Descargar

Las enseñanzas de la palabra de Dios (página 2)

Enviado por Juan D. Calvo


Partes: 1, 2

El uso de parábolas aquí es muy interesante. ¿Por qué no las había usado en sus disertaciones anteriores? La respuesta parece ser su percepción del tipo de gente que le escuchaba. Las parábolas tenían el objetivo de ocultar el sentido de su mensaje a los hipócritas y curiosos, y revelarlo a los que le escuchaban de corazón. No quiso explicar las verdades relacionadas con el reino de los cielos a los de corazón indispuesto.

B. El Maestro imparte la Palabra

Jesús podía tomar lo inmediato y presente para enseñar acerca de lo espiritual y eterno. Podía hacer uso de lo familiar para hablar de lo desconocido.

Nota interpretativa: Las parábolas, historias terrenales con un significado celestial, deben considerarse con extremo cuidado. En primer lugar, hay que tomar muy en cuenta su trasfondo cultural y social. Sólo así puede el lector revivir los acontecimientos con todo provecho. En segundo lugar, hay que estar conscientes de que cada parábola tiene una verdad central en particular. Recordemos que estas cosas fueron escuchadas, y no se escribieron sino hasta varios años después. Atribuirle un significado muy profundo a los detalles secundarios puede conducir a una interpretación equivocada. Para que el lector vea con claridad la verdadera enseñanza de una parábola debe ver primero cuál es el tema central de la misma.

Jesús pasaba sus ojos por aquella multitud y la concebía como un campo en el cual un sembrador esparcía su simiente con gran dedicación. El cuadro era oportuno para que el Maestro enseñara acerca de las diferentes respuestas que dan los oyentes al mensaje de la Palabra de Dios.

C. Aplicación de la historia

En primer lugar, se refirió el Maestro a los que escuchan la Palabra de Dios, pero no permiten que ésta se profundice en su corazón, por lo que viene el diablo "y la arrebata".Jesús dijo que estos oyentes son como la semilla que cae junto al camino, la cual es devorada inmediatamente por los pájaros.

Pregunta: ¿Por qué razón algunos no dejan que la Palabra de Dios penetre en su corazón? ¿Es acaso que Dios concede a ciertas personas mayor o menor grado de receptividad?

En segundo lugar, Jesús habló de esa gente que escucha la Palabra de Dios y la disfruta efusivamente. Pero es más la emoción que la comprensión de la misma, y como no dan lugar a que el mensaje eche raíces, todo termina cuando llegan los problemas y la persecución. El Maestro explicó que éstos son como la semilla que cae en una delgada capa de tierra que yace sobre rocas y arena. Germina y empieza a brotar; pero las raíces no se profundizan, cuando la quema el sol, muere definitivamente.

Discusión doctrinal: ¿Cuál es la condición espiritual de una persona que ha recibido la Palabra de Dios en su corazón, pero a causa de las dificultades y tentaciones se ha quedado en el camino? ¿Qué se dice de los que abandonan las cosas de Dios a causa de las riquezas materiales? La Palabra de Dios indica claramente que los tales no tienen parte en el reino de los cielos. Cuando Dios llama a alguien le exige completa obediencia. Dar la vista hacia atrás es perder todo lo que se había adquirido. Quizás por eso las Escrituras advierten categóricamente que el cristiano debe tener cuidado cómo oye. Es una cosa bastante seria el haber escuchado la Palabra de Dios, porque junto con esa oportunidad nos ha sido dada una gran responsabilidad.

Enseñanza práctica

Dios nos hace responsables de actuar de acuerdo con lo que hemos aprendido. Es cosa seria leer y escuchar la Palabra de Dios. Es como si Dios mismo nos hablara en persona. Como en cualquier relación, sería descortés e incorrecto ignorar lo que se nos está diciendo. Y siendo que la Palabra de Dios es un mensaje personal para cada individuo, lo más correcto es que haya también una respuesta individual.

Mientras la Palabra de Dios está siendo leída, enseñada o predicada, los oyentes responden con una diversidad de actitudes. ¿Cuáles de las siguientes respuestas ha observado usted?

( ) Aburrimiento y desinterés

( ) Impaciencia y poca dedicación de tiempo

( ) Con una atención dividida; pensando en otras cosas mientras escucha

( ) Con poca seriedad; sin deseo de aplicar lo que se oye

( ) Con plena atención

( ) Con una actitud de humildad y obediencia.

En tercer lugar, Cristo habló del individuo que oye y recibe el mensaje de Dios, pero que debido a su entrega total a los quehaceres de este mundo y el amor a las cosas materiales no permite que la Palabra del Señor haga efecto. La parábola dice que éste se parece a la semilla que germina y crece junto a la maleza y plantas extrañas, las cuales ahogan y matan al trigo.

Costumbre antigua: La siembra se realizaba con el acto de esparcir la semilla mientras el sembrador iba caminando sobre el terreno arado. El viento a veces llevaba algunos granos que iban a caer en franjas de terreno llenas de toda clase de malezas. Había otro método de sembrar: Cargaban a un burro con un saco de semillas. Se le abría un orificio al saco para que, a medida que el animal caminaba, la semilla cayera sobre el terreno cultivable. Siendo así sería fácil explicar por qué una parte (quizá mínima) de la semilla caía sobre terrenos no apropiados para el cultivo.

Finalmente se refirió Jesús a aquellos que oyen la Palabra, permiten que germine y se desarrolle en su corazón y llegan a convertirse en cristianos maduros y muy fructíferos espiritualmente. El Señor comparó a estos oyentes con la semilla que cae en buena tierra y llega a producir buena cosecha: a ciento, a sesenta y a treinta por uno.

Pregunta: ¿Qué clase de terreno es usted para la semilla de la Palabra de Dios?

Enseñanza práctica

La verdad es que existen distintos grados de receptividad hacia la Palabra de Dios. Esto queda bien claro en la parábola del sembrador y los terrenos. Incluso, puede suceder que aun en nuestra propia vida demos distintas respuestas al mensaje de Dios, de acuerdo con nuestras circunstancias y emociones. Pero lo ideal es que a medida que vamos desarrollando en la vida cristiana aprendamos a preparar el terreno de nuestro corazón para recibir la Palabra del Señor. Ni las circunstancias ni los elementos internos de nuestra personalidad deben afectar nuestra actitud de obediencia atenta y fiel.

Este es un gran mensaje de aliento para todos los que enseñan y predican la Palabra. ¡Habrá una cosecha! Muchos de los que oyen la Palabra la recibirán y dejarán que obre en ellos. Todo maestro de la Biblia puede contar con una cosecha espiritual. Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié" (Isaías 55: 11).

Los que no entienden la Palabra de Dios Mateo 13:10-17

A. Oposición al mensaje

Después de oír la historia del sembrador, los discípulos le preguntaron al Señor: "¿Por qué les hablas por parábolas?" Les extrañaba el cambio de método en la enseñanza. Y como era típico en ellos, no podían quedarse con la duda. Jesús entonces les explicó la verdad: "A vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado." Pareciera como si Jesús tratara de oscurecer su mensaje para que los inconversos no pudieran entenderlo. Pero eso es totalmente inconsistente con su ministerio. Aquí El se estaba refiriendo más a la condición de los oyentes que a sus intenciones y propósitos. Ya sabía que muchos de los que habían venido a El entre la multitud estaban predispuestos a presentar resistencia a su Palabra. El cubrir las verdades celestiales con los elementos de las parábolas haría que los irreverentes y duros de corazón no tuvieran oportunidad de jugar con ellas.

Nota histórica: En el tiempo de Jesús, tanto los griegos como los romanos practicaban lo que se conoce como "religiones de misterio". Las ceremonias religiosas se presentaban en forma de drama. En esos actos casi siempre se representaba a dioses o diosas que supuestamente habían muerto por alguna causa, y luego habían resucitado. Se preparaba a los espectadores para que durante la ceremonia se unieran místicamente con el dios o diosa y tuvieran las mismas experiencias que éstos habían tenido. Estas celebraciones degeneraban en orgías, inmoralidad y toda clase de abusos. En cambio, las enseñanzas de Jesús eran claras y entendibles para los que las oían con un corazón sincero. Los únicos que quedaban a oscuras eran los que venían con malas intenciones y un corazón lleno de prejuicios.

B. La advertencia de Isaías

El profeta Isaías, hablando de la obra del Espíritu Santo había hecho saber que muchos de los hebreos oirían y verían, pero que siempre quedarían en oscuridad espiritual. Jesús vio en sus palabras el cumplimiento de lo anunciado por el profeta, unos 700 años antes.

El versículo 15 debe entenderse a la luz de este razonamiento. El profeta no estaba sugiriendo que Dios intencionalmente oscurecería el entendimiento de los pecadores para que no entendieran ni se convirtieran. Más bien el propósito de la Palabra de Dios es que los hombres se acerquen a Dios y sean salvos. Tanto las profecías de Isaías como las parábolas de Jesús se referían a la condición del corazón humano; no a la intención de Dios de cegar los entendimientos de los hombres.

La intención de Jesús no era confundir a sus oyentes. Todo lo que quería era evitar que las verdades profundas acerca del reino de los cielos fueran profanadas por los curiosos e hipócritas.

Aquí nos enfrentamos nuevamente al concepto de la libertad de voluntad por parte del hombre en su relación con Dios. El Espíritu Santo recalca el mensaje del evangelio y hace que la Palabra de Dios sea más aguda que toda espada de dos filos. Sin embargo, el hombre es quien tiene que decidir si acepta o rechaza el llamamiento divino.

Pregunta: ¿Por qué no impone Dios su Palabra? ¿Por qué no obliga al hombre a obedecerle, quiera éste, o no?

