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Psico-nico-team (página 2)

Enviado por Mayela RUIZ MURILLO


Partes: 1, 2

De igual modo habrá personas que no puedan tener un licor aperitivo o un digestivo en su casa porque se lo beben todo de una sola sentada, cual si fuera tarea por cumplir. Como con el licor y otros llamados "vicios", sucede de igual manera con el fumado "…y ¡de haberlos haylos!". Pongo por ejemplo casos reales de personas que conozco a quienes les llamaré "Los amigos Chés" -ya que todos tienen una ch en sus nombres de cariño-.

CHIQUE: Fuma tres cajetillas de cigarrillos al día. Los cigarrillos que elije son sin filtro y nunca suaves ni mentolados -porque eso no es fumar-. Se los fuma sin ninguna prisa y de tal manera que no deja más que las cenizas, a tal punto que algunas veces se limpia con legía para blanquearse las uñas y la piel de los dedos amarillos casi quemados. Meticuloso como es con su persona lo es con sus cigarrillos a tal punto que aun con las cajetillas suaves la permanece totalmente hormadas hasta que las tira desocupadas y jamás una ceniza al suelo, tanto que si no tiene donde ponerla la pone en la palma de su mano izquierda. Ha intentado dejarlo más de una vez.

CHILO: Fuma tres cajetillas de cigarrillos al día. Los cigarrillos que elije son suaves y mentolados -porque eso no le produce mal sabor en su boca-. Se los fuma de prisa y tal manera que sólo le da tres que cuatro caladas largas y profundas y lo apaga, a tal punto que deja más de la mitad del cigarrillo sin fumar y nunca se le mancha los dedos. Meticuloso como es con su persona lo de los cigarrillos le viene sin cuidado tanto que igual los regala que bien puede andar arrugada la cajetilla y si no hay donde poner la ceniza olímpicamente la lanza donde pueda. Ha intentado dejarlo sin conseguirlo.

MUCHIS: Fuma una cajetilla cada tres días. Los cigarrillos que elije son suaves y mentolados -porque son agradables al paladar y no tienen alquitrán-. Se los fuma completos y despacio. Se fuma uno junto con una jarra de café[6]caliente con crema junto con un libro para ir al servicio sanitario, terminado lo cual se mete a la ducha se viste y se va para la oficina. Luego después del almuerzo, con el café de la tarde y con la cena y san se acabó. Jamás ha intentado dejarlo.

CHIO: Fuma una cajetilla de cigarrillos cada semana. Los cigarrillos que elige son mentolados pero enteros -porque le gusta el sabor de la menta y que le sepa a tabaco-. Se los fuma completos y despacio. Pero sólo se fuma uno antes de dormirse es decir cuando ya lo ha hecho todo y ya solo tiene un libro en la mano con la lámpara encendida y el cenicero en la mesa de noche donde apaga cigarrillo y lámpara y pone el libro para ponerse a dormir. El otro cigarrillo se lo fuma justo al levantarse antes que cualquiera otra cosa lo enciende, se va busca el periódico y con cigarrillo y periódico en mano se va al servicio sanitario, hace que le provoque ganas de defecar, lo hace hala la cadena se mete a la ducha, se viste, hace el desayuno y ya fumó por el resto del día hasta que se lave los dientes antes de ponerse a dormir. Nunca ha intentado dejarlo.

CHECHO. Fuma una cajetilla al día cada año. Los cigarrillos que elije son "los que estén a mano regalados". Se los fuma completos y despacio. Pero solo se fuma un par en cada fiesta familiar cuando se bebe una copas. Dejarlo no viene al caso.

Es cuestión de variedad y como repito "de haberlos haylos" de todos los gustos, porque lo que si es cierto es que de igual manera que se fuman sus cigarrillos los amigos Chés, del mismo modo bien podría otro amigo poner unidos un cigarrillo detrás del otro, o introducirlos todos los veinte dentro de su boca, o encender un primer cigarrillo en la mañana y con éste encender a todos demás durante el día, o… simplemente no fumar. Porque así como existe un CHECHO o una CHIO -quienes prácticamente no fuman-, existe un CHIQUE o un CHILO -quienes fuman desesperadamente-, existe también una CHUCHIS -quien fuma moderadamente-. Es decir, que en cuestión de gustos y de cómo hacer las cosas hay una amplia gama y mucho que discutir. Así como unos prácticamente no fuman y otros fuman por compulsión -así como éstos están en los extremos-, también existe una CHUCHIS que fuma con moderación; pero, son -al fin de cuentas– fumadores todos ellos.

