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Los creacionistas también se equivocan

Enviado por Leroy E. Beskow


  1. Cómo se originó el Universo
  2. Cómo y cuándo se formó la Tierra
  3. Conclusión

Cómo se originó el Universo

Uno de los graves problemas que los científicos ateos han tenido hasta ahora, es presentar un frente unido y racional acerca del origen del universo. Pero de las 12 propuestas que se presentaron, además de la teoría Standard, ninguna pudo explicarlo satisfactoriamente. Por eso con E. Hawking, su vocero más popular, reconocen que la respuesta puede estar en el futuro. Algunos ya creen que la teoría inflacionaria del Big bang puede llegar a su fin. Pero esto no prueba que nosotros, los creacionistas, seamos los dueños de la verdad. Y lo confirmaremos con este breve estudio.

Es verdad que podemos dar una explicación más razonable del origen universal, con una Inteligencia eterna que creó las leyes físicas y la materia donde existía nada más que la nada absoluta. Todos entendemos que, según el principio de Lucrecio, "de la nada nada sale". Pero John Stuart Mill argumentó que si el universo necesita un principio, también lo necesita Dios. ¿Cuál es nuestra respuesta? Si pretendemos basarnos en la Biblia, ellos se basarán en sus teorías del origen del cosmos.

La mayoría de las hipótesis ateas de cosmogénesis, parte por azar de un vacío absoluto, formando los elementos subatómicos que se juntaron con una fuerza de atracción hoy inexistente, y que fue capaz de comprimirse en un solo punto, elevando entonces la temperatura hasta el punto de explotar en Big bang. Pero algo así nunca se ha visto, ni siquiera ya existiendo la materia que conocemos, porque sabemos que la nada absoluta no puede producir calor sin una fuente necesaria de energía.

Así la teoría Standard viola las leyes naturales, incluyendo a la Primera y Segunda leyes de termodinámica. Y Stephen W. Hawking reconoció que la teoría del Big bang no puede ser científicamente demostrable.[1] De esta manera rechazan al Dios que no ven, con el propósito de examinarlo en un laboratorio, para poner en su lugar a esa acción explosiva anticientífica que jamás se la vio; pero piden que se la crea, porque aseguran que entonces la materia se comportaba de acuerdo a lo que ellos suponen, y no como hoy se experimenta. Así el Big bang se mantiene más con la fe que con la ciencia.

En cambio, nosotros decimos que Dios es eterno (Gén. 21:33; Sal. 10;16; Isa. 9:6; Jer. 10:10; etc.). Pero, ¿un Dios de tres personas iguales? También esto es difícil de creer. La Iglesia Católica sostiene que los tres son eternos. Pero también dice que el Padre existió primero. Ante esta inseguridad, Cristo, el Dios salvador, aclaró: "Antes de mí ni fue formado Dios,[2] ni lo será después de mí" (Isaías 43:10,11).

En resumen, el origen de todo es humanamente insondable, y sólo se lo puede admitir humildemente por la fe. O creemos que todo salió de la nada absoluta como por arte de magia, lo que científicamente es absurdo, o que nada ni nadie hizo la Trinidad, porque es eterna como lo exige la ley de la conservación de la energía universal.

Cómo y cuándo se formó la Tierra

Robert Gentry y su hijo David Gentry, presentaron en un video acerca de la expansión del universo,[3] lo que para ellos es "el mayor error de todos los tiempos". Destacadas autoridades de la teoría del Big bang: C.W. Misner, Kip Thorner y J. A. Wheeler, reconocieron que la teoría Standard de la expansión no se cumple, pero podría cumplirse a distancias mayores. Junto con Edwin Hubble, decían que el corrimiento al rojo del espectro Doppler indica que el universo se expande con todos los elementos, desde el átomo hasta las súper-galaxias. Pero, en este caso, ninguna galaxia se hubiera podido mantener formada, sino que la expansión la llevaría a la desintegración. Además lo sabemos, porque el metro no se expande, la distancia tierra-luna y tierra-sol no se expande, el átomo no se expande.[4] Es evidente que el espectro Doppler no señala alejamientos entre galaxias, sino sólo distancias. Lo demás son suposiciones que necesitan ser comprobadas.

Basado en este error, Hubble fijo la edad del universo en 15.000 millones de años. Posteriormente se ajustó la fecha y quedó definitivamente en 13.700 millones. Pero Se ha calculado que la densidad de materia es de 1 átomo por 10 centímetros cúbicos, o sea, 100 veces menos que lo exigido por la teoría. Brent Tully detectó súper-cúmulos de galaxias que tenían un ancho de 300 millones de años luz. Es decir el doble de lo establecido por el Big bang como permisible. Para que se formaran esas estructuras gigantescas, se hubiera requerido de 80.000 a 100.000 millones de años, lo que es 5 a 6 veces los 13.700 millones que fijaron.[5] Y en1989, M. Geller y J. Huchra se encontraron con otro súper-cúmulo de 200 millones de años-luz de anchura y 700 millones de años-luz de longitud.[6] Además, Robert Gentry explicó que el total de la no conservación de la energía de todas las partículas de luz en el universo, causado por este proceso imaginario, equivaldría a 30 millones de veces la masa del universo.[7]

Se trató de salvar al Big bang creando la teoría de la Materia Oscura Fría. Ésta podía explicar el problema del exceso de masa en la materia visible. Pero, por los conflictos que trajo, George Djorgovski y otros ya hablan del próximo abandono de esta hipótesis. Es evidente que el universo es más complejo y mucho más grande de lo que imaginaban.

En cambio, muchos creacionistas fundamentalistas fijan la edad del cosmos según lo señaló el arzobispo irlandés James Ussher. Después de un análisis cronológico del Antiguo Testamento, llegó a la conclusión de que el mundo fue creado a las 9:00 a.m. del domingo 23 de octubre del año 4004 antes de Cristo. Pues bien, este religioso nunca pudo probar lo que dijo. Simplemente mostró sus grandes dotes de imaginación, como los tienen los teóricos ateos del origen del cosmos.

Mediante los informes hebreos no podemos asegurar que la semana de la creación ocurrió hace exactamente 6.000 años, pues, por causa de que no todos los descendientes eran de la misma nacionalidad, no hay completa concordancia en las listas genealógicas (Gén. 11:12; 1 Crón. 1:24; 6:3-30; Esd. 7:1-5; Mat. 1:1-16; Luc. 3:35, 36). Tampoco podemos basarnos en los textos antiguos como la versión Masorética, que señala para la creación el año 4.179 a.C.; en la Samaritana, que señala el año 4.420 a.C., ni en la Septuaginta, que nos lleva para el comienzo de este tercer milenio al 5.761.

Si queremos basarnos en los escritos de Elena G. de White, tampoco podremos encontrar una fecha segura, pues ella habla de "cuatro mil años" hasta la primera venida de Cristo,[8] y "seis mil años" para la segunda venida,[9] como números redondos.[10]

Aunque R. Gentry probó, por medio de los halos de polonio en las rocas graníticas, que el fundamento de la Tierra fue hecho en muy poco tiempo,[11] Moisés revela que ese momento de la creación de los elementos terrestres, ocurrió antes de lo que el Señor hizo sobre su superficie. Por eso no es verdad que, según la Biblia, el universo fue creado hace unos 6.000 años. Cuando en Génesis 1, versos 1 y 2 leemos: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y la tinieblas [chosek] estaban sobre la faz del abismo", se refiere a la creación que Moisés no pudo ver, porque la tierra estaba envuelta por una "faja de oscuridad" (arafel Job 38:9); y porque lo que oyó del Creador ocurrió antes: "en el principio". Es decir, mucho antes que en la semana de la creación creara todo lo que se ve sobre las rocas basálticas, y obrara con las nubes para que se pudieran ver el sol, la luna y las estrellas. La palabra hebrea que usa para el cuarto día de la creación, no es el hebreo bará, para decir que entonces Dios creó el sol y los demás astros, sino asáh, que significa obrar con elementos ya existentes.

