El papel de los probióticos en el tratamiento y prevención de enfermedades
Enviado por Alejandro Castro
- Resumen
- Introducción
- Propiedades y mecanismo de acción
- Usos terapéuticos
- Los probióticos frente a los antibióticos
- Los probióticos frente a la prevención de la transmisión del SIDA y las ETS
- El papel de los probióticos en el tratamiento y prevención de la infección por Helicobacter pylori
- Literatura citada
Resumen
Los alimentos funcionales producen efectos beneficiosos a la salud, superior a los de los alimentos tradicionales. Los probióticos son microorganismos vivos que al ser agregados como suplemento en la dieta, favorecen el desarrollo de la flora microbiana en el intestino. Las bacterias que contienen el yogurt con probióticos recargan la barrera de protección que tiene el intestino para evitar el paso de sustancias extrañas hacia la sangre (refuerzo del sistema inmunológico). Esta barrera conformada por bacterias "buenas" (inocuas para los seres humanos), también favorece la digestión y los movimientos gástricos naturales. Sin embargo, en los últimos tiempos existe una tendencia general en abusar de los medicamentos, a menudo sin que sea necesario y además sin tener en cuenta las posibles consecuencias que esto pueda ocasionar. Para tratar de poner remedio a esta preocupante situación, se está buscando tratamientos alternativos para la búsqueda de nuevas opciones y llevando a cabo estudios que utilicen agentes probióticos como coadyuvantes en el abordaje de diversas enfermedades.
Palabras claves: Bacterias, salud, flora microbiana, yogurt.
Introducción
Los probióticos son definidos como microorganismos vivos que, ingeridos en cantidades adecuadas, ejercen un beneficio para la salud del huésped. Hay varios suplementos disponibles en el mercado que contienen microorganismos viables, con propiedades probióticas. Los probióticos más utilizados son los Lactobacilli, Bifidobacteria y levaduras no patógenas. Aunque los probióticos se han propuesto para su uso en los trastornos inflamatorios, infecciosos, neoplásicas y alérgicas, la cepa ideal de probiótico, para su uso en cualquiera de estas indicaciones, aún no se ha identificado (Quigley, 2010). Estos microorganismos se consumen normalmente en forma de yogures, leches fermentadas, los suplementos en polvo y cápsulas liofilizadas de los organismos (Rowland, 1999).
Según la FAO / OMS, los probióticos se definen como cultivos de mono o mixto de "microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio para la salud del huésped".
También se llaman "bacteria amistosa" o "bacteria buena" y se puede utilizar como complementario y medicina alternativa, un grupo de diversos sistemas de atención médica y la salud, prácticas y productos que actualmente no estén considera parte de la medicina convencional. En otras palabras, se define como el suplemento alimenticio microbiano con cerca de 20 especies conocidas, que afectan beneficiosamente al huésped mejorando su equilibrio microbiano intestinal (Sekhon et al. 2010).
Los probióticos fueron descritos por primera vez por Metchnikoff en 1908 sobre la base de sus observaciones sobre la longevidad de los individuos que vivían en una cierta parte de Bulgaria y que él atribuyó a su ingestión, sobre una base regular, de un producto de leche fermentada. Durante los años transcurridos desde entonces muchos productos han aparecido en tienda de alimentos saludables y estantes de los supermercados en todo el mundo (Quigley, 2010).
Propiedades y mecanismo de acción
La selección de una cepa adecuada de un microorganismo puede ser considerado como el requisito principal para su uso como un producto probiótico. Los microorganismos utilizados en los preparados probióticos deben ser generalmente reconocidas como seguras, deben ser resistentes a la bilis, ácido clorhídrico y el jugo pancreático, tienen actividad anticancerígena, estimulan sistema inmunitario, han reducido la permeabilidad intestinal, producen ácido láctico, y capaz de sobrevivir tanto en condiciones ácidas del estómago y las condiciones alcalinas del duodeno (Vimala & Dileep, 2006).
Un probiótico efectivo debe i) ejercer un efecto benéfico en el huésped, ii) ser no patógenas y no tóxico, iii) contienen un gran número de células viables, iv) ser capaz de sobrevivir y metabolizar en el intestino, v) permanecen viables durante el almacenamiento y uso, vi) estar aislados de la misma especie que su huésped destina, y vii) tener buenas propiedades sensoriales (Mayer, 2008).