Como en todo, el asunto está en saber cuándo es suficiente y cuánto es la moderación ([7]). Pero claro, para que una persona sepa cuándo es suficiente o cuánto es la moderación tendría que ser una persona sicológicamente sana o al menos bastante equilibrada, porque de lo contrario éstas son palabras huecas, sin sentido. ¿Por qué hay personas que ante los postres -o las comidas- no se pueden resistir hasta acabar con ellos?, ¿por qué existen otras que ante una botella de licor descorchada no se pueden separar de ella hasta que esté vacía?. Estos son casos patéticos, tan patéticos como lo es el fumador compulsivo. Pero, ¿no es acaso delicioso disfrutar de un rico postre después de una buena comida?, o ¿no es acaso más delicioso tomar un vaso de vino con la cena?, o ¿no es acaso un placer degustar un par de copas de licor con los amigos?.

El problema que se presenta con estas situaciones es porque todos esas "deliciosuras" son a veces motivo de todos los excesos… y es que el asunto de los excesos es hacer un símil o decir que es sinónimo de carencias. Una persona sana o equilibrada -que por supuesto no tiene carencias- no se lo come todo, o se lo bebe todo, o se lo fuma todo en una sola sentada. Y es que el tema de comérselo o tomárselo o fumárselo todo, viene estrechamente relacionado con la cantidad que se le presente a la persona compulsiva. De alguna manera el bebedor compulsivo cree que esa botella que está ahí en frente, lo está para ser bebida, la cuestión es el tamaño que tiene -si esa botella fuera más chiquita quizá con sólo eso bastaría-.

Lo mismo pasa con el fumador compulsivo quien cree que para eso son los veinte cigarrillos que vienen dentro de la cajetilla que compra en la mañana, porque si llega la noche y no se los fumó piensa no ha cumplido con la tarea de fumárselos todos en el día de hoy. El problema del fumado para el fumador no está en el fumado en si mismo, sino en la forma en que algunos fumadores lo hacen, ya que no lo hacen precisamente con moderación ni se ocupan de consumir un tabaco de buena o mejor calidad -sin alquitrán, por ejemplo-. Un fumador moderado ante todo no tendrá -y no tiene por qué tener- consecuencias desagradables en su salud y en segundo lugar posiblemente no molestará a los fumofóbicos y menos aun a los demás fumófilos. Sin embargo los fumofóbicos han emprendido una abierta guerra ante todo lo que huela a humo de tabaco, sin entrar en las más mínimas consideraciones como pueden ser el derecho del fumador a fumar y los demostrados beneficios en la salud.

Hacer que los fumadores dejen el fumado se ha convertido en otra encarnizada guerra donde prácticamente ya no hay lugar para negociar, frente a tal situación la única solución objetiva es hacer cálculos de riesgo y proponer la libre elección. Podría preguntarse ¿por qué los gobiernos o mejor aun las compañías tabacaleras no establecen las retribuciones potenciales de fumar?. Pienso -además del miedo corporativo y la inercia burocrática, la explicación puede ser otra muy típica estadounidense-: por temor a los abogados. En la defensa de las compañías, aparentemente queda vetada cualquier sugerencia que diga que el cigarrillo tenga beneficios. Ello es así porque temen a las demandas por responsabilidad y a no menos implicaciones regulatorias, si la nicotina tiende a ser considerada como una droga. Todo esto deja a los fumadores indefensos frente a una verdadera enfermedad: la fumofobia, o sea la epidemia de fanáticos en contra de todo lo que les huela a tabaco.

La popular ley estodounidense de MURPHY dice que "todo lo que tiene que salir mal, sale mal", sin embargo esto no es del todo verdad –como relativas son todas las verdades en la vida de los seres humanos-. Por el simple hecho de que los estudios y las conclusiones médicas apunten que habrá tal o cual efecto negativo en el fumado, ello no significará necesariamente e irremediablemente que por ejemplo habrá cáncer de pulmón en el fumador. El asunto es que se ha hecho de todo esto una relación somática vs. castigo; sea, el fumador internaliza el mensaje de la campaña publicitaria en contra del fumado, luego se dice a si mismo que fumar es malo, ergo él es malo porque no obedece las prescripciones, por tanto lo merece y obviamente lo tendrá (¡cancelado!). Es justo de la hipocondría de donde viene consecuentemente la somatización del tabaquismo. ¡Qué distinto sería para los fumadores si en primer lugar hubiera sobre todas las marcas de tabaco un auténtico y riguroso control de calidad -y no se vendiera ya más los cigarrillos con alquitrán-, qué distinto sería en segundo lugar si quien desea fumar se asegurara que lo hace por placer o degustación y no por castigo u obligación! ([8]).

En medio de este desenfrenado amarillismo acerca del fumado y en contra de los fumadores, surge una premisa salvadora y es que es un hecho que fumar es en algunos casos bueno para la salud… Si, voy a destacarlo: fumar es bueno para la salud. Cualquier persona en sus cabales podría decirme "¡Un momento, ¿qué está usted diciendo si el mismo Instituto General de la Salud ha determinado que fumar es peligroso para la salud, que el cáncer de pulmón y las enfermedades cardiovasculares están altamente relacionadas con el consumo de cigarrillos.!?" Podría responderle diciendo "Bueno, se dice que las muertes a causa de este vicio sobrepasan las 40.mil -aunque los críticos dicen que la cifra está inflada-. Pero aunque conducir automóviles es peligroso para la salud ya que representa más de 40.mil muertes cada año, la gente lo hace porque tiene satisfaciones al igual que riesgos y consideran -como individuos libres que son- que la satisfacción supera el riesgo y esto se conoce con el nombre de libertad de elección." Una persona con sentido común preguntaría "¿Muy bien cuáles son las ventajas que trae el hecho de fumar?". Le respondería que aparte de un placer intangible -que sólo es explicable para quien lo hace-, la ventaja más obvia es la relacionada con la conducta del fumador.

Una serie de estudios realizados por el investigador británico D.M. WARBURTON muestran que el fumado -sin importar cuáles sean sus otros efectos-, realmente estimula la agilidad, la destreza y la capacidad cognoscitiva… y lo digo de nuevo: fumar estimula la agilidad, la destreza y la capacidad cognoscitiva. Y todas estas características pueden ser útiles vg. en el momento de conducir un automóvil o un avión -como reconoció el Congreso de Estados Unidos cuando eximió a los pilotos de las aerolíneas de la prohibición de fumar en los vuelos nacionales-. Estos beneficios en el comportamiento sugieren una respuesta para el gran misterio del tabaquismo: ¿por qué casi una tercera parte de los adultos continúan fumando y haciendo algo cuando incesantemente se les diga que es malo para la salud de ellos? Varios estudios entre los que destaca el realizado por los investigadores de la Universidad de Michigan -Ovidio y Cynthia POMERLAU- demuestran que los fumadores son distintos de los no fumadores porque los primeros tienden a la depresión y a la exitación ([9]). Se dice que la nicótica es un anfótero que puede combatir las dos condiciones, dependiendo en qué forma es consumida -o sea que por ejemplo aspiraciones rápidas estimulan largos períodos de calma-. La implicación que esto significa es por demás fascinante ya que una gran parte de la población -los fumófilos- parece estar al tanto de su significado, aunque no de las particularidades patológicas sobre la personalidad y de haber descubierto una forma de automedicación que los regula. Por supuesto, esta explicación para la obstinación de los fumofóbicos -la mayoría de los médicos incluidos- no es tan satisfactoria como la que The Washinton Post prefiere creer, que los fumadores fuman a causa de "una seducción masiva por parte de las perversas compañías tabacaleras y su irresistible publicidad" -poniendo a los fumadores al mismo nivel de los niñitos frente a la propaganda– y quizá mucho de eso es cierto, pero no es toda la verdad. La verdad es que detrás del acto de fumar hay un verdadero placer para el fumador porque de ello consigue estímulos positivos -cuando estimula la agilidad, la destreza y la capacidad cognocitiva-, detrás del fumado el fumador consigue equilibrar sus estados depresivos y ansiosos, detrás del fumado el fumador tiene un aroma o incienso que le es propio precisamente en la sefiroth de y en gevura, …detrás está el aroma que le gusta, detrás del fumado el fumador sabe intuitivamente que no padecerá ciertas enfermedades.

Los beneficios de fumar van más allá de sus efectos en el comportamiento. Fumar parece ofrecer también beneficios más sutiles para la salud, que hacen contrapeso a sus riesgos.

Tenemos por ejemplo que será poco probable que un fumador padezca alguna de las siguientes enfermedades.

La enfermedad de Parkinson: La frecuencia de este desorden degenerativo del sistema nervioso parece tener una mayor incidencia entre los no fumadores que entre los fumadores -esta situación fué reconocida por el Instituto General de Salud desde 1.964-.

La enfermedad Alzheimer: Recientemente se descubrió que la frecuencia de ese desorden mental degenerativo se presenta un 50% menos entre los fumadores que entre los no fumadores -esto se puede comprobar en once estudios realizados por el International Journal of Epidemiology desde el año 1.991.

Cáncer del endometrio: Existe una extensa y bien aceptada evidencia de que esta enfermedad del útero ocurre 50% menos entre las fumadoras que entre las no fumadoras. Es curioso pero parece ser que hay en las fumadoras una reducción en los niveles del estrógeno -como está documentado en un artículo publicado en 1.985 por New England Jounal of Medicine.

Osteoartitris: Este desorden degenerativo de los huesos y cartílagos es hasta cinco veces menos probable que ocurra en los fumadores empedernidos -como lo comprueba vg. el primer Estudio de Salud y Nutrición realizado por el gobierno federal estadounidense.

