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La Historia de Güines, Cuba.(Capítulo 3)


  1. Mercedación de tierras
  2. Actividades económicas fundamentales y su incidencia en el surgimiento del núcleo poblacional. Relaciones con la capital y con el resto de la isla
  3. Explotación de la fuerza de trabajo. Composición y evolución de la población. Las visitas pastorales
  4. Comercio. Influencia del sistema de flotas y comercio de contrabando. Corso y piratería
  5. Construcciones religiosas y civiles. Relación con la economía y la sociedad regional
  6. Relaciones del núcleo poblacional con la Capital
  7. Bibliografía consultada

Mercedación de tierras

En 1559 se mercedan, entre otros, los hatos Batabanó y San Pedro del Mayabeque, así como el corral Guanamón. En 1569 se otorgaron 19 mercedes de tierra, entre las que se encontraban los corrales Yamaraguas (concedido éste el 18 de marzo de 1569) y La Bija o Rija (en ese mismo año, los cuales se interceptaban. Entre ambos se encontraba la zona ocupada por una población aborigen al oeste del río. En el tomo I del libro de las Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana, consta que el indio Diego Hernández solicitó un sitio para corral de… "crianza de puercos " (…) "que es el pueblo viejo dos leguas de Yamaraguas o doce leguas de esta Villa " de forma tal que se creó una zona central entre ambos corrales, que se convirtió en "tierra de todos y / o tierra de nadie", la cual estaba dividida en dos por el río: una porción al este, y otra al oeste y en cuyo sitio surgió la semilla poblacional o núcleo embrionario de Güines: el posteriormente llamado barrio de Leguina ubicado al sur de la actual calle Reina, (hoy avenida 91), cuyo casco o centro histórico se encontraba exactamente en el desaparecido parque de La Villa, hoy Centro Escolar "Tony Briones".

Si consideramos que cada corral poseía 421 caballerías, en ese núcleo se asentaron los trabajadores que de una u otra forma debían laborar en las 842 caballerías aproximadas; esos habitantes conformaron una pequeña población que se concentró en lo que llegó a ser el actual barrio de Leguina, coincidente con la zona donde hasta la conquista y la colonización existió una población aborigen.

En 1573 son mercedadas 20 haciendas.

En 1587 se merceda el corral Melena; en 1598 el Pilar de Zaragoza y el corral de Güines, este último el 22 de octubre de ese año a Diego de la Rivera, quien obtuvo permiso para establecer una hacienda de ganado mayor. (Este había sido Gobernador de La Habana como Teniente Gobernador del Adelantado Pedro Menéndez de Avilés). Este corral de los Güines tenía por centro al ya mencionado núcleo primigenio llamado después Leguina, al oeste del río, en la zona que se convirtió en "tierra de todos o tierra de nadie", y lindaba al norte con el Bija o Rija; y al sur con el Yamaraguas. (Los herederos de Diego de la Rivera, posteriormente,

en el año 1725, vendieron este corral en 25,000 ducados a Miguel de Ayala y Fernández de Velázquez, escribano de Gobierno, Guerra, Gracia y Justicia).

Ya a fines de esta etapa, lo que es el municipio de Güines acorde con la actual división político-administrativa del país, estaba conformado por parte de los hatos San Pedro de Mayabeque y Río Bayamo, y por los corrales Umoa (Omoa), el Barbudo, Bija (también conocido por Rija y después por Cruz), El Cangre y el Yamaraguas completo, así como el corral mercedado y conocido por Güines en 1598, que es nuestro principal objeto de estudio, y partes de La Catalina, San Blas y Gabriel, además de sitios, vegas, estancias y tierras realengas.

En 1632 se crean los primeros barrios: al norte Candela y Bija o Cruz; al sur, Babajagua o Nombre de Dios y Yamaraguas; al este, El Rubio; y al oeste San Julián.

En 1671, Juan de la Gama, (Agama), obtiene el rancho de Julián, lindando con Güines, Río Bayamo y Nombre de Dios, firmado por el Cabildo de La Habana, en escritura fechada el 26 de mayo de 1673. En 1690 había 20 casas.

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Actividades económicas fundamentales y su incidencia en el surgimiento del núcleo poblacional. Relaciones con la capital y con el resto de la isla

El territorio se fue ocupando y poblando lentamente a expensas de las mercedes de tierra, al servicio de la ganadería en primera instancia, y a la agricultura de subsistencia. Como renglones importantes, sobresalen la carne salada, tasajos, cebo, pieles o cueros y yuca.

Ya a fines de esta etapa se evidencia la presencia del tabaco en nuestra zona, propagándose lentamente su cultivo. El territorio era a propósito para las vegas que se establecían en las márgenes del río y sus innumerables afluentes y efluentes. Así, de una economía recolectora-cazadora-pescadora de nuestros siboneyes, -también llamada de apropiación-, tras la conquista y colonización, fuimos muy ricos en abundantes bosques de grandes riquezas forestales, y productores de ganado mayor y menor y sus consiguientes derivados, y de una agricultura de subsistencia basada en viandas y frutas menores, iniciamos un lento desarrollo del tabaco, pues éramos productores de una importante variedad llamada "Verdín", la cual poseía rama gruesa, con mucho cuerpo, que se secaba más rápido y apta para ser molida con facilidad y ser reducida a polvo rapé, la cual comenzaba a ser demandada y con muy buena cotización en los grandes salones de Europa. Es justo afirmar que se avizoraba ya el futuro desarrollo posible que vislumbraba el tabaco, el cual aún no cobraba fuerzas pero proponía altos augurios.

Con la obtención el 22 de octubre de 1598 del Corral Los Güines por parte de Diego de la Rivera, el autóctono barrio de Güines, hoy su sur coincidente con el actual barrio de Leguina, mantuvo en la zona su protagónico papel central, y afluyen a la misma la presencia de los apellidos más influyentes y aristocráticos de la sociedad capitalina: Basnuevo, Cepero, De La Gama (Agama), Justiniani, Maldonado, Rivera, etc. Una verdadera oligarquía de potentados terratenientes con sus descendientes comienza a apropiarse lentamente del territorio, en el cual va creciendo el número de labradores españoles que afluyen a las zonas para explotar sus tierras y vende sus fuerza de trabajo al mejor postor, por lo cual va creciendo la población.

El desarrollo es escaso y prácticamente interno y autónomo. Producto de los despojos a los vegueros y a los problemas enfrentados por estos en otras zonas, muchos de ellos se asentaron en nuestro territorio; el tabaco, los frutos menores y las viandas, además de sus tierras y riquezas hidráulicas y forestales, eran el fértil tesoro productivo nuestro; en 1640 ya había fuertes asentamientos poblacionales que constituyen las semillas de grupos ulteriores urbanos. Estos núcleos, se fomentaban en torno a terrenos pródigos de alta calidad. La producción de tabaco, comienza a cobrar gran importancia.

En 1690 la agricultura logra alcanzar desarrollo productivo; las viandas, los

frutos menores, las riquezas forestales, el comercio y todo el tabaco, logran auge destacado; también aumenta la explotación y la desigualdad con su cúmulo clasista de injusticias.

Por la costa sureña y hacia la capital, se movían recursos comerciales que favorecían sobre todo a las clases ricas o pudientes.

Explotación de la fuerza de trabajo. Composición y evolución de la población. Las visitas pastorales

Consideremos la enorme fertilidad de sus suelos, las abundantes aguas, su clima benigno, su equilibrada ecología, sus lares de pesca, sus bosques de gran riqueza forestal, sus pastizales, sus tierras pródigas y aptas para el ganado mayor y menor, viandas y frutos menores, las perspectivas de sus vías de transporte y comunicación, y lo promisorio para el cultivo del tabaco y la producción de caña de azúcar y azúcar de caña. En una sociedad clasista, basada en la explotación del hombre por el hombre y donde imperaba la ley del más fuerte y pudiente, van concentrándose riquezas en manos de de una minoría.

Entre 1679 (20 de mayo) y 1680 (4 de noviembre) se abre un expediente para nombrar curas y ministros que recorrían diferentes sitios de toda la Isla para llevar la atención y el control de la religión católica; mediante el mismo se demuestra que ya habían varias ermitas en diferentes haciendas del territorio nuestro.

En 1687 el Obispo Diego Avelino de Compostela, en un recorrido que realizara, decide trasladar al cura Miguel de Agama Navarrete el cual oficiaba en el Rancho de la hacienda San Julián, hacia la ermita existente en el Puente de Las Cuatro Palmas, (que estaba ubicada en la hoy calle 80, casi esquina a avenida 77), por considerar a esta la "más decente" de las existentes en el territorio; así esta ermita de Güines se convierte en cabecera de Curato, al lado de la cual existía un cementerio. (Inicialmente esto provocó el disgusto de Agama, el cual en su anterior ermita de San Julián tenía sus familiares, amistades, intereses y diezmos, pero en definitiva tuvo que obedecer a su superioridad y valoró la conveniencia del traslado, ya que se le prometía el futuro cargo de Párroco, y recogería más cantidad de dinero por concepto de diezmos por la existencia de más población y creyentes.)

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Comercio. Influencia del sistema de flotas y comercio de contrabando. Corso y piratería

En 1568 se militariza el gobierno de La Habana, ya que venían ocurriendo reiterados ataques de piratas y corsarios y se incrementaba el contrabando; el sur, por supuesto, es asolado con esos problemas, aunque a decir verdad, en lo que respecta al corso y al contrabando resultaba útil para los comarcanos, ya que mediante los mismos lograban adquirir productos deficitarios que necesitaban, y a precios aceptables, lo cual, aunque de forma ilícita, contribuyó a resolver problemas y necesidades, a activar el comercio, y acumular algunos capitales.

Desde 1581 se crearon milicias y compañías de vecinos, indios y hasta negros libres para combatir al corso y la piratería por considerarlos clandestinos e ilegales al no utilizar las vías lícitas u oficiales.

En 1607 la Isla se divide en dos jurisdicciones civiles: Santiago de Cuba y La Habana, siendo esta última la cabecera militar; así se obtendría mejor control debido a la gran incomunicación y aislamiento existente, sólo ininterrumpido por el sistema anual de flotas, necesarias a causa de corsarios y piratas, bucaneros y filibusteros que merodean por toda la costa sur habanera e Isla de Pinos.

En 1659 se autoriza y estimula a los vegueros para que siembren en las márgenes de los ríos y sus afluentes, entre ellos en el Mayabeque; por supuesto que este renglón auguraba pingües ganancias; era un verdadero negocio; se intensificaba su cultivo, aumentaba la población y afluían capitales.

Entre 1665 y 1666 el filibusterismo se hace sentir fuertemente azotando nuestra zona sur de forma significativa.

En 1687 salen expediciones de piratas cubanos desde el río Mayabeque y Batabanó, para así protegerse de los particulares y de las potencias extranjeras.

El tabaco alcanza un arrollador ritmo de desarrollo, producido por vecinos e isleños; para extender su cultivo se calan o abren nuevas zanjas que como numerosos afluentes sirven de escenario a la abrumadora extensión de este cultivo; ganancias para el cultivador, para la iglesia mediante el diezmo, para el intermediario comerciante y para el poder centralizador de la metrópolis. Los productores, sin embargo, eran muy explotados.

Construcciones religiosas y civiles. Relación con la economía y la sociedad regional

El asentamiento poblacional fue exiguo, reducido, disperso, con ranchos o bohíos de guano hechos de paja y embarrado, con un lento desarrollo, con una economía utilitaria y de autoconsumo. El poblado o caserío estaba muy desorganizado, y con caminos en pésimo estado. La enseñanza como tal no existía, trasmitiéndose la cultura popular tradicional en que se asimila de forma tenue. La cultura popular tradicional de lo aborigen, con lo yucateco y canario, se subordinaba a la primacía de lo peninsular.

En 1650 existía en el Rancho San Julián una ermita que había sido erigida por el indio Pedro Guzmán, en honor a San Julián de Cuenca; alrededor de la misma existía aproximadamente 20 casas. Esta humilde ermita era de paja y embarrado; había otras en el territorio como en el sitio Yamaraguas.

En el 1666 en la hoy calle 80, entre Armenteros y Real (81 y 77), existía la ermita llamada de Las Cuatro Palmas.

En 1690 el mismo Obispo escogió a la pequeña ermita de Las Cuatro Palmas, la cual había tomado el nombre de San Julián de Los Güines, la cual había ya funcionado como Curato con el sacerdote Miguel de La Gama o Agama Navarrete, durante tres años, y decide convertirla en Parroquia. (Según Candelario Hernández Larrondo, de 1697 databa el primer libro de bautizos españoles, -muchos de ellos canarios-, asentados en este curato).

Relaciones del núcleo poblacional con la Capital

En 1608 ya Cuba poseía 20,000 habitantes, cuya mitad radicaba en La Habana; Batabanó comienza su desarrollo como zona activa de comercio y contrabando, y sitio utilizado para enviar avisos y comunicaciones urgentes al continente y al resto del país, influyendo en esta situación, el hecho de estar más cercano a la capital, debido a la forma estrecha de la isla; por su cercanía, esto repercutió en nuestro territorio.

En 1620 surgieron brotes epidémicos que provocan fiebres perniciosas como la amarilla y la tifoidea.

La aún pequeña población de la zona crece en 1690; es justo agregar que existía mucha insalubridad.

Las vías de comunicaciones eran muy ineficientes. El viejo camino llamado "De Tierra Adentro", estaba en pésimo estado, sobre todo en las estaciones de agua, y el mismo nos enlazaba con la capital, así como el llamado camino de La Jutía, hacia la nombrada Calzada de Güines. La capital recibía gustosa y a precios onerosos, los productos de los que realmente trabajaban para los propietarios explotadores asentados en aquella ciudad.

Bibliografía consultada

  • 1. Bolado Hernández, Jorge A.; Mederos Gort, Alfredo. Cronología Sumaria de la Historia de Güines.

  • 2. Guerra Sánchez, Ramiro. Historia de Cuba.

  • 3. Le Riverand, Julio. Historia de Cuba.

  • 4. Pichardo Viñals, Dra. Hortensia. Documentos para la Historia de Cuba.

 

 

Autor:

Licenciado Abilio Nemesio González González

(1949-2014). Profesor e Historiador de la Villa de San Julián de los Güines, Provincia Mayabeque, Cuba.

Enviado por:

Pedro Pablo Brunet Ramos