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El evangelio cuadriforme de nuestro señor jesucristo (Sinopsis armonística) (página 5)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había venido para que pasase de este mundo al padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, ámolos hasta el fin. Y la cena acabada, como el diablo ya había metido en el corazón de judas, hijo de Simón Iscariote, que le entregase, sabiendo Jesús que el padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido del de Dios, y a Dios iba, levantase de la cena, y quitase su ropa, y tomando una toalla, ciñose. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido. Entonces vino a Simón Pedro; y pedro le dice: señor, ¿tu me lavas los pies? Respondió Jesús, y dijole: lo que yo hago, tu no entiendes ahora; mas lo entenderás después. Dicele pedro: no me lavaras los pies jamás. Respondiole Jesús: si no te lavare, no tendrás partes conmigo. Dicele Simún Pedro: Señor, no solo mis pies mas aun las manos y la cabeza. Dicele Jesús: el que esta lavado, no necesita sino que lave los pies, mas esta todo limpio: y vosotros limpios estáis, aunque no todos. Porque sabía quien le había de entregar; por eso dijo: no estáis limpios todos. Así que, después que hubo lavado los pies, y tomado su ropa, volviéndose a sentar a la mesa, dijoles: ¿sabeis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis, maestro, y, señor: y decís bien; porque lo soy. Pues si yo, el señor y el maestro, he lavado vuestro pies, vosotros también debéis lavar los pies unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: el siervo no es mayor que su señor, ni el apóstol es mayor que el que le envió. Si sabeis estas cosas, bienaventurados seréis, si las hiciereis. No hablo de todos vosotros: yo se los que he elegido. Más para que se cumpla la escritura: el que come pan conmigo, levanto contra mí su calcañal. Desde ahora os lo digo antes que se haga, para que cuando se hiciere, creáis que yo soy. De cierto, de cierto os digo: el que recibe al que yo enviare, a mi recibe; el que a mi recibe, recibe al que me envió.

EL TRAIDOR SE RETIRA

MATEO: 26:21-25

MARCOS: 14:18-21

LUCAS: 22:21-23

JUAN: 13:21-35

(JERUSALEM)

Como hubo dicho Jesús esto, fue conmovido en el espíritu y protesto, y dijo: de cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar. Y entristecidos ellos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿soy yo señor? Entonces el respondiendo, dijo: el que meta la mano conmigo en el plato, ese me ha de entregar. A la verdad el hijo del hombre va, como esta escrito de el, mas /ay de aquel hombre por quien el hijo del hombre es entregado. Bueno le fuera al tal haber nacido. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado en el seno de Jesús. A este, pues, hizo señas Simón pedro, para que preguntase quien era aquel de quien decía. El entonces recostándose sobre el pecho de Jesús, dicele: señor, ¿Quién es? Respondió Jesús: aquel es, a quien yo diere el pan mojado, y mojando el pan, diole a judas Iscariotes, hijo de Simón. Entonces respondieron judas, que le entregaba, dijo ¿soy yo, maestro? Dicele: tu lo has dicho y tras el bocado Satanás entro en el, entonces Jesús le dice: lo que haces, hazlo mas presto. Más ninguno de los que estaban a la mesa entendió a que propósito le dijo esto. Porque los unos pensaban, porque judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: compra lo que necesitamos para la fiesta: o, que diese algo a los pobres. Como el pues hubo tomado el bocado, luego salió: y era ya de noche. Entonces como el salio dijo Jesús: ahora es glorificado en el. Si Dios le glorificara hijitos, aun un poco estoy con vosotros. Me buscareis; mas. Como dijo a los judíos: donde yo voy, vosotros no podéis venir; así digo a vosotros ahora. Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros: como os he amado, que también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

PREDICE LA NEGACIONDE PEDRO Y DISPERSACION DE LOS DISCIPULOS

MATEO: 26:31-35

MARCOS: 14:27-31

LUCAS: 22:31-38

JUAN: 13:36-38

(JERUSALEM)

Dicele Simón Pedro: señor, ¿adonde vas? Respondiole Jesús: donde yo voy, no me puedes ahora seguir; mas me seguirás después. Dicele pedro: señor, ¿Por qué no te puedo seguir ahora? Mi alma pondré por ti. Dijo también el señor: Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandaros como a trigo; mas yo he rogado por ti que tu fe no falte: y tu, una ves vuelto, confirma a tus hermanos. Y el le dijo: señor, pronto estoy a ir contigo aun a cárcel y a muerte. Y el dijo: pedro, te digo que el gallo no cantara hoy antes que tu niegues tres veces que me conoces. Todos vosotros seréis escandalizados en mí esta noche, porque escrito esta: heriré al pastor, y las ovejas de la manada serán dispersas. Más después que haya resucitado, iré delante de vosotros a galilea. Y a ellos dijo: cuando os envié sin bolsa y sin alforja, y sin zapatos ¿os falto algo? Y ellos dijeron: nada. Y les dijo: pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja, y el que no tiene, venda su capa y compre espada. Porque os digo, que es necesario que se cumpla todavía en mi aquello que esta escrito: y con los malos fue contado: porque lo que esta escrito de mi, cumplimiento tiene. Entonces ellos dijeron: Señor, he aquí dos espadas y el les dijo: basta.

La Santa Cena

MATEO: 26:26-29

MARCIS: 14:22-25

LUCAS: 22:17-20

(JERUSALEM)

Y comiendo ellos, tomo Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos y dijo: tomad, comed esto en mi cuerpo. Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: bebed de él todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados. Y os digo, que desde ahora no beberé mas este fruto de la vid, hasta que día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi padre.