Esto lo confirma el Creador en el cuarto mandamiento, cuando dice: "Porque en seis días hizo [asáh] Jehová los cielos y la tierra" (Éxo. 20:11). Lo que hizo con elementos ya existentes en "los cielos", durante la semana de la creación, fue primero elevar las nubes que se mezclaban con las aguas; y al cuarto día despejar las que todavía impedían que se vieran la luna y las estrellas en la madrugada, y luego el sol. Desde entonces llegaron a ser "señales" (Gén. 1:14). Es decir, se entendió por qué había día y noche los tres primeros días, sin poder ver esas fuentes de luz.[12]

En Isaías 48:13, nos aclara qué creó Dios en ese "principio", y que Moisés no vio: "Mi mano fundó la tierra [vacía], y mi diestra extendió los cielos [es decir el sol y los demás astros]. Al llamarlos comparecieron juntamente" (lo subrayado es mío).[13] También debemos tener en cuenta que generalmente, cuando en la Biblia se habla de la "tierra", se refiere a su fundamento yacad, no a lo que Dios creó sobre su superficie en la semana de la creación. Es decir que, como dijo el Creador por medio de Salomón, se habla del "principio del polvo del mundo. Cuando formaba los cielos…" (Prov. 8:26,27).

Como leemos en el Antiguo Testamento (Prov. 8:29; Isa. 51:16; Jer. 31:17), Pablo también asegura que primero Dios creó "los cimientos de la tierra, y los cielos" (Heb.1:10). Y como el profeta Isaías también dice que Dios vendrá a hacer juicio "desde lo más lejos de los cielos" (Isa. 13:5) —y por eso los radiotelescopios todavía no encontraron el centro universal—, esta revelación nos hace entender que el universo es mucho más antiguo que los miles de millones que hoy suponen. Y esto también explica por qué se están encontrando gigantescos súper-cúmulos, que traen tantos problemas a los teóricos del Big bang.

Desde que entró el pecado, el hombre tiende a ser egoísta y cree que es el centro de todo. Por eso a muchos creacionistas les cuesta creer que la Deidad haya creado otros mundo habitados antes de la semana creativa, (Job 38:4,7) —como si durante miles y miles de millones de milenios, Dios tuviera que haber permanecido en la inacción y la ociosidad—. O suponen que el Creador puede dejar de respetarse a sí mismo contrariando sus propias leyes, para poder agregar a la ajustadísima maquinaria universal —que habría creado antes— todo un sistema solar, y luego esforzarse en resolver el caos que lógicamente provocaría. Esto es como si un diseñador de mesas hiciera una de dos patas, y luego la expusiera al público esperando un aplauso, mientras la sostiene con una mano para que no se caiga.

Basándose en la hipótesis de que la luz de las estrellas debe ser considerada desde su origen y no desde la observación terrestre —según la teoría de que la constante del tiempo se detiene para el que viaja a la velocidad de la luz—, P. Moon , D. Spencer y otros, calcularon que el tiempo requerido para la luz de las estrellas más lejanas de la tierra, podría ser de "sólo quince años".[14]

