en vez de enfocarse en la acción del personaje se enfoca en lo que dice durante una conversación con uno o más participantes.

    Ej.

    OCTAVIO: Dejadme, no me digáis tan gran traición de Isabela, mas… ¿si fue su amor cautela? Proseguid, ¿por qué calláis?

    (Aparte.) (Mas, si veneno me dais a un firme corazón toca, y así a decir me provoca que imita a la comadreja, que concibe por la oreja, para parir por la boca. ¿Será verdad que Isabela, alma, se olvidó de mí para darme muerte? Sí, que el bien suena y el mal vuela. Ya el pecho nada recela, juzgando si son antojos, que por darme más enojos, al entendimiento entró, y por la oreja escuchó, lo que acreditan los ojos.) Señor marqués, ¿es posible que Isabela me ha engañado, y que mi amor ha burlado? Parece cosa imposible. ¡Oh mujer, ley tan terrible de honor, a quien me provoco a emprender! Más ya no toco en tu honor esta cautela. ¿Anoche con Isabela hombre en palacio? Estoy loco

    En conclusión, Tirso de Molina nos otorga una sátira de la época, teatro de humor negro, dándonos un mejor entendimiento, con el uso de la parodia, de lo que el pueblo común tenía que sufrir frente a la nobleza. El autor también nos proporciona con el arquetipo del "Don Juan", el cual será reutilizado y alterado de diferentes maneras, pero su esencia se mantiene hasta el día de hoy.

     

     

     

    Autor:

    Diego Sousa