Las estimaciones de la información de oferta agropecuaria de la Encuesta Nacional Agropecuaria está fundamentada en los datos obtenidos de las mediciones directas en terreno y las entrevistas realizadas a los productores rurales, combinada con la información de algunos gremios productivos y de la agroindustria. La información se obtiene mediante entrevista directa a los productores agropecuarios que realizan profesionales de este sector, capacitados para la aplicación de la ENA mediante el uso de mapas y fotografías aéreas, en los cuales se delimitan las áreas a encuestar. Los recolectores registran la información a todas las unidades productoras que se encuentran dentro de los límites de estas áreas.
El control general, la supervisión y la interventoría de todo el proceso de recolección, grabación, procesamiento y entrega de resultados, lo realizó directamente la CCI con el acompañamiento del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
La superficie total del territorio colombiano es de 114.174.800 hectáreas. El área objeto de estudio de la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) es de 51.076.144 hectáreas que constituyen el 45% del total del territorio nacional. La superficie restante, que corresponde a 63.102.541 hectáreas y que representa el 55% del área total, se excluye de este estudio toda vez que son territorios formados por áreas cubiertas por cuerpos de agua, eriales, zonas urbanas y bosques. La ausencia de actividad agropecuaria y los diferentes problemas de orden público existentes en algunas zonas del país son las principales razones para ésta exclusión (Encuesta Nacional Agropecuaria, 2007 CCI, Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural).
En Colombia en el año 2007, el 76% del área se destina a la actividad pecuaria, mientras que el 7% del área se destina a la producción agrícola, mientras en el Meta es supremamente mayor llegando al 87% (Gráfico1). Se mantiene la gran diferencia entre sistemas productivos pecuarios y agrícolas atribuidos a tendencias históricas orientadas al aumento de áreas en pastos para la ganadería, en detrimento de las áreas para el desarrollo de actividades agrícolas.
Se observa que en el país el área destinada a la actividad pecuaria y agrícola representa el 83% del área estudiada, lo que permite establecer que es un estudio dirigido y focalizado hacia la actividad agropecuaria del país. El 17% restante del área, son territorios que corresponden a bosques naturales o áreas en otros usos como infraestructura y vivienda. Para el país los resultados obtenidos a nivel departamental permiten afirmar que la producción agrícola se concentra en los valles interandinos del país, mientras que la actividad pecuaria se distribuye por todo el territorio nacional.
Uso agrícola
La superficie en uso del suelo para el 2007 en el Meta muestra 275.189 hectáreas en explotación agrícola ,4.636.403 hectáreas en la parte pecuaria ,393.888 en bosques y 49.411 en otros usos para un total de 5.354.891 hectáreas de superficie.
Gráfico 1. Distribución de la superficie en uso del suelo en el Meta
Fuente: Elaborado con cifras de CCI – MADR – Encuesta Nacional Agropecuaria 2007
En Colombia solo el 7% del suelo está dedicado a la explotación agrícola, situación similar se presenta en el Meta donde solo el 5% (275.189 hectáreas) están dedicados a la producción agrícola; en área pecuaria el país usa el 76% de su suelo y en el Meta el 87%, mientras que el área para los bosques en el Meta es solo del 7% y en Colombia del 15%(7.572.758 hectáreas) (Encuesta Nacional Agropecuaria, 2007).
En Colombia ha prevalecido por décadas un modelo anticampesino y antiagrario. Las políticas estatales para el sector rural, a juicio del campesinado, en vez de mejorar la situación, han contribuido determinantemente a arruinar la vida campesina. Para colmo de males, la política de apertura impuesta a partir de la globalización de la economía, ha agravado la situación que atraviesa el sector agrario y en general ha acelerado la crisis del mundo rural colombiano.
Es así como la situación de producción y productividad agraria ha sufrido un severo retraso en los últimos 20 años, no solo con relación a la demanda de alimentos y materias primas para la industria, sino además con respecto a las potencialidades de la tierra y recursos humanos con que contamos.
No es aventurado afirmar que en materia de desarrollo rural Colombia perdió el siglo XX. En el país aún existen relaciones de poder y estructuras de carácter feudal, que por principio se oponen sistemáticamente, a que se resuelva la cuestión agraria. Esta situación de estancamiento tiene serias implicaciones en la realidad económica, social y política de Colombia. Sin duda, el conflicto social y armado que vivimos, tiene profundas raíces en el tratamiento injusto por parte del Estado y sus elites dominantes, a la situación general de la Colombia rural en los últimos cien años.
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