El resurgimiento de las etnias en Bolivia y su influencia en la integración (página 2)
Enviado por Wilson Mercado
El espectacular desarrollo de estas organizaciones en los últimos años es la respuesta activa de los pueblos a la persistencia del colonialismo interno en el último cuarto del siglo XX, al fracaso de las políticas integracionistas del indigenismo oficial, del modelo de desarrollo en el que éste se fundamentaba, y a la insensibilidad de los partidos políticos hacia las reivindicaciones específicas de los pueblos indígenas. Los pueblos reclaman ser reconocidos como tales y demandan la transformación de los actuales estados culturalmente homogéneos de la región en estados multiétnicos y pluriculturales, en sintonía con la naturaleza plural de la sociedad; desean, además, promover un desarrollo integral basado en el comunitarismo indio fundado en la armonía con la naturaleza y basado en las posibilidades endógenas de desarrollo, por consiguiente capaz de reducir la dependencia, aspirando, en última instancia, a una democracia de culturas.
Es claro que las perspectivas varían en función de varios factores, entre ellos, el peso demográfico de la población indígena en el conjunto de la población nacional, su grado de identificación con las grandes culturas o el grado de articulación con la economía capitalista y de diferenciación socio-económica. Parece obvio que los problemas y los proyectos políticos de grupos que representan en su conjunto, han de diferir de los que se plantean estos pueblos cuando, constituyen la mayoría de la población del país, se consideran herederos de las grandes civilizaciones precolombinas.
El futuro de la relación entre los pueblos indígenas y el Estado en cada uno de los escenarios en que estas se producen depende de un sin número de condiciones, entre las que cabe destacar: las transformaciones en la legislación para crear oportunidades de concertación entre gobiernos, organizaciones y otros actores sociales, y la posibilidad de apoyar las tendencias de desarrollo que se fundan en las experiencias culturales de los mismos pueblos y, principalmente, en su habilidad para manejar adecuadamente el medio y conservarlo.
La movilización política india ya es un hecho, lo que está en juego son las opciones estratégicas que, finalmente habrán de guiarla. La experiencia de las propias organizaciones será, sin duda, el elemento clave en el camino a seguir, el eco que encuentren en sus propios pueblos y en la sociedad política, la evolución de las relaciones entre los pueblos indígenas y el Estado nacional, el grado de aceptación de sus demandas por parte de sectores populares y la consiguiente posibilidad de formar alianzas con ellos en base al respeto a la diversidad, la agudización de contradicciones y conflictos por la expansión económica, constituyen factores que contribuirán a determinar en los próximos años el desarrollo de las luchas políticas indígenas.
Conclusiones
Podemos visualizar que el pasado de Tupac Katari, no terminó y las movilizaciones indígenas de los siglos anteriores no han terminado, están surgiendo nuevamente y de hecho actúan centralmente en el movimiento de hoy. La objetividad se observa con actitudes del Mallku, la gente espera la vuelta de Tupak Katari.
Debemos notar que el tema de las dos Bolivias y la separación rural/urbano como eje del discurso de los dirigentes campesinos y otros, ponen sobre la mesa un problema que efectivamente nunca terminó de ser resuelto.
Los siglos de colonización, la Guerra del Chaco, la Revolución del 52, las dictaduras y la democracia, no pudieron saldar el problema cultural que aqueja al país. Si bien es claro que ese no es el único eje problemático de la nación, es evidente que mientras no esté solucionado el tema de la interacción cultural entre lo urbano y lo rural, entre indígenas y citadinos, el conflicto estará latente.
Esta temática de resurgimiento étnico, parece ser una lección interesante del movimiento social indígena que tiene mucho qué decir a la nación. Sin embargo, se debe cambiar el rumbo de las relaciones sociales en Bolivia corriendo el riesgo de que este tipo de expresiones puedan asumir rumbos radicales y altamente destructivos sin beneficio de integración para nuestro país.
O se renueva la vida social de integración, o nos esperan años de intensas luchas por delante.
Las dos caras de Bolivia, son precisamente de un lado los campesinos que tienen su cultura, sus leyes, su religión y costumbres, sus formas de organización política y social, su nación indígena, y que además no cuentan con los beneficios tecnológicos de la modernidad y por otro el mundo urbano, donde está el gobierno como forma de organización, con la religión católica, etc.
Autor:
Wilson Mercado
[1] BILBAO Luis, "Colapsa en Bolivia la estrategia de Washington", Le Monde Diplomatique, Edición Cono Sur, noviembre 2000
[2] PONCE Oscar, Secretario de Agricultura y ganadería, La Razón 7/10/2000.
[3] Censo Indígena OPM/OMS, 1994
[4] ROCHA Juan Carlos, peródico La Razón “Alerta Indígena por tierra participación y desarrollo” 22-AGO-1996.
[5] RODRIGUEZ Julio Alberto, Tecnología informática cognición y desarrollo, Universidad de Gottenburgo Suecia.
[6] FERNANDEZ José M., Universidad Complutense, Madrid España.
[7] FERNANDEZ José M., Universidad Complutense, Madrid España
[8] FERNANDEZ José M., Universidad Complutense, Madrid España.
[9] REYES Evelyn de, Historiadora, columnista de La Razón 19-05-2002
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