Elliot, destaca en el contexto de la investigación acción a partir de finales de la década de 1970, su trabajo se inserta en la vertiente educativa formal: específicamente en lo relativo al desarrollo del currículum. Ocupa una posición importante en la tendencia denominada Investigación Acción Práctico Deliberativa (Mc Kernan, 1999).
El trabajo de Elliott, produce aportes valiosos dentro de la tendencia Práctico Deliberativa que constituye una alternativa de cambio frente a la anterior visión técnico-científica del currículo, fundamentada en el enfoque propuesto por Kurt Lewin, Taba-Noel y otros seguidores, quienes se basan en el modelo de Resolución de Problemas de Jhonn Dewey, el cual forma parte de la metodología del paradigma positivista y en consecuencia tiene sus raíces en el Empirismo Racional, el cual se incorpora al quehacer científico mediante la aplicación del método conocido genéricamente con el nombre de Hipotético deductivo (ciencia Instrumental).
El autor comentado realiza un esfuerzo importante en el ámbito de la transformación curricular, en tal sentido desarrolla su propuesta con base a un cambio de orden paradigmático al adoptar el enfoque cualitativo como concepción y medio interpretativo para la investigación en el área de la práctica educativa en las instituciones.
El trabajo que realiza incluye tanto la práctica del docente en función dentro de la escuela, como su proceso de formación profesional en instituciones de educación superior. Es uno de los propulsores de la implantación de la Etnosociología dentro del contexto de la Investigación Educativa.
Cabe destacar que existen también marcadas diferencias conceptuales y de alcances entre Elliot y Kemis, Carr y otros seguidores de la corriente de Investigación Acción Crítica o participante que han desarrollado sus esfuerzos en América Latina, entre los cuales destacan Freire y Fals Borda. Dichos investigadores asumen la visión de Investigación Acción Crítico Emancipadora, fundamentada en la Teoría Crítica propuesta por la Escuela de Frankfurt. Por otra parte a diferencia de Elliot se orientan hacia la educación popular, no formal, en comunidades de escasos recursos a quienes definen, dentro de una óptica humanista, con el término: "excluidos".
Entre las producciones de Elliott, revisten especial relevancia las siguientes: La investigación acción (1982), La investigación acción en educación (1987) y El cambio educativo desde la investigación acción (2000).
Posición Teórica
Elliot adopta el paradigma cualitativo, es decir, sus aportes difieren sustancialmente de los constructos establecidos dentro de la concepción mecanicista y fragmentaria de la ciencia pedagógica. Esta aseveración toma importancia cuando se analiza su postura crítica ante la capacidad del método científico en cuanto a la comprensión e interpretación de las interrelaciones humanas que juegan un papel decisivo en la resolución de los problemas que tienen lugar en el ámbito de la realidad concreta de la escuela.
Rechaza la pretendida objetividad de la ciencia positivista y en su lugar plantea un marco de interpretación etnosociológico que, partiendo de la intersubjetividad, ofrece la posibilidad de contribuir a lograr una interpretación y explicación más profunda de los problemas propios de la práctica educativa.
Esta posición se apoya, a nuestro modo de ver, en la corriente filosófico-sociológica hermenéutica que trata de explicar las formas de comprensión de las personas con relación al conocimiento moral, el cual guía la elección y el juicio en situaciones prácticas concretas.
Elliott rechaza el criterio de la neutralidad de la ciencia, cuando aboga por la incorporación de los valores dentro del seno de la investigación educativa. Expresa que éstos constituyen cualidades intrínsecas de la práctica educativa, los considera elementos fundamentales que determinan el papel mediador de la enseñanza.
Asume la posición empirista en lo que respecta al origen del conocimiento, este pensamiento es evidente cuando destaca el papel subordinado que confiere a la abstracción teórica en referencia al desarrollo de la sabiduría práctica basada en experiencias reflexivas de casos concretos. Afirma que el análisis teórico sólo es un aspecto de la experiencia reflexiva que se subordina al juicio práctico puesto que éste asegura la indisociación del sujeto a la realidad concreta en que actúa. El juicio práctico asegura la indisociación del enseñante ante la realidad que le corresponde enfrentar.
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