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Ontogénesis de la Psiquis y del Sentido ? Debato la idea con cualquiera

Enviado por Armando Iván OJEDA


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. La Inteligencia como pulsión y estructura
    3. La desestructuración de la Personalidad
    4. La Psiquis Social
    5. Bibliografía

    Resumen:

    Habría un fenómeno de desestructuración de la Personalidad que ocurriría por la existencia, además del Psiquismo Individual Natural, de una Psiquis Social, producto de la Cultura que desequilibra al hombre, con historias de profundas neurosis. Para explicar aquélla consecuencia, se requiere de una ontogénesis de la psiquis, a partir del análisis de la aparición de las primeras funciones fisiológicas de los seres vivos, que llevaron a la necesidad de su organización generando el Instinto. Desde allí, se sucede un desarrollo por superación y conservación cualitativa de pulsiones hasta llegar al rompimiento del horizonte animal, apareciendo la Inteligencia y el descubrimiento de la indeterminación, la libertad, la creatividad y el desasosiego. Luego, por necesidad evolutiva, la inteligencia construye el lenguaje y la estructura social, dando lugar a la cultura. Se desarrolla una Psiquis Individual y una Psiquis Social, esta última con los componentes pulsionales de deseo, lo imaginario, el aparato cultural y lo ideológico, que inciden sobre aquéllas y produce en el hombre y en la sociedad una sublimación distorsionada que los desestructura. Sin embargo, la presencia de una dirección en todo el proceso evolutivo nos habla de un fenómeno que reestablece la salud mental: la presencia del Sentido, cuya aparición es necesario investigar buscando una explicación. En relación a esto último, vemos que la materia inerte, que tiende al equilibrio termodinámico disgregándose en sus componentes más simples, produce a la vez una entropía negativa que genera la Vida, que se resiste a la desintegración y evoluciona hacia formas cada vez más complejas, hasta que aparece la Inteligencia. Con ésta, la Naturaleza a través del hombre adquiere conciencia de sí y de todo el proceso, construyendo estructuras inteligentes que captan, comprenden y la transforman, creando materia inerte artificial e inmateriales como la cultura; pero también configura problemas de percepciones atípicas como son las experiencias estéticas, lugar donde se supera la dicotomía entre la Ley y el Deseo. También se plantea fines y propósitos, imprimiendo una dirección a sus acciones que la trascienden, hasta descubrir que existe todo un Sentido anterior a ella, que siempre estuvo presente y se expresó con ella, pero que la supera imponiéndose.

    1. La inteligencia como pulsión y estructura

    Consultando a personas dedicadas a la investigación, me he encontrado con que existe la opinión generalizada, en la comunidad científica, de que las leyes físicas –que según el paradigma científico vigente son la constatación de regularidades de ciertos fenómenos observados desde la conjetura de un marco teórico- son un concepto que tenemos que reformular, porque las leyes físicas no existirían en realidad; y lo que llamamos leyes, entonces, serían comportamientos de la Naturaleza percibidos y ordenados sólo por nuestra Estructura Mental.

    Esto me recordó a David Hume, en su análisis sobre la Ley de la Causalidad, que según él, es una visión subjetiva propia del ordenamiento discursivo de la mente. Pero nuestra organización mental, esto es, el modo de percibir y razonar entre otras funciones de aquélla, es una construcción de la Cultura; por lo que sería apropiado hablar de una Estructura Mental social, o de un determinado modo cultural de organizar la mente, lo que implicaría aceptar -además de la existencia de una psiquis individual natural- también la existencia de una Psiquis Social construida por la Cultura, y que incidiría en la organización de aquélla teniendo además, cierta independencia de los individuos.

    No es, entonces, que la Naturaleza no pueda ser percibida con cierta objetividad, sino que ese concepto de objetividad es construido por el consenso, la convención, porque la Naturaleza no tendría un comportamiento nómico, sino que seríamos nosotros quienes le asignaríamos una forma, un orden, un esquema de comportamiento, subsumiendo sus movimientos a nuestros esquemas mentales. Precisamente, uno de los modos de estructurarla sería a partir de los esquemas científicos acordados, que responderían a una época cultural e histórica dada.

    La Naturaleza posee movimiento, y como todo aquello que deriva de la Naturaleza también lo tiene, la Inteligencia sería una especie de movimiento, pero con una singularidad: que trata de armonizarse con aquélla. ¿Para comprenderla?¿Para sobrevivir? ¿Por alguna otra razón más allá del dominio? Es muy probable.

    Bien; entonces estamos ante algo fuera de lo común en la Naturaleza: el fenómeno de la Inteligencia. Y digo fenómeno porque a partir de mi propia observación, aparece como una pulsión, una energía, una búsqueda, un deseo, una resistencia; pero que tiene conciencia de sí, y con la preocupación primigenia de sobrevivir en primer lugar; adaptándose al medio en segundo lugar, y generando, también, poder para seguir viviendo, siempre en función de conservar y continuar su existencia o de la especie, de lo cual tiene clara conciencia.

    He visto que una cualidad de la Inteligencia es su capacidad de escapar -y he aquí lo grandioso- a la Naturaleza misma, a sus formas materiales, generando sus propias formas y complejidad, su propia estructura, -generalmente de características puras- inventando y sustrayendo lo substancial que construye en las cosas. Esto es, construye toda una estructura inmaterial para comprenderse a sí misma y comprender al mundo en una complejidad evolutiva creciente, y esto lo ha estado haciendo desde hace miles o millones de años. Su gran capacidad de captación, adaptación, y transformación del mundo, ha venido no sólo complejizando sino también adecuando esa estructura para entenderlo mejor. De allí que deducimos que determinada organización inteligente capta al mundo también de un modo determinado; y lo haría a través de una estructura que en gran parte estaría organizada y limitada por el pensamiento cultural u organización mental de una época histórica dada.

    Se supone, antropológicamente, que la Inteligencia hace su aparición a partir de cierto desarrollo neuronal –evidenciado en el crecimiento del neocortex en los homínidos, de cambios morfológicos antropoideos como la mano-herramienta, postura bípeda, cavidad laríngea mayor, etc.-, pero de todos modos este fenómeno"inteligencia" sigue teniendo para los biólogos, todavía un carácter holístico, global, como una conjunción de varias funciones fisiológicas, al punto tal de que si faltara alguna de ellas, la persona no tendría el comportamiento inteligente esperado por nuestros congéneres.

    Es muy probable también, que el desarrollo de la Inteligencia haya comenzado cuando el medio ambiente hizo que los homínidos percibieran al mundo no sólo ya como estímulo, sino fundamentalmente como problema, de lo cual también se deduciría el desarrollo de una previa y amplia red de posibles respuestas que se encontrarían en su cerebro y que superarían a las dictadas por el mero instinto, hecho que abriría el horizonte de acciones frente a la realidad, teniendo entonces por fuerza que decidir la respuesta màs adecuada.

    Esa gama de posibilidades llevaría a la cuestión de la elección, y ésta a la deliberación. Al configurar al mundo como problema, el hombre lo percibe como tal, saliéndole a su encuentro la indeterminación, y con ella la libertad, poniendo en marcha una infinita capacidad creativa y un gran desasosiego.

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