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Antología de poesías cortas

Enviado por anagelfo anagelfo


Partes: 1, 2

     

    1. Pablo Neruda
    2. Oliverio Girondo
    3. Juan Gelman
    4. Ricardo Güiraldes
    5. Ricardo E. Molinari
    6. Jorge Luis Borges
    7. Mario Benedetti
    8. Julio Cortazar
    9. Análisis de poesías
    10. Bibliografía

    Prólogo

    La poesía es una forma especial de lenguaje; su estructura y su naturaleza tratan de determinar ese algo especial que tiene la poesía y que permite a cualquier persona, sin necesidad de ser especialista en la materia, reconocerla como tal. Nuestro propósito es que se conozcan, que se lean, que se disfruten las poesías.

    Ésta antología consiste en la recopilación de poesías cortas de diversos autores. Lo que nos llevó a hacerla es el demostrar que en pocas palabras se puede decir y demostrar mucho, como sentimientos, amor, odio, tristeza. La brevedad de las poesías es algo que queremos rescatar, porque hace que éstas suenen con más ritmo y sean amenas en su lectura; el lector no tiene que recordar lo que leyó al principio para entenderlas. Con esto no queremos decir que las poesías compuestas por mayor número de versos no deberían ser leídas, solo nos limitamos a destacar las características de las poesías de menor cantidad de versos.

    Para la selección de las poesías tuvimos en cuenta las que constan de uno, dos y hasta tres versos. Leímos a varios autores, buscamos diferentes estilos y épocas.

    Finalmente, las agrupamos teniendo en cuenta los autores.

    Pablo Neruda

    Nació en 1904, en Parral, Chile, pero pasó su adolescencia y juventud en Santiago. A los trece años publicó su primer articulo periodístico en el diario La Mañana de Temuco. A partir de allí, colaboró en diversas publicaciones literarias. Se desempeñó como cónsul de Chile en distintos países de Asia, y también en España, México y Argentina. En Madrid entabló una entrañable amistad con Federico García Lorca, quien en el poco tiempo de iniciada la guerra civil española, fue asesinado por las milicias de Franco. En 1937 fundó con César Vallejo el Grupo Hispanoamericano de ayuda a España. En 1945 fue elegido cenador de Chile. En 1948 se aprobó su desafuero y se ordenó su detención, por la cual se vio forzado a la vida clandestina y al exilio. En 1970 renunció a la candidatura para presidencia de su país a favor de Salvador Allende, quien ganó las elecciones y lo nombró embajador en Francia. En 1971 obtuvo el premio Novel a la literatura. Murió en Chile a los pocos días del golpe militar de Augusto Pinochet.

    De su producción cabe destacar:

    Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

    Residencia en la Tierra.

    Tercera residencia.

    Canto general.

    Odas elementales.

    Memorial de Isla Negra.

    Y sus dos libros póstumos:

    • Confieso que he vivido.
    • Para nacer he nacido.

    Para subir al cielo se necesitan

    dos alas,

    un violín.

    Y cuantas cosas

    sin numerar, sin que se hayan nombrado,

    certificados de ojo largo y lento,

    inscripción en las uñas del almendro,

    títulos en la hierba en la mañana.

    Sucede

    Si me preguntáis en donde he estado

    Debo decir: ¨Sucede¨.

    Ahora escribo pájaros

    no los veo venir, no los elijo,

    de golpe están ahí, son esto,

    una bandada de palabras

    posándose

    una

    a

    una

    en los alambres de la página,

    chirriando, picoteando, lluvia de alas

    y yo sin pan que darles, solamente

    dejándolos venir. Tal vez

    sea eso un árbol

    o tal vez

    el amor.

    Oliverio Girondo

    Poeta argentino nacido en 1891 en el seno de una familia patricia. Muy Jove, fue enviado a realizar estudios a Inglaterra y a Francia. En 1909, ya de vuelta en su país, concertó un pacto con sus padres, producto de su gran vocación por los viajes: aceptaría seguir la carrera de Abogacía (de la cual más tarde se graduaría) si le costaban un viaje anual a Europa. Así recorrió Francia, Inglaterra, Italia, España, Bélgica y hasta Egipto y Marruecos. En esos primeros años de la posguerra tomó contacto con las corrientes vanguardistas europeas y a su regreso se convirtió en un exponente de esos movimientos de avanzada.

    En 1932 decidió radicarse definitivamente en Argentina y lanzó a la venta su libro Espantapájaros organizando una audaz experiencia publicitaria: durante quince días paseó por las calles de la ciudad u enorme espantapájaros sobre una carroza tirada por seis caballos y conducida por lacayos. La edición se agotó en un mes.

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