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Acción comunicativa I de Jurgen Habermass


  1. Introducción
  2. Racionalidad e hilo conductor en la acción comunicativa
  3. Conclusión
  4. Bibliografía

Introducción

El libro de Jurgen Habermass contiene un capitulo que se titula por ello, en este último se estudia la palabra denominada racionalidad y racional en relación con otros términos a los que se pude asociar como es el caso del termino saber, conocimiento y capacidad intelectual. Por estas razones, para el autor es fundamental que se estudien aquellas relaciones desde el contexto gramatical, simbólico, lingüístico, mediante categorías de fiabilidad y pretensión de la verdad, de lo contrario se podría asociar el concepto racional a otras palabras con los cuales no tiene pertenecía alguna.

Pregunta problemática

¿El estudio que realiza Jurgen Habermass sobre el concepto de la racionalidad puede contribuir a resolver un problema de interpretación gramatical que permita comprender el valor social de la acción comunicativa en la teoría del conocimiento?

Racionalidad e hilo conductor en la acción comunicativa

Para Jurgen Habermass una de las laborales sociales del fenomenólogo es la de construir un hilo conductor entre la teoría del conocimiento y la solución de problemas que se pueden presentar cuando una comunidad realiza actividades de comunicación entre sí, y con el mundo que la rodea. Dado que, el mundo se construye a partir de interpretaciones teórico-prácticas que fomentan la transformación del conocimiento y la sociedad.

Por estas razones el autor expresa: "El concepto abstracto de mundo es condición necesaria para que los sujetos que actúan comunicativamente puedan entenderse entre sí sobre lo que sucede en el mundo o lo que hay que producir en el mundo". (Habermass, 1998, p. 30)

Es decir, la interpretación gramatical del concepto racionalidad puede resolver de manera gradual el problema de la acción comunicativa en la teoría del conocimiento, siempre y cuando no se caiga en la contradicción de intentar separar el mundo abstracto del mundo real. Dado que, los conceptos abstractos permiten que los sujetos se comuniquen entre sí, para intentar interpretar y transformar el mundo cotidiano que los rodea.

Claro está, para Habermass es importante que el fenomenólogo estudie de manera profunda los actos comunicativos que llevan a cabo las diversas comunidades o sociedades que construyen un lenguaje gramatical común, a sus propios intereses.

En palabras del autor: La anticipada unanimidad de la experiencia (o por lo menos, de los relatos de esas experiencias) presupone una comunidad con otros que se supone están observando el mismo mundo, que tienen una constitución física que los capacita para tener una verdadera experiencia, que tienen una motivación que los lleva a hablar sinceramente de su experiencia y que hablan de acuerdo con esquemas de expresión compartidos y reconocibles. (Habermass, 1998, p. 31)

Jurgen Habermass explica que cada una de las comunidades que construyen conocimientos, se colocan de acuerdo para interpretar las diversas experiencias que surgen cotidianamente cuando observan el mismo mundo a través de la acción comunicativa. Por ejemplo, para los sociólogos existen teorías y experiencias concretas, igualmente para los filósofos, médicos, científicos, escritores, poetas, artistas, etc. Por ende, para cada comunidad existe un valor social de la acción comunicativa que corresponde a sus propios intereses.

Sin embargo, para Habermass es importante que se estudien los errores gramaticales que se cometen en cada comunidad al tratar de defender sus propios intereses, porque la fiabilidad de las verdades debe primar por encima de los caprichos. Así mismo, se debe estudiar la racionalidad como algo más que un mero concepto, pues esta última se convierte en una práctica concreta y social de la teoría del conocimiento, además de un diseño cognitivo de tipo instrumental que puede traer consigo consecuencias positivas o negativas.

Por ejemplo, una comunidad que construye conocimiento puede hacer uso de proposiciones racionales para diseñar teorías y prácticas que contribuyan a que algo sea aceptado por otras comunidades o simplemente sea impuesto, tanto así como si un grupo de individuos justifica a través de la economía y por todos los medios posibles que la pobreza y la miseria son necesarias para que los ricos vivan felices. Algo que puede traer consecuencias negativas para unos y positivas para otros.

Por estas y otras razones el autor indica: Un mayor grado de racionalidad cognitivo- instrumental tiene como resultado una mayor independencia con respecto a las restricciones que el entorno contingente opone a la autoafirmación de los sujetos que actúan con vistas a la realización de sus propósitos. Un grado más alto de racionalidad comunicativa amplía, dentro de una comunidad de comunicación, las posibilidades de coordinar las acciones sin recurrir a la coerción y de solventar consensualmente los conflictos de acción en la medida en que éstos se deban a disonancias cognitivas en sentido estricto. (Habermass, 1998, p. 33)

En ese orden de ideas, los argumentos de Habermass permiten comprender que la claridad sobre el concepto de la racionalidad puede contribuir a resolver un problema de interpretación gramatical que permita comprender el valor social de la acción comunicativa en la teoría del conocimiento, porque a mayor racionalidad los individuos críticos pueden romper con las barreras que impone su propia comunidad para encubrir los errores.

Claro está, las críticas se deben hacer a través del debate, el consenso y la participación democrática de los integrantes de las comunidades que generan conocimiento, pero el hecho de que no acepten los errores para proteger sus propios intereses no es sinónimo de que pretendan alcanzar la fiabilidad y la verdad en determinada area.

Así lo establece el autor: Las emisiones o manifestaciones que llevan asociadas pretensiones de rectitud normativa o de veracidad subjetiva, de forma similar a como otros actos llevan asociada una pretensión de verdad proposicional o de eficiencia, satisfacen cabalmente el requisito esencial para la racionalidad: son susceptibles de fundamentación y de crítica. (Habermass, 1998, p. 34)

Por otra parte, es importante identificar que el valor gramatical y social de la acción comunicativa en la teoría del conocimiento, conlleva a ofrecer razones sobre teorías, experimentos, hechos o sucesos que se demuestran a sí mismos por su propio peso y consistencia, por ello cuando no poseen estas cualidades se desploman ante la intervención de la comunidad que debate.

Es decir: La racionalidad inmanente a esta práctica se pone de manifiesto en que el acuerdo alcanzado comunicativamente ha de apoyarse en última instancia en razones, y la racionalidad de aquellos que participan en esta práctica comunicativa se mide por su capacidad de fundamentar sus manifestaciones o emisiones en las circunstancias apropiadas. (Habermass, 1998, p. 36). Por lo tanto, quienes ejercen la acción comunicativa para resolver un problema de interpretación gramatical en la teoría del conocimiento a nivel abstracto y social, deben actuar de manera objetiva en beneficio de aquellos que se debate, y no a favor de sus propios intereses.

Conclusión

La acción comunicativa puede servir para resolver problemas gramaticales del conocimiento, además contribuir al debate riguroso, objetivo y honesto que llevan a cabo las diversas comunidades para interpretar y comprender el mundo abstracto y real que se complementan el uno al otro.

Bibliografía

Jurgen Habermass. (1998). Acción comunicativa I. Editorial Taurus. Argentina, México, Colombia.

 

 

 

Autor:

Giselle Andrea

Edita: Universidad Autónoma e Independiente de México

Asesor especialista: José Orlando Melo Naranjo

Enviado por:

José Orlando Melo Naranjo