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Importancia de los mecanismos de gestión de la calidad en instituciones educativas


Partes: 1, 2

    1. Desarrollo
    2. Conclusiones
    3. Referencias Bibliográficas

    Introducción

    Con la llegada del nuevo siglo la universalización del conocimiento ha constituido una de las prioridades fundamentales del Ministerio de Educación Superior, esta constituye la extensión de la universidad y sus procesos sustantivos a toda la sociedad a través de su presencia en los municipios lo que ha traído como resultado una mayor inequidad y justicia social. Para la evaluación de estos procesos juega un extraordinario papel la evaluación institucional que se viene aplicando en nuestro país desde 1976.

    Desarrollo

    En la actualidad como parte de la evaluación que desarrollan los centros de la Educación Superior la evaluación institucional ha jugado un extraordinario papel en la elevación de la calidad de los procesos sustantivos que desarrollan estos.

    Plantea Dimas Hernández Gutiérrez:

    "En Cuba el Ministerio de Educación Superior desde su creación en 1976, ha prestado especial atención al control del trabajo que han desempeñado las instituciones universitarias, como vía fundamental para lograr el mejoramiento continúo de la calidad.

    De esta manera establece a partir del 2002 un Sistema Universitario de Programas de Acreditación (SUPRA), dirigido a promover, estimular y certificar la calidad de instituciones y programas (existiendo experiencias en la acreditación de carreras y programas de maestría) y aplica desde el 2003 la evaluación institucional como forma de control para determinar la calidad del trabajo en los Centros y la gestión en todos sus procesos en correspondencia con la misión y función social encargada por el estado y el gobierno."(1)

    Hoy es de vital importancia llevar a vías de hecho Evaluaciones institucionales que respondan a las propias necesidades de los centros de Educación Superior. En un informe sobre la acreditación y garantía de la calidad educativa en América Latina se señala:

    "La globalización exige procesos de acreditación que faciliten la comparabilidad y la compatibilidad de títulos y diplomas, la movilidad de profesores, estudiantes y profesionales y aseguren la calidad de los servicios educativos. De modo especial, hay que vigilar las ofertas transnacionales, sobre todo las virtuales".(2)

    La evaluación institucional en Cuba abarca dos momentos fundamentales: autoevaluación y evaluación externa. Múltiples experiencias aplicadas en distintas universidades de Cuba han confirmado la valía que se le otorga a este mecanismo en los momentos actuales como parte de las transformaciones que lleva a cabo la educación Superior en Cuba como parte del proceso de universalización.

    Es necesario apuntar que esta evaluación en cuba se convierte en un verdadero movimiento que no solo implica a la comunidad universitaria, sino también forma parte de la comunidad extrauniversitaria donde se ven implicado todos los organismos y organizaciones. Es un incentivo para elevar a niveles superiores la calidad de los procesos sustantivos que se desarrollan en estos centros.

    ¿Qué se entiende por evaluación institucional?

    Según su concepto tradicional es limitado exclusivamente a las personas, para conocer el grado de satisfacción del alumno como usuario y el grado de actividad investigadora a partir de la producción científica.

    Según el concepto actual es un instrumento para mejorar la calidad, detectar los puntos fuertes o débiles o áreas de mejoras, un proceso de aprendizaje continuado y una mejora constante de la universidad, se evalúa la titulación en su totalidad, de que forma la institución se aproxima a las metas preestablecidas y como se procede en el completo desarrollo de la producción y distribución de conocimiento; docencia, investigación y servicio.

    Su objetivo es mejorar la calidad de la institución y rendir cuenta ante la comunidad del adecuado uso de los recursos asignados al cumplimiento de los fines previstos.

    Plantea Angel Notario de la Torre:

    "En la actualidad existe una justificada y creciente preocupación en relación con la garantía de calidad, tanto de la universidad como institución, como de sus programas académicos. Esto se ve reflejado en las iniciativas que se están llevando a cabo en diferentes países de América Latina para instaurar procesos y procedimientos de evaluación y acreditación universitaria, que se aprecian como una necesidad prioritaria e ineludible.

    La evaluación de las universidades en América Latina no ha sido una práctica común, como sucede en los países más desarrollados. De aquí que exista poca experiencia en relación con políticas, sistemas o mecanismos bien establecidos, basados en criterios definidos y reconocidos, independientes y objetivos, por medio de los cuales universidades y facultades evalúen su trabajo, sus resultados y a sus académicos en forma sistemática y rigurosa."(3)

    Refiriéndose a como acreditación, evaluación y regulación guardan una estrecha relación el autor citado anteriormente plantea:

    "Acreditación, evaluación y regulación de la calidad universitaria están de tal modo relacionadas en sus propósitos y procedimientos, que no es posible considerarlas separadamente. Se acredita conforme y como consecuencia de un proceso de evaluación y de seguimiento, con el fin de disponer de información fidedigna y objetiva sobre la calidad relativa de instituciones y programas universitarios, sea que estén en su fase de reconocimiento inicial o en pleno desarrollo de su proyecto institucional.

    La acreditación institucional se basa, normalmente, en la verificación de los resultados del autoestudio o autoevaluación institucional, hecha por un organismo acreditado externo, de acuerdo con normas establecidas, que las universidades incorporadas al sistema conocen y aceptan al acogerse a él. El sistema más antiguo y mejor conocido es el de autorregulación voluntaria, adoptado por las diversas asociaciones de universidades en los Estados Unidos, cuyas definiciones y características básicas, con las modificaciones adecuadas a su propia realidad han adoptado diferentes países.

    En general, el proceso de evaluación y acreditación universitaria posee un carácter voluntario, o sea, la institución se somete a uno de estos procesos cuando lo considere oportuno y necesario.

    El proceso tiene como eslabón principal la autoevaluación, la cual debe ser sistemática y que tiene por objetivo el mejoramiento continuo de la calidad a partir de la gestión para el cumplimiento de los estándares establecidos.

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