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Deontología médica y el teatro de la vida: Suicidio, eutanasia y la muerte asistida

Enviado por Felix Larocca

  1. Daremos comienzo con la consideración del suicidio. La categoría de muerte auto impuesta más ampliamente conocida
  2. La eutanasia
  3. La octava Etapa de Erikson: Integridad frente a la desesperanza. Desde los 60 años hasta el fin de la vida
  4. El caso de Ignaz
  5. En resumen
  6. Bibliografía
  7. El monólogo de Jaques (en Como queráis)

Muchos filósofos se alejan de reflexionar acerca de la muerte porque los confunde, otros porque los hacen sentir impotentes, y nosotros los médicos, porque nos entrenamos para aliviar y sanar, y no para admitir derrota o para asistir a morir como Jack Kevorkian se ha empecinado en hacer con sus métodos de eutanasia asistida. FEFL en: Elisabeth Kübler-Ross: La mujer que exorcizó de entre los seres humanos la sombra de la muerteLeer más: http://www.monografias.com/trabajos79/elisabeth-kubler-ross-exorcizo-muerte/elisabeth-kubler-ross-exorcizo-muerte#ixzz3Cwz0hdTL

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Médula espinal

La enfermedad de la motoneurona es un grupo de trastornos neurológicos que afectan selectivamente a las motoneuronas y producen una serie de síntomas característicos. Los diferentes trastornos incluidos son heterogéneos y pueden obedecer a múltiples causas, algunos de ellos son hereditarios.

Las principales y mejor estudiadas de estas enfermedades son:

  • Esclerosis lateral amiotrófica. Es la variedad más frecuente y se conoce con las siglas ELA. En los Estados Unidos se le da el nombre de Enfermedad de Lou Gehrig, en memoria de un jugador de béisbol prominente que murió víctima de la misma. En Europa y en otros países lleva otros nombres).

  • Esclerosis lateral primaria.

  • Atrofia muscular progresiva.

  • Enfermedad de Kennedy o atrofia muscular progresiva espinobulbar.

  • Atrofia muscular espinal.

Aunque existen otras condiciones asociadas que pueden ser consideradas como partes de esta amplia clasificación nosológica, no es nuestro objetivo, en esta presentación, estudiar ninguna en detalle.

(Leer más: http://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedad_de_la_motoneurona).

Esta lección es acerca de la vida y la muerte. Ying y Yang del enigma existencial más importante de ser humano que Freud concibiera como Eros y Tánatos. Es asimismo una tesis y consideración acerca del instante cuando una persona, yendo en contra de sus instintos de auto preservación y principios ético/religiosos, elige la muerte sobre el imperativo biológico y aún espiritual de vivir.

Escuchemos las palabras bíblicas pronunciadas por Moisés: Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Elige la vida. (Deuteronomio 30:10).

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Mater dolorosa

En nuestra serie de lecciones acerca de las Ocho etapas de la vida de Erikson revisamos sus fases con interés tanto crítico como clínico. Posteriormente, en una cadena sucesiva hicimos lo mismo con las Siete fases de la vida del hombre como Shakespeare propusiera en una de sus clásicas producciones teatrales: Como gustéis (As you like it).

Retornando a Erikson

En la Octava etapa, durante su producción radial, en el programa Las Cuatro Estaciones (KOOL FM 106.9), presentamos — como hiciéramos en todas — un caso clínico adaptado de la vida real que se relacionaba y aplicaba a cada fase específica.

Pero antes de examinar los pormenores de la historia clínica a la que aludiéramos en el párrafo anterior, nos parece necesario que examinemos el fenómeno inexorable del fin de la vida intencional, el cual, sin acicalamientos se llama "la muerte voluntaria" — por omisión o comisión — en sus formas y métodos variados.

Daremos comienzo con la consideración del suicidio. La categoría de muerte auto impuesta más ampliamente conocida

En su manera más concisa se define de esta manera:

El suicidio es el acto por el que un individuo, deliberadamente, se provoca la muerte. (http://www.monografias.com/cgi-bin/search.cgi?substring=0&bool=and&query=suicidio+larocca&buscar=Buscar).

Pero, porque existen suicidios y, entonces, existen suicidios. La definición susodicha cae corta de su blanco…

Hay suicidios que involucran personas en etapas distintas y a diferentes edades de la vida, por lo que, para cumplir nuestros objetivos limitaremos esta tesis al suicidio en la persona adulta y no al suicidio, que actualmente, con alarmante frecuencia ocurre en la juventud. Suicidios que claman la vida de seres humanos en edades anteriores a la edad a la cual nos hemos ceñidos.

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Jan Saudek

Del suicidio juvenil hemos expresado las siguientes consideraciones:

El suicidio es la acción que ejecuta una persona para quitarse voluntariamente la vida. En el mundo civilizado, la tendencia de suicidio entre los jóvenes es significante, según un estudio hecho por el Instituto de la Salud Mental Norteamericano, publicado en 1998, que indica que el suicidio va en aumento y que es más predominante en jóvenes del sexo femenino entre los 11 y 20 años y del sexo masculino entre los 21 y 30 años.Leer más: /trabajos57/suicidio-juvenil/suicidio-juvenil#ixzz3D2HNCND3

No sabemos la razón específica e individual por la cual (o las cuales) ciertas personas terminan sus propias existencias en acto deliberado y voluntario; lo que sí sabemos es que en el Internet actualmente proliferan portales en números crecientes operados por individuos que se prestan a asistir a quienes desean hacerlo. Actividad que en algunas localidades se considera un acto criminal.

(Leer más: http://www.huffingtonpost.com/2014/09/09/william-melchert-dinkel_n_5793708.html.)

No importa como lo juzguemos, desde la cicuta que Sócrates bebiera para cumplir su veredicto hasta la tragedia de Romeo y Julieta, el suicidio forma parte de los libres albedríos que — creemos disfrutar — durante la duración de nuestro ciclo vital. (Veamos más acerca de este supuesto "libre albedrío": /trabajos97/neurociencia-epigenesis-microbios-mente-arrebatada-y-ilusion-del-libre-albedrio/neurociencia-epigenesis-microbios-mente-arrebatada-y-ilusion-del-libre-albedrio#ixzz3D2LT9I9C).

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Basados en las palabras expresadas, y, a pesar de que, de manera filosófica creemos ser amos y señores de nuestras propias vidas. El suicidio, como acto personal de conciencia libre no parece ser indisputable y moralmente por todos aceptado.

Pero existen otras muertes en las que intervienen los deseos de quienes las procuran y las aceptan como actos libres de su voluntad y conciencia, y que para quienes los asisten y los ejecutan no son suicidio ni se consideran homicidios.

La eutanasia

La eutanasia, es decir, el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares, es contraria a la ética. Ello no impide al médico respetar el deseo del paciente de dejar que el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase terminal de su enfermedad (Seguir leyendo: http://es.wikipedia.org/wiki/Eutanasia).

La eutanasia — aunque históricamente ha sido objeto de reprobación y, asimismo de mucho aplauso — ha recibido un ímpetu en el interés que despertara debido a la publicidad recibida por las bufonadas del difunto patólogo Jack Kevorkian quien redujo esta práctica a un teatro grotesco. Moralmente tan indigno como desagradable.

Para continuar esta tesis es necesario retornar en breve a esa etapa postrera que Erikson propusiera

La octava Etapa de Erikson: Integridad frente a la desesperanza. Desde los 60 años hasta el fin de la vida

Esta es la etapa final. En la incierta adultez tardía, o madurez, la tarea primordial es lograr una integridad con un mínimo de desaliento frente al prospecto de la muerte. Primero, para compensar y disminuir nuestros miedos, puede detectarse en algunos ancianos un retraimiento social, debido a que el cuerpo ya no responde como antes; lo que, junto a las limitaciones comunes a la vejez, expone las preocupaciones naturales relativas a la defunción. Los amigos mueren; los familiares también lo hacen y ello contribuye a la aparición de un sentimiento de impotencia. Como respuesta a esta realidad, algunos individuos mayores empiezan a preocuparse con el pasado, desarrollando síntomas de depresiones que los incapacitan. Aquí, a menudo es cuando se necesitan intervenciones de profesionales capacitados.

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Eutanasia

El caso de Ignaz

El joven especialista en el mercadeo de instrumentos quirúrgicos no había disfrutado de mucho éxito en su primer matrimonio, el cual terminara cuando la esposa escapó para tener una relación romántica y fugaz con la dama de honor de su boda, y esposa de su mejor amigo.

Cuando el drama desagradable del divorcio concluyera, Ignaz quedaría en el borde de la bancarrota financiera.

Repetía con amargura, "Shakespeare tenía razón cuando expresara (Henry VI II): La primera cosa que hacemos es matar todos los abogados".

Ignaz cumplía 48 años cuando conoció a Melba, quien era soltera, vicepresidenta de un banco mayor y quien le aventajara en edad por seis años.

El de ellos fue romance de enamorados felices (por descripción propia). Gozaron de viajar, lo que a ambos le atrajera, de cocinar juntos y de deportes acuáticos, de nieve y de hielo.

Adquirieron una cabina cerca de un lago cercano al lugar donde vivieran, donde pasaban los fines de semanas dedicados a estar juntos.

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Foto icónica del brinco desde Las Torres Gemelas, día del infame Nueve Once: ¿Suicidio o algo diferente…?

Por decisión mutua no tuvieron hijos. Algo que al fin de la jornada fue una genuina bienaventuranza.

"En lugar, adoptaríamos tres gatos. Dos para la casa y uno callejero que se apareció en nuestra cabina", como Melba (voluntaria dedicada a la Sociedad Protectora de Animales) admitiera.

El drama que, negativamente afectaría la vida de los jóvenes esposos, haría sus asomos, cuando Ignaz viajara a Wisconsin en una misión rutinaria.

Dejemos que Ignaz sea el cronista de sus días finales

"Un día comencé a notar que los utensilios, cuando comía, se me escapaban de la mano". "Que me era difícil cortar la carne y que estaba sin coordinación".

"Traté de resolverlo por mí mismo, sin poder lograrlo".

"Mi madre me dijo que no existían trastornos de ese tipo en nuestras familias".

"¿Qué será? Me preguntaba".

"Luego de muchas pruebas y análisis de laboratorio, los médicos, finalmente me dieron su veredicto, haciéndolo en forma directa, como si no quisieran tener nada más que ver conmigo": "Ignaz, tú sufres de la esclerosis lateral amiotrófica y te quedan escasamente, 2 ó tres años de vida".

"Lo que te queda de vida, va a ser miserable y doloroso". "Indicando que, además, los facultativos, harían todo lo necesario para que lo que, de vida me restara, fuera tolerable para mí y para mi esposa".

"Lo que significara en la espantosa realidad de que yo sería hombre joven e inválido antes de confrontar mi muerte prematura".

"¡Mierda!" "Y, ¡al infierno con Dios! Me dije a mí mismo…"

"La muerte, es lo último que yo espero en la vida, dijo Benjamín Franklin". "Y, para Melba y para mí, era muy temprano tener que confrontarla y, mucho menos, tener que resignarnos a aceptarla".

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Stephen Hawkins sobreviviente egregio de ELA

"¡Yo no voy a morir!" "me repetía a solas, sabiendo que iba a morir, y muy pronto".

"Melba y yo decidimos aprovechar la contingencia afortunada de que mi empleo garantizaba mi posición hasta la muerte, para decidir que yo viajaría (solo o acompañado por ella o con amigos) a visitar todos los lugares que hubiésemos deseado ver juntos y que nunca viéramos durante el transcurso de mi existencia, ahora en su fase terminal".

"Así me lancé en un programa febril de viajes por todas partes".

"Siempre pensando: ¿Cómo será todo cuando muera?" "y, ¿qué viene después? Algo que dudaba existiera".

"Mientras esto transcurría, la enfermedad progresaba de manera implacable".

"Pronto nuestra casa se transformó en una unidad para el inválido. Escaleras especiales, sistemas de alarmas para emergencias imprevistas y gastos inmensos para hacer de mi vida algo tolerable".

"A pesar del tumulto, los gatos eran pacientes".

"El amor y la fidelidad mutua de que gozáramos nos darían a mí y a Melba la fortaleza para sortear nuestros amargos sentimientos dentro de esta conmoción emocional".

"Gozamos del soporte de mi único hermano, a quien el segundo esposo de mi madre, conmigo adoptara, luego de la muerte prematura de nuestro padre en un accidente de avión, lo que sucediera cuando éramos muy jóvenes".

