El replanteamiento de la Izquierda en América Latina

Reseña histórica: La sociedad latinoamericana de los años sesenta

La década del sesenta fue una época muy interesante desde el punto de vista social y político debido a los movimientos revolucionarios que paulatinamente fueron surgiendo en América Latina y que tenían un enfoque social diferente a la tendencia que marcaban los gobiernos establecidos en la región y que estaban alineados con el imperio norteamericano.

A inicios de la década del sesenta la revolución cubana planteó un nuevo enfoque para los procesos políticos y sociales que se venían desarrollando en América Latina; se constituyó, de este modo, en un punto de referencia y de inspiración para la lucha que otros movimientos guerrilleros, de orientación izquierdista, estaban llevando a cabo en la región.

La revolución cubana planteó, asimismo, una alternativa social acompañada de un modelo económico de características completamente diferentes al modelo oligárquico que habían implantado los gobiernos pronorteamericanos en nuestra región.

Este proceso de cambio desde el punto de vista político y desde la perspectiva del nuevo orden social que proponía la revolución cubana suscitó la feroz reacción del imperialismo norteamericano que, desde siglos atrás, había venido interviniendo en los asuntos internos y en la orientación política y económica de los diferentes países de Latinoamérica. Las medidas contrarrevolucionarias que impulsaron los Estados Unidos en la búsqueda de debilitar el proceso revolucionario cubano persisten aún en la actualidad. Más de medio siglo después del triunfo revolucionario en Cuba, el bloqueo comercial persiste al igual que otras medidas de acoso y obstrucción al desarrollo del modelo social y económico cubano; lo que constituye una incuestionable evidencia de la política imperial que lleva a cabo Estados Unidos en contra de los movimientos políticos de izquierda que han surgido históricamente en nuestros países.

La revolución cubana ha sido un gran desafío al dominio que venía ejerciendo Estados Unidos sobre la región puesto que el imperialismo norteamericano, a través de la historia, había sido implacable en la tarea de sofocar a los gobiernos que no se alineaban con la política imperial de Washington. Tal fue el caso del gobierno del derrocado presidente Jacobo Arbenz, de Guatemala, quien, mediante una acción mercenaria de la CIA lanzada desde Honduras en 1954, fue víctima de la política expansiva y avasallante de Estados Unidos en nuestra región.

La revolución cubana vino a acrecentar la efervescencia revolucionaria que se vivía en América Latina en esa época. Ese sentimiento de rebeldía contra el sistema oligárquico establecido tenía como común denominador la situación de pobreza en que vivía la mayoría de la población latinoamericana; así también, la política de empobrecimiento sistemático que llevaban a cabo los gobiernos oligarcas de nuestra región y que tenían un enfoque político completamente sometido a Washington.

Por estas razones históricas, el imperialismo norteamericano no permitía que América Latina se saliera del redil de la política imperial estadounidense. Esto quedó plenamente demostrado con el golpe de estado que fue apoyado por Estados Unidos en República Dominicana en contra del presidente Juan Bosch debido a las reformas social-demócratas que estaba impulsando a inicios de la década del sesenta.

Todas estas condiciones sociopolíticas adversas a los movimientos de izquierda fueron motivándolos a entrar en un proceso de lucha armada irregular que vino a propagar el fenómeno de las guerrillas en muchos países de nuestra región.

Análisis de la estructura económica de América Latina desde los sesenta a los noventa

El desarrollo económico latinoamericano se ha convertido, a través del tiempo, en una meta particularmente difícil de alcanzar debido a una serie de factores de freno que han debido enfrentar nuestros países.

El principal factor de freno lo ha constituido el diseño de la estructura económica latinoamericana puesto que éste no ha estado adaptado a las necesidades particulares de desarrollo integral de nuestra región. La estructura económica había sido diseñada para favorecer en gran medida la producción de materias primas con el objetivo de exportarlas a los países desarrollados.

El rol económico que le había sido asignado a América Latina era el de producir y exportar una gran cantidad de productos con poco valor agregado para implementar, de esta manera, una relación de dependencia económica de nuestra región hacia los países más desarrollados.