Mecanismos endógenos para mantener la calidad de la leche: Sistema lactoperoxidasa
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- Resumen
- Composición de la leche
- Calidad
- Factores que afectan el crecimiento de microorganismos en la leche
- Mecanismos endógenos para mantener la calidad de la leche
- Componentes del sistema lactoperoxidasa
El trabajo aborda la definición de leche, así como sus componentes principales. Por otra parte se refiere a la importancia de la calidad de la misma tanto para el productor, la industria láctea y el consumidor. Se detallan los principales factores que afectan el crecimiento de microorganismos tanto intrínsecos como extrínsecos. Se destacan los mecanismos de defensa de la glándula mamaria con una atención principal en el sistema lactoperoxidasa sus componentes.
PALABRAS CLAVES: calidad, leche, sistema lactoperoxidasa, mecanismos endógenos
La leche tiene algunas desventajas: es, por un lado, fácilmente alterable, por lo que en muchas ocasiones se encuentra adulterada, y es, por otro lado, vehículo frecuente de gérmenes y su consumo es a veces causa de enfermedades endémicas.
Los gérmenes de la leche son de cuatro tipos: bacterias no patógenas; bacterias formadas de ácido láctico, causantes de la fermentación; bacterias de putrefacción, y bacterias patógenas, siendo estas últimas las únicas peligrosas para la salud porque provocan serias enfermedades e infecciones. Las bacterias patógenas más comunes en la leche son: el bacilo de Koch (que causa la tuberculosis de tipo alimenticio), bacilos tíficos y paratíficos, germen de la escarlatina, entre otros.
El presente trabajo aborda las características de la leche, factores relacionados con la calidad y mecanismos endógenos de defensa de la glándula mamaria contra microorganismos, con énfasis en el Sistema Lactoperoxidasa.
La leche es un líquido segregado por las glándulas mamarias de las hembras de los mamíferos, cuya finalidad principal es alimentar a la cría durante su crecimiento, compuesta por agua, grasas, proteínas, azúcares (lactosa), minerales, vitaminas y algunas sustancias presentes en menor concentración, como son: enzimas, nucleótidos, lecitinas y gases disueltos, así como otros elementos sin valor nutritivo de color blanco-amarillento y de apariencia opaca, su olor es poco característico, pero si la ración contiene compuestos aromáticos puede adquirir olores anormales. Desde el punto de vista nutricional, se define como un alimento completo cuyos componentes se encuentran en una proporción adecuada y contiene de forma balanceada la mayoría de los nutrientes esenciales, además de ser muy digestible. Su peso específico oscila entre 1.028-1.034 y disminuye cuando es rica en grasa (Ruvalcaba, 1994).
La leche es el más completo y equilibrado de los alimentos, exclusivo del hombre en sus primeros meses de vida y excelente en cualquier edad.
La leche de vaca, que es la que con más frecuencia consumimos, contiene lo siguiente:
- 87.5 % de agua
- 35 % de proteínas animales ( caseína, lactalbúmina y lactaglobulina )
- 45 % de lactosa
- 6% de minerales (fosfatos y cloruro de sodio)
- grandes cantidades de vitaminas A, B y D, además de pocas cantidades de vitamina C.
Otras características secundarias de la leche son una débil reacción alcalina y una reacción ácida. Esta última indica alteración por fermentación.
Las principales variaciones en cuanto a la composición de la leche se relacionan con la genética (raza), etapa de la lactación, alimentación (tipo, calidad y cantidad del mismo, así como frecuencia del suministro), clima (época del año), manejo del ordeño (método y hora) y estado de salud del animal (O'Brien, 2002).
La calidad de la leche es uno de los pilares fundamentales de una industria lechera desarrollada y comprende ganado sano bien alimentado y criado, leche con una capacidad de conservación adecuada para su transporte a la industria, y composición óptima. Las citadas cualidades redundarán en beneficio de todos:
• Al productor, ya que recibirá mayores ingresos económicos por una mayor producción de leche, evitando pérdidas de todo orden y en los casos en que exista un pago de leche en base a la calidad, mayores ingresos por este concepto,
• Para la industria lechera, debido a que la calidad de la leche resultará de un nivel tal que no será necesario el desvío de suministros insatisfactorios a otros usos, mayor valor de utilización y mejor calidad de los productos terminados,
• Para el consumidor porque recibirá un producto de alto valor nutricional y sin riesgo para la salud (Roye, 1999).
