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Inmigración y literatura: entrevistas


Partes: 1, 2, 3

    1. Eduardo Tyrrell
    2. Sebastián Jorgi
    3. Stella Maris Latorre
    4. Carlos Szwarcer
    5. Germán Cáceres
    6. Daniel Rodríguez Viera
    7. Myriam Gover de Nasatsky
    8. María Adela Renard
    9. Jorge Isaac
    10. Jorgelina Corbatta
    11. Rubén Benítez
    12. Juan José Delaney
    13. Teresa Alfieri
    14. Jorge Isaac
    15. María Rosa Lojo
    16. María Esther de Miguel
    17. Lily Sosa de Newton

    En este trabajo reúno entrevistas publicadas en diarios argentinos y en Internet. En ellas se abordan temas relacionados con la inmigración que llegó a la Argentina entre 1810 y 1960 y/o se muestra la trayectoria de un descendiente de inmigrantes destacado.

    EDUARDO TYRRELL, INVESTIGADOR CORDOBÉS

    La inmigración nos trajo, entre otras personalidades, a destacados sacerdotes y frailes. Este tema es el que apasiona a Eduardo Tyrrell, un historiador cordobés, de la ciudad de Río Cuarto. El es el autor de una obra acerca del sacerdote Geniale Silvi, fundador del Cottolengo de esa ciudad, titulada Recopilación de datos y fotos, biografía de vida y virtudes del Reverendo Geniale Silvi, padre de la Divina Providencia. Y está preparando el segundo volumen. Para saber más acerca de sus libros y su archivo, lo entrevistamos.

    – Su archivo consta de fotografías, documentos y textos sobre los religiosos que inmigraron a Río Cuarto, y la importante obra que realizaron allí. ¿Cuándo comenzó a reunir ese material?

    – Empecé aproximadamente en el año 2004, para ingresarlos en el álbum genealógico familiar en la página de los Irlandeses, junto con iglesias que estuvieron relacionadas con la familia. Los documentos y fotos me fueron brindados por la Licenciada Inés Farías, a cargo del Archivo Franciscano de Río Cuarto, y aproveché con el permiso de los que están a cargo del programa www.irishgenealogies.com.ar, para ingresar fotos de este gran sacerdote que fue Fray Salvador Solá y Fray José Luis Padrós, con quienes tuve la suerte de poder compartir varios momentos y charlas, cuando fui monaguillo en esta iglesia. Fueron referentes de ejemplos en mi vida. Más tarde pude conocer su página web -la cual me asombró- y me pude poner en contacto usted, que tuvo la gentileza de tenernos presentes a los del interior.

    – Me comentó que su familia colabora en la edición de las recopilaciones. ¿Cómo lo ayudan?

    – Mi familia colabora en sus horarios libres, por ejemplo, mi señora, Marisa, cuando me hace falta algún dato del Archivo Histórico Municipal, o del diario Puntal, el único que nos queda. Anteriormente teníamos el Diario El Pueblo -en la parte de arriba vivía el histórico escritor Juan Filloy-, y también el diario La Calle. Lamentablemente ya no existen más. Mis hijos, los mas grandes, me ayudan a sacar fotocopias, a separar fotos, o les dicto algún texto en la pobre computadora ya añeja que tenemos.

    – Sé que su patrimonio es facilitado generosamente a estudiosos. De hecho, usted me ha enviado mucho material. ¿Es ésa otra forma de difundir la historia de los franciscanos?

    – Exactamente. Me llena de jubilo facilitar material, porque es una forma de colaborar con el que le gusta leer y o investigar, estudiar a estos sacerdotes que brindaron su vida en obras para el prójimo sin nunca pedir nada personal, solamente entregándose a Dios. Entonces, estamos nosotros para transmitir, cada uno en su lugar de residencia. Por ejemplo usted, María, con todos los trabajos en Internet. Ojala personas de distintas ciudades se interesen en recopilar biografías de personas destacadas y se las envíen, así usted las puede difundir; es una forma de que la historia grande de estos iluminados no quede solamente en el pueblo, ciudad y o país, sino que recorra el mundo.

    – Hablemos de la primera recopilación que se ha publicado.

    – Mi primera compilación fue sobre el Reverendo Padre Geniale Silvi, sacerdote perteneciente a Los Hijos de la Divina Providencia (Obra Don Orione ). Siempre observé su vida ejemplar; lo conocí cuando pedía colaboración en los colegios, con la sotana negra y una alcancía, Hablaba entrecruzado, mezcla de italiano y español, y nos llamaba la atención su forma de expresión y convencimiento y, a medida que transcurrieron los años, se empezó a ver la importante obra, hoy administrada por religiosas de una congregación española. El Padre Silvi fue un hombre de carácter, por eso está la gran obra hoy en Río Cuarto; no tiene ningún vinculo con la Congregación de Don Orione, pero los nuevos Padres Provinciales de dicha congregación tienen que investigar quién fue este sacerdote que luchó para la construcción y fundación de los cottolengos en Río Cuarto, Córdoba Capital, y Rosario. Hay muchas cartas que los vinculan en todos aquellos años, por eso se reclama el reconocimiento con una placa recordatoria, como manifesté el reportaje que me realizó el diario Puntal, publicado el día 30 de abril de 2007.

    – A partir de sus recuerdos y la documentación que reunió, ¿cómo fue el padre Silvi?

    – Como dije, fue un hombre de carácter, pero lo más importante fue que complementaba ese carácter con unos dotes espirituales extraordinarios. Fue un luchador sin vergüenza, volcado totalmente a Dios y a la Virgen de la Guarda. Repetía constantemente: "Confíen en la Divina Providencia".

    – ¿Qué lo llevó a preparar este libro?

    – Hacer este primer libro fue como un impulso que me brotó y una fuerza interior me llevó a realizarlo. El primer objetivo fue buscar información; así empecé a frecuentar el Cottolengo y hablar con la que fue secretaria del Padre desde el Cottolengo de Rosario, la señora Estela Tuells, residente en la institución y con una edad avanzada, fallecida en el año 2006. Ella colaboró con varias cartas y fotos no conocidas hasta el momento; me pidió que la diera a conocer una vez que ella hubiera partido de este mundo. También busqué en el Archivo Histórico Municipal, pero no tenían mucho material.

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