El rango de hospedantes de P. solanacearum es extremadamente amplio; hay muchos hospedantes de importancia económica, así como también malezas hospedantes representadas en más de 30 familias de plantas, incluyendo monocotiledóneas, así como también dicotiledóneas. Las familias en las cuales muchos hospedantes son encontrados incluyen: Solanáceas, Musaceae, Asteraceae y Fabaceae.
Control
El uso de variedades resistentes/tolerantes es la mejor forma de control (Anexo 1, 2). Una vez que el patógeno se establece en un área de clima caliente, el control es muy difícil al menos que se usen variedades resistentes. Las rotaciones son de poco valor, debido al amplio rango de hospedantes. El cultivo de coliflor antes de tomate puede ser de algo de valor. Un período de cuatro meses sin cultivo incluyendo control de malezas fue bueno en Costa Rica. Otros controles incluyen erradicación de malezas hospedantes, usando trasplantes desarrollados en suelos libres del patógeno y mantenimiento de un alto nivel de nitrógeno en el suelo. Los tratamientos de cloropicrina de suelos de almácigos contaminados dio control en toda la temporada; el bromuro de metilo y el metam-sodio son menos efectivos. Las variedades de tomate con buena tolerancia a la marchitez bacteriana son: Venus, Saturn, Kewado, Rosita y una variedad japonesa (Durable Shinkuro).
Necrosis de la Médula
Pseudomonas corrugata Roberts & Scarlett
La necrosis medular fue reportada por primera vez en Inglaterra en 1978 y, después, en varios países europeos y en Estados Unidos. En Sinaloa, México fue identificada por primera vez en 1990, en tomates cultivados a campo abierto. Actualmente, en invernaderos puede llegar a ser un gran problema si no se evita la dispersión del patógeno durante la poda.
Síntomas
En el invernadero, en las primeras plantas afectadas, en las axilas foliares, aparecen lesiones café oscuras. En un corte longitudinal del tallo principal se puede observar que hay un oscurecimiento de la médula, la cual se ahueca. Las infecciones progresan hacia arriba a partir del hilo horizontal que sostiene a las plantas. Al principio el tejido externo parece sano, pero en la medida que la enfermedad progresa se pudre. Las raíces permanecen intactas. El follaje de las plantas enfermas se amarillea un poco y finalmente las plantas se marchitan, lo cual hace que éstas puedan localizarse fácilmente en el campo. En el invernadero es notorio que la enfermedad se incrementa con la poda. En el campo, el síntoma más fácilmente detectable es un amarillamiento de las hojas más viejas en plantas jóvenes. Una inspección más cercana de los tallos revelará cánceres necróticos, oscuros, hundidos, normalmente en un área donde las operaciones de la poda o los amarres han creado una herida. La coloración vascular se extiende por arriba y por abajo del cáncer. Generalmente, la formación de raíces adventicias acompaña a los cánceres del tallo (Foto 45, 46).
Desarrollo de la enfermedad
Al parecer, la bacteria penetra por heridas, ya que la enfermedad se inicia en donde la planta se recarga en el alambre horizontal o en el lugar de la herida provocada por la poda, principalmente cuando hay frutos. La enfermedad no es muy importante en campo abierto, pero si llega a serlo en invernaderos, en donde la poda es frecuente. En Sinaloa es común la poda de ramas y brotes, principalmente en los cultivares de hábito indeterminado, tanto en campo abierto como en invernaderos. Las neblinas y la suculencia de las plantas parecen facilitar la actividad de la bacteria causante de la enfermedad.
El tomate es el único hospedante en el cual aparecen los síntomas. Sin embargo, en los Estados Unidos, la bacteria ha sido aislada de raíces de plantas de alfalfa sin síntomas procedentes del invernadero pero no del campo.
