- Introducción
- Consideraciones generales sobre el Crecimiento personal y las emociones en los deportistas acuáticos
- Situaciones que generan emociones en los deportistas de Polo acuático
- Las consecuencias psicológicas de los resultados de las competencias pueden ser victoria o de derrota
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
El ser humano para lograr su crecimiento personal tiene la posibilidad escoger sus percepciones con el fin de organizar sus experiencias en un modelo de comportamiento con significado, asimiladas por su conciencia, en la construcción de una estructura orgánica y congruente.
Combs y col (1999) consideran que la estructura básica de referencia que cada persona tiene para desarrollarse, aprender y actuar es el Yo fenoménico y que esta perspectiva es el único yo realmente conocido para el ser humano. De este planteamiento se puede derivar que el Yo proporciona el lugar y el punto a partir de los cuales todas las cosas son observadas e interpretadas; y el individuo es capaz de desarrollar voluntariamente su crecimiento personal para lograr mayor desarrollo y capacidad adaptativa.
De lo expuesto, se deriva que la oportunidad de seleccionar que tiene el individuo, le conduce a inclinarse por seleccionar su desarrollo o crecimiento personal, debido a que el hombre por ser racional posee un impulso positivo hacia su propio perfeccionamiento.
Maslow (1990) refiere que para poder avanzar hacia la autorrealización es necesario que el individuo tenga satisfecha sus necesidades, así mismo plantea que en la medida que avanza el desarrollo de su crecimiento el individuo en ese presente se siente bien, realizado; ha logrado autorealizarse o autoactualizarse.
Es común escuchar decir que el diario vivir está sobrecargado emocionalmente y que la emoción se ha convertido en parte integral de la vida moderna. Una emoción es una reacción a una situación total como es comprendida en su momento si se considera que las emociones regulan el funcionamiento mental, organizando el pensamiento y la acción, se hace necesario aprender a leer y controlar las mismas ya que leerlas y controlarlas constituyen una herramienta de gran valor para el individuo, caso especifico para el deportista porque puede manejar de manera optima el estrés en la competición y su confianza al no darse las situaciones que espera en dicha competencia, obteniendo asi el deportista ventajas sobre los deportistas contrarios.
De lo antes expuesto, se considera que los deportistas se deben caracterizar por poseer una habilidad equilibrada tanto de tener emociones asi como habilidad para regularlas en una situación total, es decir en modos contextuales, que en este caso se relaciona y dependen de las normas y reglamentación de la disciplina en la cual participa el deportista.
DESARROLLO.
Consideraciones generales sobre el Crecimiento personal y las emociones en los deportistas acuáticos
Explica Perls (2000) que todas las sociedades se actualizan, cambian cada vez con mayor rapidez y esto hace más difícil el ajustarse a ella. Cada vez hay más personas que no están dispuestas a adaptarse a la sociedad, piensan que no vale las pena entre otras consideraciones. En este orden de ideas este mismo autor manifiesta que si se está centrado en un mismo, la persona no se adapta ya más porque lo que en la sociedad suceda se convierte para ella en un desfile que pasa y se asimila, se entiende, se relaciona con todo lo que acontece y que como seres sociales se lleva una existencia "como si", en la que hay una confusión considerable entre la realidad, la fantasía y el fingir.
Mussen, Conger y Kagan (2000) señalan que los grupos coetáneos y sociales desempeñan un papel importantísimo en el desarrollo psicológico de los adolescentes, ya que proporcionan la oportunidad para aprender a interactuar con los compañeros de edad, para controlar la conducta social, para desarrollar destrezas e intereses propios de su edad y para compartir problemas y sentimientos semejantes. En la adolescencia las relaciones con iguales del mismo sexo y del sexo contrario Estas relaciones imprimen un significado muy especial a la identidad a través del proceso de compartir emocionales fuertes y dudas con sus coetáneos.
Papalia y Olds (2000) señalan que en el proceso de crecimiento personal, los amigos íntimos pueden constituir a menudo un aspecto de liberación de los sentimientos, de la ansiedad y proporcionar un marco de expresión y aprendizaje para el manejo de las emociones. En las críticas que se realizan unos con otros, el adolescente puede modificar su comportamiento y hacerlo más constructivo, hacerlo más apreciativo, analítico y aprender a disipar las dudas. En pocas palabras, en circunstancias favorables las amistades pueden ayudar a los adolescentes a definir su propia identidad de manera más precisa, a sentir confianza en sí mismos, y orgullo por ellos; lo cual facilita el crecimiento personal; sin embargo, en circunstancias desfavorables, pueden generar un efecto contrario.
Como se aprecia, los autores coinciden en considerar el núcleo social como influyente en el crecimiento personal, en cuanto de éste se obtienen experiencias de interrelación, favoreciendo la socialización de los valores y aprendizajes obtenidos en el núcleo familiar.
Maslow (1990) plantea que para avanzar hacia la autorrealización es necesario que las necesidades estén satisfechas, y en la medida que se obtiene el crecimiento personal el individuo en ese presente se siente bien, realizado, ha logrado autorealizarse o autoactualizarse; a este respecto, presenta las características más sobresalientes de las personas autorealizadas, tal como se especifican:
Total aceptación del propio Yo, de los demás y de la naturaleza sin indebida culpa, vergüenza, ansiedad y actitud a la defensiva.
Espontaneidad, simplicidad, naturalidad.
Concentración en el problema, más bien que en el Yo personal
Desapego objetivo respecto de los problemas de la vida; necesidad por intimidad.
Autonomía; independencia de cultura y medio ambiente; agentes activos y voluntariosos de su propia vida.
Continúa frescura de apreciación de los bienes básicos de la vida.
Capacidad para experiencias cumbre de intensificada trascendencia del Yo.
Fuertes identificaciones con sus semejantes y deseos de ayudar a la raza humana.
Hondas y profundas relaciones interpersonales.
Estructura de carácter fuertemente orientada hacia la democracia.
Entendimiento discriminativo de los medios y los fines, el bien y el mal.
Sentido del humor filosófico, inhóstil.
Tremendas capacidades para la natural creatividad en la vida cotidiana.
Resistencia a la culturalización; trascendencia de toda cultura particular.
Aceptación de las imperfecciones propias y ajenas como parte de la naturaleza del hombre.
Desarrollo de un firme sistema de valores basados en la aceptación del Yo, de los demás y de la naturaleza del hombre.
Capacidad para resolver las dicotomías y polaridades humanas.
Capacidad para amar y ser amado de una forma natural, satisfactoria y espontánea.
Existen ciertas actitudes para el Crecimiento Personal. A este respecto Lacasse (2000) señala entre las mismas la búsqueda de la verdad sobre sí mismo, aceptar la verdad sobre sí mismo y actuar en función de ello.
Buscar la verdad sobre sí mismo: Consiste en que cada persona se decida abrirse a sus talentos, cualidades y aspiraciones en crecimiento, a objeto de que se apropie conscientemente de sus recursos naturales para desarrollarlos. Implica de igual forma decidirse a ir desmantelando sus defensas para descubrir, a partir de los síntomas, lo que al individuo le obstaculiza desarrollar. Buscar la verdad de sí mismo es desear conocerse y comprenderse con profundidad.
Aceptar la verdad sobre sí mismo: La verdad sobre sí mismo libera en la medida en que se le acepta. Ver la verdad es una cosa; aceptarla otra. Al aceptar la verdad la persona reconoce que tiene limitaciones y admite que su poder es relativo; que es humilde ante la vida, la cual lo supera y con la que, sin embargo, está llamada a colaborar inteligentemente en aquellos aspectos en los que ninguna otra persona puede sustituirla. La humildad está dada cuando se reconoce que no se es ni peor ni mejor de lo que soy, no implica desvalorizarse o fingir no ser nada; es sencillamente, ser quién soy, sin quitar ni añadir nada, me guste o no. Para aceptar la verdad sobre sí mismo es necesario la humildad y así poder hablar con naturalidad de las propias cualidades, de igual forma para mostrar a los demás, los aspectos menos brillantes. De esta manera, no se cultiva una imagen, sino la personalidad real ya que todo lo que se construya al margen de la realidad de cada individuo será máscara; lo que significa lo contrario a la humildad, que es la aceptación plena de la verdad.