Cáncer de colon y colitis ulcerosa: Estas enfermedades del intestino parecen ser en torno al 50% menos frecuentes entre los fumadores que entre los no fumadores -un hecho documentado en artículos aparecidos en el Journal of the Amaerican Medical Association y en el Mew Engald Journal of Medicine en 1.981 y 1.983 respectivamente.

Sacoidosis y alveolitis alérgica: Son dos enfermedades que tendrá muy bajas tasas entre fumadores.

Obesidad: Podríamos citar que los fumadores son más livianos que los no fumadores. Lo irónico es que la obesidad es la causa principal de las enfermedades cardiovaculares que se supone el fumado estimula. Todo hay que decirlo para que se entienda lo mejor posible: En algunos estudios realizados y publicados en diferentes países (España, EEUU, Alemania y Francia entre otros) acerca de este fenómeno -muy polémico porque sugiere un método poco armonioso con las tendencias actuales que van contra el fumado-, se pone de manifiesto que la frecuencia de la obesidad es bastante menor entre los fumadores. Ello se debe a que la nicotina incrementa notablemente el gasto de energía. También se ha observado que aunque el dejar el tabaco provoca un aumento de peso -sobre todo en jóvenes y personas delgadas-, este efecto desaparece con el tiempo.

Enfermedades del pulmón: Curiosamente pero es también digno de citar -por paradógico e irónico que a simple vista luce- que en los fumadores habrá menos enfermedades pulmonares.

Acné: También se ha demostrado que hasta el acné se combate por el efecto del fumado ([10]).

Parece, que no es aconsejable recomendar a las personas -que no fuman- que deben fumar, pero consideremos una hipotética posibilidad teórica, vg. ¿deben las personas mayores de 60 años empezar a fumar, porque la protección que el cigarrillo ofrece contra la Enfermedad de Alzheimer es más próxima que el daño potencial para los pulmones que no se manifestará -si es que se manifiesta- en por lo menos 30 años?. Es sólo una posibilidad teórica que posiblemente no pase a más…, pero de todas formas pregunto. Ahora bien, no recomendamos fumar a quienes no lo hacen, más sin embargo recomendamos a quienes si lo hacen que lo hagan bien; o sea que si fuman fumen sin alquitrán, sin hipocondría, con moderación y con deporte.

Está claro que la investigación sobre los posibles beneficios del tabaco -en concreto la nicotina- es ampliamente conocida, pero está totalmente estigmatizada por el fervor moral absolutista de la campaña de las últimas décadas en contra del cigarrillo. Por ejemplo, en la administración CARTER el gobierno federal abandonó la investigación para encontrar cigarrillos más seguros -vg. sin alquitrán- y por el contrario se dedicó a atacar abiertamente a los fumadores. En consecuencia, no se ha hecho ningún esfuerzo para estimular a los fumadores a que cambien de marca de cigarrillos -que fumen solamente los que pasen por estrictos controles de calidad-([11]). Sin ir más lejos y solo para mencionar un ejemplo, en la actualidad no existe ningún apoyo para los estudios del incremento marginal en el riesgo que produce cada cigarrillo que se fuma, tampoco existe interés en controlar la calidad de los cigarrillos que el fumador consume -si tomamos en cuenta que en realidad no es la nicotina la que en realidad perjudica sino el alquitrán que contiene cada cigarrillo. Está visto que la nicotina es base fundamental para algunos medicamentos y está dicho que de hecho habrá algunas enfermedades que los fumadores posiblemente no padecerán, más sin embargo el alquitrán es una resina que se adhiere a los conductos orgánicos no permitiendo la circulación del oxígeno y fluidos en el organismo. Eliminado el alquitrán, eliminado el problema del fumado.

Pero bueno o malo, malo o bueno… eso depende y depende de muchos factores a tomar en consideración en un juicio de valoración como es el que estamos tratando. Lo que si es importante es que el fumofóbico tome conciencia del derecho a fumar por parte del fumador y le deje ejercer su libre albedrío y de otra parte que el fumófilo respete de igual manera al fumofóbico y además -esto es muy importante- tome conciencia de su propia responsabilidad y la asuma adecuadamente. Lo peor del fumado es la propia somatización, la hipocondría que a venido a centrarse en el pensamiento de un bando como del otro. El que los fumofóbicos somaticen o hagan hipocondría no es tan grave, como si lo es que sea el propio fumófilo quien la haga. Se empieza por casa, es decir se comienza por la propia valía o autoestima. No queremos recomendar que quien no fume lo haga, sino que quien ya lo hace lo haga responsablemente y asumiendo esa responsabilidad. La primera responsabilidad que tiene el fumador es asumir la responsabilidad de desechar de su mentalidad los sentimiento de castigo, yo-pecador y me lo merezco; es decir, la somatización y la hipocondría en su vocabulario, en su actitud y luego transformarse apto en ser un fumador de alta calidad. La segunda responsabilidad -consecuencia inmediata de esta y aún más importante- es tornar ese pensamiento negativo en uno positivo como es el del amor. El amor a si mismo -primero y ante todo lugar, que luego vendrá el amor a los demás y de ahí también el recibirlo de ellos- ([12]). Es por ello que necesitamos cuidar de nuestro pensamiento, de nuestras palabras y de nuestro cuerpo y tratarlo como la creación preciosa que es: necesitamos entonces aprender sobre nutrición y hacer algo de ejercicio, necesitamos saber qué tipo de combustible proporcionamos a nuestro organismo y los resultados que obtendremos de ahí -que si fumas no pienses o digas eso es malo, o que produce mal, etcétera-. La verdad es que nadie puede hacer nada por nadie si ese alguien no hace algo por si mismo … ¡qué distinto sería si cambiaremos esos rígidos patrones y esos obsoletos paradigmas y el fumador empezara por interiorizar que contrario a lo que dicen fumar es no solamente un placer muy personal sino que también fumar es beneficioso para su salud! ([13]).

Hemos mencionado que todos los seres humanos necesitamos conocer sobre nutrición y el tipo de combustible que proporcionamos a nuestro cuerpo y hace un momento pronunciamos la palabra ejercicio. Y hablando de ejercicio y de fumadores -términos que a simple vista parecen contradictorias-, tenemos que por ejemplo mi amigo Oscar dice lo siguiente "Dejé de hacer deporte durante 20 años por causa del fumado. Hace 6 meses acepté participar en una caminata y posteriormente formé grupo con un amigo para practicar montain bike irregulamente. …continúo con vida y la verdad, lo estoy disfrutando mucho." Continúa manifestando Oscar que la publicidad no ayuda en nada porque "…si fumamos para escapar, el tipo de propaganda antitabaco que conocemos solo refuerza la idea inconsciente de la escapada definitiva final." Como Oscar dice, es verdad que los medios informativos se han encargado de crear una forma más de complejos y señala "Después de 20 años de fumar uno asume que es muy tarde para retirarse, muy tarde para vencer la dependencia y más tarde aún para escapar de una sofocante muerte por causa del fumado." Como sabemos ya, Oscar cambió sus rígidos patrones y los obsoletos paradigmas en los que la gran mayoría de los fumadores -y no fumadores- se encuentran inmersos y dice "Solo encontré una manera de superar la sensación y el temor a caer muerto al tratar de hacer ejercicio y fue practicando lentamente, sin compromiso, olvidando todo afán de competencia y sobre todo… disfrutándolo" Y es que se nos ha hecho creer que un fumador no puede hacer deporte, tanto que fumofóbicos cuanto fumófilos ven inclusive hasta con mala cara que alguien deje por un rato las pesas o la bicicleta para disfrutar de un cigarrillo. "Lo que más me impresionó y que definitivamente no esperaba, fue la recuperación física y la reacción del cuerpo después de tantos años y en contra de todos los tabúes y bloqueos que me había creado.", agrega Oscar. Lo que si está perfectamente claro para Oscar, es que no se trata nada más que de eso: de tabués y bloqueos creados por el mismo fumador. La propaganda en contra del fumado dice parte de la verdad, pero -como vimos- no dice toda la verdad porque omite toda la parte positiva que puede encontrarse en la acción de fumar. Estamos de acuerdo con Oscar -como fumador viejo que es- y de igual manera apoyamos a todas aquellas personas no- fumadoras que tengan auto-limitaciones al practicar deporte -por ejemplo, quienes sufren de obesidad, asmáticos, artríticos, etcétera-, cuando dice: "No espere más para empezar a hacer deporte, renuncie a la hipocondría de fumador y que el ejercicio se haga cargo del resto". Oscar dice que para él y sus amigos -quienes siendo fumadores forman equipo para practicar deporte no competitivo- significa "…la oportunidad de comunicar una idea y una verdad: que un fumador viejo no se muere al dar el primer pedalazo, ni en los primeros 10 metros de trote, o en la quinta brazada". El hecho de visitar la campiña en bicicleta junto con sus amigos, además de disfrutar de "comadredería" -del sol, de sudar, de permitir que el aire fresco les penetre, de sentir un deseo de permanecer en el exterior por períodos más prolongados, de recorrer mayores distancias cada vez, de percibir la sensación de bienestar orgánica, de saber que una satisfacción personal por el logro- les conduce día con día hacia un renovado aprecio por la vida muy especial. Amén de las apreciaciones anteriores, el hacerlo -dicho en palabras de Oscar- les "…brinda la oportunidad de sopesar nuestros sedentarios valores y vicios frente al placer del campo y el ejercicio y hasta les ofrece la oportunidad de conformar una nueva clasificación deportiva.". Oscar está totalmente convencido de lo que nos dice -y cómo no estarlo si también sus amigos son de la misma opinión- tanto así que termina diciéndonos enfáticamente "Reuna amigos y salga al campo, invite a su perro a jadear y lamente el tiempo perdido, ríase y desintoxíquese y ante todo no se olvide de respirar profundo". No olvidó Oscar recomendarnos revisar en primer término la dieta y por si acaso -por exceso de peso, exceso de tabaco, o exceso de edad- también buscar el apoyo médico. Y para ir concluyendo con mi amigo Oscar -una de esas personas que vienen y andan por la vida con una actitud positiva ante ella- nos dice: "…para el fumador dependiente mejor que el temor… una nueva dependencia: el deporte." Y por último hace una advertencia -a fumadores como no fumadores que se han automilitado de hacerlo- para practicar deporte "Pero hay que olvidar la imagen del deporte competitivo y descubrir el placer de recuperarse a sí mismo y comprobar que el cuerpo todavía tiene posibilidades, que todavía pelea…. y venga con nosotros a una verdadera prueba!!!", a comprobar que por ejemplo fumar y hacer ejercicio es perfectamente compatible, que ser un fumador saludable no es una aberración, que se puede fumar meditando -del mismo modo que se puede trabajar meditando, comer meditando o hacer el amor meditando- y esto es una realidad.