Enseñanza práctica

En cierta ocasión, Jesús dijo: "No echéis vuestras perlas delante de los cerdos." Hay diferencia entre dar el mensaje del evangelio a un inconverso y discutir con él las cosas espirituales más profundas. En el segundo caso nos arriesgamos a exponer las cosas sublimes al escarnio y la burla humanas. El hombre "animal", el no espiritual, no entiende las cosas de Dios. Es injusto poner a personas así ante la ocasión de responder negativamente a la Palabra de Dios.

Los inconversos podrían involucrarse en discusiones sobre lo bueno y lo malo; sobre temas como la segunda venida de Cristo; cuál denominación es mejor; o, incluso, sobre los "hipócritas" en la Iglesia. Pero en lugar de discutir con ellos acerca de estas cosas, lo que tenemos que hacer es darles instrucción sobre el plan de salvación. Las controversias que inician los inconversos no son más que una cortina de humo que sólo Sirve para evadir el punto de mayor importancia: que el hombre sepa que Jesús murió para sal vario del pecado.

Los que reciben la Palabra de Dios

Mateo 13:18-32

A. Las lecciones de la cizaña

La segunda parábola que Jesús le refirió a la multitud fue la del trigo y la cizaña. Esta trata acerca de los constantes problemas que surgen por la presencia de gente hipócrita dentro de la Iglesia.

Un hombre sembró buena semilla en sus campos. Pero mientras sus trabajadores descansaban, un enemigo vino y sembró semillas de cizaña entre el trigo. Nadie podía notar la diferencia entre las dos clases de plantas, hasta que el trigo empezó a echar grano.

La pregunta de los trabajadores era si debían arrancar la cizaña para que el trigo quedara solo. Pero el dueño de la mies les dijo que dejaran que la cizaña creciera juntamente con el trigo hasta la hora de la cosecha, y les aclaró: "No sea que tratando de arrancar la cizaña arranquen también el trigo."

Cualquiera puede ver cual es la aplicación de esta parábola para nuestros días. Durante todo este tiempo la justicia y la maldad han existido en un tipo de mezcla inexplicable. Qué triste es querer limpiar la Iglesia de toda semilla de cizaña, y no poder hacerlo. El cuidado y la conservación del trigo son vitales, aun a expensas de no tratar de erradicar la cizaña.

Costumbre antigua: La escena presentada en esta parábola era muy familiar para la gente de Palestina en el tiempo de Jesús. La abundancia de esa maleza llamada cizaña era el eterno problema de los agricultores en esa región. La gente de ese tiempo pensaba que la cizaña había aparecido en el mundo como consecuencia de la caída del hombre y la maldición de la tierra. El acto del enemigo que vino a sembrar cizaña en el campo ya cultivado con trigo también era una cosa muy común en ese tiempo, lo cual se hacía como un acto de venganza.

Discusión doctrinal: Cuando consideramos el cuadro que la Biblia da de la Iglesia nos podemos preguntar si en efecto ésta tiene que tolerar o dejar que exista el pecado en algunos de los que dicen pertenecer a ella. Es cierto que la Iglesia ha sido llamada a santidad y se le requiere buscar siempre la justicia. Sin embargo, no es de su incumbencia preocuparse por la posible existencia del pecado a tal extremo que se eche a perder el trigo.

B. Las lecciones de la semilla de mostaza

En su tercera parábola de Mateo 13, el Señor hizo una comparación entre el reino de los cielos y la semilla de mostaza. Con esto se ilustra el comienzo tan pequeño que tuvo la Iglesia y el florecimiento universal que ha de alcanzar.

Nota histórica: Los judíos acostumbraban referirse al grano de mostaza con un sentido proverbial. Cuando querían describir la pequeñez de una cosa hacían una comparación entre la misma y esta diminuta semilla. Pero realmente el grano de mostaza no es la más pequeña de las semillas. La semilla del ciprés, por ejemplo es más pequeña que la cizaña. Jesús la menciona aquí en sentido figurado. De esta insignificante semilla se Ilega a desarrollar una mata de gran tamaño en relación con las demás plantas de la hortaliza. También es muy significativo el hecho de que en sus ramas anidan pájaros y se alimentan de sus semillas.

Practicar la verdad

Escuchar la Palabra de Dios es una cosa muy seria. Lo que se ha estudiado esta semana requiere de todo oyente que responda de alguna manera. Esta misma lección es como la siembra de la semilla divina en nuestro corazón. Es cierto que los pocos minutos que dedicamos cada domingo para el estudio de la Palabra de Dios son como una Rota de agua en un océano; sin embargo, la parábola de la semilla de mostaza muestra cómo las cosas más pequeñas pueden llegar a ser muy grandes en el Señor.

La decisión tiene que tomarla cada persona. ¿Qué parte de su vida quiere usted dedicarle al Señor y al cultivo de su Palabra? ¿Le quiere tener como algo superficial solamente? ¿O está dejando que las preocupaciones de la vida lo hagan olvidarse de lo que Dios requiere? O, por el contrario, ¿desea que la Palabra del Señor penetre a lo más profundo de su vida para que germine y desarrolle hasta llegar a producir una gran cosecha?

 

 

 

 

 

Autor:

Juan Domingo Calvo

Profesor: Dr. Zone

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente