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El Nazareno de San Pablo, Hijo Mayor de Carayaca (página 2)

Enviado por León Morales


Partes: 1, 2

Él es tío de mi padre el general Diego Ibarra y Toro, como de mi ti el general Andrés Ibarra y Toro. Antonio, por mi amantísimo tío, quién también es familia tuya y sobrino del difunto Francisco Rodríguez del Toro, último Marques del Toro; como del tribuno Fermín Toro.

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Monseñor Silvestre Guevara y Lira

Arzobispo de Caracas

Toño, espero que cumplas con mis deseos, por el amor que te profeso a ti y al Nazareno de San Pablo.

Y el general Antonio Guzmán Blanco le respondió a su amantísima esposa doña Ana Teresa Ibarra y Urbaneja, lo siguiente:

Ana Teresa, amada mía; cierto es que el problema que tenemos con ese arzobispo que has nombrado, es porque el no acepta el laicismo que desde el estado mismo tratamos de imponer como forma de respeto a la libertad de culto y conciencia; no es que yo tenga un problema de índole personal con monseñor Silvestre Guevara y Lira.

Ya que ese administrador de la fe está comprometido con las componendas que generaron en este país la familia Monagas, durante muchos años. Él es uno más de los declarados enemigos que la francmasonería tiene en estas tierras.

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General Diego Ibarra y Toro

Edecán del Libertador Simón Bolívar

Padre de doña Ana Teresa Ibarra y Urbaneja de Guzmán Blanco

Amada mía, he estado considerando en expulsarlo del país, por el bien de la feligresía y de la patria en general. Pronto lo echaré de estas tierras, ya que las cosas en este país deben ir hacia otros senderos y rumbos, y tiene que ser sobre la base del progreso y del conocimiento a través de la Luz.

El general en jefe Antonio Leocadio Guzmán Blanco para congraciarse con su amada esposa, le respondió con estas palabras:

Mi amada Ana Teresa; tú belleza se convierte en deseos, en verdad no he pensado en distanciar El Nazareno de San Pablo de ti; dentro de poco lo tendrás muy cerca de tú veneración y de ti misma.

Ya que demoleremos el convento de San Francisco Neri y allí construiremos una iglesia con dos entradas, por un lado se llamará Santa Ana y por la otra entrada llevará el nombre de Santa Teresa; y en el centro de ambos templos estará El Nazareno.

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Monseñor Dr. Francisco Ibarra y Herrera en la ciudad de la Nueva Valencia del Rey

1er. Arzobispo de la Arquidiócesis de Venezuela y Caracas

Y de esa manera, derribaremos la iglesia de San Pablo y allí haré el Teatro Guzmán Blanco; también estaré cerca de El Nazareno y de ti, amada mía; porque estaré en el centro de la bóveda celeste en ambos templos, y de esa manera será tan recordado como El Nazareno de San Pablo, mi querida Ana Teresa.

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Al fondo se ve el Teatro Municipal y la Iglesia de Santa Teresa

Las dos últimas sedes del Nazareno de San Pablo en Caracas

Finalmente, lo trasladaron a la iglesia de Santa Teresa, que es el lugar dónde aún se encuentra. A pesar de que en el año 1.950, en un miércoles santo, alguien gritó: "Incendio".

Hecho trágico, dónde murieron una gran cantidad de personas. Pero la imagen bendita sigue allí encorvándose aún más hasta que los días y los años pasen y él vuelva a reinar sobre su pueblo.

El Nazareno nos quitó el yugo que tenían los curas de La Guayra sobre nosotros, ya que pocos años después nombraron a Tarmas y Carayaca como un Curato propio, con un sacerdote que atendía estas doctrinas de indios.

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Entre los pueblos de Carayaca y Tarmas se hacen las procesiones que son muy bonitas, de eso no hay dudas; ya que somos pueblos diferentes. Por ejemplo, en Carayaca aún se conserva "La Peregrinación" de los Santos en Semana Santa.

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Iglesia San José de Carayaca

Fue erigida en 1.890 y derrumbada en los tiempos del terremoto del año 1.967

El poeta cumanés Andrés Eloy Blanco en su poema "El Limonero del Señor", tiene algunas prosas sobre quién hizo esta sagrada imagen, que dice:

Dime, dime magnífica escultura,

¿Qué mano fue la que tus trazos dio?

(…)

Habla, dime escultura incomparable,

¿Do está el genio de que eres producción?

¿Quién te fijó ese aspecto inimitable?

¡Do está el pincel con que te dio expresión?