3. Factores que afectan el crecimiento de microorganismos en la leche
Una vez que los microorganismos han alcanzado la leche, comienza un periodo de adaptación de estos al medio circundante, la duración de este periodo así como la capacidad para multiplicarse esta condicionada al efecto de varios factores intrínsecos, extrínsecos e implícitos (Jay, 2000).
Los factores intrínsecos son aquellos que tienen que ver con la leche en sí, su composición y características. Dentro de este grupo esta el pH, actividad de agua, potencial de óxido reducción, cantidad de nutrientes y sistemas antimicrobianos. Los diferentes microorganismos alcanzan la leche por dos elementos principales: la vía mamaria y los factores extrínsecos (Larrañaga et al, 1999; Jay, 2000).
Estos microorganismos pueden alcanzar la leche por vía mamaria ascendente o mamaria descendente. Por vía ascendente lo hacen bacterias que se adhieren a la piel de la ubre y posterior al ordeño entran a través del esfínter del pezón (Staphilococcus aureus, Streptococcus, Coliformes). La vía descendente o hematógena la utilizan los microorganismos que pueden causar enfermedad sistémica o tienen la propiedad de movilizarse por la sangre y a través de los capilares mamarios llegar a infectar la ubre (Salmonellas, Brucellas, Mycobacterium tuberculosos). Entre los factores extrínsecos se pueden citar el aire, el agua, el suelo, el ordeñador, el estiércol, los utensilios y el transporte (Larrañaga et al, 1999; Jay, 2000).
4. Mecanismos endógenos para mantener la calidad de la leche
- Mecanismos de defensa de la glándula mamaria
La capacidad de resistencia de la glándula mamaria es muy compleja y está asociada con los propios mecanismos de defensa de la ubre (Philpot y Nickerson, 1992), los cuales se agrupan en:
Defensa estructural del pezón: Los tejidos que se encuentran alrededor del canal del pezón conforman la primera barrera en contra de los microorganismos causantes de la mastitis. El músculo del esfínter alrededor del canal del pezón se mantiene cerrado herméticamente entre los ordeños, lo que limita el paso hacia su interior.
La queratina es una sustancia gomosa que se produce en la piel del interior del canal del pezón y bloquea la apertura de este, sirviendo como barrera física.
Defensa específica: Está regida a través de la fagocitosis de las células leucocitarias, macrófagos y polimorfonucleares (PMN), es reconocido como el mecanismo de defensa contra las infecciones bacterianas.
Defensa inespecífica: En la leche de vacas, cabras, búfalas y otros mamíferos se han identificado diversos agentes con acción antimicrobiana y que están asociados a los mecanismos de defensa inespecíficos de la glándula mamaria. Entre las principales sustancias que conforman la actividad bactericida o bacteriostática, se encuentran varias proteínas como la lisozima, lactoferrina, lactoperoxidasa (LP), inmunoglobulinas, sistemas enzimáticos generadores de superóxidos, sustancias de origen lipídico, etc., que se originan en el tejido epitelial mamario y/o proceden directamente de la sangre o de los propios leucocitos, básicamente de macrófagos y neutrófilos (Philpot y Nickerson, 1992). Este conjunto de sustancias que se encuentran comúnmente en la leche cruda, intervienen en la conocida estabilidad natural que ocurre en las primeras horas después de obtenida la misma.
4.2. Componentes del Sistema lactoperoxidasa (LP)
En la leche se han identificado diferentes sustancias naturales, complejos enzimáticos y células que tienen probada capacidad antibacteriana (Wong et al., 1997):
- Actividad antibacteriana de la queratina
- Mecanismos celulares: Macrófagos, leucocitos y PMN (polimorfonucleares)
- Capacidad de opsonización de la inmunoglobulina
- Producción de diversos inmunomoduladores
- Sistemas inespecíficos: Sistema lactoperoxidasa, lisozima, lactoferrina y otras sustancias
Uno de los sistemas más estudiados en los últimos 20 años lo constituye el sistema lactoperoxidasa, debido a sus potencialidades para evitar el desarrollo de microorganismos indeseables, tanto en la leche cruda como en la glándula mamaria, como en el tracto intestinal de los animales jóvenes (Reiter et al., 1964; Kamau et al, 1990; Benkerroum et al. 2004).