 

 

 

 

 

Autor:

Mayela Ruiz Murillo

Responsable de Gabinete de Búsqueda. San José, 11 de enero de 1.996

[1]     Con estas palabras describe -la importancia que para los indios taínos tenía el tabaco- el escritor y etnólogo habanero Fernando ORTIZ, en su obra "Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar" en 1.940.

[2] Nicotina: Alcaloide que carece de oxígeno; se disuelve en agua y alcohol, es líquido y oleaginoso. Se encuentra en la naturaleza, en las hojas de varias especies de plantas, fundamentalmente en las hojas del tabaco. Por oxidación de la nicotina se obtiene el ácido nicotínico, que en forma de nicotinamida, es un miembro importante de la familia de la vitamina B. Se emplea como insecticida y como parasiticida.

[3]     Basta ver las películas de la época para constatar que era de rigor que el actor o la actriz fumara. Lo hacía no solo en su vida privada, más aún si no lo hacía el papel, el personaje o el guión se lo exigía.

[4]     En los mismos años treinta tenemos lo contrario con otro vicio tan arraigado como el fumado: el alcoholismo. Recordemos que por esos tiempos era un delito beber licor, al menos en EEUU con su famosa ley seca. Desde hace mucho tiempo no es más un delito y no sólo eso, en nuestro país es precisamente el Estado quien se encarga no sólo de la calidad sino de producir el alcohol de consumo humano. Acabado el delito, acabada la delincuencia y acabado el delincuente; pero, -como en todo- siempre habrá abusadores, consumidores excesivos y viciosos somáticos. No es que el licor sea malo en si mismo -por el contrario, es recomendable para la salud-, lo malo es el mal manejo del libre albedrió, manejo al fin y por eso es libre…

[5]     "Solo en Cuba producimos 250 millones de puros habanos al año; de ellos, el 20% son para la exportación", dice Jorge CONCEPCION quien es el subdirector técnico de Partagás, una de las firmas con más solera. "En la isla fabricamos 62 vitolas diferentes. La más solicitada es con diferencia la mareva, que se comercializa bajo el nombre de Montecristo", dice el ya ciatado Jorge CONCEPCION. "Una vez terminados, los cigarros son liados en fajos de 50 unidades y almacenados en armarios de cedro en habitaciones climatizadas con una temperatura entre 15 y 16 grados centígrados y con una humedad relativa del 85 por 100, hasta su preparación en cajas", comenta Jorge A. FERRER ingeniero industrial de Cohiba. [Datos suministrados por Enrique M. COPERIAS en su artículo "¡VAYA PURO!" publicado en la Revista Muy Interesante Año XII N( 7. Para ahondar en el tema del cigarro consúltese "El viaje del habano" de Antonio NUÑEZ, Empresa cubana de tabaco, La Habana, 1.994 y "Guía del fumador de habanos" de Gérard PERE et FILS, Editorial Planeta, Barcelona, 1.990].

[6] Con menos agresividad pero también con el mismo sentido de negación, el café ha sido duramente criticado y hasta prohibido por algunos médicos en las dietas de sus clientes; sin embargo, es lo cierto que los amantes de la bebida más famosa del mundo pueden estar tranquilos ya que recientes estudios revelan que el consumo moderado de café €“cuatro tazas diarias-, previene la depresión, el suicidio y hasta la ingesta de drogas. En efecto, el médico Darcy ROBERTO LIMA investigador de la Universidad de Vandervilth Estados Unidos defiende la tesis de quienes consideran al café como una víctima más de los mitos y temores infundados, así por ejemplo uno de ellos es el rechazo que algunos le hacen por contener cafeína, cuando el realidad este alcaloide asociado con problemas de dependencia, solo se encuentra el pequeñas cantidades (de un 1% a un 2.5%) siendo que otras bebidas como el guaraná la superan exageradamente (40% más). Pero si a pesar del pequeño porcentaje de cafeína que contiene el café, en cambio la bebida posee altas concentraciones de ácido clorogénico (abundante sobre todo en el café poco tostado), es el encargado de frenar la acción de algunas sustancias producidas en el cerebro que alteran los estados de ánimo llevándolo a la depresión y a oscuros callejones. El ácido clorogénico es de reciente descubrimiento en el café pero su efecto es tan positivo como el de un medicamento (reconocido por la Administración de Alimentos y Drogas) llamado naltroxine. Los resultados obsefvados con el ácido clorogénico son igual de contudentes que con este fármaco naltroxine. Pero el café no solo podría ser considerado una bebida preventiva contra los desordenes anímicos ; éste es también un alimento con un alto valor nutritivo, rico en potasio, magnesio, calcio, sodio, hierro y algunas vitaminas del complejo B. Además, otras investigaciones han asociado el consumo de café con la prevención de algunos tipos de cáncer, como el de colon. Por otra parte, la cafeína que contiene el café, estimula la corteza cerebral, incrementando la memoria y la atención. Por supuesto, la ingesta recomendada es con moderación, sea que cuatro tazas al día es lo adecuado pues si se consume en exceso podría generar taquicardia, afecciones estomacales, aumento de presión sanguínea.

[7]     Aquí tendríamos que hablar de consideración y respeto para con la propia persona y para con los demás, tendríamos que abordar el tema de la educación y por qué no, hasta de cultura; porque todo hay que decirlo: hay fumadores -del tipo compulsivo, tan sin sentido de lo que hace y de como lo hace- que llegan al punto de la desconsideración total y al colmo de el irrespeto olímpico, tanto así que aun topan hasta la coronilla a otros fumadores cuando no les permiten fumar porque se ahogan y ahogan literalmente a los demás con su intensa manera de fumar.

[8]     Un proverbio harto conocido de todos los tiempos dice que: "LO QUE MATA, NO ES LO QUE ENTRA AL CUERPO SINO LO QUE SALE DE EL ". Dicho esto en relación con el fumado: No es fumar -lo que entra al cuerpo- lo que mata, sino que lo que realmente mata es cuando el fumador manifiesta con su boca -lo dice, sea: sale del cuerpo- y se torna en él toda una actitud. En realidad lo que pasa es que el fumador acepta en su mente que fumar -eso que él hace- efectivamente lo mata […pero, no es porque "entre" humo a su cuerpo, sino porque "sale" de él esa actitud.] Si no lo aceptara mentalmente no lo diría.

[9]     Quienes estudian Kábala notan que en el Arbol de la vida curiosamente corresponde a "geburah" -juicio o severidad-el aroma del tabaco… y bien sabido es que nada sucede por mera casualidad, cuando lo cierto es que todo es "causalidad". Y es que los olores tienen un poder oculto tras de si, hay fragancias que relajan o que excitan, escencias que estimulan el rendimiento laboral y ambientadores que fomentan las ventas. A tal punto se ha investigado que la ciencia ha descubierto que los aromas controlan las emociones como un mandato a distancia. En el laboratoiro de olores de la Universidad Erlangen de Alemania se prueba con personas voluntarias el inhalar aromas para medir los impulsos cerebrales para checar minuciosamente la descripción de sus emociones. Todos estos trabajos científicos permiten llegar a la conclusión de que los aromas inciden directamente en las emociones y por ende en el comportamiento; pero eso no es todo. Se ha comprobado que los olores también aumentan o disminuyen la presión sanguínea, aceleran o ralentizan los latidos del corazón y embotan o despiertan los sentidos. Concretamente tenemos por ejemplo que la manzanilla y el sándalo reducen la actividad cerebral más eficazmente que un valium; por el contrario, el jazmín y la hierbabuena excitan la materia gris como un café bien cargado. El consorcio japonés Takasago recomienda limón y eucalipto para mantener a los trabajadores bien despiertos, mientras que la clientela debe ser tratada con espliego y romero para contrarrestar la estresante atmósfera de las oficinas modernas.

[10]     Datos suministrados por Peter BRIMELOW "No fumador, pero tolerante", en artículo publicado en la Revista Summa internacional N( 3 del 03 de agosto de 1.994, con la autorización expresa de Forbes Magazine.