El Nazareno de San Pablo expresa en su impresionante figura estas palabras sagradas del pueblo venezolano: "…La voz del pueblo es la voz de Dios…".

Dicha imagen era sacada en el pueblo de Carayaca todos los miércoles santos, sirviéndoles a los sacerdotes para que la gente y los comerciantes dieran sus diezmos e hicieran sus promesas. De nuestro pueblo se llevaron tan sagrada imagen y la colocaron en la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen y Jesús Nazareno en Caracas.

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"La Peregrinación" en Carayaca, año 1.950

Cabe decir, que dicha imagen jamás fue tallada en España, sino en estas tierras al oeste del litoral guaireño, y después fue guardada en la iglesia de San Pablo de Caracas, en dónde nace el culto a tan venerada imagen.

Y el mismo poeta Andrés Eloy Blanco, más luego en su afamado poema dice estas palabras:

El Nazareno de San Pablo

Tuvo una casa y la perdió

Y tuvo un patio y una tapia

Y un limonero y un portón,

¡Malhaya el golpe que cortara

El limonero del Señor!

Yo, León Manuel Morales, en mi condición de patrimonio cultural viviente de la parroquia Carayaca le dedico esta inspiración poetica al más grande carayaquero de todos los tiempos; "Elegía al Nazareno Bendito de San Pablo".

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"Elegía al Nazareno Bendito de San Pablo"

¡Oh, Nazareno Bendito!

Que naciste en Carayaca

Hace algunos siglos ya;

Inspiración divina y armónica

De Joseph Cristián Molinero.

Decían los viejos tarmeños,

Que tú madera era tan dura

Como los viejos cedros

Que amalgamaron la savia

De tú sangre bendita.

Cuentan las crónicas populares

Que tú creador muy joven

Al pueblo de Carayaca llegó;

Colocando rodilla en tierra,

A su mente vino tú imagen

Esperanzadora y maltratada

Por tus enemigos de siempre.

Dicen que vino un gran terremoto

En tiempos de San Bernabé;

Cuando Joseph Cristian Molinero

El isleño de Canarias,

Estando en su rancho

Elevó su plegaria al cielo

Recordando a la Candelaria

Y al Cristo de La Laguna.

Nuestros antiguos padres,

Indios, sambos, mulatos,

Esclavos, canarios y pocos españoles;

De sus casas salían al grito de:

¡Se está acabando el mundo

En el día de San Bernabé!

Joseph Cristián Molinero

Con su hacha en manos,

Bajando entre Suapo y Mayupán

Se encontró con una mata

De San Gregao,

De cuyas venas brotaba

La savia roja del Nazareno.

¿Cuál sería su sorpresa?

El sitio se llamaba Nazareno,

Sentado sobre una piedra

Y tomando un sorbo de agua cristalina,

Vio un árbol hermoso

Que frente a sus ojos estaba.

La tragedia, el dolor y la muerte

Se había apoderado de la gente

En Tarmas y Carayaca.

Atrás estaban su conuco,

Rancho, animales y familia.

Elevando una plegaria al cielo,

Dijo estas palabras:

¡Oh, Nazareno mío!

Testigo de mis males y alegrías,

Ayuda a mi pueblo a salir

De esta melancolía.

A mi tierra guanche

En mi Canarias querida

Jamás volveré nunca más;

Pero, al pueblo de Carayaca

Le dejaré tú imagen

Eterna y señera

Que siempre perdurará

Por los siglos y la eternidad.

Permíteme padre amado

Golpear este madero,

Que la forma le iré dando

Y vida volverás a tener

Entre mis sufrimientos,

Amarguras, tristezas y alegrías.

Nazareno inspírame

En tú devoción espiritual,

Y permítele a este tú hijo,

Pueda hacer tú figura

Para el miércoles santo

En tú devocionario cristiano.

El isleño devoto

La madera cargó a su hogar,

Y día tras día tallando

A la figura enalteció.

El Nazareno bendito

Forma iba tomando

A medida que lo tallaba

Con ahínco y prestancia.

Joseph Cristian Molinero

Reflejaba en la sagrada imagen

Sus amarguras y sufrimientos,

Era El Santo Nazareno

Una copia fiel de él.

De pronto vio la figura santa

Frente a sus ojos profanos;

No creía lo que había creado,

Arrodillándose y con lágrimas

En sus añorados ojos,

Le dijo al Padre Celestial

Maltratado y coronado

Con las espinas de nuestro dolor,

Y sangrando con las heridas del amor,

Estas memorables palabras:

Mi Nazareno inmaculado,

Casa no tengo en dónde alojarte,

Y pensar que al propio hijo de Dios

En mi casa de huésped tengo.