LA PROMESA DEL ESPIRTU SANTO

JUAN: 14:1-31

(JERUSALEM)

No se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomare a mi mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis y sabeis a donde yo voy; y sabeis el camino. Dicele tomas: señor, no sabemos a donde vas: ¿Cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dice: yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al padre sino por mí. Si me conocieseis, también a mi padre conocierais: y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Dicele Felipe: señor, muéstranos el padre, y nos basta. Jesús le dice: ¿tanto tiempo que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto al padre; ¿Cómo, pues dices tú: muéstranos al padre? ¿No crees que yo soy en el padre, y el padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo de mi mismo: mas el padre que esta en mi el hace las obras. Creedme que yo soy en el padre y el padre en mi: de otra manera creedme por las mismas obras de cierto, de cierto os digo: el que en mi cree, las obras que yo hago también el las hará; y mayores que estas hará; porque yo voy al padre. Y todo lo que pidiereis al padre en mi nombre, esto haré, para que el padre sea glorificado en el hijo. Si algo pidiereis en mi nombre yo lo haré. Si me amáis, guardad mis mandamientos; y yo rogare al padre. Y os daré otro consolador, para que este con vosotros para siempre: al espíritu de el. Al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis: porque esta con vosotros no os dejare huérfanos: vendré a vosotros. Aun un pequeñito, y el mundo no me vera mas; empero vosotros me veréis; porque yo vivo, y vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi padre, y vosotros en mi, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquel es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi padre, y yo le amare, y me manifestare a el. Dicele Judas, no el Iscariotes: señor. ¿Qué hay porque te harás de manifestar a nosotros, a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús, y dijole: el que me ama, mi palabra guardara; y mi padre le amara, y vendremos a el, y haremos con el morada. El que no me ama, no guarda mis palabras: y la palabra que habéis oído, no es mía, sino del padre que me envió. Estas cosas os he hablado estando con vosotros. Mas el consolador, el espíritu santo, al cual el padre enviara en mi nombre, el os enseñará todas las cosas, y os recordara todas las cosas que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os he dicho: voy, y vengo a vosotros. Si me amaseis, ciertamente os gozaríais, porque he dicho que voy al padre: porque el padre mayor es que yo. Y ahora os lo he dicho antes que se haga; para cuando se hiciere, creáis. Ya no hablare mucho con vosotros: porque viene el príncipe de este mundo; más o tiene nade en mí. Empero para que conozca el mundo que amo al padre, y como el padre dio el mandamiento, así hago. Levantaos, vamos de aquí.

LA VID VERDADERA

JUAN: 15:1-27

(JERUSALEM)

Y soy la vid verdadera, y mi padre es el labrador, todo pámpano que no lleva fruto, le quitara: y todo aquel que lleva fruto, le limpiara, para que lleve más fruto. Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado. Estad en mi, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de si mismo, si no estuviere en la vid; así mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos. El que esta en mi, y yo en el, este lleva muchos frutos; porque sin mi nada podéis hacer. El que en mi no estuviere, será echado fuera como mal pámpano, y se secara; y los cogen, y los echan en el fuego, y arden. Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho. En esto es glorificado mi padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el padre me amo también yo os he amado: estad en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi padre, y estoy en su amor. Estas cosas os he hablado para que mi gozo este en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Este es mi mandamiento que os améis los unos a los otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que pongo alguno su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando. Ya no os llamare siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: mas os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi padre, os he hecho notorias. No me elegisteis vosotros a mi, mas yo os elegí a vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, permanezca: para que todo lo que pidiereis del padre en mi nombre, el os lo de. Esto os mando: que os améis los unos a los otros. Si el mundo os aborrece, sabed que a mi me aborreció antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: no es el siervo mayor que su señor, si a mi me han perseguido, también a vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardaran la vuestra. Más todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. Si no hubiera venido. Ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, mas ahora no tienen excusa de su pecado. El que me aborrece, también a mi padre aborrece. Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; mas ahora, y las han visto, y me aborrecen a mi y a mi padre. Más para que se cumpla la palabra que esta en su ley: que sin causa me aborrecieron. Empero cuando viniere el consolador, el cual yo os enviare del padre, el espíritu de verdad el cual procede del padre, el dará testimonio de mí. Y vosotros daréis testimonio de mí. Y vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.

PREDICE DE NUEVO LA VENIDA DEL ESPIRITU Y LAS PERSECUCIONES

JUAN: 16:1-33

(JERUSALEM)

Estas cosas os he hablado, para que no os escandalicéis. Os echaran de las sinagogas; y aun viene la hora, cuando cualquiera que os matare, pensara que hace servicio a dios. Estas cosas os hará, porque no conocen al padre ni a mi. Más os he dicho esto, para que cuando aquella hora viniere, os acordéis que yo os lo había dicho. Esto empero no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros mas ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿a donde vas? Antes, porque os he hablado estas cosas, tristeza ha henchido vuestros corazones. Empero yo os digo la verdad: os es necesario que yo vaya: porque si yo no fuese, el consolador no vendría. A vosotros; mas si y o fuere, os le enviare. Y cuando el viniere reargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio: de pecado ciertamente, por cuanto no creen en mi; y de justicia, por cuanto voy al padre, y no me veréis mas; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo es juzgado. Aun tengo muchas cosas que deciros, más no las podéis llevar. Pero cuando viniere aquel espíritu de verdad, el os guiara a toda verdad; porque no hablara de si mismo, sino que hablara todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir. El me glorificara: porque tomare de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el padre, mío es: por eso dije que tomara de lo mío, y os lo haré saber. Un poquito, y no me veréis; y otra vez un poquito, y me veréis: porque yo voy al padre. Entonces dijeron algunos de su discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: un poquito, y no me veréis; y otra vez un poquito, y me veréis: y, porque yo voy al padre? Decían pues: ¿Qué es esto dice: un poquito? No entendemos lo que habla. Y conoció Jesús que le querían preguntar, y dijole: preguntáis entre vosotros de esto que dije: ¿un poquito, y no me veréis, y otra vez un poquito, y me veréis? De cierto, de cierto os digo, que vosotros llorareis y lamentareis, y el mundo se alegrara: en gozo. La mujer cuando pare, tiene dolor porque es venida su hora; mas después que ha parido un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. También pues, vosotros ahora ciertamente tenéis tristeza; mas otra vez os veré y aquel día no me preguntareis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al padre en mi nombre, os lo daré. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. Estas cosas os he hablado en proverbio: la hora viene cuando ya no os hablare por proverbios, pero claramente os anunciare al padre. Aquel día pediréis en mi nombre: y no os digo que yo rogare al padre por vosotros; pues el mismo padre os ama, porque vosotros me amasteis, y habéis creído que yo salí de Dios. Salí del padre, y he venido al mundo: otra vez dejo el mundo, y voy al padre. Dicienle sus discípulos: he aquí, ahora hablas claramente, y ningún proverbio dices, ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte: en esto creemos que has salido de Dios. Respondioles Jesús: ¿ahora creéis? He aquí, la hora viene, y ha venido, que seréis esparcidos cada uno por su parte, y porque el padre esta conmigo. Estas cosas os he hablado, para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiar, yo he vencido al mundo.

Oración postrera del Cristo

JUAN: 17:1-26

(JERUSALEM)

Estas cosas hablo Jesús, y levantados los ojos al cielo, dijo: padre. La hora es llegada; glorifica a tu hijo, para que también tu hijo te glorifique a ti; como le has dado la potestad de todas carne, para que de vida eterna a todos los que le diste. Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado. Yo te he glorifico en la tierra: ce acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora, pues, padre, gloricame tu cerca de ti mismo con aquella gloria que tuve cerca de ti; antes que el mundo fuese. He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste: tuyo eran, y me los diste, y guardaron tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me diste, son de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tu me enviaste. Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyo son: y todas mis cosas son tus cosas, y tus cosas son mis cosas: y he sido glorificado en ellas. Y ya no estoy en el mundo; mas estos están en el mundo, y yo a ti vengo. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos por tu nombre, para que sean una cosa, como también nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guarde en tu nombre; a los que me diste yo los guarde, y ninguno de ellos se perdió, sino el de perdición; ahora que la escritura se cumpliese. Mas ahora vengo a ti; y hablo esto en el mundo, para que tenga mi gozo cumplido en si mismo. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, también los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mi mismo, para que también ellos sean santificados en verdad. Mas no ruego solamente por estos, sino también en los que han de creer en mi por la palabra de ellos. Para que todos sean una cosa; como tú, oh padre, en mi, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tu me enviaste. Y yo, la gloria que me diste les he dado; para que sean una cosa, como también nosotros somos una cosa. Yo en ellos, y tu en mi, para que sean consumadamente una cosa; que el mundo conozca que tu me enviaste, y que los has amado, como también a mi me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también conmigo; para que vean mi gloria que me has dado: por cuanto me has amado desde antes de la constitución del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, mas yo te conocido; y estos has conocido que tu me enviaste; y yo les he manifestado tu nombre, y manifestarlo aun; para que el amor con que me has amado, este en ellos, y yo en ellos.

LA AGONIA DEL GETSEMANI

MATEO: 26:30 Y 36-46

MARCOS: 14:26 Y 32-42

LUCAS: 22:39-46

JUAN: 18:1

(MONTES DE LOS OLIVOS)

Como Jesús hubo dicho estas cosas, y habiendo cantado el himno, salieron al monte de las olivas, con sus discípulos tras el arroyo de Cedrón, donde estaba un huerto, que se llama Gethsemani, y dice a sus discípulos: sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y toman consigo a pedro y a Jacobo y a Juan, y comenzó a atemorizarse, y a angustiarse, y les dice: esta muy triste mi alma, hasta la muerte esperad aquí y velad, para que no entréis en tentación. Y el se aparto de ellos como un tiro de piedra; puesto de rodillas oro, y decía: abba, padre, todas las cosas son a ti posible: traspasa de mi este vaso; empero no lo que yo quiero, sino lo que tu. Y le apareció un ángel del cielo confortándole. Y estando en agonía, oraba intensamente: y fue su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. Y vino y los hallo durmiendo; y dice a pedro: ¿Simón, duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación el espíritu a la verdad esta presto, mas la carne enferma. Otra vez fue, segunda vez, y oro diciendo padre mío, si no puede este vaso pasar de mi sin que yo lo beba, hágase tu voluntad. Y vino, y los hallo otra ve durmiendo, porque los ojos de ellos estaban agravados. Y dejándolos fuese de nuevo, y oro tercera vez, diciendo las mismas palabras. Entonces vino a sus discípulos, y diceles: dormid ya, y descansad he aquí ha llegado la hora, y el hijo del hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos: he aquí ha llevado el que me ha entregado.

ES HECHO PRESO POR LA TRAICION

MATEO: 26:47-56

MARCOS: l4:43-52

LUCAS: 22:47-53

JUAN: 18:2-12

(MONTE DE LOS OLIVOS)

Y también Judas, el que le entregaba, sabía aquel lugar; porque muchas veces Jesús se juntaba allí con sus discípulos. Judas pues tomando una compañía, y ministros de los pontífices y los fariseos, vino allí con linternas y antorchas, y con armas. Empero Jesús, sabiendo todas las cosas que habían de venir sobre el, salió delante, y dijoles: ¿a quien buscáis? Respondieronle: a Jesús Nazareno. Diceles Jesús: soy yo, (y estaba también con ellos judas, el que le entregaba) y como les dijo, yo soy, volvieron atrás, y cayeron en tierra. Volvioles, pues a preguntar: ¿a quien buscáis? Y ellos dijeron: a Jesús de Nazareno. Respondió Jesús: os he dicho que yo soy: pues si a mi buscáis, dejad ir a estos. Para que se cumpliese la palabra que había dicho: de los que me diste, ninguno de ellos perdí. Estando el aun hablando, he aquí una turba, y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: al que yo besare, aquel es: prendedle. E iba delante de ellos; y llegose a Jesús para besarlo. y como vino, se acerco luego a el, y le dice: maestro, maestro, y le beso. Entonces Jesús le dijo: judas, ¿con beso entregas al hijo del hombre? Y viendo los que estaban con el lo habían de ser, le dijeron: señor, ¿heriremos a cuchillo? Entonces Simón pedro, que tenia espada, sacola, e hirió al siervo del pontífice, y le corto la oreja derecha, y el siervo se llamaba Malco. Jesús entonces dijo a pedro: mete tu espada en la vaina: el vaso que el padre me ha dado, ¿No lo tengo que beber? Porque todos los que tomaren espadas, a espadas perecerán. Y tocando su oreja, le sano. ¿Acaso piensas que no puedo orar a mi Padre, y El me daría más de doce legiones de Ángeles? ¿Cómo, pues, se cumpliera las escrituras, que así conviene que se hecho? En aquella hora dijo Jesús a las gentes: ¿Cómo a ladrón habéis salido con espadas y con palos a prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, Y no me prendisteis. Más esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas. Mas todo esto se hace, para que se cumpla las escrituras de los profetas, entonces todos discípulos huyeron, dejándolos. Empero un mancebillo le seguía cubierto de una sabana sobre el cuerpo desnudo; y los mancebos les prendieron: mas el, dejando la sabana, se huyo de ellos desnudo.

