Resumen
Contiene elementos teóricos necesarios para el perfeccionamiento del componente investigativo, en los futuros sociólogos especialistas en Trabajo Social. El punto de partida de este trabajo es: ´¿Cómo puede asumirse la explicación interpretativa antropológica para intentar perfeccionar la orientación metodológica investigativa de los futuros sociólogos? Nos aproximamos a la aplicación de los rasgos fundamentales de la "descripción densa" concepto etnográfico, que es un ejercicio de descripción intensiva y profunda, asociado a principios del método lingüístico, vinculado a procesos semióticos, admite redes de significación, la lengua y los lenguajes son sus códigos. Ofrecemos para desarrollar el Trabajo Social Comunitario este recurso. Aportamos a: la relación entre varias disciplinas vinculadas en la práctica investigativa. Apostamos por: la capacidad para integrarnos, la esperanza, el entendimiento mutuo, la acción común, todo depende de nosotros mismos, de la capacidad individual y colectiva, para vivir un mundo de alternativas efectivas.
Introducción
En el presente artículo, ponemos a consideración, la necesidad de vincular dos disciplinas investigativas: La Antropología cultural y el Trabajo Social Comunitario, para favorecer la formación del sociólogo egresado de nuestra Universidad Municipal.
Saber llegar a conclusiones investigativas efectivas, sobre procesos y fenómenos sociales, partiendo de propuestas y métodos antropológicos, facilita el mejoramiento o solución de muchos problemas que tienen lugar en nuestro contexto.
El análisis del discurso y sus interacciones, los símbolos, que pueden estar en una acción, gestos, actitud, se mezclan para conformar las respuestas correctas, que el sociólogo debe dar a un problema determinado, por esa razón, nos acogemos a la magia del llamado giro lingüístico, como perspectiva metodológica que concede al lenguaje un rol protagónico en la construcción del mundo social.
Enseñar a los futuros sociólogos a interrogarse constantemente, sobre cómo y por qué los actores construyen diariamente las realidades sociales cotidianas, con procedimientos y modos para dar cuenta de ella, relatarla, interpretarla y darle sentido, es el propósito de los autores de este trabajo.
Asumir que la vida social, está llena de infinitas interpretaciones, objetivizadas en la cultura, la historia, los imaginarios individuales y colectivos de la comunidad, requiere saber estar, saber participar, y saber situarse en las relaciones, acontecimientos, interpretaciones del mundo estudiado
La práctica del sociólogo, en materia de trabajo social comunitario, tiene necesariamente que acudir a un encuentro sociodiscursivo, donde el diálogo llegue hasta superar lo extraño.
Desarrollo
Las Ciencias Sociales se han fertilizado con el llamado giro lingüístico, pues en él se sintetizan enfoques teóricos y perspectivas metodológicas que convergen, dando fe que el lenguaje tiene un rol protagónico en la construcción del mundo social. Hay fenómenos sociales que reúnen una serie de características formales propias cuando se captan a través del lenguaje formal, más allá de su naturaleza objetiva. La arbitrariedad y la opacidad de las situaciones sociales como actos del habla, lleva al análisis de cómo el lenguaje crea y es creado por el contexto social.
Los actores construyen diariamente la realidad social, con procedimientos y modos de actuación para dar cuenta de ella, relatarla, interpretarla, y darle sentido es cuestión del profesional que la investiga.
La relación entre lo social y lo lingüístico en términos de discurso y de práctica , es tomado e interpretado a partir del análisis, la exploración , y asociación en escenarios concretos.
Así la cultura popular, estudiada en zonas, barrios, consejos populares, mercados, funerarias, cementerios, entre otros, constituyen lugares muy importantes de la vida social. En esos espacios hay personas que son figuras sociológicas, con prácticas y formas culturales que hablan de ellas y de la vida social. Asumir la interpretación objetiva de códigos culturales que tienen componente histórico, imaginación individual y colectiva de la variedad y multiplicidad de los informantes, es pieza clave en la investigación.
Con los informantes hay que determinar si saben estar, participar y situarse en el campo para lograr el diálogo y su auténtica vocación (en el caso del investigador), en el fondo debe existir una sincera curiosidad por la naturaleza humana y las particularidades de los vínculos sociales, por revelar las modalidades diversas en las relaciones. La mirada al interior de las personas, a su actividad cotidiana inscripta en sus contextos múltiples y cercanos..
Los procesos urbanos, las rutinas de las personas, la forma de comunicarse, como cotidiano dan cuenta de la vida ordinaria y del lenguaje propio de esa vida, que por si solo habla de práctica y cambios sociales.
Página siguiente |