¿Adónde te llevo Señor mío,

Nazareno de mi alma?

Y de pronto una luz bajo

Y el Nazareno respondió:

"hijo mío, casa no tendré

Porque mi deber es bendecir

A mi pueblo que sufre

En todo momento,

Víctima de mis perseguidores

Los mismos del ayer,

Hoy, mañana y siempre.

Joseph Cristián, hijo mío;

Llévame a lugar santo,

Que El Calvario llamarán

En el pueblo de Carayaca,

Que de ahora en adelante

Será la sede de mi Señorío.

Y con querencia de lugar,

El Nazareno glorioso

Con sudor de sangre en su frente

Corroída en el tiempo y las edades,

Le habló al isleño desconocido:

Joseph, Joseph; hijo mío,

El nombre de mi padre

El carpintero de Galilea llevas,

Y en San Joseph de Carayaca

Me has tallado en espiritu y verdad.

¿Dónde me has visto

Que me has hecho tan perfecto?

Joseph Antonio Molinero aturdido

Por tan magnánimas palabras

Pronunciadas por el Mártir del Gólgota,

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Sobresaltado de tal manera,

Le respondió con humildad

A su propio creador,

Con estas sublimes palabras:

Nazareno bendito,

Tú eres en mi y yo en ti,

Tú tragedia es mi tragedia,

Mi dolor es tú dolor,

Mi esperanza es tú alegría,

Mi amor por ti

Es la vida de nuestro pueblo;

Hoy, yo soy tú carne

Hecha realidad,

Y tú con ese sagrado madero

A cuestas de tus encorvados hombros,

Me has permitido reflejarme en ti.

Nazareno Bendito de mi alma,

Tú eres la voz de este pueblo,

Porque eres la creación perfecta

De tú padre que está en los cielos.

Nazareno eterno, permitidme

Estar a tú diestra cuando muera,

Como Dimas el justiciero;

No me abandones nunca

Y bendice a tú pueblo Carayaca,

A sus vecinos y a mi familia,

A nuestras tierras y sembradíos.

Y el Nazareno hablando

Con voz entrecortada y triste,

Le dijo a su nuevo apóstol

En la creación inmutable y eterna:

Joseph Cristian, tú serás recordado

Por todas las generaciones venideras,

Como el hacedor de esta efigie santa

Hecha a mi memoria.

Búscame hijo amado,

Un lugar santo que mi morada sea

Para siempre y por la eternidad.

Hijo mío, se que nunca podré estar en paz,

Ya que vendrán pestilencia y guerras,

Miseria, tragedia, dolor

Hambre y muerte;

Pero todos desfilaran delante de mí

Pidiendo clemencia o invocando

El Altísimo en mi nombre.

Al final de los tiempos regresaré

A mi lar natal, Carayaca;

Transmítelo de esa forma

De generación en generación

Hasta la consumación de los siglos.

Las ancianas carayaqueras

En los siglos anteriores,

Relataban que El Nazareno

En gran procesión llevado fue

A la iglesia del patriarca San Joseph.

Y que mejor morada

Que la que lleva el nombre

De su padre el gran Joseph,

Esposo de María, su inmaculada madre,

Sin pecado original y concebido fue.

Los pobladores originarios

De Carayaca y Tarmas,

Al verlo pasar en peregrinación,

En sus oraciones dijeron:

Nana Papa * amoro Dios, *.

Nuestros anuános padres

Contaban en sus tristezas

Y remembranzas alegóricas,

Que Su Señoría Ilustrísima

Don fray Mauro de Tovar y Sotomayor,

Religioso fablistán y malcriado,

Dando origen con su apellido

A una familia muy rica

En el valle caraqueño,

Al verte Nazareno bendito

Lleno de vida grandiosa,

Dijo estas palabras:

Al Nazareno Templo

No le podemos dar,

Porque blanco de orilla es,

Copia de su tallador

Joseph Cristian Molinero.

El obispo fundador

Del apellido Tovar en estas tierras,

Con su sequito bajo palio

Salió de Carayaca

Sacando la sagrada imagen

Del Nazareno a escondidas;

Dicen que tomaron

Un atajo entre las montañas

De Cataure y Bucaral

Y a Caracas fueron a dar.

En un paraje de descanso,

El Nazareno al obispo

A susurras le dijo:

Bibrón, a mi palabra

Tú no representas,

A mi Carayaca querida

Tús sucesores alicaídos,

Tarde o temprano

Me tendrán que regresar.

El obispo asustado

De su pesar desanimado,

Algo asustado le dijo:

Nazareno Santísimo,

Otros que se encarguen

De tus divinos deseos;

Este hijo de María Inmaculada

Pronto se va de este suelo

A llevar tú palabra

Más arriba de las tierras

Que bordean el Caribe mar.

Las crónicas cuentan

Que fray Mauro de Tovar

A Chiapas en el sur de México

Fue orondo a parar;

Convirtiéndose en un buen obispo

Que enseñanzas y sucesión dejó;

Entre sus naturales y feligreses

Teólogo de la liberación fue;

Y antes de morir expresó:

Al Nazareno a Carayaca

Hay que volver a llevarlo

Para que bendiga a su pueblo

Y le permita progresar.

¡Nazareno del alma!

En el valle de Caracas

Y en otras regiones de nuestra tierra,

Grandes avatares pasaron,

Algún osado sacerdote

Por instrucciones del Obispo

Fray Mauro de Tovar y Sotomayor,

A Santiago de León de Caracas

A escondidas de nuestra gente

Te colocaron en algún lugar;

Lejos de la reverencia

Que te teníamos en estos lares.

Más luego en un nicho colocaron

Tú maltratada imagen

En la iglesia de San Pablo "El Ermitaño",

Quienes olvidando tú origen natal,

En el transcurrir del tiempo

Comenzaron a llamarte,

El Nazareno de San Pablo.

Nazareno Santísimo,

El viejo Lino Infante

En su rancho de Cataure,

Contaba que el obispo

Fray Antonio González de Acuña

En la iglesia de San Pablo el Ermitaño

Una orden dio a sus frailes y sacerdotes,

Que sacaran en procesión

Tú sagrada imagen

El día miércoles santo de cada año,

Para que salvaras a tú pueblo

De aquella epidemia de fiebre amarilla

Que dio origen al limosnero del Señor

En la caraqueña esquina de Miracielos.

El nonagenario Lino Infante

A León Manuel Morales contó,

Que en el año un mil novecientos ochenta y dos,

El Nazareno de San Pablo

En sueño le respondió:

¡Lino, hijo mío!

A mi regazo celestial pronto vendrás,

Dile a mi feligresía

En mi pueblo Carayaca,

Que ya cansado estoy

De tanto peregrinar;

Después que mi apóstol amado

San Pablo El Ermitaño,

Tan atorrante como yo

En su templo morada me dio.

¡Lino Infante, cordero de mi redil!

Saulo de Tarso, mi apóstol fue;

Sin templo quedó

Al igual que yo.

Condenados por el mundo andamos

Buscando posada para descansar

Después de tantas injusticias

Cometidas por gobernantes y frailes

En contra de mis creyentes

En esta tierra bendita

Que llamamos Venezuela.

¡Oh, Nazareno de San Pablo!

¡Oh, Nazareno de Carayaca!

Tú pueblo amado de Carayaca

Olvidado siempre fue;

Algunos de tus bien amados hijos

Combatieron frente a ti

En los tiempos de La Sampablera,

Viejos generales como

Mauricio Mayora y Elías León,

Silverio Pacheco, el coronel;

Y el comandante José Tomás Rángel.

Todos bajo las órdenes de tú devoto

El general Pedro Vicente Aguado,

En los momentos de la Guerra Federal.

Padre Eterno D_os mío,

Que te encorva en el tiempo

Soportando los males sufrido por nuestro pueblo

Indiano, africano y mestizo;

Siempre te recordamos

En nuestra procesiones

En tiempos de la Semana Mayor.

Ellos los que detenta el poder,

Tú recinto en la iglesia de San Pablo

Destruyeron tratando de dejarte

En la calle del olvido.

Tus enemigos quisieron

Convertirte en un atorrante más,

Como tú tallista Joseph Cristian Molinero.

Al fin en un lugar santo

Dicen ellos te metieron;

Entre las iglesias de Santa Teresa y Santa Ana,

Y en sus cercanías, el Saludante

Antonio Guzmán Blanco

Destruyendo tú aposento de siglos,

A esos nuevos parajes te mandó,

Para que te convirtieras

En el atorrante milenario

De la fe, esperanza y caridad.

Nazareno de San Pablo,

No es una blasfemia lo que digo

Ante tú sagrada imagen,

Herida por un tirador

Falto de amor y querencia,

Quién al Nazareno infringió

Una herida más en tiempos

"de democracia y paz".

Nazareno de San Pablo,

Esperamos tú regreso,

No te encorves más

En los siglos venideros;

Tú pueblo Carayaca te espera

Con sus plegarias y oraciones.

Nana Papa * amoro Dios + *

Esperamos que el Cardenal Carlos Urosa Sabino, Arzobispo de Caracas, nos regrese para siempre nuestra sagrada imagen, "El Nazareno de Carayaca"; llamado por el pueblo venezolano a través de los tiempos, como: "El Nazareno de San Pablo".

Libro de San Mateo, Capitulo 24º, versículos:

33º.- Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas.

34º.- De cierto os digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan.

35º.- El cielo y la tierra pasarán, más mis palabras no pasarán.

36º.- Empero del día y hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo.

Qué Viva el Pueblo de Carayaca

Coro

Qué Viva el Pueblo de Carayaca

Por ser el pueblo en donde nací,

Nunca te apartes de mi memoria

Porque tus glorias son para mí…

Este conjunto Voces Risueñas,

Canta tus glorias con emoción,

Progresa mucho, pueblo querido,

Pero no olvides tú tradición… (Bis)

I

clima es siempre de primavera,

No el sol molesta, ni da calor

Y si la niebla no lo envolviera,

El paraíso, lo hiciera D_os. (Bis)

II

fauna y flora es lo más fecundo,

Todas las flores, aquí se dan:

Crecen los nardos, las azucenas,

Con las violetas y el tulipán. (Bis)

III

Que viva el pueblo de Carayaca,

Por ser el pueblo donde nací,

Nunca te apartes de mi memoria

Porque tus glorias son para mí. (Bis)

Jorge "Cardenal" Urosa Sabino y el Nazareno de San Pablo

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¡Que Viva Tarmas Mi Caro Suelo!

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Pueblo de Nuestra Señora de la Candelaria de los Tarmas, año 1.928

Pueblo natal del poeta Pío Rengifo

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(*04/031.864 – Tarmas -/+1.917 Paracotos)

Allá viene la lancha Francistora

La que es dueña absoluta de mi amor,

Y por siempre te querré paloma mía

Con toda el alma y todo el corazón.

Pueblo de Tarmas

Tierrita mía, pueblo donde yo nací,

El que te canta con el alma no te olvida

Menos quisiera olvidarme yo de ti.

Que viva Tarmas mi caro suelo

Por ser el pueblo donde nací,

Nunca te aparte de mi memoria

Porque tus glorias son para mí.

Pueblo de Tarmas, con sus muchachas

Tan cantadoras y bailadoras como el gozal,

Por eso grito en esta ribera

Que una tarmera no tiene igual.

Pueblo de Tarmas, tan chiquitico

Tan redondito como la "O",

Con sus muchachas encantadoras

Y bailadoras como ellas son.

Pueblo de Tarmas, tan chiquitico

Tan redondito como la "O",

Por eso grito en esta ribera

Que una tarmeña si tiene voz.

Bajo sus frutos se dan naranjas,

Famosas piñas, café y limón.

Que viva Tarmas la redondita

Mi madrecita del corazón.

Pueblo de Tarmas, tierra querida.

El que te canta con el alma

No te olvida.

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Casa Natal del poeta Pío Rengifo en Tarmas

¡En el pueblo de San Joseph de Carayaca te esperamos Nazareno bendito!

¡Ven pronto, Señor Jesús!

"ORACIÓN A JESUS NAZARENO DE SAN PABLO"

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Jesús Nazareno, Creador y Redentor mío, a quién me humillo y en cuya presencia conozco debo ser vilmente despreciado, por haberos sido ingrato y haber olvidado tan grandes beneficios como habéis hecho, padeciendo por mis gravísimas culpas tantos martirios, especialmente los dolores que sufristeis cuando cargaron sobre vuestros delicados hombros esa muy pesada cruz, para rendir en ella la vida en el Monte Calvario. Me pesa, Señor, de todo corazón, de haberos ofendido; pésame Señor, de haber sido yo la causa de que llevéis esa cruz, sufriendo tantos dolores, amarguras y congojas. Pésame de mi ingratitud y descuido de no haberos dado continuamente gracias por tan grandes beneficios.

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Procesión del Santo Sepulcro en el pueblo de Carayaca

A comienzos del siglo XX

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Autor:

León Manuel Morales

Patrimonio Cultural Viviente del Edo. Vargas

Oficial de Marina Mercante

Carayaca, 26 de Octubre del año 2.009.

Partes: 1, 2
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