ANTE ANÁS, PEDRO LO NIEGA

MATEO: 26:57-58 Y 69-75

MARCOS: 14:53-54 Y 66-72

LUCAS: 22:54-62

JUAN: 18:13-18 Y 25-27

(JERUSALEM)

Y lleváronle primeramente a anas; porque era suegro de caigas, el cual era pontífice de aquel año. Y era Caifas el que había dado el consejo a los judíos, que era necesario que un hombre muriese por el pueblo. Y seguía a Jesús Simón pedro, y otro discípulo. Y aquel discípulo era conocido del pontífice, y entro con Jesús al atrio de del pontífice; mas Pedro estaba fuere a la puerta. Y salió aquel discípulo que era conocido del pontífice, y entro con Jesús al atrio de del pontífice; mas pedro estaba afuera a la puesta. Y habló aquel discípulo que era conocido del pontífice, y habló a la portera, y metió dentro a pedro. Entonces la criada portera dijo a pedro: ¿no eres tú también de los discípulos de este hombre? Dice el: no soy. Y estaban en pies los siervos y los ministros que habían allegado las ascuas; porque hacia frío, y calentabase: y estaba también con ellos pedro en pie, calentándose. Y saliendo el a la puerta le vio otra,, y dijo a los que estaban allí: también este estaba con Jesús Nazareno.. y negó otra vez con juramento. No conozco al hombre. Y como una hora pasada uno de los siervos del pontífice, pariente de aquel a quien pedro había cortado la oreja, le dice: ¿no te vi yo en el huerto con el? Verdaderamente también estaba con el, porque ers Galileo, y su habla le es manifiesta. Y Pedro dijo: hombre, no se que dices. Entonces comenzó hacer imprecaciones, y luego el gallo canto. Entonces, vuelto el señor, miro a pedro: y pedro se acordó de la palabra del señor como le había dicho: antes que el gallo cante, me negaras tres veces. Y saliendo fuera Pedro, lloro amargamente.

ANTES EL CONSEJO DE DECLARA EL CRITO.

ES CONDENADO Y BLASFEMADO.

MATEO: 26:59-68

MARCOS: 14:56-65

LUCAS: 22:63-71

JUAN: 18:19-24

(JERUSALEM)

Y el pontífice pregunto a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le respondió: yo manifiestamente he hablado al mundo: yo siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se juntan todos los judíos, y nada he hablado en oculto. ¿Qué me preguntas a mí? Pregunta a lo que han oído, que les haya yo hablado: he aquí, esos saben lo que yo he dicho. Y como el hubo dicho esto, uno de los criados que estaba allí, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿así responde al pontífice? Respondiole Jesús: si he hablado mal, da testimonio del mal: y si bien, ¿Por qué me hieres? Y ana les había enviado atado a Caifas pontífice. Y los hombres que tenían a Jesús, se burlaban de el hiriéndole; y cubriéndole, herían su rostro, y preguntabanle, diciendo: profetiza quien es el que te hiere. Y cuando fue de día, se juntaron los ancianos del pueblo, y los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y le trajeron a su concilio. Y los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos, y todo el consejo, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; y no lo hallaron, aun que muchos testigos falsos se llegaban; más a la postre vieron dos testigos falsos, que dijeron: este dijo: puede derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo. Y levantándose el pontífice, le dijo: ¿no respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? Más Jesús callaba. Respondiendo el pontífice, le dijo: te conjuro por Dios viviente, que nos digas si eres tu el cristo, hijo de Dios. Jesús le dijo: tu lo has dicho: y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al hijo del hombre sentado a la derecha de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo. Entonces el pontífice rasgo sus vestidos, diciendo: blasfemado ha: ¿Qué mas necesitad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído en blasfemia. ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: culpado es de muerte. Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de bofetadas; y otros le herían con mojicones.

EL SANEDRIN CONDUCE A JESUS ANTE PILADO.

MATEO: 27:1-2

MARCOS: 15:1-5

LUCAS: 23:1-5

JUAN: 18:28-38

(JERUSALEM)

Y llevaron a Jesús de Caifas al pretorio: y era por la mañana: y ellos no entraron en el pretorio por no ser contaminados, sino que comiesen la pascua. Entonces salió pilato a ellos fuera, y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre: respondieron, no te le habríamos entregado. Diceles entonces pilato: tomadles vosotros, y juzgad según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: a nosotros no es lícito matar a nadie: para que se cumpliese el dicho de Jesús que había dicho, dando a entender de que muerte había de morir. Así que, pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamo a Jesús, y dijole: ¿eres tu el rey de los judíos? respondiole Jesús: ¿dices tu esto de ti mismo, o te lo han dicho otro de mi? Pilato respondió: ¿soy yo judío? Tu gente, y los pontífices, te han entregado a mi: ¿Qué has hecho? Respondió Jesús: mi reino no es de este mundo: si de este mundo fuera mi reino, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos: ahora pues, mi reino no es de aquí. Dijole entonces pilato: ¿luego rey eres tu? Respondió Jesús: tu dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Dicele pilato: ¿Qué cosa es verdad? Y como hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y diceles: yo no hallo en el ningún crimen. Mas ellos porfiaban, diciendo: alborota al pueblo, comenzando desde galilea hasta aquí.

ANTE EL GOBERNADOR

MATEO: 27:11:14

(JERUSALEM)

Y Jesús estuvo delante del presidente; y el presidente le pregunto, diciendo: ¿eres tú el rey de los judíos? y Jesús le dijo: tu lo dices. Y siempre acusado por los príncipes de los sacerdotes, y por los ancianos, nada respondió. Pilato entonces le dice: ¿no oyes cuantas cosas testifican contra ti? y no le respondió ni una palabra de tal manera que el presidente se maravillaba mucho.

ANTE EL REY HERODES

LUCAS: 23:6-12

(JERUSALEM)

Entonces Pilato, oyendo de galilea, pregunto si el hombre era Galileo. Y como entendió que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, el cual también estaba en jerusalem en aquellos días. Herodes, viendo a Jesús holgose mucho, porque hacia mucho que deseaba verle; porque había oído de el muchas cosas, y tenia esperanza que le vería hacer alguna señal. Y le preguntaba con muchas palabras; mas el nada le respondió: y estaban los príncipes de los sacerdotes y los escribas acusándole con gran porfía. Más Herodes con su corte le menosprecio, y escarneció, vistiéndolo de una ropa rica; y volviole a enviar a pilato. Y fueron hechos amigos entre si pilato y Herodes en el mismo día; porque antes eran enemigos entre si.