Actuar: Si se desea crecer, no basta contentarse con buenas intenciones o con medios improvisados, se hace necesario internarse con decisión en el camino interior, para descubrir en él lo que se es y lo que obstaculiza su crecimiento. Se trata de asumir una decisión firme, fundamentada en motivaciones y no es seguro que pueda emplearlos con facilidad. Hay que tener mucho valor y paciencia, es decir, actuar en primera instancia para robustecer su vida.
Para Lacasse (2000) la visión del hombre como actor y responsable de su propio desarrollo, supone la existencia de un compromiso personal, un acto de aprendizaje permanente que no obstante tener incentivos externos se apoya en procesos internos. Este aprendizaje que involucra descubrimientos, percepción, compresión, sentido de logro, se construye en la experiencia global del individuo, en un proceso que facilita el aprender a aprender, que promueve cambios y ajustes constantes y progresivos.
Lo antes planteado está fundamentado en la hipótesis central del desarrollo humano, según Rogers (1999), sustentada según la tendencia actualizante del individuo, inductora de sus avances en el sentido de su madurez, si sus fuerzas internas y las condiciones externas lo favorecen. La movilización de la persona hacia la actualización de sus potencialidades debido a su orientación positiva, con ayuda al proceso de la autonomía y la responsabilidad.
Según el autor, no significa la expresión de necesidades físicas, ni un proceso de imitación social, como tampoco es la satisfacción inmediata de conductas autónomas; se trata de la tendencia humana hacia su pleno desempeño, al vivir sus experiencias relativas al Yo mientras toma conciencia de sus sentimientos, pensamientos, deseos en forma libre y genuina. La toma de conciencia conlleva la valoración, comprobación y corrección de las experiencias, que unido a la autodirección del individuo posibilita sus avances.
Perls (2000) adjudica un gran valor a la responsabilidad y en forma enfática sostuvo: que no era responsable por nadie sino por sí mismo. Por lo tanto, cada individuo es responsable de asumir su existencia, acciones, emociones entre otros aspectos, es decir, involucrarse con su totalidad en lo que está haciendo y sentir que es el mismo el que está haciendo. En la búsqueda de la integración se hace necesario que cada persona se haga responsable de sus proyecciones, identificarse con ellas y convertirse en lo proyectado. En la medida en que se es responsable el individuo toma conciencia de lo que esté pasando.
Aún cuando los especialistas en la conducta humana pudieran diferir en cuanto a la concepción del ser humano, existen aspectos comunes tales como la convicción de que el individuo tiene su propio valor y que tiene el derecho de autodirigirse, para elegir y seleccionar sus valores y metas, y es capaz de tomar sus propias decisiones.
Según Perls (2000) en el ser humano, el punto crítico bien sea en el desarrollo individual, como en el colectivo, constituye la habilidad para diferenciar entre lo que es auto-actualización, y la actualización de un concepto, de allí que autoactualizarse es actualizarse a sí mismo, es vivir con su totalidad el presente, es autodesarrollo lo cual implica desarrollar al máximo el propio potencial.
De igual manera plantea el mismo autor que, la auto-actualización es un término bastante sencillo que ha sido glorificado y distorsionado. Este es el resultado de la reedificación, la necesidad de realizar algo a partir de un proceso. En este caso significa deificar y glorificar un lugar, ya que el sí mismo indica únicamente un "donde" de un acontecer, un sí mismo que debe ser contrastado con lo otro. Para este autor, auto-actualización significa actualizarse a sí mismo y para ello la persona tiene que descubrirse viéndose a sí mismo, escuchando por sí misma, descubriendo lo que está ahí captándolo por sí misma, estando abierto a la experiencia.
