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Etnomedicina en Mesoamérica central


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Monografía destacada

    1. Resumen
    2. Enfermedades vistas por las tradiciones (originaria y mixta). Especialistas
    3. Procedimientos y medios terapéuticos de esas tradiciones
    4. Conclusión
    5. Bibliografía

    (ALTERACIONES VISTAS POR LA TRADICIÓN. ESPECIALISTAS. MEDIOS Y PROCEDIMIENTOS TERAPÉUTICOS LOCALES).

    RESUMEN.

    Las culturas tradicionales de salud y las etnomedicinas en Mesoamérica son el resultado de la evolución de sistemas precedentes como el chamanismo. Protegidas en las etnias debido a su carácter de utilidad y necesidad para la supervivencia de las gentes, llegaron a la modernidad más o menos transformadas. La mezcla amerindio-hispana, tras la conquista, dio lugar a una tradición nueva, la mestiza, desarrollada principalmente en las áreas urbanas. Tradiciones originarias y tradición mestiza recogen una serie de ópticas del fenómeno de salud-enfermedad así como los modos y medios adaptados a las culturas para conservar el bienestar de las gentes.

    1. INTRODUCCIÓN.

    Las formas de entender el bienestar en cada cultura se relacionan con los contenidos de sus tradiciones. La verdad es que, en un mundo plural, todos los seres humanos deberían poder mostrarse como son. Deberían poder seguir desarrollando sus modos de prevenir los males y curar. En las sociedades del pasado, y en las del presente, los seres humanos fabricaron, y fabrican, sistemas y maneras para atender las necesidades de salud. En el estudio interpretativo que los investigadores Jean Clottes y David Lewis-Williams (2001) han hecho de los dibujos y expresiones pictóricas, así como escultóricas, de las cuevas del paleolítico europeo, se sugiere la existencia de chamanes en la prehistoria. Por lo que se conoce a través de las fuentes documentales (principalmente rusas) estudiadas por Mircea Eliade (2001) sobre el chamanismo asiático y norasiático, ese sistema, además de terapéutico, sería un modo organizativo de los grupos y comunidades en tiempos en los que las amenazas externas (naturales y humanas) hacían peligrar no sólo el equilibrio y bienestar de los individuos sino la estabilidad e integridad de sus grupos. Para Antony Tao (2003), del chamanismo arcaico chino nació una especialidad más dedicada a la terapéutica: el chamanismo curativo, a partir del momento en que las sociedades se hicieron sedentarias (inicio del Neolítico, hace unos 10000 años). De este chamanismo surgiría posteriormente la medicina tradicional china.

    Hasta la llegada de los europeos a América, los grupos amerindios dispusieron de modos de curar adaptados a sus formas de pensar y a sus cosmovisiones. Los Cronistas de Indias dieron cuenta de las características del mundo que encontraron y descubrieron. Y, aunque influidos por su origen, su forma de pensar europeo-cristiana y los condicionamientos que el poder religioso y el poder político les imponían, retrataron, como hizo Fray Bernardino de Sahagún (1994) en el Códice Florentino, toda la majestuosidad de aquellas culturas. En esas etnografías de la época, se habla de curadores, de formas de curar y de elementos para curar; es decir, de toda una organización de la terapéutica.

    En mi opinión, debido a los condicionamientos de los cronistas, en sus libros se exponen principalmente medios de cura naturales (de origen vegetal, la mayoría; pero también, minerales y de origen animal); aunque se habla tímidamente de la cura simbólica (o mejor, de la parte simbólica de la cura), asociada a los chamanes.

    Anna Reid (2003) escribe sobre el chamanismo siberiano, recuperándose, como otras parcelas de la cultura de los pueblos norasiáticos, tras el fin del "Imperio Soviético". Chamanes y etnomédicos siberianos sufrieron por el avance de la Rusia zarista hacia el Este; y volvieron a sufrir cuando el sistema soviético impuso a los originarios siberianos un orden basado en una cultura materialista de base productiva.

    Europa Occidental, como han hecho otras partes del mundo, ha seguido su propio camino de evolución y progreso. Razones sociohistóricas y culturales hicieron posible el surgimiento de la ciencia. Expresa Antony Tao (2003) que los griegos entendieron el universo como un todo ordenado por leyes que el pensamiento es capaz de descifrar y conocer. A esta base cultural se unió el aporte del cristianismo; que, como el judaísmo, entendía un dios transcendente, separado de la naturaleza. Quedó la naturaleza, en las culturas europeas, libre de ataduras y dependencias espirituales, dispuesta para ser estudiada por un pensamiento no mediatizado por la divinidad. En el Renacimiento ya se expresó y se ensayó esa tendencia. Luego, llegó la Ilustración; y después, la Revolución Industrial. Europa se hizo poderosa. Los grupos dirigentes y los poseedores del dinero "proyectaron su mirada" (enfocaron sus intereses), como en su tiempo hizo la Corona de Castilla, a otros lugares del planeta. Encontraron gentes diferentes, gentes que no hablaban como ellos, que no pensaban como ellos, que no veían las cosas como ellos, que no entendían las enfermedades como ellos y que no curaban como ellos. Al igual que hicieron los españoles en América, el resto de los países europeos también impuso unas relaciones de poder a las nuevas sociedades.

    La ciencia, como parte de la cultura europea, se ha tomado como modelo de progreso (evolucionismo). Una gran parte de los científicos positivos ha considerado una sola línea de avance humano en el globo: la suya. Se ha visto a gentes de otros pueblos como seres en fase de desarrollo precientífico, tildados, incluso por los primeros antropólogos, de "salvajes". En la actualidad se ha creado entre los occidentales una conciencia de superioridad basada en todas esas ideas. La medicina se ha hecho científica y, por lo tanto, el modelo a seguir.

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