PILATO QUIERE SOLTARLO Y PIDEN A BARRABAS

MATEO: 27:15:27

MARCOS: 15:6-15

LUCAS: 23:13-25

JUAN: 18:39-40

(JERUSALEM)

Entonces pilato, convocando los príncipes de los sacerdotes, y los magistrados, y el pueblo, les dijo: me habéis presentado a este por hombre que desvía al pueblo: y he aquí, preguntando yo delante de vosotros, no he hallado culpa alguna en este hombre de aquellas de que le acusáis. Y ni aun Herodes; porque os remití a el, y he aquí, ninguna cosa digna de muerte ha hecho. Le soltare, pues, castigado. Y tenia necesidad de soltarle uno en cada fiesta. Mas toda la multitud dio voces a una, diciendo: quita a este, y suelta a barrabas. (El cual había sido echado en la cárcel por una sedición hecha en la ciudad, y una muerte.) Y hablole otra vez pilato, queriendo soltar a Jesús. Pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: crucifícale, crucifícale. Y estando el sentado en el tribunal, su mujer envió a el, diciendo: no tenga que ver con aquel justo; porque hoy ha padecido muchas cosas en sueños por causa de el. Y les dijo la tercera vez: ¿pues que mal ha hecho este? Ninguna culpa de muerte he hallado en el: le castigare, oyes, y le soltare. Más ellos instaban a grandes voces, pidiciendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los príncipes de los sacerdotes crecían. Tomando agua se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: inocente soy yo de la sangre de este justo: veréislo vosotros. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. Entonces les soltó a Barrabas: y habiendo acotado a Jesús, le entrego para ser crucificado.

Jesús es sentenciado a muerte

MATEO: 27:27-30

MARCOS: 15:15-19

JUAN: 19:1-3

(JERUSALEM)

Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a barrabas, y entrego a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. Entonces los soldados le llevaron dentro de la sala, es a saber, al pretorio; y convocan toda la corte. Y le visten de púrpura; y poniéndole una corona tejida de espinas, comenzaron luego a saludarle: /salve, rey de los judíos/ y le herían en la cabeza con una caña, escupían en el, y le adoraban hincadas las rodillas.

PILATO LO QUIERE SOLTAR

JUAN: 19:4-16

(JERUSALEM)

Entonces Pilato salió otra vez fuera y dijole: he aquí, os le traigo fuera, para que entendáis que ningún crimen hallo en el. Y salio Jesús fuera, llevando la corona de espinas y la ropa de grana y diceles pilato: he aquí el hombre. Y como le vieron los príncipes de los sacerdotes, y los servidores, dieron voces diciendo: crucifícale, crucifícale, diceles pilato: tomadle vosotros, y crucifícale; porque yo no hallo en el crimen. Respondieronle los judíos: nosotros tenemos ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo hijo de Dios. Y como pilato oyó esta palabra tuvo más miedo. Y entro otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿de donde eres tú? Más Jesús no le dio respuesta. Entonces dicele pilato: ¿a mi no me hablas? ¿No sabes que tengo potestad para soltarte? Respondió Jesús: ninguna potestad tendría contra mi, si no te fuese dado de arriba: por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene, desde entonces procuraba pilato soltarle; mas los judíos cualquiera que se hace rey, a cesar contradice. Entonces pilato, oyendo este dicho, llevo fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar que se dice lithostrotos, en hebreo gabbatha. Y era la víspera de la pascua, y como la hora de sexta. Entonces dijo a los judíos: he aquí vuestro rey. Mas ellos dieron voces: quita, aquieta, crucifícale. Diceles pilato: a que vuestro rey he de crucificar: respondieron los pontífices: no tenemos rey sino a cesar. Así que entonces lo entrego a ellos para que fuese crucificado. y tomaron a Jesús, y le llevaron.

EL SUICIDIO DE JUDAS

MATEO: 27:3-10

(JERUSALEM)

Entonces judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, volvió arrepentido las treinta piezas de plata a los príncipes de los sacerdotes y a los ancianos. Diciendo: yo he pecado entregando la sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué se nos da a nosotros? Vieralo tu. Arrojando las piezas de plata en el templo, partiose; y fue, y se ahorco. Y los príncipes de los sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron no es licito echarlas en el tesoro de los dones, porque es precio de sangre. Más habido consejo, compraron con ellas el campo del alfarero, por sepultura para los extranjeros. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, que dijo: y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, que fue apreciado por los hijos de Israel: y las dieron para el campo del alfarero, como me ordeno el señor.

ES CONDUCIDO A LA MUERTE

MATEO: 27:31-34

MARCOS: 15:20-23

LUCAS: 23:26-32

JUAN: 19:16-17

(JERUSALEM)

Y cuando le hubieron escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le vistieron sus propios vestidos, y le casaron para crucificarle. Y cargaron a uno que pasaba, Simón cireneo, padre de Alejandro y de Rufo, que venia del campo, para que llevase su cruz. Y le llevaron al lugar de Gólgota, que declarado quiere decir: lugar de la calavera. Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas el no lo tomo. Y le seguían una grande multitud de pueblo, y de mujeres, las cuales le lloraban y lamentaban. Mas Jesús, vuelto a ellas, les dice: hijas de Jerusalem, no me lloréis a mi, mas llorad por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: buenaventuras las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no criaron. Entonces comenzaron a decir a los montes: caed sobre nosotros: y a los callaos: cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco que se hará? Y llevaban también con el otros dos, malhechores, a ser muertos.

La crucifixión

MATEO: 27:35:-38

MARCOS: 15:25-28

LUCAS: 23:33-34

JUAN: 19:18-24

(JERUSALEM)

Y era la hora de las tres cuando le crucificaron. Y crucificaron con él dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda. Y se cumplió la escritura, que dice y con los inicuos fue contado. Y en el lugar de la calavera Jesús decía: padre, perdónalos, porque no saben lo que hace. Y escribió también pilado un titulo, que puso encima de la cruz, y el escrito era: este es Jesús de Nazareno, el rey de los judíos. y muchos de los judíos leyeron este titulo: porque el lugar donde estaba crucificado Jesús era cerca de la ciudad: y estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. Y decían a pilato los pontífices de los judíos: no escribas, rey de los judíos: sino, que el dijo: rey soy de los judíos. Respondió Pilato: lo que he escrito, he escrito. Y como los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes (para cada soldado una parte); y dijeron entre túnica; mas la túnica era sin costura, toda tejida desde arriba. Y dijeron entre ellos: no la partamos, sino echemos suerte sobre ella, de quien será; para que cumpliese la escritura que dice y partieron para si mis vestidos, y sobre mi vestidura echaron suertes, y los soldados hicieron esto.

