Es imposible meter alguna bulla, nada más que el puro pasar del lápiz en la guía con ejercicios, el sacar de punta al lápiz y el borrar de la goma. Consulto a la profesora acerca de un ejercicio que me cuesta, me explica y cuando regreso a mi puesto junto a Javiera, ella me quita el cuaderno y me hace un gesto "como no lo podís resolver", mira el ejercicio de ecuación y se da cuenta que ella tampoco puede hacerlo. Me pasa el cuaderno y la oigo susurrar "como no puedo hacer este ejercicio con él". Así, natural, parecía no darse cuenta.
Pasaron como quince minutos y le pedí a ella un saca puntas porque el grafito del lápiz estaba ya gastado por la maldita ecuación que no podía hacer. Me lo quita para ella hacer el trabajo por mi, no se porque. Luego tocan la campana, la profesora Lucía dice que le traigamos la guía hecha la otra clase, el jueves. Que paso rápido el tiempo digo yo, mirando mi reloj: 11.15 PM. En medio del alboroto por salir a recreo, a ella se le cae su estuche y cuando nos agachamos a recogerlo nos fuimos de cabezazo. Entre risas, nos pedimos disculpas y ella terminó recogiendo el estuche y diciendo "¿tu me amas?". Yo, me quedé helado, me puse rojo. Me dio unas palmadas en el hombro y se fue a recreo.
A veces yo andaba con el suéter lleno de pelos de perro y la Javiera me retaba por no andar suficientemente aseado. Decía yo, tratando de Explicar, que no se podía, que llegaban solos por el aire. "Que soy tonto si le pasai una escobilla con un paño húmedo no tendrás mas ese problema", y así fue. Me parecía curioso por el hecho que las situaciones que vivía con ella no tenían mayor trascendencia pero había algo desconocido que ninguno de los dos podía ver y eso, nos daba una especie de terror.
Cuando tocan la campana para ir a formarnos eran las 11.30 y en clase, se me ocurre hablarle de política a la Javiera. ¡No me hables de política que me carga! – me decía disgustada. Sin embargo me decía porque y daba unos esplendorosos discursos acerca de los políticos que engañan y usurpan a la gente. Hablaba de las grandes obras De Eduardo Freí Montalva, entre otras cosas, como si realmente estuviera preocupada del tema, le gustase y tuviera realmente idea de lo que estaba hablando.
Los niños del curso nos molestaban porque creían que nos gustábamos pero ella y yo lo negábamos mirándonos extrañados. Sabía ella que me gustaba y no me decía nada. Solo se preocupaba de que nadie lo supiera y yo igual. Todo transcurría normalmente. Nos esforzamos mucho en interpretar nuestras actitudes hasta que nos pillamos en la mensajería instantánea.
-holas!!- escribo en el computador
-¡hola! Como estay- se lee, de Javi
-bien pos y tu, ¿no haz hecho la tarea de matemática? ¿te la pudiste con la ecuación o no?
-jaa! No todavía no, me cuesta
-a mi también, chuata chuata!
-oye ¿sales a bailar a la disco?
-no, yo soy mas hogareño
-a bueno, es que quería invitarte a salir conmigo el Viernes
-no se si pueda, porque debo trabajar ese día, tengo que recibir un pedido que mi tío hizo en el trabajo y quizás deba quedarme hasta tarde.
-¿trabajas?, bueno, de todas formas me avisas ¿eh?
si, trabajo, ya hablaremos luego
-oye- se apresura a escribir en el teclado
-¿que cosa?
-no mejor te lo digo en la fiesta, ya chao amigo
-bueno, amiga chao
Y se despide tan abruptamente, que no le alcanzo a insistirle lo que me quería decir. ¿Me Querrá? ¿O me odiará? Sentirá algo lo sé.
Al día siguiente era día miércoles y el colegio estaba de alguna manera alborotado. Resulta que nos paramos el colegio porque en santiago estaban pidiendo algo con la educación que si no me equivoco era algo relacionado con la derogación de una ley que no facilitaba el acceso igualitario a la educación. Como simpatizante comunista no dude en apoyar y junto con el centro de alumnos del colegio organizamos el paro en apoyo a los compañeros de Santiago. La Javiera me gustaba porque tenía lo que yo no: capacidad de organización. Hacía las cosas de una manera tan metódica que nada se le escapaba de las manos y yo en cambio, me volvía loco con la primera cosa que sucediera. Le di mi irrestricto apoyo, ya que ella, era la Presidenta del Centro de alumnos y por lo tanto, como además ha ejecutado buenas obras por el colegio, decidí trabajar. El tiempo pasó, las noticias volaban a cada rato, que la revolución de lo pingüinos, la historia del movimiento estudiantil chileno en la guerra fría con el actual senador Escalona, de los rotos de izquierda y de Longueira, de los momios de la derecha y así, un montón de noticias mas.
Tenía mente revolucionaria la Javiera, pero era demócrata cristiana y no estaba muy de acuerdo con ella. Sin embargo la amaba, quizá eso sea lo bueno de la juventud de ahora, que no somos tan idealistas como los de antes. Ahora como que nos fijamos mas en las cosas que hay que hacer mas que nuestras ideologías. Y si había que luchar por nuestros derechos, juntos, lo haríamos sin importar nuestras formas de pensar. En el terreno amoroso con ella, me doy cuenta que somos distintos, pero creo yo que podemos complementarnos y querernos si nos entregamos el uno al otro. ¿Que pensará ella? Digo yo, necesito interpretarla, tratar de ponerme en su lugar. A veces veo que ella se siente confundida conmigo, como que ve en mí una persona buena pero que se preocupa mucho por detalles innecesarios porque una ves me dijo que parecía un viejo enojón solo porque me enojaba cuando algo salía mal y ese error, no tenía mayor importancia. Pero no quiero suponer nada, quiero ver, sentirla en mí y poder amarla. Eso nada más.
No sé como explicar esto. Me siento confundida. Pareciera ser un buen chico, pero se ve muy exigente consigo mismo. Eso lo hace arrogante, porque cada cosa que logra lo toma como si fuera un trofeo. Se llama Maximiliano y si se saca un 7 lo celebra poco menos con la garra del Nicolás Massú o algo así. Sabe jugar perfectamente al ajedrez pero creo que el juego ese es fome. Y cuando lo molestan se enoja mucho y como el no tiene antecedentes que digan que ha hecho algo malo, te dice toda clase de discursos relacionados con la moral y las buenas costumbres. Es un chico distinto, pero como que me llama la atención y como que no me llama. Es atrevido y de alguna forma me gusta eso que tiene porque se ve rebelde y de gran fortaleza y lo es. Cuando llegó al curso como que se vio la imagen de un chico que puedes molestar y fastidiar a cada rato y hasta ahora, lo han humillado mucho. Se nota que le tienen mala y todo porque va contra las maldades que hacen los otros chicos. El es una persona correcta y culta. Cuando hay un problema va hasta donde una profesora y al momento de acusar, como que se enoja y se pone al nivel de un juez o algo así y convence y castigan al que lo molestó con suspensión de un día. Se que si le digo que lo amo, me traerá problemas, en especial con el Andrés que es mi prometido pololo.
Me están molestando con él ahora. Me hacen verlo como un cualquiera que no vale la pena ni para saludarlo en la calle. Pero si el solo pide que no o molesten, el es un buen chico. Conmigo el se comporta distinto, el se alegra cuando me ve aparecer, el como que se transforma o algo así, me trata con holgura. Le pido en la clase de matemáticas un cuaderno y me dice, "quédatelo nomás el tiempo que quieras" pero solo quería ver su letra. Una comadre de mi mamá me dijo que si le veía la letra a un hombre podría descifrar un montón de cosas como su manera de comportarse, si era organizado y cosas así. Llega de donde la Profe Lucía de pedir ayuda con un ejercicio. Me interesa saber y le digo para callada "como no lo podís resolver" y lo miro y veo que también me cuesta. Susurro "como no puedo hacer este ejercicio con el" y me quedo callada en lo mío. Todo es tan perfecto con él. Es demasiado cierto para ser verdad. Me pide un sacapuntas y yo le quito el lápiz para hacer algo por él, no se por que lo hago pero lo hago sin darle mas importancia que a su lápiz que tenga punta, para que pueda trabajar. Momento después, tocan la campana para ir a recreo y yo me pongo contenta y cuando me paro se me cae el estuche. Voy a recogerlo cuando me voy de cabezazo con el Maximiliano en un intento por recoger el estuche. Le pido disculpas, él también y le digo ¿tu me amas? Y queda helado, se pone rojo y yo salgo sin darle más importancia al asunto. Quiero estar bien segura de que el es un buen amante.
Me da rabia cuando a Maximiliano se le llena el suéter con pelos de perro. Intenta darme explicaciones pero yo le digo simplemente que le pase una escobilla con un paño húmedo y así se le saldrán los pelos. Y así fue, se veía buen mozo el Maximiliano pero aún no había nada con el, más que puros descubrimientos. Me carga que me hable de política, no me interesa porque son todos unos ladrones y usurpadores del pueblo. El único presidente que salva en Eduardo Frei, porque el trajo reformas de equilibrio para todos como la estatización del 51% del cobre y el país, andaba por buen camino, sin casarse con nadie creo yo, pero dado el tiempo que se vivía en esos tiempos, era difícil no estar en un bando capitalista o Socialista.
Paso un día después del día en que tuve una conversación con él por mensajería instantánea. El decía que trabajaba y que no era mucho de salir a fiestas como yo. Pero haríamos algo algún día, se que nos juntaríamos con la Natalia a hacer un asado con unos chicos del curso que lo querían. Ahí le diré lo que siento, con todo lo que he visto durante este tiempo desde el día que dijo que me amaba. Me dijo que hablaríamos luego y cuando se despide, me trata de amiga. A mí no me queda otra que decirle amigo por que es un buen chico, es honesto y pelea por lo que quiere y sueña, pero la respuesta a su petición de amor parece que va a fracasar.
Esta historia que acabo de contarles es parte de una historia real. La de un niño que tuvo su primer amor y fue tan fuerte que ni él entendía su propio amor. La niña Javiera, confundida entre las influencias de los enemigos de Maximiliano y el comportamiento de aquel, no pudo llegar a una conclusión concreta acerca del verdadero amor que él sentía por ella, así que para evitarse problemas no lo acepto como pololo. Pero si como amigo y sin embargo, Maximiliano no logro entender. Se ofusco, busco miles de formas para conquistarlas y todas resultaron fallidas. Hubo un momento en que Javiera odiaba a Maximiliano por no entender. Ahora Maximiliano se dio cuenta y esta reparando los errores del pasado y comienza a entender, que la amistad, es mucho mejor que un pololeo, porque los pololos duran dos meses, en cambio las amistades pueden hasta durar, toda la vida si uno quiere.Resu
Bibliografía:
Biografía del autor:
Cristian Gonzalo Carvajal Carvajal, nació en Chile en la ciudad de Concepción en 1988. Vivió hasta los 5 años con su madre luego que a ella le diagnosticaran esquizofrenia en la cuidad de Santiago de Chile. Mas tarde y luego de haberse internado su madre, a los 6 años se fue a vivir con sus familiares, sus tíos, quienes lo cuidan en la actualidad.Simpatizante comunista quién desde chico forjo su personalidad rebelde y revolucionaria, tiene como deseo transformar el mundo y lo hace de esta manera muy peculiar, La literatura.
Ahora, Cristian se evoca a ahora a Sacar Cuarto medio de enseñanza secundaria para estudiar periodismo y publicidad en la U. De Chile. Se le atribuyen dos de sus máximas, aun no publicadas, como los poemarios a mi amiga de Jávea, Niños bestias y otros cuentos, y Ella, la niña de los ojos verdes, aqui publicado
Cristian Gonzalo Carvajal Carvajal
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