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Bestiario

Enviado por hbelotti


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    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Conclusión
    4. Bibliografía utilizada

    RESUMEN

    El tema para esta monografía se me ocurrió después de darme cuenta cómo la sociedad tiende a intentar manejar cada uno de los aspectos que nos conciernen a diario, en todos los ámbitos de la vida, y dejamos lo simple y propio de cada uno, lo que nos hace sentirnos bien con nosotros mismos, de lado.

    Es decir, se creó una paradoja pero que resultaba previsible, y es el hecho de haber mostrado abiertamente el mundo y vida al hombre mediocre, se logró que a éste se le cierre el alma. Es de esta manera como los hombres van perdiendo su lado sentimental, para lentamente ir transformándose en hombres-máquina, que no hacen otra cosa más que copiar patrones ajenos, y sentirse bien, porque encajan con lo que la imagen que los demás imponen sobre normal. Su personalidad es una recopilación de otras, es un surtido variado, imponiendo la vulgaridad como la meta que todos quieren alcanzar.

    Y con esta base es como comencé a analizar los cuento de Córtazar, llegando a las conclusiones más adelante explicadas.

    INTRODUCCIÓN

    En este trabajo me propongo analizar en forma detallada el accionar de diferentes personajes que aparecen en diversos cuentos del libro "Bestiario" de Julio Cortázar. Pero el análisis será más precisamente sobre aquellos momentos tensionantes que requieren una toma de decisiones determinante.

    Considero que el hombre es un ser social cuya meta principal es el satisfacer su propia expectativa, como así también la de la sociedad que lo rodea. Hay que indagar cuáles son los factores psicológicos y sociales a los que se entrega este ser, que son los que lo llevarán a tomar una decisión frente a otras posibles. Por esto, es imperante saber cuál es el patrón que rige las acciones de cada individuo desde su más temprana formación, para decidir si es que es necesariamente libre o si es manipulado por aquella sociedad en masa que lo rodea.

    Con base en estudios llevados a cabo por Freud según los cuales aseguraba una creencia en una dicotomía entre hombre y sociedad, llega a la conclusión de que el hombre debe ser domesticado por la sociedad. En este proceso, la sociedad debe concederle unas cuantas satisfacciones para moderar sus impulsos básicos. Como respuesta a dicha represión de impulsos naturales por parte de la sociedad, los impulsos reprimidos se transforman en tendencias que se consideran con valor cultural. Esta transformación recibirá el nombre de sublimación, ya que conduce de la represión a la conducta civilizada. La relación del individuo con la sociedad, es la que medirá los cambios en relación a la presión que la sociedad le realice. Es decir, está en la naturaleza del hombre, que sean sus pasiones y angustias un producto cultural; es decir, el hombre mismo es la creación más importante y la mayor hazaña de ese esfuerzo humano del cual no existe registro.

    Los factores psicológicos son muy importantes en el proceso social, ya que la acción de las fuerzas ejercidas inconscientemente en el carácter del hombre, marcan su dependencia hacia los influjos externos. Todo este proceso comienza desde muy temprana edad en el hombre, y por esta razón hay que darle al niño en crecimiento las herramientas, para que pueda manejarse libremente, o lo más cercano a esto, en una sociedad dominante. Pero hay un aspecto que es necesario aclarar, y se debe a que algunos confunden a la libertad con la anarquía que niega toda dirección y conduce al desorden; otros con la independencia de quien no está sometido a ninguna autoridad. Tanto unos como otros piensan que ser libres es tener derecho a hacer lo que se quiera, es decir, estar abandonado a los instintos, a los impulsos y a los deseos de cada momento: de hecho, esto es lo contrario a la libertad. Ésta es el mayor atributo de la persona humana y el mejor don hecho al hombre; consiste en la posibilidad de actuar o no, y de reconocer y elegir el bien propio, y de los que lo rodean.

    Hacer al niño un adulto libre significa darle los medios de elegir el bien, por tanto ayudarlo a desligarse de todas las redes que podrían frenar su marcha hacia él mismo y de todos los obstáculos que podrían ocultárselo. Se trata de liberarlo de sí mismo, de sus impulsos y de sus instintos permitiéndole integrarlos positivamente en lugar de rechazarlos o estar sujeto a ellos; de sus deseos momentáneos dándole los medios de situarlos en su contexto y fundamentalmente en su adhesión a una línea de conducta; en fin, de la sociedad ayudándolo a deshacer los lazos de dependencia afectiva que lo vinculan íntimamente a ciertos grupos. Sólo entonces será libre de volverse hacia los demás, enriquecido por todo lo que le han ofrecido, sin estar entorpecido por dichos lazos y las exigencias de su angustia.

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