RECOMIENDA A SU MADRE, ES ENCARNECIDO

MATEO: 27:39-44

MARCOS: 15:29-32

LUCAS: 23:35,37 Y 39-43

JUAN: 19:25-27

(JERUSALEM)

Y el pueblo estaba mirando; y los que pasaban, le decían injurias, meneando sus cabezas, y diciendo: tu, el que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo: si eres hijo de Dios, desciende de la cruz. De esta manera también los príncipes de los sacerdotes, escarneciendo con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: a otros salvo, a si mismo no puede salvar: si es el rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en el. Confió en Dios: líbrele ahora si le quiere: porque ha dicho: soy hijo de Dios. Y uno de los malhechores que estaban colgados, le injuriaba, diciendo: si tu eres el cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros, a la verdad, justamente padecemos; porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos: mas este ninguna mal hizo. Y dijo a Jesús: acuérdate de mi cuando vinieres a tu reino. Entonces Jesús le dijo: de cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso. Y estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, y María mujer de Cleofás, y María Magdalena. Y como vio Jesús a su madre, y al discípulo que el amaba, que estaba presente, dice a su madre mujer, he ahí tu hijo. Después dice al discípulo: he ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió consigo.

LAS TINIEBRAS REINAN; Y CRISTO MUERE

MATEO: 27:45-50

MARCOS: 15:33-37

LUCAS: 23:44-46

JUAN: 19:28-30

(JERUSALEM)

Y cuando era como la hora de sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora de nona. Y el sol se obscureció y el velo del templo se rompió del medio. Y cerca de la hora, Jesús exclamo con grande voz, diciendo: eli, eli, ¿lama sabachtani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado? Y mucho de los que estaban allí, oyéndolo, decían: a Elías llama este. Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya cumplidas, para que la escritura se cumpliese, dijo: sed tengo. Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y rodeada a un hisopo, se la llegaron a la boca. Y entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dio el espíritu.

SE RASGO EL VELO, SE ABREN LOS SEPULCROS

EL CENTURION SE CONFIESA

MUJERES ANTE LA CRUZ

MATEO: 27:51-56

MARCOS: 15:38-41

LUCAS: 23:23:45,47-49

(JERUSALEM)

Y he aquí, el velo del templo se rompió en dos, de alto a bajo: y la tierra templo, y las piedras se hendieron; dormido, se levantaron; y salieron, después de su resurrección, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. Y el centurión, y los que habían sido hechas, temieron en gran manera, diciendo: verdaderamente hijo de Dios era este. Y estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido de galilea a Jesús, sirviéndole: entre las cuales estaban María magdalena, y María la madre de Jacobo y de jose, y salome la madre de los hijos de Zebedeo, estaban lejos mirando estas cosas.

El descenso y el entierro

MATEO: 27:57-61

MARCOS: 15:42-47

LUCAS: 23:50-56

JUAN: 19:31-42

(JERUSALEM)

Entonces los judíos, por cuanto era víspera de la pascua, para que los cuerpos no quedasen en la cruz en el sábado, pues era el gran día del sábado, rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados. Y vinieron los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con el. Mas cuando vinieron a Jesús, como le vieron ya muerto no le quebraron las piernas: empero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y luego salió sangre y agua. Y el que lo vio, da testimonio, y su testimonio es verdadero: y el sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. Porque estas cosas fueron hechas para que se cumpliese la escritura: hueso no quebrantaron de el. Y también otra escritura dice: miraran al que traspasaron. Y he aquí un varón llamado José, el cual era senador, varón bueno y justo, (el cual no había consentido en el consejo ni en los hechos de ellos), de Arimatea, ciudad de la Judea, y el cual también esperaba el reino de Dios, este llego a Pilato, y asadamente entre y pidió el cuerpo de Jesús. Y Pilato se maravillo que ya fuese muerto; y haciendo venir al centurión, pregúntole si era ya muerto. Y enterado del centurión, dio el cuerpo a José, y vino también Nicodemos, el que antes había venido a Jesús de noche, y trayendo un nicodemos, el que antes había venido a Jesús de noche, y trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. Tomaron pues el cuerpo de Jesús, y envolvieronlo en lienzos con especias, como es costumbre de los judíos sepultar. Y en aquel lugar donde había sido crucificado, había un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aun no había sido pues ninguno. Y era día de la víspera de la pascua; y estaba para rayar al sábado. Y las mujeres que con el había venido de Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y como fue pues su cuerpo, y vueltas, aparejaron drogas aromáticas y ungüentos; y reposaron el sábado, y conforme al mandamiento.

LA GUARDIA EN EL SEPULCRO

MATEO: 27:62-66

(JERUSALEM)

Y el siguiente día, que es después de la preparación, se juntaron los príncipes de los sacerdotes y los fariseos a Pilato, diciendo: señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aun: después de tres días resucitare. Manda pues, que se asegure el sepulcro hasta el día tercero; porque no vengan sus discípulos de noche, y le hurten, y digan al pueblo: resucito de los muertos. Y será el postrer error peor que el primero. Y Pilato les dijo: tenéis una guardia: id, aseguradlo como sabéis. Y yendo ellos, aseguraron el sepulcro, sellando la piedra, con guardia.

La mañana de la resurrección

MATEO: 28:2-4

MARCOS: 16:1

(JERUSALEM)

Y como paso el sábado, Maria Magdalena, y Maria madre de Jacobo, y Solomé, compraron drogas aromáticas, para venir a ungirle. Y he aquí, fue hecho un gran terremoto: porque el ángel de señor, descendiendo del cielo y llegando, había revuelto la piedra, y estaba sentado sobre ella. Y su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nueve. Y de miedo de el los guardas se asombraron, y fueron vueltos como muertos.

LAS MUJERES VAN AL SEPULCRO. MARIA DE MAGDALA REGRESA.

MATEO: 28:1

MARCOS: 16:2-4

LUCAS: 24:1-3

JUAN: 20:1-2

(JERUSALEM)

Y la víspera de sábado, que amanece para el primer día de la semana, vino Maria Magdalena, y la otra Maria, a ver el sepulcro, ya salido el sol. Y decían entre si: ¿Quién nos revolverá la piedra de la puerta del sepulcro? Y como miraron, ven la piedra revuelta; que era muy grande. Y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Entonces María Magdalena corrió, y vino a Simón pedro, y al otro discípulo, al cual amaba Jesús, y les dice: han llevado al señor del sepulcro, y no sabemos donde le han puesto.

