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La hora del ALBA. Potencialidades, amenazas y desafíos


Partes: 1, 2

    1. Los pueblos contra el modelo neoliberal y el ALBA como alternativa de unidad de la Nación Latinoamericana Caribeña
    2. ¿Nuevos países se incorporarán al ALBA?
    3. El ALBA hoy: fortalezas
    4. Amenazas y desafíos
    5. Inventamos o erramos
    6. Hacia el Encuentro Pueblos y Gobiernos

    Cuando en diciembre de 2004, en la Habana, los comandantes Hugo Chávez por Venezuela y Fidel Castro por Cuba, firmaban la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), pocos visualizaban la perspectiva y potencialidad de dicho acuerdo; más bien lo ubicaban dentro del marco general de una simple declaración bilateral de reafirmación de hermandad cubano-venezolana.

    Pero si teníamos en cuenta el desarrollo de las exitosas misiones sociales bolivarianas implementadas en Venezuela y la experiencia internacionalista de Cuba, era fácil deducir que este acuerdo  trascendía las fronteras de ambos países para ubicarse en el centro de la problemática regional, ofreciendo una alternativa real de integración solidaria, más allá de los acuerdos regionales existentes o como contrapartida a la oferta imperialista de ALCA o TLCs.

    Los pueblos contra el modelo neoliberal y el ALBA como alternativa de unidad de la Nación Latinoamericana Caribeña

    Durante el período que abarca desde finales del 2005 hasta finales del 2006, casi la mitad de los países latinoamericanos ejercieron el derecho al voto para elegir presidente. Un poco más de dos tercios de la población de Nuestra América se pronunció en las urnas, dando como resultado que más del 50 por ciento, o sea la mayoría, apoyó a quienes representaban alternativas frente a aquellos que esgrimían proyectos neoliberales.

    Así llega al gobierno el Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia y Evo Morales no duda en ingresar inmediatamente al ALBA. Daniel Ortega, presente en la firma del Compromiso Sandino (21 de agosto de 2005, municipio Sandino, Pinar del Río, Cuba) cumplió la promesa que hiciera en esa ocasión de ingresar al ALBA cuando fuera electo nuevamente como presidente de los nicaragüenses. Rafael Correa, presidente del Ecuador por elección popular, ya ha manifestado en varias oportunidades su voluntad de sumarse al proyecto unionista.

    Cinco países, podemos decir hoy, sustentan el ALBA, y no es casual que hablemos de aquellos en que sus gobiernos enfrentan al imperialismo del Norte con mayor decisión y coraje. Es entonces que en este espacio de encuentro, es donde se está librando hoy una de las experiencias más importantes para el destino de nuestros pueblos: la construcción de la unidad de Nuestra América.

    Si bien otros espacios coexisten en el camino de la integración, unos con soberanía y otros sin ella, lo cierto es que únicamente en el ALBA se configura un nuevo modelo de entendimiento entre pueblos hermanos. La discusión plantada por el presidente Correa cuando sostiene que debe hablarse de la "Nación Suramericana" en vez de "Comunidad de Naciones Suramericanas", vale decir, el reconocimiento de que todo el territorio al sur del Río Bravo es una sola nación y no una sumatoria de naciones diferentes; como la aclaratoria del presidente Chávez cuando prioriza y enfatiza sobre la necesidad de utilizar el término unidad en lugar de integración, demuestra a las claras la intencionalidad de avanzar mucho más aún.

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