[11]     O que se cambien a fumar en pipas a pesar de que se sabe que no es la nicotina la que hace daño sino el alquitrán -con todo y que las tasas de cáncer de pulmón y del corazón en las personas que fuman pipas o habanos son de cinco o diez veces menores que las de fumadores de cigarrillos, aunque esta situación es compensada porque los fumadores de pipa y tabaco están expuestos al mismo riesgo de contraer cáncer de boca y de la garganta-.

[12]     Antes de cualquiera otro lugar el amor a si mismo es el primero en el mundo entero; porque debemos tener claro que primero yo, después yo y si queda campo yo también. El amor propio es el principal amor, porque es lo cierto que cuando éramos pequeños deseábamos que se nos quisiera y aceptara tal y como éramos y de mayores es quizá lo que aún queremos. Entonces empecemos por casa queriéndonos a nosotros mismos para conseguir el amor ajeno;… sea, que no conseguiremos el amor de los demás hasta que no estemos dispuestos a dárnos amor primero a nosotros mismos. Después que nos amemos a nosotros mismos podemos pensar en el amor a los demás, una vez que ya empezamos a amar a los demás es cuando vamos a recibir el amor de los demás. Es tan simple como que debemos ser amables y pacientes para con nosotros mismos -y ésta es la base de la sanación integral-. Positivo -como el amor- o negativo -como la crítica- normalmente estamos pendientes de los demás y se nos olvida por completo que nosotros somos el punto de partida, de confluencia y de llegada. Pongamos atención en algo negativo como la crítica destructiva y veremos que normalmente siempre estamos señalando a otras peronsas o a otros grupos y diciendo que tienen que hacer las cosas de nuestro modo. Igual sucede con el amor, siempre tenemos como objeto de nuestro amor a un sujeto -un tercero- que no somos nosotros mismos. Pero es que no queremos darnos cuenta que de nosotros parte absolutamente todo -amor o desamor- y no nos damos cuenta tampoco que somos nosotros mismos los gobiernos, las iglesias y todas las instituciones existentes. Es por eso que nosotros somos quienes tendremos que hacer los cambios, partiendo desde nosotros mismos -empezando por casa-, no esperemos que sean los demás lo que tengan que dar el paso, empecemos nosotros y hagámoslo pronto. Cuando hayamos suficientes dispuestos a vivir así, tendremos paz en la tierra y entonces vislumbraremos nuestro verdadero potencial humano. El paso que hemos de dar después de dejar de criticarnos es dejar de criticar a los demás, luego ser más dulces, amables y pacientes con nosotros mismos y después con los demás. La crítica o la palabra negativa -incluso el pensamiento negativo- rompe el espíritu interior de las personas y las carga de energía destructiva; en tanto que el elogio lo fortalece cargándoles de energía constructiva. Lo dicho no quiere decir que tengamos que elogiar nuestras partes negativas de nuestra personalidad -las que surgen para satisfacer una necesidad-, pero si al menos no nos criticamos podemos encontrar una forma positiva de satisfacer esas nuestras necesidades.

[13]     Fumar puede resultar inclusive un acto de meditación y hasta mágico si lo vemos por ejemplo de la siguiente manera: En la conformación de todo lo existente en el plano físico material vamos a encontrar los cuatro elementales -tierra, agua, fuego, aire y eter-. Debemos tener coherencia en una sola línea de manera que lo que se piensa, se sienta y se actue estén en conformidad. Todas las filosofías y religiones del mundo -la misma meditación zen por ejemplo- pide estar alerta y ser conciente constantemente. Existe una oración mundialmente conocida que menciona "al pan nuestro de cada día" como sinónimo de alimento -en los planos físico, mental espiritual-. En cuyo caso si yo fumo voy a permitir venir a mi un pensamiento positivo de gracias a Dios por el alimento que estoy ingeriendo y ver en el acto del fumado la manifestación de los cuatro elementos: tierra -en mis huesos y en el hecho de estar viva disfrutándolo lo mismo que en el tabaco y en el papel que lo envuelve-, agua -en mi saliba y en mis papilas que lo disfrutan y la lluvia que mojó la tierra que hizo crecer al tabaco para mi satisfacción-, fuego -en el corazón que palpita caliente dentro de mi cuerpo y en el sol que abrigó la tierra durante los días en que maduraba el tabaco bajo sus rayos luminosos-, aire -en mis pulmones, en la brisa que siento en la punta de mi nariz y que todo el medio que trae el oxígeno que permite la combustión del tabaco que penetra sensualmente a mi por este medio y mecanismo, eter -que me comunica con los cuerpos sutiles, mi alma y espíritu y me da la oportunidad de tener conciencia de lo que estoy haciendo, dar las gracias al Todo Creador por creame a mi para disfrutarlo y al tabaco que estoy ingiriendo como mi alimento físico mental y espiritual.

Partes: 1, 2
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