VISION DE ANGELES EN EL SEPULCRO.

MATEO: 28:5-7

MARCOS: 16:5-7

LUCAS: 24:4-8

(JERUSALEM)

Y entradas en el sepulcro, y espantadas, aconteció he aquí se pararon unto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; y como tuviesen ellas temor, y bajasen el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No esta aquí, mas ha resucitado acodaos de lo que os hablo, cuando aun estaba en galilea diciendo: es menester que el hijo del hombre se entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. Mas id, decid a sus discípulos, y a pedro, que el va antes que vosotros a galilea: allí le veréis, como os dijo. Entonces ellas se acordaron de sus palabras.

LAS MUJERES EN LA CIUDAD. JESUS SE ENCUENTRA CON ELLAS.

MATEO: 28:8-10

MARCOS: 16:8

LUCAS: 24:9-11

(JERUSALEM)

Y ellas se fueron huyendo del sepulcro; porque las había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie porque tenían miedo. Y mientras iban a dar las nuevas a sus discípulos, he aquí, Jesús les sale al encuentro, diciendo: salve. Y ellas se llegaron y abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dice: no temáis: ID, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a galilea, y allí me vera. Dieron nuevas de todas estas cosas a los onces, y todos los demás. Y eran Maria Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, las que dijeron estas cosas a los apóstoles. Más a ellos les parecían como locuras las palabras de ellas, y no las creyeron.

PEDRO Y JUAN EN EL SEPULCRO

LUCAS: 24:12

JUAN: 20:3-10

(JERUSALEM)

Y salió pedro, y el otro discípulo, y vinieron al sepulcro. Y corrían los dos juntos; mas el otro discípulo corrió más presto que pedro, y llego primero al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos echados; mas no entro; llego luego Simón pedro siguiéndole, y entro en el sepulcro, y vio los lienzos echados, y el sudario, que había estado sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino envuelto en un lugar aparte. Y se fue maravillándose de lo que había sucedido. Y entonces entro también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro, y vio y creyó. Porque aun no sabían la escritura, que era necesario que el resucitase de los muertos. Y volvieron los discípulos a los suyos.

MAGDALENA VE AL SEÑOR

MARCOS: 16:9-11

JUAN: 20:11-8

(JERUSALEM)

Mas Jesús resucito por la mañana, el primer día de la semana, empero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y estando llorando, bajose a mirar el sepulcro; y vio dos Ángeles en ropas blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y dijeron: mujer, ¿Por qué lloras? Díceles: porque se han llevado a mi señor, y no se donde le han puesto. Y como hubo dicho esto, volviese atrás, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabia que era Jesús. (De ella, había echado siete demonios). Dicele Jesús: mujer, ¿Por qué lloras? ¿A quien buscas? Ella, pensando que era el hortelano, dícele: señor, si tu los llevado, dime donde lo has puesto, y yo lo llevare. Dicele Jesús: /Maria/ volviéndose ella, dícele: /rabboni/ que quiere decir, maestro. Dicele Jesús: no me toques: porque aun no he subido a mi padre: subo a mi padre y a vuestro padre, a mi Dios a vuestro Dios. Fue Maria Magdalena dando las vuelvas a los discípulos de que había visto al señor, y que el le había dicho estas cosas, que ellos estaban tristes y llorando. Y ellos como oyeron que vivía, y que había oído visto de ella, no lo creyeron.

INFORME DE LA GUARDIA

MATEO: 28:11-15

(JERUSALEM)

He aquí unos de la guardia vinieron a la ciudad, y dieron aviso a los príncipes de los sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. Y juntados con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: decid: sus discípulos vinieron de noche, y le hurtaron, durmiendo nosotros. Y si esto fuere oído del presidente, nosotros le persuadiremos, y os haremos seguros. Y ellos, tomando el dinero, hicieron como estaban instruidos: y este dicho fue divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.

CAMINO A EMMAUS,

MARCOS: 16:12-13

LUCAS: 24:13-35

(JERUSALEM-EMMAUS)

Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea que estaba de Jerusalem sesenta estadios, llamada Emmaus. E iban hablando entre si de todas aquellas cosas que habían acaecido. Y acontecido que yendo hablando entre si, y preguntándose el uno al otro, el mismo Jesús se llego, e iba con ellos juntamente. Mas los ojos de ellos estaban embargados, para que no le conociesen. Y díjoles: ¿Qué plásticas son estas que tratáis entre vosotros andando, y estáis tristes? Y respondiendo el uno, que se llamaba Cleofás, le dijo: ¿tu solo peregrino eres en Jerusalem. Y no has sabido las cosas que en ella han acontecido estos días? Entonces el les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: de Jesús Nazareno, el cual fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y como le entregaron los principales sacerdotes y nuestros príncipes a condenación de muerte, y le crucificaron. Mas nosotros esperábamos que era el que había de redimís a Israel y ahora sobre todo esto hoy es el tercer día que esto ha acontecido. Aunque también unas mujeres de los nuestro nos han espantado, las cuales antes del día fueron al sepulcro: y no hallando su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de Ángeles, las cuales dijeron que el vive. Y fueron alguno de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho; mas a el no le vieron. Entonces el les dijo: ¿OH insensatos, y tardo de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho? ¿No era necesario que el cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, declarabales en todas y el hizo como que iba mas lejos. Mas ellos le detuvieron por fuerza, diciendo: quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya declinado. Entro pues a estarse con ellos. Y aconteció, que estando sentado con ellos a la mesa, tomando el pan, bendijo, y partió, y violes. Entonces fueron abiertos los ojos de ellos, y le conocieron, mas el se desapareció de los ojos de ellos. Y decían el uno al otro: ¿no ardía nuestro corazón en nosotros, mientras no hablaba en el camino, y cuando nos abría las escribas? Y levantándose en la misma hora, tornaronse a Jerusalem, y hallaron a los onces reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: ha resucitado el señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Entonces ellos contaban las cosas que les había acontecido en el camino, y como había sido conocido por ellos al partir el pan. Y ni aun a ellos creyeron.

SE LE APRECE A LOS APOSTOLES EN AUCENCIA DE TOMAS

LUCAS: 24:36-49

JUAN: 20:19-25

(JERUSALEM)

Y como fue tarde aquel día, el primero de semana, y estando las puestas cerradas donde los discípulos estaban sentados por miedo de los judíos, vino Jesús, y púsose en medio, y díjoles: paz a vosotros, entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían espíritu. Mas el les dice: ¿Por qué estas turbados, y suben pensamientos a vuestros corazones? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy: palpad, y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y en diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y no creyéndolos, díjoles: ¿tenéis aquí algo de comer? Entonces ellos le presentaron parte de un pez, y un panal de miel, y el tomo, y comió delante de ellos. Y el les dijo: estas son las palabras que os hable, estando aun con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas en mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos. Entonces les abrió el sentido, para que entendiesen las escrituras; y díjoles: así esta escrito, y así fue necesario que el cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalem. Y vosotros; como me envió el padre, así también yo os envío. Y como hubo dicho esto, soplo, y díjoles: tomad el espíritu santo: así los que remitiereis los pecados, les son remitidos: a quienes los retuviereis, serán retenidos. Y empero tomas, uno de los doce, que se dice el dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Dijeronle pues los otros discípulos: al señor hemos visto. Y el les dijo: si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de su costado, no creeré.

LES APRARECE A LOS ONCE Y LOS ENVIA A PREDICAR

MARCOS: 16:14-18

JUAN: 20:26-29

(JERUSALEM)

Y ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos tomas. Vino Jesús, las puertas cerradas, y púsose en medio y dijo: paz a vosotros. Luego dice a tomar: mete tu dedo aquí, y ve mis manos: y alarga acá tu mano, y métela en mi costado: y no seas incrédulo, sino fiel. Entonces tomas respondió, y díjole: /señor mío, y Dios mío/ dícele Jesús: porque me has visto, tomas creíste: bienaventurados los que no vieron y creyeron. Y les dijo: ID por todo el mundo; predicad el evangelio a todas criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creyeran: en mi nombre echaran fuera demonios, hablaran nuevas lenguas; quitaran serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les dañara; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanaran.

SE MANIFIESTA EN EL MAR DE TIBERIA

MATEO: 28:16

JUAN: 21:1-24

(GALILEA)

Mas los once discípulos se fueron a galilea, después se manifestó Jesús otra vez a sus discípulos en el mar de Tuberías; y manifestase de esta manera. Estaban juntos Simón pedro, y tomas, llamado Didimo, y Natanael, el que era de Caná de Galilea, y los hijos de Cebedeo, y otros dos de esos discípulos. Díceles Simón: a pescar voy, dícenle: vamos nosotros también contigo. Fueron, y subieron en una barca; y aquella noche no cogieron nada. Y venida la mañana, Jesús se puso a la ribera: mas los discípulos no entendieron que era Jesús. Y díjoles: mozos, ¿tenéis algo de comer? Repospondieronle: no. y el les dice: echad la red a la mano derecha del barco, y hallareis. Entonces la echaron, y no la podían en ninguna manera sacar, por la multitud de los peces. Entonces aquel discípulo, al cual amaba Jesús, dijo a pedro: el Señor es. Y Simón pedro, como oyó que era el Señor, ciñóse la ropa, porque estaba desnudo, y echose a la mar. Y los otros discípulos vinieron con el barco (porque no estaban lejos de tierra sino como doscientos codos), trayendo la red de peces. Y como descendieron a tierra, vinieron ascuas puestas, y un pez encima de ellas, y pan. Díceles Jesús: traed de los peces que cogisteis ahora. Subió Simón pedro, y trajo la red a tierra, llena de grande peces, ciento cincuenta y tres: y siendo tantos, la red no se rompió. Díceles Jesús: venid, comed. Y ningún o de los discípulos osaba preguntarle: ¿tú, quien eres? Sabiendo que era el señor. Viene pues Jesús, y toma el pan, y les da; asimos del pez. Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, habiendo resucitado de los muertos. Y cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Dícele: si, señor: tu sabes que te amo. Dícele: apacienta mis coderos. Vuélvele a decir la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Respóndele: si, señor: tu sabes que te amo. Dícele: apacienta mis ovejas. Dícele la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Entristeciose pedro de que le dijese la tercera: ¿me amas? dícele: señor, tu sabes todas las cosas; tu sabes que te amo. Dícele Jesús: apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto te digo: cuando eras más mozo, te ceñías, e ibas donde querías; mas cuando ya fuera viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevara a donde no quieras. Y esto dijo, dando a entender con que muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto dícele: sígueme. Volviéndose pedro, ve a aquel discípulo al cual amaba Jesús, que seguía, el que también se había recostado a su pecho en la cena, y le había dicho: señor, ¿Quién es el que te a de entregar? Así que pedro vio a este, dice a Jesús: señor, ¿y este que? Dicele Jesús: si quiero que el quede hasta que yo venga, ¿Qué a ti? Sígueme tú. Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discípulo no había de morir. Mas Jesús no le dijo, no morirás; sino: si quiero que el quede hasta que yo venga ¿Qué a ti? Este es aquel discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas: y sabemos que su testimonio es verdadero.

SE ENCUENTRA CON ELLOS EN LA MONTAÑA

MATEO: 28:16-20

(GALILEA)

(En el) monte donde Jesús les había ordenado. Y como le vieron, le adoraron: mas algunos dudaban. Y llegando Jesús, les hablo, diciendo: toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, por tanto, ID y adoctrinar a todos los gentiles, matizándolos en el nombre del padre, y del hijo, y del espíritu santo: enseñándoles que guarden todos las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. (1)

Nota:(1) En este relato es que Pablo dice: "apareció a mas de quinientos hermanos juntos", en la primera a Corintios: 15:6

La ascensión del Cristo

MARCOS: 16:19-20

LUCAS: 24:50-43

(BETHANIA)

Y sácolos fuera hasta Bethania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que bendiciéndoles, se fue de ellos; y era llevado arriba al cielo, y séntose a la diestra de Dios ellos, Después de haberle adorado, se volvieron a Jerusalem, con gran gozo; saliendo, predicaron en todas partes, obrando con ellos el Señor, y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Y saliendo, predicaron en todas partes, obrando con ellos el señor, y confirmando la palabra con las señales que se seguían.

CONCLUIAN DE LOS EVANGELIOS

JUAN: 20:30-31 Y 21:25

Y también hizo Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro. Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el cristo, el hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre, y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribiesen cada una por si, ni aun en el mundo pienso que cabrían los libros que se habrían de escribir. Amen.

 

 

Autor:

Humberto Rafael Méndez Y Bustamante

SANTIAGO, REPÚBLICA DOMINICANA

1976

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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