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Eva Perón: identidad cultural y postura antropológica (página 2)

Enviado por Amira J. Köllrich


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Expresar este pensamiento y fundamentarlo comparando las distintas posturas vistas

Encuentro varios puntos de similitud en el pensamiento de Eva y Karl Marx. Según él, en el mundo capitalista, el proletariado no elige su trabajo sino que vende su fuerza de trabajo a un burgués y recibe un salario a cambio. Como su trabajo es mecánico no ve un producto final (la satisfacción de haber terminado la actividad) y trabaja solo para satisfacer sus necesidades. En cuanto a Eva, ella se basó en el principio de 'los pobres son siempre acreedores de los ricos', pese a que trató de acabar con este ideal. Comparado con el pensamiento de Marx se podría decir que lo que para Eva son ricos, para Marx son burgueses, y que lo que ella denomina pobres, él los llama proletariado. Entonces, ambos ven que el rico/burgués somete al pobre/proletario, es decir, este último esta a la disposición del primero, y no importa lo que hagan los pobres/proletarios, siempre el beneficio final lo obtendrán los ricos/burgueses. Otro punto en común que encuentro entre estas dos personas, es que el filósofo alemán sostiene que la naturaleza del hombre es trabajar, porque esta actividad es la que lo hace más hombre, la que lo humaniza. Para él, el hombre es trabajo y actividad; para ella "el trabajo dignifica", es decir hace que el hombre sea digno, merecedor de las mejores condiciones de vida, ya sean económicas, culturales, sociales. Es por eso que Eva brindó tantos puestos de trabajo, y luchó para que los trabajadores tengan derechos.

También creo que su pensamiento se parece al de Rousseau. Él sostenía que el hombre era, ante todo, un ser libre, y diciendo esto proclamaba un principio de igualdad entre todas las personas. No importaba cual fuere su clase social, eran todos iguales, todos libres. Eva también se preocupó por la igualdad social en la Argentina al intentar lograr que tanto las mujeres como los hombres, y los niños entre sí, tuvieran los mismos derechos.

Si bien no veo un punto de comparación entre el pensamiento de Eva con el de Nietzche, sí lo veo en la esencia de esta mujer. Nietzche ve en los instintos una fuerza superior a un impulso por sobrevivir, protegerse y reproducirse, porque de ser así la vida se estancaría. Es decir, él no considera que esos tres principios vitales sean obra de un impulso, sino de la voluntad que tiene un ser para lograrlos. Para él no sobrevive el más fuerte, sino el que tiene más voluntad, más deseos y ganas de hacerlo. En la personalidad de Eva, yo distingo esos deseos y ganas de seguir adelante, porque a pesar de que en un principio su vida parecía tener muchas cosas en contra (el no reconocimiento por parte de su padre, la muerte del mismo, la pobreza en la que vivió y la discriminación que sufrió) ella siguió y consiguió superar todas estos obstáculos: de ser una nena que vivía en condiciones sumamente humildes, se convirtió en una de las mujeres más poderosas del país, y más reconocidas del mundo. Gracias a ese poder luchó por acabar con las injusticias y las desigualdades a nivel nacional y, de alguna manera, a nivel internacional. Eva no sobrevivió debido a que era fuerte, porque como se dijo anteriormente, era pobre y se crió en una familia muy humilde, sino a la voluntad que tuvo de querer cambiar y mejorar las cosas en su vida y en la su propio país.

En mi opinión, Eva con sus acciones reafirma la postura de Platón. Este filósofo griego plantea que el hombre esta compuesto por dos partes: alma y cuerpo. El cuerpo es un objeto material y frágil, y esta dispuesto al alma; el alma es lo único real y verdadero. Esta idea sugiere que el cuerpo es lo que se conoce del hombre, pero que se puede dañar, destruir fácilmente. En cambio, el alma es incorruptible: aunque el cuerpo se dañe, las ideas permanecen. Es decir, el alma nunca cambia, uno siempre es lo que es. Esto se ve claramente en la personalidad de Eva: su cuerpo sufrió transformaciones porque tenía más riquezas, más poder, pero lo que ella era, sus ideas siguieron iguales. Eva continuó sintiendo afecto hacia los pobres y deseos de ayudarlos, y prejuzgando a los ricos.

En su vida se encuentra una justificación con los ideales de Sastre, quien sostenía que el cuerpo es más importante que el alma, porque lo que hace que seamos lo que somos es la existencia, no la esencia. El hombre nace y después se forma la esencia, es decir, nace y se hace. En cuanto al paso de Eva por la política, podemos decir que gran parte de este se debe a la existencia que tuvo ella. Su pasado la convirtió en esa mujer que todo el mundo respeta, porque si ella no hubiera sufrido el maltrato social que recibió, no hubiera buscado ayudar y beneficiar tanto a los pobres. El hecho de ser una hija ilegitima (no reconocida) la hizo querer luchar contra la discriminación, el maltrato que recibió por los amigos y familia rica de su padre hicieron que ella sintiera rechazo por este grupo y quisiera acabar con la idea de 'los pobres son siempre acreedores de los ricos", y la contención y ayuda que obtuvo por los indígenas y familias pobres que vivían cerca de ella, la llevaron a querer luchar por esta clase social.

Describir su identidad material y formal

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CUERPO: Su forma de vestir, era elegante pero poco sutil, impactante y de un lujo casi inmoral ante la pobreza del pueblo argentino. No dudaba en exhibir grandes sombreros y ostentosas joyas. Vestía con elegancia los trajes sastre. Llevaba siempre tacones, nunca le faltaban los pendientes y era, como marcaba la moda de aquellos tiempos, una mujer muy femenina.

Pocas veces usó pantalones y las faldas de la época eran más bien entubadas y por debajo de la rodilla. Sus vestidos solían ser de vuelo amplio, largos si eran de noche y generalmente estampados. Le gustaban los drapeados y usaba mucho el escote palabra de honor. Llevaba el pelo teñido de rubio casi siempre hacia atrás, muy tirante, y con recogidos bajos que se convirtieron en su seña de identidad. Para las fiestas, optaba por peinados más elaborados con tupés. Siempre se destacó por su piel blanca y perfecta y un maquillaje impecable

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Eva a los 7 años, tomando su primera comunión.

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VIVENCIAS: Sus padres fueron Juan Duarte, un estanciero e importante político conservador, y Juana Ibarguren. Juan Duarte mantenía dos familias, una legítima en Chivilcoy con su esposa legal y otra ilegítima, en Los Toldos, con Juana Ibarguren. Juntos tuvieron cinco hijos, pero Juan Duarte no reconoció a ninguno de ellos. Eva viviría en el campo hasta 1926, fecha en la que el padre falleció y la familia quedó desprotegida completamente, debiendo abandonar la estancia en la que vivían. Estas circunstancias de su niñez, en las condiciones de discriminación de los primeros años del siglo XX, marcaron profundamente a Eva.

En aquella época la ley argentina establecía una serie de calificaciones infames para las personas si sus padres no habían contraído matrimonio legal, genéricamente llamados hijos ilegítimos, lo que la llevo a impulsar avanzadas leyes antidiscriminatorias para igualar a las mujeres con los varones y a los niños entre sí, sin importar la naturaleza de las relaciones entre sus padres

Tras la muerte de su padre, la familia entera viajó a Chivilcoy para asistir al velorio, pero la familia "legítima" le prohibió la entrada en medio de un gran escándalo. Gracias a la mediación de un hermano político del padre, quien era por entonces intendente de Chivilcoy, pudieron acompañar el cortejo hasta el cementerio y asistir al entierro.