Dentro de la concepción humanista, Fuenmayor (1987), reseña que las mismas reseñan al hombre como un ser racional, capaz de orientar positivamente su vida de ser útil y eficaz de establecer relaciones humanas productivas y significativas con los demás y que no niega la existencia de sentimientos negativos, tales como el miedo, la rabia, el odio, que surgen como respuestas a necesidades frustradas de seguridad, reconocimiento, amor, pertenencia. Este mismo autor antes citado considera que varios estudiosos enfocan la importancia del entorno social sobre el desarrollo del concepto de sí mismo. Así Newcomb (1950) e Hilgard (1949), opinan que el Self como el valor supremo es producto de la experiencia social; Patterson (1959), destaca el papel de los factores sociales y culturales en ese proceso y, Satir (1967), (1972) y (1976) admite que las actividades familiares son fuerzas que ayudan al Crecimiento Personal.
Atendiendo a sus componentes, la emoción es el resultado de dichos de estos. Breva y Pena (1997) explican que engloban la puesta en marcha del componente neuropsicológico – bioquímico del componente expresivo – motor y del componente cognoscitivo – experiencial.
Stanley Schachter, psicólogo de la Universidad de Columbia, postulo que para experimentar una emoción, es necesario un estado general de excitación visual. Partiendo de allí, asumió que, dado a este estado de excitación general e indeterminada, la persona podía llegar a describir sus sentimientos desde el punto de vista cognoscitivo existentes en el momento de la emoción.
En consecuencia una emoción es una reacción a una situación total, como es comprendida en su momento.
Desde el punto de vista del funcionamiento del organismo humano se pueden manifestar los siguientes cambios:
a. La pupila de los ojos se dilatan, los parpados se amplían, y el globo del ojo presenta la tendencia de moverse hacia afuera.
b. La velocidad y fuerza de los latidos del corazón se incrementan al igual que la presión sanguínea.
c. Generalmente en la respiración, la inhalación se manifiesta más lenta que lo normal mientras que la exhalación se presenta más rápida.
d. El cabello tiende a erizarse.
e. La secreción de los ácidos gástricos se inhibe por la emoción
f. Los conductos de las glándulas exocrinas son afectados tales como: el hígado, las glándulas sudoríparas, las salivares, las endocrinas.
g. Los bronquios se dilatan.
Las emociones presentes en el ser humano manifiestan características psicológicas, siendo relevante su vinculación con el resto de los semejantes que habitan en el planeta tierra.
Para Loforte (2009) las emociones se manifiestan como consecuencia de las percepciones y valoraciones del individuo en relación con el grado de satisfacción o no de sus motivaciones y necesidades.
Así mismo, se refiere que las emociones se vinculan con la carga de entrenamiento, de manera especial cuando estas son muy elevadas, de igual forma se relaciona con vivencias de éxito o fracaso en las competencias y ejercicios difíciles y peligrosos que pueden provocar miedo. Las emociones negativas hacen su aparición ante amenazas, conflictos y frustraciones.
Las respuestas emocionales de los deportistas ante la competición son aspectos fundamentales en su rendimiento y en su formación, tanto deportiva como psicológica. La experiencia competitiva y el tipo de deporte influyen en la interpretación que los deportistas hacen de sus respuestas (Mellalieu, Hanton, & O"Brien, 2004). La autoconfianza hace referencia a la creencia que tiene una persona de poder hacer aquello que quiere hacer; es uno de los factores más frecuentemente citados en relación al rendimiento (Feltz, 1994).
Velásquez y Guillén (2007) refieren que la regulación emocional ha mostrado la importancia y la influencia que ejerce sobre diversas áreas del desarrollo del individuo, especialmente sobre su funcionamiento social durante la infancia.
En el ámbito deportivo existen diferentes eventos o situaciones provocadores de emociones tanto positivas como negativas, por ejemplo, la satisfacción y alegría ante el triunfo, la culpa o la frustración ante la pérdida, la impotencia o el desconcierto que se dan en el transcurso del entrenamiento y de los espacios de competencia, de allí que el deportista debe caracterizarse por poseer una habilidad equilibrada en relación a tener emociones y saber regularse en cada contexto en cuyo caso generalmente dependen de las normas y reglamentos.