"Los dos años sucesivos fueron testigos de mi deterioro físico y emocional, cuando fuera incapaz de moverme, de hablar, de respirar, de tragar y de alimentarme normalmente".

"Me comunicaba con el uso del Black Berry".

"Entonces fue cuando decidiéramos que mi muerte, por eutanasia, sería el único desenlace final promisorio de alguna dignidad, por ello la optamos".

"Decidimos que moriría — rodeado de Melba, nuestros gatos y seres queridos — al terminar las celebraciones pascuales del año, hambreándome hasta el final, sin que estuviera consciente".

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Prometo permanecer junto a ti en lo bueno y en lo malo…

Antes de concluir presentamos una conmovedora historia real de amor, a pesar de que el novio sufriera la agonía anticipada del encuentro con la muerte inexorable del ELA.

Para poder apreciar la nobleza de que el espíritu humano es capaz: http://www.huffingtonpost.com/2014/09/10/als-wedding- story_n_5787742.html.

En resumen

La muerte asistida (o suicidio asistido, o eutanasia) carece de aceptación universal. Argumentos para justificarla o reprocharla quedan fuera de nuestras intenciones cuando emprendiéramos este proyecto.

La presentación del caso de Ignaz y Melba se hizo simplemente para ilustrar que cuando se vive con dignidad y entereza, lo que nunca sucumbe es la entereza que Erikson concibiera para definir esta etapa final.

Para esto, las etapas de Erikson nos proporcionaron las bases clínicas para acompañar con tristeza nuestro amigo Ignaz, asomándonos con él a los arcanos misteriosos de la muerte.

¡Adiós Ignaz! Ahora eres parte del cosmos y del futuro… Que Dios te bendiga y que acoja en ese mundo incierto que llamamos "eternidad".

Ignaz quiso ser cremado, sus cenizas dispersadas en su lago favorito y que sus amigos celebraran la vida.

Y así fue…

Fin de la lección.

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La conversación por Paul Devaux

Bibliografía

  • Larocca, FEF: Elisabeth Kübler-Ross: La mujer que exorcizó de entre los seres humanos la sombra de la muerte en monografías.com, academia.edu y researchGate.net

  • Larocca, FEF: Suicidio en la juventud: guía para los padres, el público en general, y maestros en monografías.com, academia.edu y researchGate.netLarocca, FEF: Neurociencia, epigénesis, microbios, la mente arrebatada y la ilusión del libre albedrío en monografías.com, academia.edu y researchGate.net

  • Larocca, FEF: Las Teorías de Erikson y sus aplicaciones en la terapia: La Octava Etapa en academia.edu y researchGate.net

Además, extensivos enlaces (links), bibliografía adicional y referencias de contribuciones a este tema y otros temas mencionados por este mismo autor, pueden obtenerse en los siguientes portales:

  • AcademiaEdu

  • ResearchGate y

  • Monografías.com

El monólogo de Jaques (en Como queráis)

"El mundo es un gran teatro, y los hombres y mujeres son actores.

"Todos hacen sus entradas y sus mutis y diversos papeles en su vida.

"Los actos, siete edades.

"Primero, la criatura, hipando y vomitando en brazos de su ama.

"Después, el chiquillo quejumbroso que, a desgano, con cartera y radiante cara matinal, cual caracol se arrastra hacia la escuela.

"Después, el amante, suspirando como un horno y componiendo baladas dolientes a la ceja de su amada.

"Y el soldado, con bigotes de felino y pasmosos juramentos, celoso de su honra, vehemente y peleón, buscando la burbuja de la fama hasta en la boca del cañón.

"Y el juez, que, con su oronda panza llena de capones, ojos graves y barba recortada, sabios aforismos y citas consabidas, hace su papel. La sexta edad nos trae al viejo enflaquecido en zapatillas, lentes en las napias y bolsa al costado; con calzas juveniles bien guardadas, anchísimas para tan huesudas zancas; y su gran voz varonil, que vuelve a sonar aniñada, le pita y silba al hablar.

"La escena final de tan singular y variada historia es la segunda niñez y el olvido total, sin dientes, sin ojos, sin gusto, sin nada".

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Le Chaim! (¡A la vida!)

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca