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El VHI Sida y su repercusión en el derecho de familia cubano


Partes: 1, 2

    1. Desarrollo
    2. Matrimonio
    3. Divorcio y medidas provisionales
    4. Procreación
    5. Adopción
    6. Nuestro criterio
    7. Conclusiones
    8. Recomendaciones
    9. Bibliografía
    10. Anexo

    Introducción

    La infección por el VIH/SIDA se considera uno de los mayores problemas que azota a la humanidad, por el número creciente de casos en el mundo. La epidemia ya se adentra en su tercera década, por lo que se hace necesario el conocimiento de los diferentes aspectos que se incluyen en la política del país para lograr un abordaje integral y precisamente la familia como célula primaria y más importante de la sociedad, es el primer eslabón con el mundo circundante, es la partida y el remanso, siempre será el nido cálido a donde se regrese para encontrar apoyo, orientación y amor. Desdichadamente debido al desconocimiento y prejuicio, muchas veces un miembro de una familia contrae el VIH sin poder encontrar en sus seres más queridos la comprensión, aceptación y apoyo que requiere para poder hacerle frente a la infección y luchar por vivir más y mejor, aún con el VIH.

    No se ha introducido en la legislación cubana modificación alguna por el hecho de la aparición de esta enfermedad infecciosa, en todo el Sistema de Derecho cubano y fundamentalmente en el Derecho de Familia; sin embargo el impacto que produce el hecho de la enfermedad en el seno de la familia y el matrimonio es tan demoledor y complejo, que la reacción ante el mismo no puede igualarse al que produciría cualquier otro suceso perturbador de la estabilidad matrimonial y familiar.

    Vamos a referirnos entonces en este trabajo a las problemáticas fundamentales, a partir de las instituciones del Derecho de Familia cuyo marco de regulación jurídica se refiere a las relaciones de la pareja humana, al matrimonio, a la procreación, y a la existencia de parentesco consanguíneo.

    Desarrollo

    Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), conjunto de manifestaciones clínicas que aparecen como consecuencia de la depresión del Sistema Inmunológico debido a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Una persona infestada por el VHI va perdiendo de forma progresiva, la función de ciertas células del sistema inmune llamadas linfocitos T CD 4, lo que le hace susceptible a desarrollar ciertos tipos de tumores y a padecer infecciones oportunistas, infecciones por microorganismos que normalmente no causa enfermedad en personas sanas, pero si lo hacen en aquellas en las que está afectada la función del sistema inmune.

    Al principio de la década de 1980 se detectaron diversos fallecimientos debido a infecciones oportunistas que hasta entonces solo se habían observado en pacientes transplantados que recibían una terapia inmunosupresora para evitar el rechazo al órgano transplantado. Se comprobó que un gran número de estos fallecimientos se producían en varones homosexuales. En 1983, un especialista francés en cáncer, Luc Montagrier del Instituto Pasteur de Paris, consiguió aislar un nuevo retrovirus humano en un nódulo linfático de un hombre que padecía un síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Por esas mismas fechas, científicos estadounidenses consiguieron también aislar un retrovirus ( al que denominaron en principio HTLV III) en enfermos de SIDA, así como en personas que habían mantenido relaciones con pacientes con SIDA. Este virus, conocido en la actualidad como VIH, resultó el agente causante del SIDA.

    Conviene recordar que la infección por VIH no implica necesariamente que la persona vaya a desarrollar la enfermedad; en esta fase el individuo se considera "seropositivo o portador ", pero es erróneo, considerar a la persona infestada por el VIH un enfermo de SIDA. De hecho, se tiene constancia de que algunas personas han sufrido una infección por VIH por más de 10 años, sin que , durante este tiempo, hayan desarrollado ninguna de las manifestaciones clínicas que definen el diagnostico del SIDA.

    En el último informe presentado por la ONU SIDA (Programa de las Naciones Unidas para Combatir la Enfermedad) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estimaba que a finales del 2004 unos 39,4 millones de personas en todo el mundo estaban infestadas por el virus VIH .Durante ese año se produjeron unos 4,9 millones de nuevas infecciones y unos 3,1 millones de fallecimiento por causa de la enfermedad. La epidemia varía en magnitud e impacto, de una región a otra. Los aumentos más pronunciados se han producido en Asia Oriental y Central y en Europa Oriental. En Asia Oriental 1,1 millones de personas conviven con el SIDA y en Europa Oriental y Asia Central se produjeron unos 210000 casos nuevos en el 2004 y a finales de ese año la región contaba con 1.4 millones de personas infestadas. El África Subsahariana es la región más afectada con unos 25,4 millones de personas infestadas con el virus, en el 2004(unos 2.3 millones de africanos murieron ese año como consecuencia de la enfermedad).En América Latina hubo alrededor de 1.7 millones de afectados (2040 nuevos casos, en el 2004 y casi 95000 fallecidos) y en Europa Occidental y Central, donde 610000 personas viven con el SIDA, hubo en el 2004, 21000 nuevos infestados y unos 6500 fallecimientos. En España se diagnosticaron 2034 nuevos casos en el 2004. La epidemia de SIDA está afectando cada vez más a un número mayor de mujeres. En Cuba, desde 1986, en que fueron detectados los primeros casos, la enfermedad también ha ido en ascenso (Ver Tabla en Anexo).

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