Introducción
Siempre me llamó la atención por qué mi escuela se llama Fabricio Ojeda y si siempre se llamó así.
Investigando entre las maestras, vecinos y algunas bibliografías, supe que antes se llamaba Dolores Borrero y sólo después de los años 1960 es que adquiere el nombre actual.
La casa de 72 y 13 del municipio de playa, donde hoy está mi escuela, antes del triunfo de la Revolución era una casa de monjas: el Colegio El Verbo Encarnado, dirigido por religiosas mexicanas, incluso este colegio incluía la casa de 70 y 13, donde hoy está la oficina de la Unión de Jóvenes Comunistas del municipio de Playa.
Todos en mi escuela saben que Fabricio Ojeda fue un mártir venezolano. Sin embargo yo creo que deben haber muchas más cosas sobre su vida y su relación con Cuba para que nuestra escuela lleve su nombre. Por eso me propuse investigar sobre la vida y obra de Fabricio Ojeda y sus vínculos con Cuba.
Desarrollo
Fabricio Ramón Ojeda Barazarte nació en Boconó, Estado de Trujillo, en Venezuela el día 6 de febrero de 1929. Fue maestro, periodista y diputado pero sobre todo un destacado guerrillero comunista.
No es mucho lo que se conoce de la vida de Fabricio, comparado con la popularidad de que gozó en la opinión pública desde el año de 1958. La madrugada del 23 de enero este hombre hizo un llamado a la calma del pueblo tras la caída de una de las dictaduras más opresoras en la historia del país, y así reveló su identidad como presidente de la Junta Patriótica, que era un movimiento integrador nacional que agrupó los partidos políticos que consolidaron la unión de la fuerza popular y la militar para lograr la caída del general Marcos Pérez Jiménez, quien salió del país hacia la República Dominicana el 23 de enero de 1958.
Ese mismo año se realizaron elecciones, siendo electo presidente de Venezuela Rómulo Betancourt y Fabricio Ojeda, diputado al Congreso Nacional por el Partido Unión Republicana Democrática.
Desde su investidura denunció que el 23 de enero sólo se habían cambiado unos nombres por otros al frente de los destinos públicos.
"El 23 de enero hubo sólo esto: un cambio de nombres. La oligarquía explotadora, los servidores del imperialismo buscaron acomodo inmediato en el nuevo gobierno. El poder político había quedado en manos de los mismos intereses y los instrumentos de ese poder seguían bajo la responsabilidad de las mismas clases", expresó Fabricio en su discurso de renuncia como diputado, el 30 de junio de 1962.
El compañero Fidel Castro, reflexiona acerca de aquellos momentos: "Fabricio Ojeda, sincero e inolvidable amigo de la Revolución Cubana, a quien tuve el privilegio de conocer e intercambiar con él ampliamente, después me explicó mucho sobre el proceso político de su Patria y la Venezuela con la cual soñaba. Fue una de las numerosas personas que aquel régimen, totalmente al servicio del imperialismo, asesinó".[1]
Luego de su renuncia, se une al movimiento revolucionario y se va a las montañas de Lara a encabezar el Frente Guerrillero José Antonio Páez, que había surgido inspirado en el ejemplo de la triunfante Revolución Cubana."Ahora a mí me queda, como decía un insigne pensador latinoamericano: cambiar la comodidad por el miasma fétido del campamento, y los goces suavísimos de la familia por los azares de la guerra, y el calor del hogar por el frío del bosque y el cieno del pantano, y la vida muelle y segura por la vida nómada y perseguida y hambrienta y llagada y enferma y desnuda"[2], para Fabricio, Venezuela recitaba un cambio para recuperar las riquezas que estaban en manos del imperio y dárselas al pueblo para su bienestar y progreso.
Fabricio fue maestro y como tal pensaba que todos los niños pobres de Venezuela debían tener derecho a la escuela, amparo y protección y por eso era necesaria una revolución. Para ello, funda junto a otros venezolanos valientes, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), el 1º de enero de 1963 y en abril de 1966, el Partido Comunista Venezolano (PRV).
La creación de este partido marxista – leninista, provocó agudas discusiones entre el Partido Comunista y los llamados "disidentes", por lo que comenzaron a decir que Fabricio y Douglas Bravo eran traidores por lo que ofrecen Bs. 2 500 por su captura.
Esta mentira provocó que el 20 de junio de 1966 lo detuvieran junto a su compañera Anayanci Jiménez en la casa de Mario Matute Bravo. Al día siguiente, aparentemente se ahorca con una sábana en la celda.
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