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Enfermedades bacterianas del tomate


Partes: 1, 2

  1. Mancha Bacteriana
  2. Peca Bacteriana
  3. Cáncer Bacteriano
  4. Marchitez Bacteriana
  5. Necrosis de la Médula
  6. Pudrición del Tallo
  7. Agalla de la Corona
  8. Permanente del tomate
  9. Stolbur o Escoba de Bruja
  10. Punta Morada
  11. Bibliografía

Las bacterias son microorganismos procariotes (sin núcleo bien organizado) más pequeños que los hongos y no son totalmente como las plantas. Ellas son unicelulares, les falta clorofila y las que causan enfermedades en las plantas no forman endosporas. El principal tipo de reproducción de las bacterias patógenas de plantas es por simple división celular (fisión binaria). Ellas no pueden penetrar la planta directamente, pero se valen de heridas o aberturas naturales (estomas, lenticelos e hidátodos) para penetrar al hospedante potencial.

Las bacterias provocan algunas de las enfermedades más fuertes del tomates de Sinaloa y se conocen cinco géneros: Clavibacter (Corynebacterium), Xanthomonas, Pseudomonas (Ralstonia), Erwinia y Agrobacterium.

La peca bacteriana (Pseudomonas syringae pv. tomato), la mancha bacteriana (Xanthomonas campestris pv. vesicatoria) y el cáncer bacteriano (Clavibacter michiganensis subsp. Michiganensis) han preocupado a los productores de tomate por muchos años. Estas enfermedades han sido introducidas en los trasplantes y están asociadas con la semilla.

La marchitez bacteriana (Pseudomonas solanacearum), el cáncer bacteriano, la necrosis de la médula (Pseudomonas corrugata) y la pudrición del tallo (Erwinia carotovora subsp. Carotovora) sobreviven en el suelo y pueden producir síntomas de marchitez y cáncer de tallos. Estas enfermedades pueden confundirse fácilmente entre sí porque ellas comparten varios síntomas similares.

Debido a las diferencias de sus capacidades destructivas, la identificación rápida y correcta del organismo causal es crítica. La marchitez bacteriana y el cáncer bacteriano pueden causar la destrucción extendida y rápida de los cultivos de tomate. Por el contrario, la necrosis de la médula y pudrición del tallo son normalmente de menor importancia económica.

Los síntomas de la marchitez bacteriana pueden estrechamente parecerse a los del cáncer y, de hecho, algunas veces han sido confundidos con los del cáncer. Muchas de las recomendaciones hechas para el control de la peca, mancha y cáncer también ayudan a controlar varias otras enfermedades del tomate.

Para recomendar medidas de control apropiadas para las enfermedades del tomate, se debe diagnosticar correctamente, debido a que los síntomas de la peca, la mancha y el cáncer bacteriano se parecen superficialmente a otras enfermedades del tomate. Las enfermedades aquí descritas son las siguientes:

  • Mancha Bacteriana (Xanthomonas campestris pv. Vesicatoria).

  • Peca Bacteriana (Pseudomonas syringae pv. tomato).

  • Cáncer Bacteriano (Clavibacter michiganensis subsp. Michiganensis).

  • Marchitez Bacteriana (Ralstonia solanacearum).

  • Necrosis de la Médula (Pseudomonas corrugata).

  • Pudrición del Tallo (Erwimia carotovora subsp. carotovora)

  • Agalla de la Corona (Agrobacterium tumefaciens)

  • Permanente del tomate (Candidatus Liberibacter solanacearum)

  • Stolbur o Escoba de Bruja (Fitoplasma del stolbur de la papa)

  • Punta Morada (Fitoplasma)

Mancha Bacteriana

Xanthomonas campestris pv. vesicatoria (Doidge) Dye

Xanthomonas vesicatoria (Doidge) Vauterin et al.

La mancha bacteriana fue observada por primera vez en Texas, Estados Unidos en 1912. Desde entonces, la enfermedad se encuentra distribuida en todas las áreas húmedas y cálidas del mundo. La mancha bacteriana es una de las enfermedades foliares comunes del tomate y chile en Sinaloa, y ataca a estos cultivos casi todas las temporadas. Esta es una enfermedad muy importante porque tiene una tasa alta de dispersión, sobre todo durante los períodos calurosos con lluvias y viento, porque las medidas de control adecuadas no están disponibles, y también debido a que los síntomas en la fruta reducen su calidad.

Síntomas

La enfermedad se presenta en hojas, tallos y frutos; causan síntomas similares a los de la peca bacteriana (Foto 38, 39); sin embargo, en los frutos verdes, las lesiones causadas por la mancha bacteriana son más grandes, hasta 8 mm de diámetro. Estas manchas son oscuras y corchosas; las lesiones jóvenes tienen un halo blanco parecido al del cáncer bacteriano, el cual desaparece cuando la lesión completa su desarrollo. Las lesiones foliares son oscuras y acuosas, presentándose primeramente en las hojas más viejas, cuando las infecciones ocurren en plantas adultas; aunque las manchas inicialmente son de 4 mm de diámetro, se vuelven más grandes después de un período de alta humedad y se juntan, particularmente a lo largo de los márgenes de las hojas; los centros de las manchas foliares se secan y a veces se rompen. Cuando la enfermedad es severa, la planta se defolia completamente. Sobre el tallo, pecíolos y pedúnculos, las lesiones son oscuras.

Agente causal

La taxonomía y etiología de las especies que causan la mancha bacteriana es compleja. Previamente, se consideraba que el agente causal era X. campestris pv. vesicatoria en la cual se han identificado cinco razas que causan la enfermedad en tomates (T1, T2, T3, T4, y T5). Sin embargo, por lo menos dos especies, Xanthomonas campestris pv. vesicatoria y X. vesicatoria, correspondientes a las razas T1 y T2, respectivamente, ahora se sabe que causan la mancha bacteriana en tomate (11), y se están proponiendo dos especies adicionales (12). Éstas son X. perforator, correspondiente a X. campestris pv. vesicatoria razas T3, T4, y T5, y X. gardneri. Jones et al (12) también han propuesto las restantes X. campestris pv vesicatoria como X. euvesicatoria.

Desarrollo de la enfermedad

Aunque la bacteria no sobrevive largos periodos por sí sola en el suelo, puede sobrevivir en residuos de plantas infectadas tanto como éstos persistan en el suelo. También puede sobrevivir en semillas provenientes de frutos infectados y en la rizosfera de ciertas malezas (Solanum nigrum y Physalis minima) y especies cultivadas (trigo y chile). Estos reservorios de la enfermedad se constituyen en reservorios y fuentes de inóculo para la próxima temporada.

La enfermedad se inicia a partir de las fuentes anteriores. Al contrario de la peca bacteriana, el desarrollo de la mancha bacteriana es favorecido por temperaturas entre 20 y 35 °C. Altas temperaturas durante la noche de 24 a 28 °C favorecen el desarrollo de la enfermedad, y temperaturas nocturnas bajas de 16°C suprimen el desarrollo, a pesar de las temperaturas diurnas. La enfermedad se agrava en períodos cálidos lluviosos y de alta humedad relativa, principalmente cuando hay gotas en las hojas. La infección es favorecida antes y durante la inoculación por 100% de humedad relativa por periodos de 24 horas o más largos.

El patógeno se dispersa por semilla infectada, lluvia y durante las labores culturales. La bacteria penetra a través de aberturas naturales (estomas, hidátodos y lenticelos), heridas provocadas por insectos, impactos por partículas de arena y por el rompimiento de pelos foliares provocados por el viento, equipo agrícola y trabajadores. Los síntomas generalmente aparecen después de una semana de la infección. Altos niveles de nitrógeno están correlacionados con bajos niveles de severidad de la enfermedad.

Control

El control de la mancha bacteriana en tomate es difícil debido a varios factores que incluyen la eficacia de los químicos normalmente aplicados, el desarrollo rápido de resistencia a estos químicos en las poblaciones bacterianas, el involucramiento múltiples especies y razas, y una falta de resistencia de la enfermedad disponible en muchos cultivares comerciales. Además de que los patógenos pueden ser llevados en la semilla y pueden persistir como poblaciones epifitas en plántulas asintomáticas y plantas maduras. El fungicida mancozeb, el cual es normalmente usado aumenta la eficacia de los productos que contienen cobre para reducir las poblaciones bacterianas en tomates. Durante los períodos de lluvias con viento, ninguna medida de control disponible es adecuada. Estas medidas incluyen:

1. Use variedades tolerantes o resistentes (Anexo 1, 2).

2. Usando solamente semilla sana. La semilla debe tratarse de la siguiente manera: remojo en agua caliente a 55°C durante 30 minutos, remojo en hipoclorito de sodio al 1.0% durante 20 o 40 minutos o remojo en ácido clorhídrico al 5% por 5 o 10 horas. Si se va extraer la semilla, se dejará fermentar la pulpa del fruto por 96 horas, procurando mantener la temperatura a 21ºC. Dos veces al día se agitará la pulpa para sumergir la capa superior del sobrenadante en los tanques de fermentación. La semilla recién extraída puede tratarse con agua caliente o cloro.

3. En el invernadero. No ponga los invernaderos cerca de campos abandonados o en producción de tomate y, o chile. Las plántulas de invernadero se deben regar sólo cuando sea necesario. Cualquier método que reduzca la temperatura, sobre todo en los meses más calurosos, reduce el desarrollo de la enfermedad. Aspersiones con cobres + mancozeb (es lo mejor), zinc y antibióticos (estreptomicina y gentamicina) o bien Bacillus subtilis (BaciFol), completan el manejo de la enfermedad. El cobre solo, el zinc y los antibióticos provocan, rápidamente, la aparición de cepas resistentes de la bacteria.

4. En el campo. Use solamente plantas sanas. Evite el trabajo cuando las plantas están húmedas, porque esta enfermedad se extenderá más rápido bajo estas condiciones. Destruya las plantas voluntarias de tomate y chile. Las aspersiones de cobre mezcladas con mancozeb son las mejores para la mancha bacteriana seguidas por las aspersiones de Bacillus subtilis (BaciFol). Las bacterias adquieren fácilmente resistencia contra los antibióticos y el cobre, debido a un plasmidio que contiene ácido desoxiribonucleico.

5. Un programa sustentable de manejo integrado contra la mancha y la peca bacteriana se puede basar en dos enfoques: 1) reducir el inóculo del patógeno y 2) minimizar la susceptibilidad de la planta. Actigard es un compuesto que induce resistencia sistémica adquirida (incrementa los mecanismos de defensa naturales del cultivar comercial existente o minimiza su susceptibilidad) y el uso de fagos (bacteriófagos específicos a la bacteria que reducen el inóculo en las hojas y superficie de las frutas). Estos bacteriófagos son muy específicos, lo cual significa que los que atacan a una especie de bacterias no atacan a otra. El Actigard se recomienda aplicarlo cada 14 días. La primera aplicación debe hacerse lo más pronto posible después del trasplante. Use el fago dos veces por semana, aplicándolo antes de la puesta del sol, sobre todo antes de lluvias esperadas y, o inmediatamente después. Agregue leche desnatada en polvo (0.75%) y sacarosa (0.05%) para proteger al fago contra los rayos ultravioleta y otros factores del medio ambiente. El cobre-mancozeb todavía puede necesitarse para el control de algunas enfermedades foliares fungosas. Siempre use las prácticas culturales como la columna vertebral de su programa integrado.

Cuadro 21. Productos recomendados para la mancha bacteriana

Ingrediente activo

Nombre comercial

Dosis/ha

Dolencia

en ppm

Acibenzolar -S- methyl (7)

Actigard 50 GS

15-30 gr

Bacillus subtilis (SL)

AgroBacilo, BaciFol, Probacil, Bio-Logic, Serenade,

4-6 L

exento

Estreptomicina (SL)

Cuprimicin 17

250-400 g

0.25

Hidróxido cupric (SL)

Hidrocu, Blue Shield, Cupravit Hidro, Kocide 2000

2.5-3.0 kg

Exento

Kasugamicina (14)

Kasumin

1.5-2.0

0.04

Mancozeb+Cobres (5)

2.0-4.0

Oxicloruro de cobre (SL)

Cupravit, Cupertron, Mixcu

2.0-4.0 kg

Exento

Oxicloruro de cobre 39%+ Mancozeb 30% (5)

Cupravit Mix

Oxido cuproso (SL)

Oxido cuproso

0.8-1.2 kg

Exento

Sulfato tribásico de Cu (SL)

Cuperquimm

2.5-3.0 kg

Exento

( )=Días a la cosecha

SL=Sin límite

*Sin registro

Peca Bacteriana

Pseudomonas syringae pv. tomato (Okabe) Young, Dye & Wilkie

La peca bacteriana ocurre a través de Norteamérica, particularmente en áreas húmedas y frías. Esta también ocurre en Europa y Asia. En México se encuentra presente en los estados de Michoacán, Puebla y Sinaloa. La enfermedad es de particular importancia en los dos primeros.

Síntomas

Pseudomonas syringae pv. tomato puede infectar cualquier parte de la planta, pero los síntomas son más obvios sobre el follaje, tallos y frutos (Foto 40, 41). Inicialmente, los síntomas pueden aparecer como pequeñas manchas acuosas, las cuales pronto pueden necrosarse y alargarse a aproximadamente de 1 a1.5 mm en diámetro. Frecuentemente están rodeadas por un halo amarillo. Estas manchas pueden juntarse para formar lesiones más grandes, particularmente a lo largo de los márgenes de las hojas. Sobre los tallos, las lesiones son cafés, pero no tienen halos amarillentos. Las lesiones en los frutos, las cuales son cafés, ligeramente hundidas, con halos más oscuros, son las más destructivas en términos comerciales.

Agente causal

Pseudomonas syringae pv. tomato (Okabe) Young, Dye y Wilkie se caracteriza por la producción de pigmento fluorescente, reacción de oxidasa negativa y patogenicidad en tomate.

Desarrollo de la enfermedad

Este organismo puede sobrevivir de temporada a temporada en varias malezas, en suelo, en residuos de cultivos infectados y en la semilla. El inóculo de estas fuentes puede infectar plantas durante períodos de humedad foliar, irrigación (riego por aspersión) o lluvia. El follaje, frutos tiernos y tallos pueden ser infectados a través de aberturas naturales o por heridas. El pH del tejido epidérmico de los frutos verdes es de alrededor de 6.3, mientras que en frutos maduros es de 5.2, el cual es muy bajo para que se desarrolle la bacteria. Las temperaturas frías, alrededor de 21 ºC son más favorables para el desarrollo de la enfermedad seguida por un período de humedad foliar de 8 a 48 horas. La humedad es necesaria para que ocurra la infección y para el desarrollo de síntomas. La enfermedad es agravada por temperaturas entre 13 y 25 °C y humedad relativa de alrededor de 80% o rocío nocturno.

El agente causal de la peca aparentemente no causa ninguna enfermedad en otras especies hortícolas, pero puede sobrevivir en ciertas plantas que no son hospedantes. La bacteria comúnmente es encontrada en muchas malezas y plantas cultivadas en áreas frías costeras de California. Los síntomas de la peca bacteriana aparecen después de una semana de la infección y son muy similares a los de la mancha bacteriana. La distribución amplia de la peca puede ser parcialmente atribuible a su característica de llevarse en la semilla. La diseminación a grandes distancias también puede ocurrir con trasplantes.

Control

Use variedades resistentes o tolerantes (Anexo 1, 2).

El inóculo inicial puede reducirse al contar con semillas y trasplantes libres de la enfermedad y al evitar cultivos sucesivos de tomate. Los tratamientos de semilla para el cáncer bacteriano son igualmente efectivos para la peca bacteriana.

En el cultivo, la dispersión del patógeno puede reducirse, al evitar la poda de trasplantes, no trabajar en el campo cuando las plantas estén húmedas, no regar con aspersores; cuando sea inevitable riegue por la mañana para que el follaje se seque durante el día, y aplique bactericidas preventivos. Se deben realizar aspersiones regulares para reducir las poblaciones del patógeno asociadas con las hojas, aun cuando no se observen síntomas de la enfermedad. El sulfato de estreptomicina a 200 partes por millón, gentamicina y Bacillus subtilis son efectivos. También, La mezcla de cobre más maneb o mancozeb ayudan a reducir la severidad de la enfermedad; parece ser que hay una reacción de sinergismo entre el cobre y maneb o mancozeb. La estreptomicina es mejor que el cobre, pero tiene menor poder residual.

Cuadro 22. Productos recomendados para la peca bacteriana

Ingrediente activo

Nombre comercial

Dosis/ha

Tolerancia

en ppm

Bacillus subtilis (SL)

AgroBacilo, BaciFol, Probacil, Bio-Logic, Serenade,

4-6 L

exento

Estreptomicina (SL)

Cuprimicin 17

250-400 g

0.25

Hidróxido cupric (SL)

Hidrocu, Blue Shield, Cupravit Hidro, Kocide 2000

2.5-3.0 kg

Exento

Kasugamicina (14)

Kasumin

1.5-2.0

0.04

Mancozeb+Cobres (5)

2.0-4.0

Oxicloruro de cobre (SL)

Cupravit, Cupertron, Mixcu

2.0-4.0 kg

Exento

Oxicloruro de cobre 39%+ Mancozeb 30% (5)

Cupravit Mix

Oxido cuproso (SL)

Oxido cuproso

0.8-1.2 kg

Exento

Sulfato tribásico de Cu (SL)

Cuperquimm

2.5-3.0 kg

Exento

( )=Días a la cosecha

SL=Sin límite

*Sin registro

Cáncer Bacteriano

Clavibacter michiganensis subsp. michiganensis (Smith) Davis et al.

[ex Corynebacterium michiganensis subsp. michiganensis (Smith) Jensen]

[ex Corynebacterium michiganense pv. michiganense (Smith) Dye & Kemp]

[Corynebacterium michiganense (Smith) Jensen]

Aunque ocurre esporádicamente, el cáncer bacteriano es una enfermedad muy contagiosa y destructiva en tomate. La enfermedad fue primeramente detectada en 1909 en Grand Rapids, Michigan, y actualmente se encuentra en todo el mundo. En Sinaloa, primeramente se presentó en el valle de El Fuerte (1970) y después en el de Culiacán (1974), constituyéndose, en la actualidad, como una de las enfermedades más letales del tomate. Desde entonces, el cáncer bacteriano se presenta con diversos grados de severidad e incidencia. En la temporada 2006-2007, en octubre, en el valle de Culiacán, se presentó en aproximadamente 180 hectáreas bajo invernaderos de producción que introdujeron injertos procedentes del estado de Michoacán. En invernaderos la enfermedad es particularmente más severa debido a condiciones de mayor humedad relativa y más baja intensidad luminosa.

Síntomas

Las mejores características de diagnóstico, a campo abierto, del cáncer bacteriano son quemaduras de los márgenes de los foliolos, también conocida como chamusco de las hojas (Foto 42-A). Las infecciones foliares superficiales causan necrosis en el follaje, generalmente en los márgenes de las hojas, las cuales pueden avanzar hasta que la hoja completa y el pecíolo muere. En el fruto se presentan manchas oscuras costrosas con un halo blanco intenso que se conoce como "mancha de ojo de pájaro" (Foto 42-B). Cuando la enfermedad es severa todo el follaje de la planta se seca (Foto 42-C).

En el invernadero, la necrosis vascular es más severa que en campo abierto (Foto 43-A), la cual provoca que las plantas presenten primeramente una rama marchita y luego, repentinamente, toda la planta (Foto 43-B). En un corte longitudinal del tallo, de una planta enferma, se puede observar una coloración amarilla a rojizo-café en los tejidos vasculares. Las infecciones vasculares causan marchitamiento, clorosis y eventual muerte del follaje (Foto 43-C y D).

En la medida que la enfermedad avanza, pueden desarrollarse lesiones cancerosas en el tallo, pecíolos y la parte inferior del follaje. Algunas veces, se puede ver un exudado bacteriano amarillo, mucoso, en el extremo del tallo cortado.

Patógeno

Clavibacter michiganensis subsp. michiganensis es una bacteria de forma bacilar cuando está recién aislada de la planta; mide de 0.60 –0.7 x 0.70 –1.2 micras de tamaño, ahora considerada móvil, no es ácido rápida, aeróbica, gram positivo, con cápsula. La bacteria puede oxidar carbohidratos, no es lipolítica, puede licuar gelatina lentamente e hidrolizar almidón no totalmente. Los aminoácidos para su desarrollo incluyen la biotina, ácido nicotínico y tiamina. Crece normalmente en Papa Dextros Agar (PDA). En agar nutritivo desarrolla colonias de color amarillo claro, amarillo y blanco mucoide. La temperatura óptima para su crecimiento es de 26 ºC, mínima 1 ºC y máxima 35 ºC. Puede mantenerse viable y virulenta en agar nutritivo a 13 ºC por lo menos durante 58 meses. Las colonias pueden ser amarillas, blancas o rosadas; las formas amarillas y blancas son las más virulentas.

Desarrollo de la enfermedad

Al contrario de la marchitez bacteriana, causada por Pseudomonas solanacearum, la fuente primaria de inóculo para el cáncer bacteriano es la semilla o plántulas (trasplantes) infectados. El patógeno se dispersa de la semilla a los cotiledones u hojas y entra al hospedante a través de los hidátodos (aberturas naturales localizadas en los bordes de las hojas). Una vez que el suelo se ha infestado, el patógeno también puede entrar al hospedante (planta que es invadida por un parásito y de la cual este obtiene sus nutrientes) a través de heridas en las raíces o tallos.

Los pelos o tricomas rotos (lo cual es muy común durante el manejo de plantas) probablemente son las partes más importantes para las infecciones. Tales heridas pueden ser causadas por el movimiento de las plantas asociado con el viento, lluvia y prácticas culturales. Después de la infección, el patógeno puede moverse sistémicamente a través del xilema (vasos leñosos, los cuales tienen movimiento ascendente) desde el cual éste invade el floema (el que tiene movimiento descendente), médula y corteza. Después de la infección, los síntomas pueden no desarrollarse por varias semanas, haciendo difícil el monitoreo de la dispersión del cáncer.

La diseminación de plantas enfermas a plantas sanas puede ocurrir en el invernadero y campo abierto. El inóculo pueden ser células bacterianas expuestas sobre los cánceres, lesiones en el tallo, hojas y frutos. Otra fuente es la bacteria dentro de las plantas; estas bacterias pueden moverse a otras plantas en las navajas e implementos durante la poda y el cultivo. El patógeno se dispersa fácilmente durante la poda. Esta dispersión secundaria puede ser muy efectiva, ya que la incidencia de la enfermedad en el invernadero (de producción de plántulas) puede provenir de 1% de semilla infectada y alcanzar hasta el 100% de las plántulas.

Las condiciones específicas que favorecen el desarrollo de la enfermedad incluyen: 1) temperatura del aire de 24-32 °C, 2) un período de predisposición cuando el suelo o la temperatura del aire es varios grados alrededor de 24 °C, 3) condiciones de humedad óptima (80-90%) para el desarrollo de la planta, 4) intensidad luminosa relativamente baja, 5) alta concentración de nutrientes, y 5) un pH de 8. Los síntomas aparecen más pronto en plantas jóvenes que en viejas. Los síntomas son más severos en suelos arenosos que en orgánicos. La infección de frutos, la cual resulta en síntomas de "ojo de pájaro", es favorecida por riegos por aspersión, los cuales humedecen el fruto; estos síntomas casi nunca ocurren en invernaderos en donde los frutos no son asperjados durante el riego.

La diseminación del patógeno a grandes distancias ocurre a través de la semilla y plántulas. La dispersión local ocurre por el agua corriente (de canales, regaderas y sistemas de riego por goteo), insectos, y por trabajadores e implementos usados durante el trasplante, cultivo, poda, polinización, aplicación de pesticidas y durante la cosecha.

El patógeno del cáncer bacteriano puede sobrevivir en ausencia de plantas de tomate vivas sobre y dentro de la semilla y en el suelo (hasta 2.5 a 5 años), dos años en composta, 10 meses asociado con los estacones de tomate, en tallos muertos y posiblemente otros residuos de plantas enfermas, y en solanáceas silvestres perennes. Otros hospedantes reportados en la naturaleza, además del tomate, incluye las malezas solanáceas Solanum mammosum (maleza puertorriqueña espinosa), S. douglasii (chichiquelite perenne), S. nigrum (chichiquelite) y S. triflorum. Muchas otras plantas, incluyendo chiles y berenjenas, son susceptibles cuando son artificialmente inoculadas.

Control

La mejor estrategia de control es usar semilla y trasplantes libres de la enfermedad. Por ello, la semilla debe desinfectarse por medio de agua caliente, 50ºC durante 30 minutos. Esta debe ser una práctica rutinaria, la cual debe implementarse por medio de un baño maría para que la semilla no sufra bajas en la germinación. El baño maría se vende en los establecimientos de equipos y reactivos para laboratorios. Esta es la mejor forma de desinfectar la semilla.

Desde luego que para obtener plantas sanas es necesario seguir medidas de asepsia durante la siembra y manejo del invernadero de producción de plántulas, como desinfectar el área de trabajo y manejo del sustrato. El sustrato debe estar desinfestado y contener agentes biológicos de prevención de enfermedades. Para este caso lo más recomendable es usar Bacillus subtiliis (AgroBacilo), el cual previene la reinvasión del sustrato por patógenos bacterianos y fungosos. En el invernadero, al momento de preparar el sustrato, se recomienda agregar 1-2 lt de AgroBacilo en el agua necesaria para humedecer un saco de sustrato y posteriormente hacer la siembra. Tres días o al momento de llevar las plantas al campo, se aconseja agregar 10 lt de AgroBacilo por el número de charolas necesarias para una hectárea, con el fin de asegurar suficiente protección a las raíces y un buen desarrollo del cultivo.

Si el cáncer bacteriano ya está presente en el campo o invernadero, arranque las plantas enfermas y quémelas, si la incidencia es baja, y desinfeste la maquinaria y el equipo de protección del personal antes de visitar otros campos. Si la incidencia es de moderada a severa, plante otro cultivo que no sea tomate por lo menos durante tres a cinco años.

Recoger los estacones y separarlos en pilas provenientes de la misma tabla o lote, de tal manera que puedan volver a usarse en las mismas tablas de donde fueron recogidos.

Desinfestar los estacones, alambre e hilos o usar nuevos. La desinfestación de estacones se puede llevar a cabo remojándolos en AgroBacilo (1 litro por cada 20 litros de agua), antibióticos (sulfato de estreptomicina, kazugamicina o gentamicina, a 2000-4000 ppm) o en una mezcla de cobre y manzate 200. Al mismo tiempo, aprovechar para desinfestarlos de Fusarium (agregando benomil, tiabendazol o carbendazim). También, después de lo anterior, los estacones pueden tratarse con bromuro de metilo (100 gramos por m3). Si los tratamientos se llevan a cabo en cámaras de vacío es mjor, debido a que el producto penetra mucho más en la madera. AgroBacilo trabaja contra las enfermedades del suelo debido a que excreta substancias antibióticas que inhiben el desarrollo de patógenos fungosos y bacterianos. AgroBacilo produce, por lo menos, los siguientes antibióticos: subtilina, bacitracina y toximicina. Además, AgroBacilo produce enzimas (quitinasas y celulasas) que degradan la pared celular de muchos patógenos y, también, la pared de los huevecillos del nematodo Meloidogyne. AgroBacilo previene mejor las enfermedades del suelo si se aplica desde el invernadero, ya que las raíces de las plántulas son colonizadas desde temprana edad.

La dispersión de planta a planta en el campo, puede ser minimizada, al evitar el trabajo en el cultivo cuando esté húmedo y también inyectando antibióticos o Bacillus subtilis a través del sistema de riego por goteo.

Desinfestación de navajas, cuchillos y manos, durante el desbrote y la poda al cambiarse de planta, con antibióticos, cobres o zinc. Durante la noche dejar las tijeras de podar en formol, 10 ml por cada litro de agua.

No regar por aspersión

Primeramente se deben podar las plantas enfermas y luego cambiar de tijeras para podar las plantas sanas. Se tienen mejores resultados cuando las tijeras se sumergen en antibióticos, cobre, zinc o Bacillus subtilis antes de empezar a podar cada planta.

La velocidad de diseminación puede ser disminuida con aspersiones de productos basados en Bacillus subtilis (BaciFol), mezclas de cobre + zinc o mancozeb y antibióticos, a intervalos cortos (4-7 días).

Aplicar, en las áreas infestadas, bromuro de metilo, cloropicrina, una mezcla de 57% de bromuro de metilo y 43% de cloropicrina, o formol debido a que son los que tienen acción contra bacterias. El metam-sodio no trabaja contra Clavibacter. Los fumigantes combinados con solarización son más efectivos.

Varias fuentes de resistencia en al menos tres especies de Lycopersicon. Las variedades con resistencia incluyen Bulgaria 12, Utah 737, Utah 20, y H2990. Campbell 28 y Heinz 1350 son menos susceptibles que Highland, la cual es muy susceptible. La resistencia está asociada con muchos genes mayores cuantitativos y dominancia incompleta que están influenciados por genes modificadores.

Cuadro 23. Productos recomendados para el cáncer bacteriano

Ingrediente activo

Nombre comercial

Dosis/ha

Tolerancia

en ppm

Bacillus subtilis (SL)

AgroBacilo, BaciFol, Probacil, Bio-Logic, Serenade,

4-6 L

exento

Estreptomicina (SL)

Cuprimicin 17

250-400 g

0.25

Hidróxido cupric (SL)

Hidrocu, Blue Shield, Cupravit Hidro, Kocide 2000

2.5-3.0 kg

Exento

Kasugamicina (14)

Kasumin

1.5-2.0

0.04

Mancozeb+Cobres (5)

2.0-4.0

Oxicloruro de cobre (SL)

Cupravit, Cupertron, Mixcu

2.0-4.0 kg

Exento

Oxicloruro de cobre 39%+ Mancozeb 30% (5)

Cupravit Mix

Oxido cuproso (SL)

Oxido cuproso

0.8-1.2 kg

Exento

Sulfato tribásico de Cu (SL)

Cuperquimm

2.5-3.0 kg

Exento

( )=Días a la cosecha

SL=Sin límite

*Sin registro

Marchitez Bacteriana

Ralstonia solanacearum (Smith) Yabuuchi et al

(ex Pseudomonas solanacearum E. F. Smith)

La enfermedad fue primeramente reportada en Florida en 1897 y desde entonces se ha observado en todas las áreas de producción de tomate, excepto en suelos de pH alto. La marchitez bacteriana hasta la fecha no ha llegado a ser un problema importante en Sinaloa, aunque se presenta, particularmente cuando el ambiente es caluroso.

Síntomas

El síntoma más característico es un repentino marchitamiento del follaje más joven el cual es particularmente notable durante la parte más caliente del día o amarillamiento ligero del follaje más viejo de la parte de abajo. El tejido de la planta marchita puede ponerse flácido sin ninguna asociación de necrosis o amarillamiento. Antes del marchitamiento las plantas se achaparran y los foliolos y hojas se curvan hacia abajo (epinastia). Donde la enfermedad se ha desarrollado lentamente, se produce un gran número de raíces adventicias a lo largo del tallo sobre el nivel del suelo. Si se hace un corte transversal del tallo al nivel del suelo, se observa una coloración café en el tejido conductor del agua (xilema) justo bajo la cáscara. Un exudado lechoso es evidente si el extremo del tallo recién cortado se coloca en un vaso de agua durante varios minutos, lo cual diferencia esta marchitez de las otras que se presentan en tomate (Foto 44).

Agente causal

Pseudomonas.solanacearum (E. F Smith) Yabuuchi et al es una bacteria muy variable. Se han propuesto tres razas con base en la especialización patogénica y a ciertas propiedades culturales:

Raza 1, afecta tabaco, tomate, muchas solanáceas y otras malezas y ciertas bananas diploides.

Raza 2, causa marchitez bacteriana de bananas diploides (moco del plátano) y Heliconia.

Raza 3, afecta papa y tomate, pero no es altamente virulenta en otros cultivos de solanáceas.

De acuerdo a otro sistema, se designan cuatro biotipos (biovares: I, II, III y IV) en base a ciertas propiedades bioquímicas. Los dos sistemas de clasificación no se correlacionan fácilmente, excepto por el hecho de que la raza 3, la raza de la papa, es equivalente al biotipo II.

Desarrollo de la enfermedad

La bacteria es un habitante del suelo y puede sobrevivir en el suelo por largos periodos si la temperatura no es muy baja. La bacteria entra a la planta a través de heridas causadas por los trabajadores, insectos del suelo, raíces rotas de trasplantes y a través de aberturas naturales por donde emergen las raíces secundarias. Muchas especies de nematodos pueden incrementar la incidencia y severidad de la marchitez. Una vez dentro de la planta, la bacteria invade el tejido del xilema, rompe el transporte de agua y causa la marchitez de la planta. Los síntomas aparecen 2 a 8 días después de la infección, dependiendo de la edad de la planta y la susceptibilidad. La bacteria alcanza el tejido xilemático y se distribuye a través de toda la planta. A medida que se mueve pasa a los espacios intercelulares del parénquima en la corteza y la médula, disuelve la pared celular y hace cavidades que se llenan con masas viscosas de la bacteria. Si hay humedad en las hojas, la bacteria puede entrar por el follaje, pero la infección es más probable cuando el inóculo está presente en el suelo.

Cuando las partes de la planta enferma se deterioran, las bacterias son liberadas en gran número hacia el suelo donde se diseminan a través del agua, con partículas de suelo y en asociación con plántulas enfermas o tubérculos. La bacteria es sensible a pH alto, temperatura baja del suelo, baja humedad del suelo y bajos niveles de fertilidad. Aunque las bacterias son capaces de reproducirse y causar infección sobre un amplio rango de temperaturas (15-38 ºC), las temperaturas más favorables son de 29 a 35 0C. Los aislamientos del patógeno de un clima caliente son favorecidos por temperaturas mayores que las que favorecen a los aislamientos de clima frío.

Partes: 1, 2
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