Pero esta hipótesis creacionista tampoco tiene apoyo de la Palabra de Dios, pues Moisés no estaba viajando a la velocidad de la luz, cuando vio la visión; ni estaba mirando desde el punto de origen de los astros, sino que la vio desde la superficie terrestre y bajo las nubes. Por eso en los tres primeros días no vio el sol. Si hubiera ocurrido como ellos aseguran, al regresar Moisés en la visión a la tierra, para ver la creación en los últimos días de esa semana, se habría encontrado con un mundo arruinado por el pecado, mucho después de la semana de la creación. Además, para la teoría de la relatividad del tiempo a velocidades cercanas a la velocidad de la luz, el astrofísico Benjamín Clausen afirma que "requiere un mayor estudio".[15] En 1958 el premio Nobel Cerenkov hizo superar su velocidad a más de 300.000 km/s. Mediante una fuente de láser Robert Boyd, de la Universidad de Rochester, Nueva York, logró reducir su velocidad a solo 327 km horarios, y finalmente hacerla retroceder para tomar la dirección contraria. Por eso L. J. Wanz, A. Kuzmich y A. Dogariu probaron que se puede acelerar o frenar la velocidad de la luz. Incluso, Roy Walsworth y M. Lukín la hicieron detener.[16]

Muchos científicos ateos también padecen de egocentrismo. Y los que son más abiertos lo reconocen públicamente. Por eso, después que en 1927 Georges Lemaître presentara una teoría de expansión universal a partir de un centro, Edwin Hubble la aceptó 4 años después, con la condición de que se negara ese centro de creación, a fin de que Dios y la Biblia no se metieran en los engranajes de su maquinaria universal. Cuando se le preguntó por qué lo negaba, cuando una explosión cósmica en espacios libres, no se comporta de acuerdo a su teoría, respondió que para él era "intolerable". Por causa de este capricho, sus seguidores todavía siguen esforzándose en diseñar un extraño Big bang que se expanda hacia un lado o fuera de un centro.

Stephen Hawking, el best seller de los cosmólogos ateos, se ha mostrado muy seguro con la hipótesis del Big bang. Y en varias ocasiones dijo que gracias a la teoría Standard ya no necesitaba de Dios. Pero en una reciente aparición pública, admitió que todavía es incapaz de decir por qué existe el universo, ya que esa gran explosión cósmica obró de una manera diferente a las leyes que hoy conocemos.[17]

Fred Hoyle, que fue el que acuñó el término "Big bang", finalmente reconoció que el universo existe por "un superintelecto" y no por casualidad.[18] Lógico: Creer que las leyes físicas, respetadas por los más destacados sabios del mundo, se formaron por azar y de la nada absoluta, como asegura Hawking; a fin de que en un par de minutos se crearan los átomos de hidrógeno —que hoy se sabe que no son tan simples como se creía—, y el helio con dos protones de carga positiva en el mismo núcleo sin que se rechazaran; que también los elementos de la explosión no siguieran una dirección rectilínea, como hoy vemos, sino que formaran las órbitas nucleares desde el primer momento, cuando la fuerza explosiva era superior a la gravedad, requiere más fe para creerlo que cualquier cuento para niños. Seamos serios: Una teoría que, para poder mantenerse, tiene que basarse en causas nunca vistas, y que los teóricos tienen que inventarlas para poder darles explicación, no debería aceptarse como teoría científica, aunque lo exija el científico más reconocido y tenga el apoyo de la mayoría.

Existen unos 60 Métodos diferentes para medir la edad de la tierra. Uno es por la data de población mundial: Si la duración de una generación es de unos 40 años, y el promedio del crecimiento de la población es de 2%; si una familia promedio tiene 2.3 niños, y restamos las muertes por guerras, plagas y enfermedades que son conocidas, en 4300 años tendríamos 5200 millones de personas. Pero si partimos del tiempo que se da al Zinjantrhopus, la población de la tierra debería ser de 10 elevado al 1800. Es decir, el número 10 seguido de 1800 ceros. Este número de personas no podría entrar en todo el universo conocido.

Lo que el público hoy conoce, para medir el tiempo, son los llamados "relojes radiactivos", que los evolucionistas emplean para fundamentar su teoría. Arthur Holmes desarrolló la técnica de datar la edad de las rocas usando el método de uranio-plomo. Y propuso que la edad de la Tierra era de unos 1.600 millones de años. En la década de 1920, la edad de la Tierra llegó a ser 3.000 millones de años con los mismos métodos, con lo cual se llegó al contrasentido de que la Tierra llegó a ser más antigua que el universo, que entonces se creía que tenía 1.800 millones de años. Esta inseguridad se debe a varios factores que aumentan o disminuyen la cantidad radioactiva de los isótopos. Por ejemplo, las muestras de potasio-argón de la lava del Monte Ngauruhoe, Nueva Zelanda, que hizo erupción hace sólo 50 años, arrojaron una edad de 3,5 millones de años.

¿Por qué tanta inseguridad? Porque no se toma en cuenta la cantidad radiactiva original, las contaminaciones, las diluciones y las catástrofes naturales, que la teoría del uniformismo no contempla.

Los creacionistas toman esto en cuenta, cuando examinan los largos períodos evolucionistas. Pero algunas veces cometen errores semejantes. Por ejemplo, de acuerdo con las observaciones y las predicciones, el Campo Magnético virtualmente se desvanecerá en 1180 años.[19] En base a este informe, concluyen que hace un millón de años el poder magnético hubiera sido tan fuerte, que la tierra y todas sus partículas y moléculas se hubieran transformado en vapor. Pero, ¿cómo saben que la data de este método de medir edades se mantuvo uniforme, cuando ellos mismos hablan de grandes cambios como el diluvio universal?

Por causa de la erosión terrestre hay una acumulación en los mares de 20.000 millones de toneladas por año. En todos los pisos de los océanos no hay más que 400 metros de acumulación. Si la tierra existiera 3.000 millones de años, entonces los océanos tendrían docenas de kilómetros de profundidad de sedimentos.

Este es otro de los 60 métodos para medir edades que los evolucionistas prefieren dejar a un lado, porque no quieren aceptar la catástrofe diluvial. Pero, ¿por qué los creacionistas los hacen conocer, para sostener que el planeta sólo tiene 6000 años, cuando al tener en cuenta esa acción diluvial tampoco podrían sostener datos confiables? ¿Y por qué confunden lo que se ve en su superficie desde hace pocos miles de años, con el comportamiento de los antiquísimos fundamentos de la tierra?

Conclusión

Por lo que vimos, no es correcto basarnos en hechos que ningún hombre estuvo presente, para luego pretender que sean aceptados como pruebas científicas. Las hipótesis cosmogenéticas han sufrido muchos cambios. Los teóricos ateos se muestran muy seguros ante el público, pero se encuentran divididos con varias hipótesis, y han confesado en varias oportunidades la necesidad de conocer una teoría más convincente.

Y aunque, gracias al reconocimiento de un poder inteligente, los creacionistas partimos de una base más segura, la historia nos dice que nosotros tampoco estamos libres de errores que debemos corregir. La ciencia no es una filosofía o un partido político, donde para sostener las ideas se busque el poder y el apoyo de la mayoría, como ocurrió con la Iglesia de Roma durante la Edad Media, y hoy continúan con este proceder los científicos ateos que se oponen a cualquier Inteligencia en la naturaleza. Ni tampoco es una religión dogmática e irracional, donde su Dios obra contra sus propias leyes, y no se permita que se lo investigue a él ni sus enseñanzas.

 

 

Autor:

Leroy E. Beskow

 

[1] National Geographic, diciembre de 1988, pág. 762

[2] En algunas versiones Dios está en minúscula. Pero no es correcto, pues entonces cuando dice: “ni lo será después de mí”, estaría diciendo que ningún dios en minúscula fue hecho “después” de Dios. Elena G. de White escribió: “Has nacido para Dios, y estás bajo la aprobación y el poder de los tres Seres más santos del cielo, que son capaces de sostenerte para que no caigas”. En el original dice: “You are born unto God, and you stand under the sanction and the power of the three holiest Beings in heaven, who are able to keep you from falling” (Elena G. de White, Manuscript Releases, 7: 267.2. El énfasis en megrita es mío).

[3] Robert Gentry, El gran trono blanco, https://www.youtube.com/watch?v=2qB3i22Qv4g.

[4] C.W., Misner, Kip Thorner, and J.A. Wheeler, (Editorial W. H. Freeman & Company, 1973), p. 719, sección 27.5.

[5] P.V. Rizzo, “Revisión de los Misterios del Universo”, Sky and Telescope, (agosto de 1982), pág. 150.

[6] M. J. Geller y J. P. Huchra, Science 246:897-903 (1990).

[7] Robert V. Gentry, David W. Gentry, arXiv.gr-qc/ 9806061, en www. Orionfdn.org; General Relativity and Quantum Cosmology (gr-qc); Astrophysics (astro-ph) Cite as: arXiv:gr-qc/9806061, or arXiv:gr-qc/9806061v1 for this version, 14 Jun 1998.

[8] Elena G. de White, El Deseado de Todas las Gentes (DTG), (Mountain View, California: Pub. Interamericanas, 1966), p. 92; ———-, El Conflicto de los Siglos (M. V.,Calif.: Pub. Inter., 1968), p. 7.

[9] ––––, Spiritual Gifts (SG), vol. 3, p. 92; CS, pp. 609, 731.

[10] Esto se ve claramente cuando en 1888 escribió que, desde el origen del mal en el cielo hasta sus días, habían transcurrido “unos seis mil años”. Y cerca del final del mismo libro, escribió que desde esa guerra celestial hasta la segunda venida y el tiempo que actuará al fin del milenio, Satanás habrá obrado el mal también “durante seis mil años”: Ibíd., p. 731.

[11] Su tesis ha sido criticada por razones de forma. Pero después de una década, ningún científico ateo ha podido responder a su desafío, invalidando su descubrimiento. (Robert, Gentry, El mayor error de todos los tiempos, https://www.youtube.com/watch?v=2qB3i22Qv4g.

[12] Algunos creacionistas creen que la fuente de luz antes del cuarto día, fue la del mismo Creador. Pero en ese caso, debido a su misma presencia de gloria, la semana creativa hubiera tenido un solo día sin noche de 168 horas de duración. La primera vez que el Creador se mostró con su gloria al hombre, fue con el mismo Moisés después der la semana creativa (Éxo. 33:20-23).

[13] Isaías repite esta declaración en Isa. 45:12, aclarando que esos “cielos” son los que contienen el ejército de estrellas. Es decir, los cielos del cuarto día en adelante, cuando las nubes se había disipado completamente, y ya se podían ver los astros.

[14] John Whitcomb, H. M. Morris, El Diluvio del Génesis, Barcelona: CLIE, 1986, p.591.

[15] B. Clausen, “Ciencia y Dios”, Vida Feliz, Nº 8, (Bs. As.: ACES, año 95), p.22.

[16] “La luz pierde la carrera”, Muy interesante, Nº 257, (Bs. As.: marzo de 2007), pp. 35-37

[17] Un cálculo matemático entierra la teoría de los agujeros negros, http://actualidad.rt.com/ciencias/view/142361-matematica-teoria-agujeros- negros-hawking-big-bang. Visto el 6/10/2014; La gran pregunta, http://www.youtube.com/watch?v=XWCYxzMBiAw. Visto el 30/9/2014.

[18] Nuevo hallazgo sobre el Big Bang ofrece pruebas de Dios, dice científica en CNN, www.acipresa.com/noticias/ nuevo-halazgo-sobre-el-big-bang-ofrece-pruebas-de-dios-dice-científica-en-cnn-77377/, 14/10/2011, visto el 1/10/14.

[19] Science News, Junio 28 de 1980.