Control
La enfermedad puede evitarse al restringir las operaciones hortícolas en el campo durante los períodos prolongados de humedad en las hojas. Evite la poda o pode primeramente las plantas sanas y después las enfermas. Cuando hay pocas plantas enfermas, es recomendable eliminarlas. Desinfestar la herramienta de poda, al menos, diariamente en formol. La inyección de estreptomicina a través del sistema de riego por goteo detiene el desarrollo de la enfermedad, solamente que se tiene que aplicar cuando menos durante tres veces con intervalos de cinco días. La inyección al suelo de Bacillus subtilis ayuda a evitar la diseminación a través del sistema de riego por goteo. Elimine las plantas enfermas cuando recién aparezcan las primeras plantas enfermas y la incidencia sea baja.
Pudrición del Tallo
Erwinia carotovora subsp. carotovora (Jones) Bergey et al
Esta enfermedad se presenta durante tiempos lluviosos y raramente llega a ser de importancia económica en campo abierto, pero en los invernaderos llega a ser de cuidado, debido a las podas frecuentes y la alta humedad relativa, principalmente durante los meses fríos.
Síntomas
El primer síntoma notable en el campo es una marchitez y amarillamiento del follaje durante la cosecha. En el invernadero la enfermedad es más severa y alcanza incidencias mayores que en campo abierto. Un examen más cercano revela la presencia de cánceres oscuros a lo largo del tallo y en las axilas de las hojas. Al igual que la necrosis de la médula, la médula se desintegra, resultando en un tallo hueco y la formación de raíces adventicias en los tallos afectados. La diferencia con la necrosis de la médula es que los tallos aparecerán húmedos y mucosos debido al desarrollo de la bacteria en el área de la médula (Foto 47). La bacteria también es agente causal de pudriciones suaves en poscosecha, en donde el tejido de la fruta llega a licuarse, con la pérdida completa de la textura.
Desarrollo de la enfermedad
Erwinia carotovora subsp. carotovora puede desarrollarse en la superficie de las plantas y causar pudriciones suaves en las partes suculentas, particularmente durante ambiente húmedo., principalmente cuando las neblinas son frecuentes y prolongadas. Esta bacteria puede diseminarse por medio de tormentas, insectos, maquinaria de cosecha, herramienta de poda, recipientes de cosecha y equipo de empaque. La bacteria no puede penetrar directamente a través de la superficie del tomate. Sin embargo, las heridas pequeñas, incluso las provocadas por las partículas de arena durante la cosecha, son lo suficientemente grandes para permitir la entrada de una bacteria y provocar el desarrollo de la infección y pudrición. Adicionalmente, los frutos de tomate sin heridas pueden llegar a infectarse cuando se lavan en agua sucia por medio de la infiltración a través de la cicatriz de la unión del fruto con el pedúnculo (quiche), la cicatriz floral o heridas, permitiendo que las bacterias causen deterioro eventualmente.
Control
El control de la pudrición del tallo es similar al de la necrosis de la médula. Para reducir las probabilidades de contraer la pudrición del tallo, evite llevar a cabo las operaciones de campo cuando el follaje esté húmedo. Evite la poda o pode primero las plantas sanas y después las enfermas. Desinfeste la herramienta de poda, diariamente, en formol, durante la noche en un recipiente cerrado. A la salida de cada surco, sumerja la herramienta de poda en soluciones que contengan bactericidas, como cobres, zinc, estreptomicina, gentamicina, etcétera, en concentración de 10 gramos por litro de agua. La inyección de estreptomicina u otro antibiótico agrícola, a través del sistema de riego por goteo, detiene el desarrollo de la enfermedad, solamente que se tiene que aplicar cuando menos durante tres veces (5 kilogramos por hectárea) con intervalos de cinco días. La inyección al suelo de Bacillus subtilis ayuda a evitar la diseminación a través del sistema de riego por goteo. Las prácticas de saneamiento también pueden ayudar a la disminución de la incidencia de enfermedad, como eliminar las plantas enfermas, principalmente cuando se inicia la enfermedad y la incidencia es baja.
Agalla de la Corona
Agrobacterium tumefaciens (Smith & Townsend) Conn.
La agalla de la corona, causada por la bacteria Agrobacterium tumefaciens (Smith y Townsend) Conn. Prácticamente se encuentra distribuida en todo el mundo y ataca 140 géneros pertenecientes a 61 familias de plantas dicotiledóneas; las monocotiledóneas son resistentes, con excepción de las familias Liliaceae y Araceae. En el estado de Sinaloa se le ha encontrado que ataca en la costa, aguacatero, rosales y hierbabuena y, en la sierra, al duraznero, pero no se ha encontrado naturalmente que ataque tomates. Los síntomas aquí presentados se originaron por inoculación artificial de las plantas.
Síntomas
El síntoma típico es la formación de agallas localizadas en el cuello, raíces y tallos (Foto 48): éstas son de tamaño variable. La localización común en el tomate es en la base del tronco, justo debajo del nivel del suelo, en la zona llamada "cuello o corona" que ha dado origen al nombre común de "agalla de la corona". Su tamaño es variable, y concuerda con la dimensión y vigor del órgano en que se localiza y oscila entre 2-4 cm o más de diámetro. La superficie de la agallas es de color semejante al tejido que las rodea, pero en algunas ocasiones se oscurece por la muerte de las células periféricas y por el efecto de las oxidasas producidas por la bacteria.
El patógeno
Bastón de 0.7-0.8 X 2.5-3.0 micras y se presenta solo o en pares. Capsulado, móvil, con 1-4 flagelos polares. Gram nagativo. Colonias en agar, pequeñas, blancas, circulares, lisas, brillantes, traslúcidas, enteras. En caldo, ligera turbidez con fina película. Leche tornasolada: leve coagulación, reducción del tornasol, reacción neutra a alcalina. Leve producción de indol. Produce poco ácido de glucosa, fructosa, arabinosa, galactosa, manitol y salicina. No hidroliza el almidón. Leve producción de nitritos. Temperatura óptima: 25-28°C, letal 51°C. Anaerobio facultativo.
Desarrollo de la enfermedad
A. tumefaciens sobrevive en residuos orgánicos en el suelo y es llevada a la corte infecciosa por insectos o por agua de salpique. La bacteria entra en las plantas solamente a través de heridas, se desarrolla intercelularmente e induce división celular no regulada, lo cual provoca la formación de agallas o tumores.
La presencia de bacterias vivas es necesaria por únicamente tres días. Durante este período, parte del Ti plasmidio, conocido como T-ADN, es transferido de la bacteria al genoma de la célula de la planta susceptible. El T-ADN se llega a integrar en el ADN nuclear de la planta y dirige la célula de la planta a: crecer y dividirse fuera de control y sintetiza sustancias químicas específicas de la agalla de la corona llamadas "opinas", las cuales pueden ser catabolizadas únicamente por las bacterias que hospedan un plasmidio Ti.
Este es un sistema parasítico único y se le conoce como "colonización genética", ya que la bacteria coloniza la planta hospedante con un pedazo de ADN, el cual redirige las actividades metabólicas de ese hospedante para beneficio de ella. Las agallas resultan de la división incontrolada de las células de la planta, así causando la hiperplacia. Los tumores que resultan no se limitan ellos mismos, debido a que sus células retienen la habilidad para dividirse mucho tiempo después de que las bacterias mismas han dejado de desarrollarse.
Las agallas generalmente salen de lenticelos de raíces laterales. Sin embargo, las agallas pueden desarrollarse donde quiera que el tejido de la planta esté herido. El tamaño de la agalla en una corte infecciosa determinada varía con el tamaño de la herida a través de la cual las bacterias entran. Así, una agalla pequeña se desarrolla alrededor de una herida pequeña, mientras que una agalla grande se forma alrededor de una herida grande.
La agalla de la corona puede afectar a 643 especies de plantas inoculadas artificialmente. Sin embargo, no todas las cepas de esta bacteria afectan todos los hospedantes. Mucho menos hospedantes son infectados naturalmente.
Control
Antes de plantar:
1. Sumergir las raíces de las plántulas de tomate en una suspensión de células (107 a 108 células/ml) de Agrobacterium rhizogenes K84, la cual no es patogénica.
2. La bacteria no deberá suspenderse en agua clorinada, exponerse a altas temperaturas ni a la luz solar directa.
3. Plantar inmediatamente después del tratamiento. El método protege plantas de la infección: no cura plantas infectadas.
4. La cepa K84 de Agrobacterium radiobacter produce un antibiótico que selectivamente inhibe la mayoría de las bacterias que causan la agalla de la corona. El antibiótico es llamado Agrocin 84 y pertenece a un grupo de antibióticos altamente específicos conocidos como bacteriocinas nucleótidas.
5. Lo mejor es no plantar en suelos infestados.
Permanente del tomate
Candidatus Liberibacter solanacearum" Liefting et al. 2009
Ca. Liberibacter psyllaurous
Garzón (1984 Y 1987) reportó la existencia en Guanajuato de una enfermedad a la cual nombró "permanente del jitomate" (EPT) por los síntomas que ocasionó al cultivar AC55VF. Posteriormente él reportó que esta enfermedad era causada por un fitoplasma. Actualmente se conoce con certeza que la causa es una bacteria que vive en el xilema de la planta. Esta enfermedad es de mayor importancia en el Bajío, pero poco a poco se ha ido diseminando hacia otras regiones frías y calientes de República Mexicana. La enfermedad puede causar daños del 30 al 95% de plantas infectadas.
Síntomas
Los síntomas del permanente se inician con una clorosis en los bordes de los foliolos de la hoja apical, estos tienden a ser lanceolados y presentan epinastia. Las hojas que terminaron su etapa de crecimiento adquieren una coloración verde oscura, de consistencia quebradiza, y apariencia cerosa debido a la presencia de un número menor de tricomas. El crecimiento de los brotes jóvenes se inhibe, hay necrosis en el ovario y la flor es abortada. Las hojas de la base quedan enrolladas hacia el haz en forma de "cuchara" que con su achaparramiento característico le da el nombre a esa enfermedad (Foto 49). La hoja o brotes axilares también pueden llegar a ser muy largos y el desarrollo de la fruta puede ser desigual.
Desarrollo de la enfermedad
La bacteria afecta el crecimiento y calidad de las plantas y reduce el rendimiento. Los síntomas en tomates pueden variar dependiendo de las variedades y las condiciones del medio ambiente en donde se esté desarrollando la planta, como puede ser invernaderos o campo. La bacteria se ha sido detectada en la fruta del tomate, la cual es la parte que se exporta, así como las hojas y tallos. Las frutas que no muestran ningún síntoma de la enfermedad pueden estar infectadas.
La enfermedad es transmitida por injerto y la paratrioza Bactericera cockerelli Sulc. (Orden: Homoptera, familia Psyllidae), la cual está ampliamente diseminado a lo largo de la República Mexicana. Este psilido puede dañar cultivos de papa y tomate cuando ocurren en poblaciones altas, pero en chile se reproduce abundantemente. Las ninfas (no adultos) succionan los jugos de las plantas hospederas produciendo efectos tóxicos (fitotoxemia e inyectando la bacteria Candidatus Liberibacter solanacearum. La paratrioza tiene un amplio rango de hospedantes de plantas cultivadas y no cultivadas. Se ha reportado que el chile y la papa son los hospedantes favoritos para que las hembras pongan sus huevos en comparación con otras solanáceas. Aunque la paratrioza es más comúnmente encontrada en miembros de Solanáceae, también han sido reportados en Amaranthaceae, Asclepiadaceae, Asteraceae, Brassicaceae, Chenopodiaceae, Convolvulaceae, Fabaceae, Lamiaceae, Lycophyllaceae, Malvaceae, Menthaceae, Pinaceae, Poaceae, Polygonaceae, Ranunculaceae, Rosaceae, Salicaceae, Scrophulariaceae, Violaceae y Zygophyllaceae.
Control
Se recomienda establecer una estrategia regional de manejo integrado que incluya:
Monitoreo. Antes de tomar decisiones inmediatas para el control de la paratrioza, es necesario realizar primero el monitoreo y muestreo de la plaga para conocer: cómo está distribuida la plaga, en qué estado biológico se encuentra, en qué cantidad, de donde proviene. Se recomienda establecer un riguroso monitoreo con trampas de color naranja o amarillo; muestreo de hojas y foliolos, y el uso de redes entomológicas para detectar la presencia de la plaga. Dado que los adultos de paratrioza se desplazan preferentemente por las corrientes de aire, es importante detectar la dirección de los vientos, pues es por donde van a iniciar las primeras migraciones a los cultivos.
Control cultural.
Eliminar la maleza hospedera y/o plantas voluntarias, en las áreas cercanas al cultivo.
Especies cultivadas: tomate, chile, berenjena, papa y todas las solanáceas.
Especies silvestres.: hierba mora o chichiquelite (Solanum nigrum), toloache (Datura stramonium), Jara o jarilla (Senecio salignus), mala mujer o duraznillo (Solanum rostratum).
Utilizar plántulas de tomate libres de huevecillos y ninfas.
Rotación de cultivos y poda de hojas, cuando se pronostica la presencia de la plaga.
Variedades resistentes.
En tomate aun no existen variedades comerciales resistentes a la bacteria.
Control biológico.
Comercialmente existen productos biológicos para el control de la paratrioza. No obstante, también se encuentran de manera natural dentro del cultivo, por lo que al realizar una aplicación con insecticidas se debe tomar en cuenta que no sean tan agresivos con la fauna benéfica. La paratrioza es afectada de manera natural por los entomopatógenos Paecilomyces fumosoroceus, Metarhizium anisopliae y Beauveria bassiana; por los depredadores león de los áfidos (Chrysoperla ssp.), la catarinita roja (Hippodamia convergens) y por las larvas de la avispita Tamarixia triozae.
Control legal.
Ordenamiento de la fecha de siembra para establecer una ventana sanitaria (periodo libre de cultivos hospedantes de la paratrioza), rotación o supresión de cultivos, verificación de trasplantes de tomate para evitar utilizar plantas o injertos contaminados y el manejo de residuos de la cosecha para eliminar focos de infestación de la plaga, a través de la destrucción de los residuos (rastrojos), inmediatamente después del término de la cosecha (NOM-081-FITO-2001).
Control químico:
Cuadro 24. Productos recomendados para el control de paratrioza
Ingrediente activo | Nombre comercial | Dosis/ha | Tolerancia en ppm | |||||
Acetamiprid (7) | Rescate 20 PS | 150-350 g | ||||||
Azadirectina (SL) | Aza-direct | 0.5-3.0 | ||||||
Beauveria bassiana (SL) | AgroBea, Bassianil, Mycotrol ES, BeaSin | |||||||
Bifentrina (1) | Talstar 100 PH | 0.4-0.6 L | ||||||
Clorpirifos | Lorsban 480 EM, Lucaban 480C, Magnum l-480, Clorpirifos 480, | 1.5-2.0 lt | 0.05 | |||||
Clothianidin* | Cluth | 150-200 g | ||||||
Cyflutrin (SL) | Baytroid 050 CE | 0.75-1.0 L | 0.2 | |||||
Deltametrina (1) | Decis 2.5 CE | 500 cc | 0.2 | |||||
Diazinon (1) | Diazinon 25 E, Basudin 25 E | 1.0-1.5 L | 0.75 | |||||
Dimetoato (7) | Dimetoato 40, Rogor, Roxion 4, Perfekthion | 1.0-1.5 L | 2 | |||||
Efenvalerato (1) | Asana XL | 0.5 L | ||||||
Endosulfan (1) | Thiodan 35 CE, Thiofixan, Endosulfan 50 PH | 1.5-2.0 L | 2 | |||||
Entomophthora virulenta (SL) | Vektor | |||||||
Extracto de ajo (SL) | XtraGarlic, BiocrackPlus | 1.0-2.0 L | -.- | |||||
Extracto de neem (SL) | XtraNeem | 0.75-1.5 L | -.- | |||||
Extracto de neem + sales potásicas de ácidos grasos (SL) | NimJa | 1.0-2.0 L | ||||||
Fenvalerate (7) | Belmark 300, Eenkill 10% CE | 300- 750 cc | 1 | |||||
Fenpropatrin | Herald 375, Giro | 0.4-0.5 lt | 0.6 | |||||
Flonicamid (7) | Beleaf | 150-300 cc | 0.2-0.4 | |||||
Gamma-cyhalotrina (5) | Proaxis | 150-200 cc | ||||||
Imidacloprid (21) | Confidor 350 SC, Imidacron, Manager 350 SC, Picador 70, Admire | 0.75-1.0 L/ha, 1 cc/1000 plántulas | 1 | |||||
Lambda cyhalotrina (5) | Karate, Kirio, Morgan, Pateador | 0.35-0.5L | 0.1 | |||||
Malathion (1) | Malation 1000 CE | 1.0 L | 8 | |||||
Metamidofos (7) | Tamaron 600, Monitor 600, Metamidofos 600 | 1.0-1.5 L | 1 | |||||
Monocrotofos | Nuvacron 60 | 1.0 L | 0.5 | |||||
Paecilomyces fumosoroseus (SL) | AgroPae, PaeSin | |||||||
Permetrina (7) | Ambush 34, Talcord 340, Pounce 340, Permetrina 500 | 400-700 cc | 2 | |||||
Pymetrozine | Plenum 50 GS | 500-600 g | 0.05 | |||||
Sales potásicas de ácidos grasos (SL) | AgroSoapPlus, Impide | 1.0-2.0 | ||||||
Thiametoxam (0) | Actara ® 25 | 600 g, 2 g/1000 plántulas. | ||||||
Zeta-cipermetrina (7) | Mustang Max | 400-600 cc |
( )=Días a la cosecha
SL=Sin límite
*Sin registro
Imidacloprid (Confidor 350), acetamiprid (Rescate 20 PS), thiametoxam (Actara 25 WG), clothianidin (Clutch 50 WDG), Pymetrozine (Plenum 50 PH), sales potásicas de ácidos grasos (AgroSoapPlus), sales potásicas de ácidos grasos + extracto de neem (NimJa) o + extracto de ajo (XtraNeem), Beauveria bassiana (AgroBea), Paecilomyces fumosoroseus (AgroPae) y Metarhizium anisopliae (AgroMeta) son los insecticidas más prometedores para el manejo integrado de plagas en tomate de invernadero. El aceite hortícola (SunSpray), el aceite de neem (Trilogy), el extracto de neem (XtraNeem) y el extracto de ajo (XtraGarlic) tienen alguna habilidad para disuadir la oviposición del psilido del tomate.
Las aplicaciones al suelo de imidacloprid (Confidor 350) a tomates de invernadero tienen efecto adverso sobre el abejorro Bombus occidentalis (Greene), lo cual se manifiesta como actividad reducida dentro de la colmena, reducción de visitas a flores, y frecuentemente, supervivencia reducida.
Stolbur o Escoba de Bruja
Fitoplasma del stolbur de la papa
Sinónimo = stolbur del tomate
En México esta enfermedad está presente en tomate en el valle de Yurécuaro, Michoacán y parte de Guanajuato, en donde se han observado síntomas en tomate de variedades tipo saladette, más frecuentes hacia el final de la estación de cultivo (tiempo fresco). En algunas ocasiones la incidencia de la enfermedad muy alta, registrándose hasta 70% de plantas afectadas. Las infecciones tardías no afectan el rendimiento. La enfermedad también es importante en tomates y berenjenas en otros países, como en la República Checa, Rusia y Yugoslavia.
Síntomas
En tomates de campo, las hojas desarrolladas antes de la infección se ponen verde-amarillentas, sobre todo en los márgenes, los cuales pueden enrollarse hacia arriba. Las hojas recién formadas se vuelven más amarillas y más pequeño. Los tallos se vuelven delgados en el ápice y el crecimiento se detiene, pero se alargan en los sitios de la infección como resultado de formaciones anormales del floema, apareciendo como una banda verdosa acuosa de 1-2 mm de ancho, la cual se extiende hacia el xilema. Se desarrollan retoños laterales, dando a la planta un aspecto denso por la proliferación de éstos retoños (Foto 50). Los botones florales asumen una posición anormalmente erecta; los sépalos, cuyas venas desarrollan un color violeta, permanecen completamente unidos y el cáliz se agranda ("yema gigante").
Las flores, si ya están formadas cuando ocurre la infección, se vuelven similarmente erectas, puede ser estériles y los pétalos verdosos en lugar de amarillos. La distorsión es común, y los pétalos de flores joven se vuelven totalmente pequeños y verdes. Los pedúnculos son más gruesos de lo normal. El desarrollo de la fruta se detiene después de la infección. Las frutas Verdes ya formadas se vuelven sólido, se secan y se colorean muy lentamente. Puede ocurrir necrosis en el centro embrionario en las frutas más jóvenes. Los Pedúnculos de las frutas son más gruesos que en las plantas sanas, a pesar del tamaño de la fruta relativamente pequeña.
Desarrollo de la enfermedad
Como transmisores de la enfermedad han sido citadas las siguientes especies de chicharritas: Hyalesthes obsoletus, Aphrodes bicinctus, Euscelis plebeja, H. phytoplasmakosiewiczi, Macrosteles quadripunctulatus, etc. No se ha reportado transmisión por manejo de plantas ni a través de la semilla. El stolbur es fácilmente transmisible por injerto y también por Cuscuta spp. y Orobanche aegyptiaca. La enfermedad se ha observado en clima fresco. El fitoplasma de la papa ataca típicamente cultivos de plantas Solanáceas (45 especies). El principal hospedante económico son los tomates, papas, chiles y berenjenas. El fitoplasma tiene un rango de hospedantes aun más amplio (típicamente de una punta amarilla), por lo menos más de 16 especies en seis otras familias se han mostrado susceptibles, incluso las malezas de la familia Asteraceae, Convolvulaceae (Convolvulus arvensis) y Fabaceae (Trifolium sp.). En experimentos, el período de incubación del fitoplasma en el vector fue de aproximadamente 1-2 meses y 1 mes, respectivamente, para A. bicinctus y E. plebeja; mientras que para H. obsoletus, un período de la incubación de sólo 2-7 días se ha reportado. Los brotes de la enfermedad parecen ocurrir en ciclos, siendo favorecidos por veranos secos calientes que estimulan la migración del vector. En Bosnia y Herzegovina, el stolbur fue epifitótico en 1955 y 1964, pero entre estas fechas y después de 1965 sus niveles fueron bajos.
Control
Como ocurre con los virus, para retrasar la incidencia de plantas enfermas pueden tomarse las siguientes medidas:
v Eliminar las malas hierbas en el cultivo y los alrededores.
v No plantar junto a parcelas enfermas.
v Usar plantas sanas.
v Aplicar insecticidas adecuados contra los insectos vectores (cicadélidos) en el cultivo y en los alrededores de los lotes plantados. Las aplicaciones de jabón, aceite de neem y extracto de ajo han dado buenos resultados.
Punta Morada
Fitoplasma
La enfermedad es causada por un fitoplasma y se transmite vegetativamente (por la semilla) y mediante vectores (paratrioza o chicharritas). Generalmente los síntomas aparecen de 75 a 80 días de la siembra, y consisten en raquitismo de plantas, con hojas acartonadas y dobladas hacia el haz, y abultamiento de yemas axilares de en tallos. Se presenta aborto prematuro de la floración y coloración morada en la punta de las hojas apicales, con amarillamiento del resto del follaje. Se ha observado además, acortamiento de entrenudos, reducción de rendimiento, necrosis vascular y manchado del tubérculo
La enfermedad de la punta morada es raramente destructiva para garantizar medidas de control específicas. El control de malezas elimina fuentes de inóculo. Las aplicaciones de jabón, aceite de neem y extracto de ajo han dado buenos resultados.
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Autor:
José Ramírez Villapudua
Roque Abel Sáinz Rodríguez
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