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Retos para planear el territorio desde el modelo mental situacional en la Orinoquia colombiana


    Monografias.com

    Inspirado en el libro "Colombia compleja" de Julio Carrizosa Umaña, me ubico en el concepto de modelo mental (van Dijk 1999) como una "interface entre representaciones socialmente compartidas y prácticas personales", y desde el enfoque situacional, propongo una ruta metodológica para la construcción de un modelo mental que permita de manera alternativa planear el territorio en la Orinoquía colombiana en la tarea para diseñar espacios para la felicidad.

    En este sentido, la condición situacional de la planeación del territorio debe considerar la riqueza natural diversa en la trilogía de lo biótico, geomorfológico y antrópico. Tres escenarios situacionales que interactúan entre sí provocando múltiples y complejas relaciones que dibujan el territorio.

    Así, desde la complejidad de la construcción de modelos mentales, y teniendo como escenario la trilogía anteriormente mencionada, se pretende esbozar una propuesta para planear el territorio en la Orinoquía colombiana.

    Para lograr este objetivo se aborda tres componentes antropológicos involucrados en la construcción de un modelo mental, así: capacidad para entender, capacidad para decidir y capacidad para actuar. Tres competencias humanas nutren este modelo mental como camino metodológico para planear el territorio configurando principios, valores y actitudes comprometidos con la construcción de espacios para la felicidad.

    Julio Carrizosa menciona que "Durante la vida de cada uno de nosotros recibimos infinidad de mensajes que no provienen de sistemas educativos formales sino de multitud de agentes cuyo objetivo es influir en nuestro comportamiento" (Op Cit, pág. 216.). Desde esta consideración, el territorio visto como dinámica biótica, geomorfológica y antrópica, ofrece una múltiple expresión de agentes que influyen en la construcción de modelos mentales que finalmente inspiran los comportamientos humanos. Así, esta propuesta entresaca una serie de consideraciones para planear el territorio.

    El punto de partida de un modelo mental alternativo para planear el territorio en la Orinoquia colombiana empieza en la CAPACIDAD PARA ENTENDER la triple relación que se constata como riqueza diversa. Así, entender la diversidad biótica y su dinámica construyendo escenarios de equilibrio en sus procesos internos, con un profundo respeto por la vida que acontece en sus múltiples formas y que se valora como entidad en estrecha relación de armonía. Este principio podrá inspirar todos los comportamientos posibles para sustentarla, conservarla y respetarla. Comportamientos soportados en el derecho y más allá de éste, en una actitud interna de convicción ética de compromiso individual.

    Desde este principio podríamos evaluar los comportamientos humanos de una sociedad depredadora de la riqueza biótica, cuyo único interés es el económico con sus perversas consecuencias de devastación, aniquilamiento y destrucción de la vida. ¿Cómo transformar este modelo mental que ha inspirado el acercamiento a la gran riqueza biótica de la Orinoquía colombiana desde prácticas de explotación depravada de los recursos naturales como sustento de la vida misma?. La propuesta de un nuevo modelo mental para planear el territorio hacia escenarios de felicidad, necesariamente debe pasar por la construcción de una nueva manera de entender la vida donde el respeto sea el único motivo de aproximación a ella.

    Desde este mismo primer enfoque es preciso aproximarse a la geomorfología para entender sus dinámicas y construcciones, su potencialidad y fragilidad, su riqueza y su capacidad para sostener y nutrir, proveer y recibir la vida misma que acontece sobre, en y dentro de la tierra y sus formas. El modelo planteado deberá tener profundo respeto a esta dinámica intrínseca que soporta el flujo de la vida. Cuando se desmantela la vida de la superficie de los suelos se compromete los procesos internos que la regulan provocando desastres y modificando el paisaje para convertirla en peligro y riesgo que atenta contra ella.

    Planear el territorio en la Orinoquía colombiana desde este modelo de profundo respeto por la geomorfología es entender la riqueza hídrica, la composición morfológica, la edafología, la identidad y fragilidad de sus morichales, lagunas, humedales, bosques de altillanura y llanuras inundables. Se trata de entender la riqueza geomorfológica desde un profundo respeto. Tendríamos que preguntarnos si el derecho es suficiente para inspirar un adecuado proceso de transformación del comportamiento inspirado en una economía que destruye los recursos naturales como única fuente para producir "riqueza".

    Así mismo, este modelo mental debe aproximarse a entender lo antrópico en las dinámicas mismas del territorio y para el territorio. El ser humano en la Orinoquía construyendo historia desde su identidad particular y situacional, con su multiplicidad de sentidos y constructos culturales, con sus liderazgos y procesos históricos que configuran múltiples visiones del mundo y de sí mismo. Entender el ser humano solo es posible desde una estrecha relación con su territorio, el que es construido por él y al mismo tiempo configura como agente su forma de pensar y proceder. Para realmente entender al ser humano es necesario considerarlo por encima de las cifras y parámetros de caracterización dados por estándares de enfoques generalizadores y abstractos. Es preciso entender al ser humano en su territorio construyendo historia, diseñándose y diseñando procesos de interacción respetuosa entre sí: en el modo de pensar, tolerante con la diversidad de procedencias, de proyectos de vida y acontecer histórico, para defender el territorio de intereses egoístas y devastadores, de destrucción y uso indiscriminado de los recursos naturales, casi siempre provenientes de afuera, sin pertenencia y raigambre. Construir territorio desde un modelo mental al servicio de la felicidad es el gran reto de una planeación que enfoca desarrollo y bienestar con respeto.

    El modelo mental, desde la plataforma del entendimiento respetuoso, despliega la capacidad para tomar decisiones y la capacidad para actuar. La capacidad para tomar decisiones desde la plataforma de un entendimiento respetuoso de la triple diversidad llamada Orinoquia, necesariamente se circunscribe a la dinámica interiorizada en la conciencia humana que brota de esta aproximación respetuosa. Dicha libertad no se agota ni reduce al ejercicio del derecho, por cuanto su elemento inspirador no es lo coercitivo, permitido, prohibido o establecido desde unos focos de interés legal que casi siempre son los intereses de grandes grupos económicos relacionados con la explotación de los recursos naturales o los deseos desaforados por apropiarse de los territorios para extraer de ellos su riqueza natural, biológica y humana, dejando profundas huellas de destrucción, desorden social y empobrecimiento. No es aventurado afirmar que donde existe riqueza natural y explotación de recursos que producen grandes ingresos económicos se concentra la violencia y todas las expresiones posibles de deshumanización.

    El ejercicio de la libertad en este modelo necesariamente debe considerar a todos los individuos del territorio. En este sentido, la planeación debe construirse como un ejercicio efectivo de participación con capacidad de decisión donde las personas que viven en el territorio sean quienes, desde la comprensión respetuosa de la trilogía diversa, construyan acuerdos y establezcan las reglas de dicha participación.

    La dinámica de la participación en el territorio colombiano responde a procesos políticos y jurídicos que se inspiran en teorías y desarrollos conceptuales foráneos y por eso no responden a la realidad que pretende ser planeada y ordenada. Casi siempre en estos casos existe una resistencia natural que bloquea su adecuada implementación por lo que se debe acudir a adecuaciones y acomodamientos muchas veces improvisados o descontextualizados e impertinentes.

    El ejercicio de la libertad del ser humano como competencia para la toma de decisiones permite elegir por vía de construcción responsable las prioridades para planear el territorio. Se trata de un ejercicio que no puede ser delegado a terceros. En este sentido es necesario propiciar un modelo mental capaz de tomar decisiones y comprometerse con la dinámica interna de construcción de escenarios de felicidad. Es preciso romper dogmatismos, así como estrategias de simplicidad o desdén, trampa, violencia o indisciplina, como menciona nuestro autor en su libro Colombia compleja.

    Es importante dar una mirada a los procesos formativos de los individuos en el territorio y su capacidad de estar al servicio de un modelo mental de construcción de espacios de felicidad. Muchas veces la educación se realiza de espaldas a la trilogía diversa del territorio. Es ella la que debe inspirar los modelos y metodología, didácticas y pedagogías para gestar esquemas mentales, puntos de vista, principios y valores, criterios y creencias que inspiren los mejores comportamientos que construyan espacios de felicidad. Este es un gran reto para la Orinoquia colombiana megadiversa.

    Y como última competencia de este modelo mental debemos considerar la capacidad de actuar, es decir, el ejercicio de la voluntad. Se trata de la acción que se inspira en una forma de entender y decidir. Es una acción responsable por su respaldo en los procesos anteriores. Es una acción que dinamiza la capacidad de entender y decidir y por lo tanto es una acción que permite la incorporación responsable de procesos cognitivos y de opciones que se traducen en comportamientos, los mismos que al ser ejecutados de forma permanente y habitual construye convicciones y estilos de vida sólidos capaces de inscribir identidad en la conciencia personal y social.

    Por medio de la acción responsable y respetuosa en este modelo mental se incorpora en la conciencia los procesos realizados previamente solidificándose auténticos principios inspiradores que podrán dinamizar nuevas expresiones de comportamiento y defensa ante situaciones complejas que intenten comprometer o destruir el equilibrio del territorio y sus dinámicas. Así se construye auténticos procesos de sentido de pertenencia, auténticos procesos de defensa de lo local, de lo ambiental y biótico, de los recursos naturales y la riqueza del territorio, de la identidad humana que crece en el entramado de la misma historia que se gesta en el encuentro de múltiples fuerzas que compiten entre sí por alcanzar su dominio.

    En lo imprevisible de las reacciones humanas siempre es posible visualizar una respuesta comportamental cuando se compromete la vida, la existencia, su supervivencia, su vivir bien, su felicidad.

    Dejo en el corazón de los lectores este ejercicio respetuoso para construir propuestas alternativas en la tarea de planear el territorio, y que gracias a la inspiración de Julio Carrizosa Umaña, nos hace pensar los retos de esta Colombia compleja desde la Orinoquía colombiana.

    Especialización en Gestión y evaluación ambiental.

    2016.

     

     

     

    Autor:

    Jesús Arturo Figueroa Quiroga.