Mecanismo de acción
Los mecanismos propuestos para el efecto sobre la microflora intestinal está bajando el pH intestinal, la liberación de metabolitos intestinales de protección, la regulación de la motilidad intestinal y la producción del moco (Gupta & Garg, 2009). Los probióticos también utilizan los mecanismos enzimáticos para modificar los receptores de la toxina y bloqueando la toxina mediada por una patología, y también prevenir la colonización de patógenos mediante la inhibición competitiva (Vimala & Dileep, 2006). Los Lactobacilos utilizados en la industria de la leche fermentada tienen beta-galactosidasa activa para disminuir la concentración de lactosa en productos lácteos, que puede afectar a la gravedad de la diarrea osmótica debido a organismos como rotavirus (Macfarlane & Cummings, 1999). Las bacterias lácticas producen varios metabolitos como ácidos grasos libres, peróxido de hidrógeno, bacteriocinas, etc, lo que impidió el crecimiento de patógenos transmitidos por los alimentos en productos lácteos (Vandenbergh, 1993). Tres modos generales de las acciones de los probióticos han sido reportados. Los probióticos modulan el sistema inmune del huésped, afecta a otros microorganismos directa o actúan sobre los productos microbianos, productos de acogida o componentes de alimentos. Además, el tipo de efecto(s), una cierta probiótico ejecuta depende de sus propiedades metabólicas, las moléculas presentan en su superficie o en los componentes secretados. La combinación individual de las propiedades de este tipo en una cierta cepa probiótica determina su acción específica del probiótico y como una consecuencia de esto es la aplicación eficaz para la prevención y/o tratamiento de una enfermedad determinada (Oelschlaeger, 2010).
Usos terapéuticos
Los probióticos tienen un papel como vehículo de entrega para las cargas útiles terapéuticos que se liberan en áreas específicas de inflamación en todo el tracto intestinal. Las bacterias probióticas se utilizan para tratar o prevenir una amplia gama de enfermedades humanas, condiciones y síndromes. A continuación se plantea algunos soluciones que de alguna manera produce unas alternativas los probióticos ante problemas clínicos, como Bifidobacterium infantis, probióticos para la diarrea asociado a antibióticos y las infecciones de Clostridium difficile, prevención de la infección de Helicobacter pylori, probióticos frente a los antibióticos, diarrea asociada a antibióticos, como también el síndrome urémico hemolítico, entre otros.
Bifidobacterium infantis
Las bifidobacterias son habitantes naturales del tracto gastrointestinal (TGI) que representan del 3- 10 % en la microflora del adulto y el 90% en los infantes alimentados con leche materna (Mayorga et al 2009).
Este grupo bacteriano tiene un papel vital en el balance microbiano intestinal y en la modulación de la respuesta inmune del huésped. Los efectos de las bifidobacterias de relevancia clínica incluyen la prevención de enfermedades diarreicas y la protección de actividades carcinogénicas en el colon, entre otras (Sanz, 2007).
Probióticos para la diarrea asociada a antibióticos y las infecciones de Clostridium difficile
Los probióticos son microbios vivos adoptados para otorgar un beneficio para la salud en el huésped. Aunque los probióticos tienen una larga historia de uso en Europa y Asia, y han estado en el mercado de los EE.UU. por más de 14 años, todavía hay confusión sobre cómo usarlos con eficacia. El uso de probióticos para la prevención de la diarrea asociada a antibióticos (DAA) y el tratamiento de las infecciones por Clostridium difficile (CDI) ha sido probado en ensayos clínicos controlados aleatorios (Lynne & McFarland, 2009).
Los probióticos frente a los antibióticos
Los organismos probióticos ayudan en el mantenimiento del equilibrio natural de otras bacterias útiles en los intestinos y se dice que son seguros y un método natural para controlar la población de bacterias no deseadas que causan las infecciones microbianas. Los antibióticos disminuyen la incidencia de la enfermedad y la muerte debido a infecciones, pero altera el equilibrio de la flora intestinal. El reto actual es reducir al mínimo los efectos nocivos de los antibióticos y aumentar al máximo sus efectos beneficiosos (Sekhon et al. 2010).
Diarrea asociada a antibióticos
Diarrea asociada a antibióticos (DAA) resulta de un desequilibrio en la microbiota del colon causada por la terapia con antibióticos. El tratamiento con probióticos redujo la incidencia y la gravedad de la DAA, como se indica en varios meta-análisis. La levadura Saccharomyces boulardii y las bacterias de Lactobacillus rhamnosus, la cepa GG, han demostrado eficacia en ensayos clínicos para la prevención de la diarrea asociada a antibióticos (Szajewska et al, 2005). Otras bacterias probióticos que han demostrado por lo menos alguna promesa como profilaxis para este tipo de diarrea incluyen Lactobacillus acidophilus, Bifidobacterium longum y Enterococcus faecium (Elmer, 2001).
Síndrome urémico hemolítico
El tratamiento de antibióticos a los niños con E. coli O157: H7 aumenta el riesgo del síndrome urémico- hemolítico. Los probióticos se muestran para prevenir lesiones epiteliales, como el pretratamiento de células intestinales (T84) con la producción de bacterias acido-lácticas redujo la caída de patógenos inducida en la resistencia transepitelial eléctrica (Sherman et al, 2005). Bifidobacteria longum inhibe la acción de la citotoxina Vero producida por algunas cepas de E. coli lo que provocó la colitis hemorrágica y síndrome urémico hemolítico en humanos. Esto se logró mediante la producción de sustancias que se unen a las citotoxinas vero (Kim et al, 2001). B. longum tiene un efecto protector contra la infección con Salmonella typhimurium (Silva et al, 2004).
Los probióticos frente a la prevención de la transmisión del SIDA y las ETS
La presencia de vaginosis bacteriana organismos que causan mayor el riesgo de transmisión del VIH, una asociación inversa entre los Lactobacillus vaginales y la seroconversión del VIH sugiere que los Lactobacillus juegan un papel en la protección de las mujeres en contra de algunos agentes patógenos en la vagina y viricida para el VIH-1 (Vimala & Dileep, 2006). En el caso de la vaginosis bacteriana, cinco días de tratamiento intravaginal con probioticos Lactobacillus promovió su curación y restauración de la vagina natural (Anukam et al, 2006).
El papel de los probióticos en el tratamiento y prevención de la infección por Helicobacter pylori
Se ha informado de que Lactobacillus salivarius producidas grandes cantidades de ácido láctico que inhibe completamente el crecimiento de Helicobacter pylori y reduce la respuesta inflamatoria (Sekhon et al. 2010).
La investigación de un posible papel de los probióticos en el tratamiento y profilaxis de las infecciones por H. pylori es claramente en su infancia. Los resultados hasta ahora son alentadores y más ensayos clínicos se requieren. Las actividades de las leches fermentadas o yogures hechos a la medida, en lugar del uso de preparados liofilizados, parecen las vías más rentables para explorar, como una ayuda a la terapia existente y, en particular en la prevención. El diseño de esos estudios debe ser tal que aclarar que las cepas probióticas son adecuados, en qué forma, en qué dosis y durante cuánto tiempo (Hamilton, 2003).
Los probióticos han demostrado un gran potencial como opciones viables terapéuticas para una variedad de enfermedades y como afirmación son utilizados como un tratamiento para una variedad de trastornos gastrointestinales (GI), el uso de estos en cuanto a la perturbación de la microflora bacteriana puede tener un papel importante en la fisiopatología de algunos trastornos; este es colonizado por una cantidad excesiva de diferentes especies que pueden ser cultivadas in vitro (O"Hara & Shanahan, 2006).
En diferentes mecanismos podemos encontrar para la restauración de la microflora y el efecto del funcionamiento del (GI) aunque no todos han sido aclarados, se puede considerar que algunos mecanismos potenciales como: la alteración de las bacterias de la flora de la acidificación del colon por la fermentación de nutrientes; mejora de la barrera epitelial; el desplazamiento de productora de gas; sales biliares de conjugación bacteriana en especies patógenas y por lo tanto, posiblemente, inhibiendo la adhesión bacteriana, (Rousseaux et al. 2007; Pathmakanthan et al. 2004). Con una variedad de mecanismos y los probióticos indicados sabiendo que no todos se crean por igualdad pueden alterar la microflora intestinal y el efecto que causan ellas, los probióticos suministrados a pacientes inmunocompetentes no han tenido problema alguno pero a los inmunodeprimidos se le suministraran probióticos sepsias.
Otros trastornos gastrointestinales "crónico" es el síndrome del intestino irritable (IBS), caracterizado por dolor abdominal, la disfunción intestinal, siendo como alternativa los probióticos como suplementos microbianos alimentarios, los ejemplos incluyen bacterias del ácido láctico y bifidobacterias que son ampliamente utilizados en yogures y otros productos lácteos. Ellos conservan la viabilidad durante el almacenamiento y sobrevivir al paso por el estómago y el intestino delgado (Macfarlane & Cummings, 1999).
Aproximadamente el 15% de la población se ve afectada, aun mas en mujeres y uno que otro caso en niños, la IBS es responsable del 12% de visitas en atención primarias y el 28% de las visitas a gastroenterólogos (Mitchell & Drossman, 1987; Switz, 1976).
Pero la eficacia de terapias ha sido débil, una de la consecuencia es la microflora del colon que comprende una barrera para los organismos invasores pero al ser afectada la microbiota los patógenos pueden llegar a establecerse (Macfarlane & Cummings, 1999), y atendiendo a esto solo algunos probióticos cumplen con algún alivio de algunos de los síntomas de IBS. Pero teniendo en cuenta lo anterior todo tipo de probióticos bien suministrados y en cantidades adecuadas siempre serán efectivas y benéficas a la salud de los microbios. Como ya se había mencionado actualmente algunas características que están siendo utilizadas en probioticos como la levadura y las bacterias incluyendo BAL y otras de origen natural.
Con base en documentales recientes no se han tenido en un amplio rango algunos eventos adversos y el mismo consumo de probióticos, en ocasiones no muy frecuentes estos eventos han sido reportados en pacientes con condiciones medicas subyacentes y los microbios utilizados como probióticos no patógenos (Vesterlund et al, 2007). No obstante los estudios clínicos en donde se han administrado de forma segura los probióticos a pacientes inmunocomprometidos proporcionan una prueba de la patogenicidad oportunista, aunque se tienen que seguir haciendo pruebas en pacientes inmunocomprometidos o recién nacidos (Snydman, 2008). Todos estos problemas gastrointestinales tienen una alta tasa de mortalidad no solo a nivel local o regional si no mundial, los probióticos como función es prevenir y tratar enfermedades diarreicas concibiendo estimular la inmunidad, regulando las vías de señalización inmunes, produciendo factores antipatógenos con la utilidad de representar fuentes novedosas de las clases de compuestos antimicrobianos siendo regulados por genes de distintas clases de bacterias. Los probióticos pueden ocasionar factores que estimulen o supriman las citocinas y células inmunes, interferir con las principales vías de señalización como el NF-KB y MAP quinasas, donde varios estudios demuestras que estas vías son objetivos para los probioticos o sus productos finales, donde se puede modificar en diferentes formas por la cepa del individuo probiotico incluyendo cepas de la misma especie como por ejemplo la de Lactobacillus reuteri (Lin et al, 2008); también para inhibir patógenos y otras bacterias, permitiendo a estos microbios competir por nutrientes en comunidades complejas. Se han demostrado en estudios realizados en el año 2006 que la mortalidad de infecciones (GI) en cuanto a diarrea severa y la deshidratación que son producidos por patógenos entéricos como rotavirus y algunas bacterias, son causantes de 1.575.000 de muertes en niños menores de cinco años, esto representa en 15% de los 10.5 millones muertes anuales en niños en este grupo de edad (López et al, 2001), y si siendo poco la gastroenteritis aguda causa hasta 770.000 hospitalizaciones al año en EE.UU (Kozak et al, 2005) a pesar de los miles de avances en el campo de la pediatría con niños menores de cinco años de edad por infecciones graves de rotavirus aumento en su tasa cuando se compararon distintos periodos entre (1993-1995 y 2001-2003), asimismo el patrón de agentes infecciosos gastroenteritis aguda como el enteripatogeno E.coli (EPEC) puede causar diarrea persistente y crónica en los niños que duran más de una semana con estos síntomas (Nguyen et al, 2006).
Por otro lado, la gran cantidad de microbios que coexisten en nuestro cuerpo humano, incluyendo los lactantes y niños alcanzan a tener un estado fisiológico de equilibrio. Al hablar de probióticos con relación a la microbiana humana tratan de evitar enfermedades en la pediatría en los sistemas (GI) y genitourinario, además pueden regular la inmunidad sistemática lo que reduce la gravedad de la enfermedad y la susceptibilidad de los lactantes y los niños a posibles alergias y a las enfermedades tópicas. Siguiendo con los problemas (GI) tenemos la enterocolitis necrotizante (NEC) siendo una enfermedad de los bebes prematuros y se cree que está relacionada a la inmadurez fisiológica de los niveles de intestino y a la alteración de la flora normal del intestino pero no es tan cierta lo afirmado ya que no se le conoce completamente. En NEC afecta del 7 al 10% de los bebes prematuros en los primeros 15 días de haber nacido (Claud & Walker, 2008), pero al ser atendidos y superar la enfermedad no es completa el mejoramiento puesto que pueden experimentar complicaciones y otros trastornos intestinales posteriores en el resto de su vida (Lin et al, 2008; Petty & Ziegler, 2005).
En conclusión, los probióticos han cobrado importancia debido a los innumerables beneficios, especialmente en el tratamiento de la diarrea, prevención y la reducción del estreñimiento, fortalecimiento del sistema inmune. Además, no todo se ha descubierto con el manejo de los probióticos, pero de lo que se conoce hasta ahora profundizarlo dándolo a luz, tales como la composición de la flora intestinal humana, la viabilidad y la recuperación de materia fecal. Así mismo, los probióticos bien suministrados tendrán una mejoría en cuanto a los síntomas del IBS que padecerá el paciente y para mejorar esta cuestión deberán centrarse en dosis óptimas en los probióticos para los pacientes que son susceptibles de beneficiarse aun más.
Literatura citada
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Autor:
Alejandro Castro
Jonathan Gerardo Gordillo Guerra
Andres Felipe Vanegas Salive