Para Evita el hecho tuvo una honda significación emocional vivenciado como una suma de injusticias. La muerte del padre agravó seriamente la situación económica de la familia. Al año siguiente Eva ingresó a la escuela primaria, la que cursó con dificultades, debiendo repetir el segundo grado en 1929, cuando contaba con 10 años. Ya por entonces gustaba de mostrar su gusto por la declamación dramática y sus habilidades como malabarista. En 1930 Juana, su madre, decidió mudar a la familia a la ciudad de Junín. Evita tenía por entonces 11 años. Allí la familia Duarte comenzó a prosperar sobre la base del trabajo de Juana, y sus hijos Elisa, Blanca y Juan.

Eva Duarte era una adolescente cuando llegó a Buenos Aires el 3 de enero de 1935 con quince años. Ella fue parte de un gran proceso migratorio interno que comenzó luego de la crisis económica de 1929. Esta gran migración, en la historia argentina, tuvo como protagonistas a los llamados cabecitas negras, un término despectivo y racista utilizado por las clases media y alta de Buenos Aires para referirse a esos migrantes no europeos, diferentes de los que habían caracterizado la inmigración en Argentina hasta ese entonces.

RELACIONES SOCIALES:

  • Hija de Juan Duarte y Juana Ibarguren

  • Hermana de Blanca, Elisa, Juan Ramón y Erminda Luján

  • Esposa de Juan Domingo Perón

  • Primera dama del pueblo argentino

  • Abanderada de los humildes

  • Presidente del Partido Peronista Femenino

IDENTIDAD FORMAL: Eva es un ser humano, y por lo tanto tenía los mismos derechos que cualquier persona. Sin embargo, en esa época los derechos estaban restringidos. No se consideraban por igual a todas las personas: las mujeres estaban en una condición de inferioridad con respecto a los hombres, y lo mismo pasaba con los pobres en comparación de los ricos. Como Eva era una mujer pobre estaba en lo más bajo de la escala social, tenía menos derechos que el resto de las personas, y era sumamente discriminada y maltratada a nivel social.

Es por eso que Eva luchó tanto por la igualdad de las clases sociales, y le dio tanta importancia a los derechos de las mujeres. Es indiscutible que realizó una tarea decisiva para el reconocimiento de la igualdad de derechos políticos y civiles entre hombres y mujeres. Durante su gira europea precisó con claridad su punto de vista frente a esta cuestión:

"Este siglo no pasará a la historia con el nombre de "Siglo de la Desintegración Atómica" sino con otro nombre mucho más significativo: "Siglo del Feminismo Victorioso".

El proyecto de ley para concretar la aprobación del sufragio femenino fue presentado inmediatamente después de asumido el nuevo gobierno constitucional, el 1 de mayo de 1946. A pesar de que era un texto brevísimo en tres artículos, que prácticamente no podía dar lugar a discusiones, el Senado recién dio media sanción al proyecto el 21 de agosto de 1946, y hubo que esperar más de un año para que la Cámara de Diputados sancionara el 9 de septiembre de 1947 la Ley 13.010, estableciendo la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres y el sufragio universal en la Argentina. Finalmente, la Ley 13.010 se aprobó por unanimidad.

En 1949 Eva Perón buscó incrementar la influencia política de las mujeres fundando el Partido Peronista Femenino (PPF), el 26 de julio en el Teatro Nacional Cervantes de la Ciudad de Buenos Aires.

La igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida que garantizó el artículo 37 (II.1) de la Constitución de 1949. El texto fue directamente escrito por Eva Perón. El golpe militar de 1955 derogó la Constitución, y con ella la garantía de igualdad jurídica entre el hombre y la mujer en el matrimonio y frente a la patria potestad, reapareciendo la prioridad del hombre sobre la mujer. La reforma constitucional de 1957 tampoco reincorporó esta garantía constitucional, y la mujer argentina permaneció discriminada legalmente hasta que se sancionó la ley de patria potestad compartida en 1985, durante el gobierno de Alfonsín.

 

 

 

Autor:

Amira J. Kollrich

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