Situaciones que generan emociones en los deportistas de Polo acuático
El orden en que son presentadas las situaciones que originan las emociones, no implica orden ni jerarquía según su importancia, solo se presentan con el fin de ser identificadas.
EMOCIONES | SITUACIONES | |
MIEDO |
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TRISTEZA |
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IRA |
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ENFADO |
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SEGURIDAD (Control de la situación) |
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INSEGURIDAD |
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VERGÜENZA |
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RABIA |
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DESESPERACION |
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ORGULLO |
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HUMILDAD |
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ALIVIO |
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COMPASION |
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ALEGRIA |
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Al lograr el éxito, el deportista experimenta satisfacción, emociones positivas, consolidando su seguridad y deseando así continuar el entrenamiento.
Las emociones positivas resultan ser muy fuertes; el deportista salta, abraza a sus compañeros, manifiesta ser feliz.
Sin embargo, a veces ante la victoria emergen emociones que pueden llegar a incidir de forma negativa en la actitud posterior del deportista sobre todo si se ha obtenido la victoria de manera fácil y sin ninguna tensión.
Caso contrario si el deportista es derrotado en las competencias manifiesta generalmente emociones de insatisfacción tales como: angustia, descontento y pesimismo entre otras emociones.
Si la derrota se debe a una equivocación, a una maniobra incorrecta a la poca preparación pueden aparecer emociones tales como: decepción, pérdida de interés, indiferencia así como la posibilidad de abandonar el deporte.
De igual forma, pueden aparecer emociones referidas al despecho, desear la revancha y trabajar más para superar su desempeño.
Aprender a identificar y controlar las emociones constituye una herramienta para los deportistas puesto que identificándolas y controlándolas puede llegar a manejar el estrés competitivo y en confianza ante las situaciones que no se dan, lo cual conlleva a una clara ventaja sobre los adversarios que permiten que sus emociones le manipulen cada actividad deportiva.
Las emociones proporcionan información de las reacciones de las personas ante situaciones en el contexto donde se desenvuelve. En los deportistas muchas de las emociones se derivan del resultado de sus evaluaciones sobre el significado de las relaciones en cuanto a su bienestar. En ciertas situaciones los deportistas experiencian situaciones que le producen malestar, es decir vivencian emociones negativas ante las cuales manifiestan una tendencia de retirarse de la competencia.
Los deportistas en su mayoría llegan a regular su estado emocional previo a la competencia y hasta ser capaces de deshacerse de la misma. Tal situación posiblemente la experiencian tras darse cuenta, reconociéndola y valorándola como una situación amenazante.
El deportista de polo acuático debe ser capaz de valorar como transcurre cada uno de los elementos así como cada una de las acciones que se dan en la ejecución de la actividad deportiva, por consiguiente debe analizar el tiempo y el espacio en que se presentan con precisión, de igual manera sucede con la distancia en que se dan las acciones, siendo necesario que estas valoraciones se efectúen en relación con la velocidad con que transcurre el objeto (la pelota) que se mueve en una u otra dirección bien sea acercándose o alejándose del deportista y que puede ser tanto el objeto así como también sus compañeros de equipo. De igual forma debe poseer las habilidades según Vasconcelos – Rasposo (1993) consideran que un deportista acuático debe tener un elevado nivel de autoconfianza, un buen control emocional y una elevada capacidad de adaptación.
Breva, A y Pena, J (1997). Emoción y salud. Cuadernos prácticos de motivación y emoción. Madrid: Pirámide.
Cañizares H, M (2004). Psicología y equipo deportivo. La Habana: Editorial Deportes.
Perea R, T (2006). Natación II. Polo acuático y Nado sincronizado. Bogotá. Panamericana editorial Ltda.
Autor:
MSc. Gaelu Echeverría
Institución: Centro Nacional de Ciencias Aplicadas al Deporte (CENACADE) Dirección Medica Nacional Extensión Zulia. Instituto Nacional de Deporte. Ministerio del Poder Popular para el Deporte. Maracaibo – Venezuela. 2011.