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Robledo Puch: más allá de la sombra (página 2)

Enviado por Hugo Marietan


Partes: 1, 2

Treinta años después

Hagamos un salto hasta el 2006 donde el periodista Rolando Barbano, de Clarín, le hace un reportaje en Sierra Chica, la cárcel donde está Robledo. Veamos algunos fragmentos:

1) Robledo: "Yo me compadezco de ustedes, que se van. Hoy caminás por la calle y cualquiera te mete un plomo. Vas con tu novia, te matan y te la violan. Es terrible la violencia que hay afuera".

2) "‘Ahí está Carlitos’", lo señala el jefe del penal. Por el patio se acerca un hombre de gorra negra con visera, anteojos oscuros de marco plateado y campera de cuero negro con corderito. El termómetro marca 28ºC".

3) Robledo: "Es que soy un tipo normal, como cualquiera. Aunque ¿qué es ser normal?, ¿seguir la corriente como siguen todos?, ¿ser un pusilánime?".

4) Barbano: ¿Pero no quiere irse?

Robledo: "¿Quién no quiere irse? Pero me iré en libertad cuando corresponda, si corresponde. No tengo nada que pedir. Cuando el Estado sea más eficiente, podré salir con bombos y platillos. ¿Vieron las películas, donde el guardia viene y te dice que te vas, y salís y está tu amigo esperándote en un auto y nadie más? Pero esto es distinto. Un día un guardia me dijo: "Este es un país mediático". Fijate el caso (Omar) Chabán…".

Barbano: "¿Qué pasa con Chabán?

Robledo: "Leí lo que se escribió sobre el caso (Cromañón, 194 muertos), lo que hay en su contra. Me quedo con mi causa y te regalo la de este hombre, porque esa es gravísima. Lo van a condenar por genocidio. No tiene defensa, porque era el dueño del circo".

5) "…confesó en una pericia después de pedir el pase al pabellón de homosexuales de Sierra Chica en 1977, que nunca tuvo relaciones con mujeres"

6) Robledo: "…el expediente mío es pura basura. Y a mí me tuvieron preso toda la vida con pura basura. Es como le dije a una médica que me hizo un examen: yo no soy Barreda (Ricardo, dentista que mató a su familia), mi apellido es Robledo. Yo respondo cuando me hacen preguntas, no quiero vender ningún paquete. Conmigo quisieron tener un Charles Manson criollo, pero para alivio mío en algunos anuarios de los diarios ni aparezco. Aparece ese hijo de puta del Petiso Orejudo, no yo".

7) Barbano: "¿Se considera inocente?".

Robledo: "Conmigo no hubo una prueba, una huella. ¿Cristo fue culpable de algo? ¡Si no pecó nunca! Ahora, si lo dice Robledo Puch, es un cínico que no está arrepentido. Yo no digo que soy inocente. Soy un condenado, pero quisiera saber algún día en qué se basaron aquellos que me juzgaron. Todos los que me conocían le preguntaban a mis padres: "¿Cuándo sale Carlos?". Y ahora, si le preguntás a cualquiera en la calle, te dice: "¿No se murió ese hijo de puta? Se tiene que pudrir en la cárcel"".

8) [Robledo] No permite que le saquen fotos. "No quiero darles el gusto a mis enemigos de que vean el paso del tiempo en mi cara", se justifica. "Como decía (Alfredo) Yabrán, sacarme una foto hoy es como pegarme un tiro"

9) Barbano: "¿Está arrepentido?".

Robledo: "Hay que tratar de usar la vida lo mejor posible. A mí no me queda más que arrepentirme del mal que hice y hacer el bien hasta que me muera, para que el día de mañana me juzguen también por eso. Un día le pedí perdón a mi padre porque soy su único hijo y terminé así. Él me dijo que no me preocupara, que aunque tuviera diez, uno se preocupa por el que está en desgracia. Yo me arrepiento de no haber seguido los consejos de mi padre".

10) Barbano: ¿Cuáles?

Robledo: Mire, yo estoy pagando, estoy preso. Y quiero aclarar algo, yo nunca tuve un auto robado. ¿De dónde salía el dinero para comprarlos? Bueno… A mí me dolía ver a mi padre, con su capacidad, que fuera empleado. Por esos años, '68 o '69, yo quería que se se hiciera comerciante. Fui y le dije: "Papá, esto es para vos". Y le di las llaves de un Chevy blanco. ¿Sabés qué respondió? "No, gracias, Carlos, ¿para qué lo quiero?". Le dije "vendelo, poné un comercio". Me dijo que no. ¿Sabés lo que vale un padre así?

11) Barbano: ¿Ahí no pensó en cambiar?

Robledo: Cuando sos adolescente, sos adolescente. No soy el mismo que a los 20, aunque el hombre nunca cambia su naturaleza. Me sigo manejando como me enseñaron mis padres: valen la palabra, la responsabilidad y la puntualidad. Trabajé toda la vida: para delinquir y para robar hay que trabajar mucho. Fui desobediente, pero a mi viejo nunca dejé de escucharlo. Él me decía que cuidara a mi vieja, que si no la iba a llorar… Yo nunca me fugué de acá porque se lo prometí a ella. Un día vino y yo estaba raro. Me preguntó qué me pasaba, si tenía fiebre. Hasta que dijo: "Ya sé, te querés escapar". Le respondí: "¿Cómo supiste?". Y le prometí que no iba a fugarme nunca.

12) "Cuando quise dinero, fui y lo tomé".

13) En Sierra Chica trabaja en el taller de carpintería. Su concepto es "bueno". Su conducta, "de 10".

14) Consigue que su condena sea reevaluada a 25 años de cárcel. En el 2000 estaba en condiciones de pedir la libertad condicional. Pero no la pidió. Ahora, en el 2008, ante la noticia de que Barreda (el odontólogo que mató a sus hijas, a su suegra y a su esposa) salió en libertad condicionada, él también la solicitó.

15) Le muestran una foto que lo muestra en el momento de ser detenido en la comisaría en 1972:

Robledo: "No usaba el pelo así. Yo no usaba el pelo así. ¿Mirá si iba a tenerlo así? Siempre usé fijador, pero como ahí estaba preso no tenía. Esa remera me quedaba mal, toda abierta, porque mi abuelo me la había comprado en Brasil".

La larga lengua del preso

Lo que sigue es un reportaje que hace Raúl Kollmann, para Página 12, en el 2008, a un presidiario que conocía a Robledo Puch, alias el Monono.

"Presidiario: En la cárcel se le dice Monono al que es rubiecito, lindo. Ah, al Monono a veces le decíamos Angelito o El Blanquito. Se imagina que la población, los chorros, los porongas que manejan los presos, siempre andan buscando a un monono para abusar de él, más todavía teniendo en cuenta que Robledo Puch había violado a dos de sus víctimas. Por eso lo tenían en otro lado, en lo que llamamos el pabellón de refugiados, que es donde están los homicidas, pero por ahí los que mataron por razones pasionales o por lo que fuera, pero no vienen del ambiente de los chorros. El otro lugar en el que se refugian es en el pabellón de los hermanitos. Así le decimos al de los evangelistas. Hay muchos que no son religiosos para nada, pero se meten ahí porque los chorros los quieren agarrar. Entre ellos también hay sexo y droga, pero es un mundo distinto, no hay la violencia que existe en la población. Mire, al pabellón de los hermanitos van muchos que son cachivaches, o sea tipos que están hechos bolsa y que como Robledo Puch están asustados y quieren vivir.

Kollmann: ¿Usted hablaba con Robledo Puch?

Presidiario: Casi nada. Nos encontramos una vez en la leonera, que es el lugar donde a uno lo llevan antes de trasladarlo. Pero fueron diez o veinte palabras. Es que está mal visto que uno hable con un ortiba, o sea un tipo que es dócil con los milicos. Para la población es un gil, un policía.

Kollmann: ¿Y cómo era Robledo Puch?

Presidiario: Muy dócil, muy pasivo. Lo que se conoce como gato, o sea un tipo que les presta servicios (sexuales) a todos… Y también servicios de los otros: barrer, lavar, plancharles la ropa a los pesados del pabellón. Lo que ocurrió es que a él lo cuidaron, pero en 1996 se hizo el motín. El más tremendo que hubo nunca. Ahí todas las bandas se pasaron facturas y al Monono lo hicieron polvo. Fue terrible. Él quedó mucho peor de la cabeza después de eso. Terminó siendo muy callado, muy raro. De vez en cuando le agarraba alguna locura, empezaba a decir cualquier cosa. Yo ya no estaba en Sierra en el 2000 pero dicen que ahí lo llevaron al loquero (efectivamente, Robledo Puch fue trasladado al hospital neuropsiquiátrico Borda).

La maldición de Robledo

Todavía resuena en los históricos pasillos de tribunales la amenaza de Robledo a sus juzgadores del 72: "Esto fue un circo romano. Algún día voy a salir y los voy a matar a todos".

Robledo está por salir.

A modo de análisis

Las conclusiones que siguen las haremos en función de la información periodística expuesta más arriba.

Robledo, ¿es un psicópata?

A esta pregunta la respondería afirmativamente hasta un estudiante de primer año de medicina. Sin embargo, aquí fundamentaré esta descripción.

¿En qué muestra su psicopatía Robledo?

Por sus actos, y de acuerdo a mi Descriptor de psicopatía, ingresa de inmediato en el apartado C. Acto psicopático grave.

En este apartado se consignan los actos que, por la desmesura de sus acciones, constituyen, por sí mismos, una descripción de psicopatía:

"Diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, diecisiete robos, una violación, una tentativa de violación, un abuso deshonesto, dos raptos y dos hurtos".

Ahora, precisaré los otros puntos:

A. Satisfacción de necesidades distintas

A1. Uso particular de la libertad: "cuando quise dinero, fui y lo tomé". No importa el lugar donde se hallaba ese dinero, no importan los obstáculos humanos que se oponían a sus deseos. El dinero estaba allí, y allí iba. Esto, desde ya, implica una vivencia de libertad interior muy ampliada con respecto al término medio.

A1a) Intolerancia a los impedimentos: obstáculo que se le opone, obstáculo que es destruido, incluido los humanos. Le falta un auto: lo roba; se le opone un sereno, lo mata.

A2. Creación de códigos propios: No puedo dejar pasar esta perlita, que se repite una y otra vez en mi consultorio: "Es que soy un tipo normal, como cualquiera. Aunque ¿qué es ser normal?, ¿seguir la corriente como siguen todos?". Más allá está la idea de que es legítimo cualquier medio que permita a un joven tener plata y auto.

A2a) Sorteo de las normas: en cada una de sus acciones psicopáticas

A2b) Falta de remordimientos y culpa en los hechos psicopáticos: Cuando el fiscal le pregunta por qué los mató, Robledo contesta: "Qué quería, ¿qué los despertara?"

A2d) Defensa aloplástica: "Soy un condenado, pero quisiera saber algún día en qué se basaron aquellos que me juzgaron.". "Conmigo no hubo una prueba, una huella". "Y quiero aclarar algo, yo nunca tuve un auto robado. ¿De dónde salía el dinero para comprarlos?". "Y a mí me tuvieron preso toda la vida con pura basura".

A3. Repetición de patrones conductuales: El modus operandi era similar: entrar de noche, matar a los testigos, robar.

B. Cosificación de otras personas: Las personas son significadas como cosas, obstáculos que hay que sortear. Si hay que violar, se viola; si hay que matar se mata.

B1. Egocentrismo: "No quiero darle el gusto a mis enemigos de que vean el paso del tiempo en mi cara".

B1a) Sobrevaloración: "Cuando el Estado sea más eficiente, podré salir con bombos y platillos". Se compara a Jesús.

B3e) Coerción: constante en todas las acciones de uso de arma de fuego.

B7. Insensibilidad: En todos los actos psicopáticos se lo observa insensible en extremo. Desde observar la cremación de su abuelo hasta matar a las personas sin que presentaran resistencia, ni significaran un riesgo de identificación.

B7b) Tolerancia a situaciones de tensión: en los robos estaba sometido a fuertes situaciones de tensión, que Robledo tolera como si fuese una situación común.

Por todo lo anterior, no quedan dudas de que Robledo es un psicópata. Pero, continuaré analizando otro tipo de rasgos.

Más allá de la sombra

Cuidado de su imagen ante los demás:

a. "No quiero darle el gusto a mis enemigos de que vean el paso del tiempo en mi cara"

b. "En algunos anuarios de los diarios ni aparezco. Aparece ese hijo de puta del Petiso Orejudo, no yo".

c. "Cuando el Estado sea más eficiente, podré salir con bombos y platillos".

d. "Por el patio se acerca un hombre de gorra negra con visera, anteojos oscuros de marco plateado y campera de cuero negro con corderito. El termómetro marca 28ºC"

e. "Ya sé, te querés escapar" [dijo la madre]. Le respondí: "¿Cómo supiste?". Y le prometí que no iba a fugarme nunca".

f. "No usaba el pelo así. Yo no usaba el pelo así. ¿Mirá si iba a tenerlo así? Siempre usé fijador, pero como ahí estaba preso no tenía. Esa remera me quedaba mal, toda abierta, porque mi abuelo me la había comprado en Brasil".

Con estos rasgos (de ‘a’ a ‘f’) se enuncia la presencia de rasgos histéricos en esta personalidad. Esto, sumado a la pasividad y servidumbre de Robledo en la cárcel, ante los psicópatas marcadamente homicidas, lo ubica entre los psicópatas con predominio histérico. La histeria: ese afán de parecer lo que no se es.

Es notable la falta de respeto hacia su persona en la cárcel: desde el Jefe del Penal que lo llama por su diminutivo "Carlitos", hasta las tareas femeninas del Monono. Un homicida de ley, que carga once muertes en su haber, se hace respetar hasta por el más pintado. Pero entre psicópatas las cosas se ven de otra manera. El psicópata, con su penetración aguda en las cualidades del otro, distingue fácilmente ante quién está. Y a Robledo le vieron, más allá de sus feroces antecedentes, la nenita asustada y deseosa, y procedieron en consecuencia.

Notas consultadas:

Alvaro Abos, Diario La nación, , 5 de marzo 2006

Rolando Barbano, Diario Clarín, http://www.clarin.com, 24 abril 2006

Osvaldo Soriano: Diario la Opinión, El caso Robledo Puch, 27 de febrero de 1972 y en "Artistas, locos y criminales", Editorial Bruguera, 1983.

Raúl Kollmann, Diario Página 12, http://www.pagina12.com.ar/ 01 junio 2008

 

 

 

 

Autor:

Dr. Hugo Marietan

Médico Psiquiatra (UBA)

Profesor de Clínica Psiquiátrica (UBA)

Junio de 2008

Buenos Aires, Argentina.

Partes: 1, 2
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