Este sistema está formado por la enzima LP, Tiocianato (SCN-) y Peróxido de hidrógeno (H2O2) (Naidu, 2000). En presencia de estos dos últimos, el sistema genera los iones hipotiocianitos (OSCN-) como principal producto antimicrobiano (pH=2.35). Los iones hipotiocianitos existen en equilibrio con el ácido hipotiocianoso (HOSCN) con pKa de 5.3 (Aune y Thomas, 1978). El mecanismo de acción de este sistema se asocia al efecto de los iones OSCN- y HOSCN, quienes son agentes fuertemente oxidantes de los grupos sulfidrilos constituyentes de la membrana citoplasmática de bacterias; inhibiendo con ellos varias enzimas claves del metabolismo celular e infiriendo en el transporte de nutrientes como la glucosa, la síntesis de ADN y ARN; la captación de oxigeno, y la cadena respiratoria. Además provocan un debilitamiento de los iones potasio, aminoácidos y péptidos (Reiter, 1985).
La LP es una glicoproteína básica compuesta por una simple cadena de péptidos, tiene una estructura hemo con una molécula de hierro por mol de LP y tiene un peso molecular de 78, 431 daltons. Tiene un punto isoeléctrico superior (pH: 9.2) al resto de las proteínas. El contenido de carbohidratos es de alrededor de un 10% estructurado dentro de 4 a 5 sitios de enlace potenciales. La pérdida de alguno de sus componentes glicosídicos durante su aislamiento puede ser atribuida a su heterogeneidad electroforética. La conformación de la estructura se estabiliza por un ión calcio fuertemente quelado (Kussendrager y van Hooijdonk, 2000).
Aunque ella por sí misma no tiene actividad antibacteriana, su efecto se pone de manifiesto al catalizar la oxidación parcial de tiocianato a partir del peróxido de hidrógeno como donador de oxígeno (Thomas, 1981). La leche de vaca contiene alrededor de 30 mg/mL de esta enzima; aunque varía de acuerdo al animal de 2 a 59 mg/mL (Reiter, 1985), dependiendo fundamentalmente del estado fisiológico y el período de lactancia. La cantidad necesaria para activar el sistema LP se considera mucho menor que la reportada en la leche (Harnuulv y Kandasamy, 1982), por lo cual no constituye un elemento limitante en la actividad general del sistema.
El peróxido de hidrógeno se encuentra en muy bajas concentraciones, por lo cual; no tiene capacidad suficiente de activar el sistema LP. Sin embargo, algunos microorganismos lactofermentadores son capaces de producir peróxido bajo condiciones anaeróbicas, lo que explica, cierta autoinhibición existente sobre algunas cepas de lactobacillus helveticus, bulgaricus y lactis (Bjorck, 1991). Los organismos clasificados como catalasa positivos descomponen rápidamente el peróxido, y para ser destruidos necesitan de una fuente exógena del mismo. La adición de peróxido tiene un fuerte efecto oxidante, eliminando con ello una parte considerable de microorganismos, lo que a su vez inhibe la actividad de la enzima (Bjorck et al., 1979).
La concentración de LP necesaria para la activación del sistema está entre 1 -2 ml/L (Björck, 1978), se considera que en la leche existe la cantidad necesaria para activar el sistema. El principal factor que limita este sistema en leche es la cantidad de tiocianato y peróxido de hidrógeno (Björck, 1978) y se necesita una proporción balanceada de H2O2 por SCN- para la actividad óptima del sistema LP (Björck, 1977). Estudios realizados por Björck et al. (1975) mostraron que el efecto antibacteriano del sistema LP es proporcional a la concentración de SCN- presente y que el efecto máximo se obtiene a concentraciones equimolares: 0.2 -0.25 mM (11.6-14.5 mg/L) de SCN- o 10 – 15 ppm de H2O2 (Reiter, 1985 y Björck, 1977). Posteriormente se demostró que para el óptimo funcionamiento del sistema LP en leche, se consideran necesarias concentraciones mínimas entre 10-15 mg/L (0.17-0.26 mmol/L) de tiocianato (Björck et al., 1979).
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Lic. Dulce María Soler Roger, MSc, PhD.
Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA) San José de las Lajas – La Habana. Cuba