Acedia, apatía, desmotivación y depresión ¿Cuatro gigantes del alma del adolescente moderno?
Enviado por Felix Larocca
- Primero: La acedia
- El caso de Rufo
- Segundo: La apatía
- Tercero: La Desmotivación
- Cuarto: La depresión
- En resumen
- Bibliografía
Antes de dar comienzo a esta ponencia, debemos de dar crédito a la figura inmortal de Emilio Mira y López cuya obra y título: Los Cuatro Gigantes del Alma (Ateneo), esta lección inspirara.
Por razones de necesidad y prontitud haremos omisión en este artículo de las bases instintivas de los afectos que aquí proponemos estudiar, haciendo hincapié exclusivamente en sus aspectos sociales y en las repercusiones emocionales que ellos comportan. FEFL en Los cuatro gigantes del alma revisitados
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos50/gigantes-del-alma/gigantes-del-alma#ixzz3eS7rXrbA
Primero veamos la etimología del término "adolescente" antes de aplicarlo a este estudio.
"Las palabras adolescente y adulto derivan del verbo latino adolescere: crecer, desarrollarse" (Seguir leyendo: http://etimologias.dechile.net/?adolescente) (Para algunos es el período artificial de dependencia de los jóvenes en sus padres hasta que ganan autonomía y emancipación total). Lo que significa que puede extenderse mucho más allá de los treinta años.
Hikikomori
Por lo antedicho debe considerarse un fenómeno socio-cultural y como tal, para nosotros, traduce el período de dependencia que caracteriza a algunos jóvenes que toman la vida como si fuera un programa de postergaciones infinitas.
Muy a menudo, en nuestra experiencia profesional encontramos padres que están hastiados por la indiferencia de sus vástagos (varones en su mayoría) que pasan sus vidas "tratando de encontrar un norte", alguna profesión que los motive, algo que los "anime" o que les inspire querer entrenarse en la misma. Es como si sus hijos soslayan el imperativo biológico de crecer y establecer raíces para hacerse independientes.
Muy a menudo, los hijos indican el deseo de entrenarse en profesiones u ocupaciones acerca de las que poseen poco conocimiento o, para las que han demostrado, en sus proclividades innatas, poca inclinación.
Este artículo es acerca del entendimiento de la etapa del desarrollo psicosocial que permanece estancada en una moratoria interminable.
No sé qué voy a estudiar, ya que nada me interesa…
Prosiguiendo
En uno de mis artículos al respecto, haciendo hincapié en el fenómeno existencial del síndrome japonés del hikikomori expreso lo siguiente:
Hikikomori: Un síndrome japonés en espera de ser reconocido en nuestro medio
Los hikikomori son adolescentes y adultos jóvenes que se ven abrumados por la sociedad japonesa y se sienten incapaces de cumplir los roles sociales que se esperan de ellos, reaccionando con un aislamiento social. Los hikikomori a menudo rehúsan abandonar la casa de sus padres y puede que se encierren en una habitación durante meses o incluso años. Según algunas estimaciones, puede que haya un millón de hikikomoris en Japón (uno de cada diez jóvenes). La mayoría de ellos son varones, y muchos son también primogénitos. (Seguir leyendo: https://www.academia.edu/3875710/Hikikomori_Un_s%C3%ADndrome_japon%C3%A9s_en_espera_de_ser_reconocido_en_nuestro_medio).
Muchos han conjeturado que estos individuos sufren de trastornos afectivos, a saber, de depresiones que les impiden estimular y desplegar las energías requeridas para hacer algo útil con sus vidas.
En muchos casos, los padres, tratando de evitar conflictos dentro del ámbito del hogar, tratan de presionarlos a que trabajen en empresas de amistades cercanas para que ellos o los "inspiren" o les inculquen interés o motivación.
Esfuerzos que, a menudo, terminan en mayores frustraciones para todos.
Por el impacto que ejercen en la vida de nuestra sociedad, los fenómenos que subyacen estas tendencias, hemos llamado "Cuatro gigantes del alma del adolescente moderno…"
Teólogos morales, historiadores intelectuales y críticos culturales han, en una variedad de contextos, construido la acedia como una representación antigua de una variedad de estados psicológicos, comportamientos o condiciones existenciales que abarcan la:
Pereza
Apatía
Hastío
Desinterés o
Desmotivación.
Para muchos teólogos, la acedia, se considera uno de los originales Siete Pecados Capitales de los que hiciéramos una serie en el programa Las Cuatro Estaciones en la radioemisora KOOL FM 106.9.
Campesinos perezosos por Abraham Bloemart (1624)
Nació de padres pudientes como el mayor de tres hijos. Nunca se afanó por nada y todo lo posponía. Aun en la infancia su desarrollo fue lento.
Cansados de cambiar de escuelas para lograr motivarlo, y siguiendo el consejo de un amigo de la familia, a Rufo — en a la adolescencia — lo enviaron a una academia militar en rural Pennsylvania.
Allí se distinguió por haber acumulado una colección de desméritos tan enorme, que se convirtió en un logro inalcanzable en la entidad.
Quizás — algunos opinaron — que, a este joven indolente, de algo le hubiese servido la conscripción militar, que entonces ya se había abolido en los Estados Unidos. En mi experiencia de oficial médico naval, para muchos el mencionado interludio fue muy valioso.
Retornó a su hogar, donde a la edad de dieciséis años, dormitaba hasta el atardecer para entonces salir en su pequeño Austin deportivo a cortejar sus muchas conquistas.
En una ocasión lo conocí a raíz de una sesión familiar acerca de su hermana menor quien estaba recibiendo tratamiento por bulimia y un trastorno afectivo.
Durante la sesión, los padres, relataron la experiencia de haberle obtenido un empleo de oficina en una compañía de seguros propiedad de un familiar cercano.
La visión de los escritorios, las oficinas donde se movían personas activas por doquier, y, la idea de tener que "reportarse" todos los días para ganar "un sueldo que no necesito, porque manejo mejores vehículos que los que manejan mis jefes" lo hizo recapacitar acerca de mantener el empleo.
Lo que lo espoleó a salir del edificio, caminando unas diez millas hacia su hogar bajo un sol abrumador de agosto y, nunca más volvería a (tan siquiera) considerar otro empleo.
Muy pronto fue obligado a contraer nupcias cuando la novia "de turno" salió embarazada por la primera de tres veces.
Hoy vive en uno de los apartamentos que sus padres tienen para rentarlos y afirma que su destino ha sido; "ser rico y vago…"
Cuando se pregunta uno si alguna forma de psicoterapia valdría el esfuerzo en este caso, nos parece que la respuesta es contundentemente obvia.
De la acedia, la autora Kathleen Norris en su libro Acedia and me la caracteriza más como epifenómeno de la vida monástica de las edades medias que eran traducidas como una falta de deseo para tener la experiencia del crecimiento espiritual que es esencial para evitar caer víctima de estados de mente negativos.
En este, y casos similares, la acedia es una postergación a la madurez psicosexual.
La apatía clínica se considera depresión en el nivel más moderado y se diagnostica como trastorno de identidad disociativa en cosas que no se consideran importantes.
Se sabe que ciertas sustancias químicas causan síntomas asociados con o desencadenantes de la apatía.
Puede ser una manifestación de la enfermedad de Wernicke. (Ver más: https://es.wikipedia.org/wiki/Apat%C3%ADa).
Elvira
Cuando se graduó del bachillerato, Elvira viajó a Kansas City Missouri para comenzar su carrera de médica en la universidad del estado que ofrecía un diploma obtenible en seis años de estudios concentrados.
Obesa, e incapaz proverbial de seguir dietas, la familia había abandonado toda esperanza de que lograra perder las 120 libras de sobrepeso que la agobiaban.
Motivada por el comienzo de una relación amorosa que iniciara, comenzó terapia intensiva de tipo psicoanalítico cuando se percató de que pocas cosas había emprendido en su vida que hubiesen terminado cabalmente.
Siguiendo las pautas ofrecidas en el Plan de ECHA y asistiendo sin falta tres veces semanales a su terapia, Elvira en 19 meses bajó de 260 a 180 libras, mientras trabajara en la solución de las inhibiciones que impidieran que quisiera ser mujer de belleza natural por miedos a confrontar su propia sexualidad normal.
La terapia finalizó felizmente y Elvira está haciendo su residencia en psiquiatría en Londres donde vive con su esposo también médico.
El factor motivador en este caso fue el deseo de dejar de ser dependiente en otros para hacer decisiones por ella, y el deseo de confrontar, con determinación, sus inhibiciones para lograr madurez psicosocial.
Un término opuesto a motivación es desmotivación, generalmente definido como un sentimiento de desesperanza ante los obstáculos o como un estado de angustia y pérdida de entusiasmo, disposición o energía.
Aunque la desmotivación puede verse como una consecuencia normal en las personas cuando se ven bloqueados o limitados sus anhelos por diversas causas, tiene consecuencias que deben prevenirse.
Para Renny Yagosessky, Ph.D en Psicología, Conferencista y Escritor, la desmotivación es un estado interior limitador y complejo, caracterizado por la presencia de pensamientos limitantes y sensación de desánimo, que se origina como consecuencia de la generalización de experiencias negativas, propias o ajenas, y una auto-percepción de incapacidad para generar los resultados deseados.
Desde su punto de vista, la desmotivación puede resultar claramente nociva si se convierte en una tendencia recurrente o estable, pues tiende a afectar la salud, a limitar la capacidad de vinculación y a desfavorecer la productividad por cuanto afecta la confianza en uno mismo, el flujo de la creatividad, la capacidad de tomar riesgos y la fuerza de voluntad. (Seguir leyendo: https://es.wikipedia.org/wiki/Motivaci%C3%B3n#Desmotivaci.C3.B3n).
Víctor
Vivía con su madrastra, dos hermanastras y con su padre. Atleta natural había evitado el tabaco, pero, sintiéndose deprimido recurrió al uso ocasional de una "junta" de marihuana.
Su padre lo recriminaba porque mentía acerca de este hábito que lo vinculaba con el mundo de las drogas.
El papá, hombre que se hizo a sí mismo, comenzando desde la pobreza abyecta, terminando como hombre exitoso de negocios.
Víctor contrarrestaba las críticas paternales acerca de su falta de interés y del uso de la marihuana, insistiendo en que ya cumplidos 20 años él podía hacer decisiones acerca de lo que le era beneficioso y lo que no le fuera.
Guiados por la oportunidad de viajar a un país remoto en búsqueda de experiencias nuevas, el joven — quien había decidido que deseaba terapia — se resignó una vez más a servir los designios de padres que, inspirados por sus buenas intenciones, no sabían que tenían un hijo adulto en su medio.
C"est la vie…
La melancolía es un afecto que penetra el espíritu del adolescente con tantos asuntos relacionados a pérdidas mayores, producto de la evolución misma del crecimiento y de realizaciones de realidades impostergables que lo oprimen.
En mi artículo: La Moratoria, La II etapa que Erikson desconociera expreso las siguientes ideas:
La pubertad — que indica la transición entre el período de la niñez y el de la etapa reproductiva — comienza con los cambios hormonales que culminan en la fase del desarrollo conocida como la adolescencia. La adolescencia, constituye la suma total de todas las adaptaciones psicológicas a los efectos en el cuerpo de dichos cambios. Basados en esta definición, puede decirse que la pubertad (los cambios físicos) es una obra de la Naturaleza, y que la adolescencia (los ajustes psicológicos) es una obra del hombre y la civilización.
Apoyados en nuestra experiencia profesional, entendemos que la etapa siendo estudiada se extiende cronológicamente, desde el inicio del desarrollo de los rasgos sexuales secundarios, los cuales transforman al niño en una persona formada (capaz de reproducirse sexualmente) hasta que ocurren los cambios psicosociales finales que concluyen en la selección de una carrera, de compañero y en la independencia económica. Desdichadamente, de acuerdo con esta definición, la adolescencia puede extenderse muy lejos dentro de los años de la vida adulta de cualquier individuo — tanto así, que, para muchos, nunca termina.
La adolescencia, por sus demandas psicológicas y sociales, es un período de vaivén emocional que acarrea en sí un aumento en la vulnerabilidad personal.
En la adolescencia tienen su comienzo algunas de las enfermedades psiquiátricas más debilitantes y donde emergen comportamientos y tendencias que, a veces, trastornan la homeostasis del entorno familiar.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos101/moratoria-ii-etapa-que-erikson-desconociera/moratoria-ii-etapa-que-erikson-desconociera#ixzz3eTe6E3e3
Con lo antedicho es fácil colegir que el suicidio, producto de la depresión, es consecuencia posible como desenlace de esta etapa ominosa. (Véanse mis ponencias al respecto.
Como corolario final en mi artículo: Adolescencia: Quo vadis? Expreso las siguientes ideas:
Los dictámenes morales son esenciales, y como parte de nuestra historia evolutiva, funcionan para asistirnos en adaptar a los rigores de nuestras vidas y en lograr ser flexibles con nosotros mismos y en el trato con los demás.
Ser justos y dignos nos proyectará una imagen envidiable, como miembros especiales de todo grupo al que pertenezcamos.
¡Marchemos, entonces!
Leer más: /trabajos50/adolescencia-quo-vadis/adolescencia-quo-vadis2#epilogo#ixzz3eTfvT3C8
En esta lección hemos adaptado las ideas avanzadas por el genio del ilustre Emilio Mira y López para esbozar un entendimiento de las amarguras que se ocultan tras las exuberancias sociales del adolescente normativo de acuerdo a nuestra cultura.
Las calificamos como cuatro gigantes del alma, porque ejercen un poder extraordinario en la conformación de las psiquis de estos jóvenes.
Para remediarlas es preciso que se apliquen los métodos de terapias más eficientes obtenidos de las manos más hábiles.
Fin de la lección.
Jan Saudek
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Además, extensivos enlaces (links), bibliografía adicional y referencias de contribuciones a este tema y otros temas mencionados por este mismo autor, pueden obtenerse en los siguientes portales:
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Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca